Alberto Aziz Nassif
Hace unos días me preguntaba en este espacio si nuestras libertades estaban amenazadas. Hoy sabemos que existe una censura creciente que ha puesto a la prensa crítica contra las cuerdas. El informe de Article 19, Estado de Censura, documenta y dimensiona el tamaño del problema: durante el sexenio de Calderón se agredía a un periodista cada 48 horas, pero ahora, con el PRI en Los Pinos, se ha duplicado, porque cada 26.7 hrs. se agrede a un periodista. Casi la mitad de estas agresiones son cometidas por funcionarios del Estado. Existen diversos instrumentos de protección para la libertad de expresión, pero ninguno funciona, reina la impunidad, como en otros espacios de la vida social del país.
El informe de Article 19 documenta paso a paso las agresiones, los asesinatos a periodistas y a medios; mapea el terror en contra de la crítica. El riesgo está en los estados, en ciudades medianas, en medios locales, pero también el DF es muy peligroso. Se abusa de la prensa porque tenemos una clase política impune a la justicia que impone la ley de la selva: gobernadores que presionan con gastos en publicidad, reprimen y castigan a los críticos como Moreno Valle en Puebla, un político nefasto que acumula poder con la mira en 2018; Roberto Borge, gobernador de Quintana Roo, que tiene un récord ascendente de agresiones a la prensa y ha llegado al encarcelamiento de Pedro Canché; o el terrible caso de Veracruz en donde han asesinado a 15 periodistas en los últimos 11 años. En otros estados, la prensa está completamente controlada por el poder. Hay graves agresiones a mujeres periodistas en pleno Silao, Guanajuato, como el caso de Karla Silva, en donde se sospecha que el golpe vino del gobierno municipal. Seguimos frente a la vieja opción de plata o plomo.
Guillermo O’Donnell decía que en los gobiernos sub-nacionales (locales), existen zonas marrón en donde la democracia tiene déficits importantes. En materia de libertad de expresión, México tiene una amplia y densa zona marrón, en donde los poderes legales y los poderes fácticos, muchas veces en colusión, se dedican a intimidar o a matar a sus críticos. Casos como el del presidente municipal de Seyé en Yucatán que dijo: “Ya estoy hasta la madre, me tienen cansados de que estén criticando mi administración. Rómpanle la madre”, ordenó Ermilo Dzul Huchim a cinco policías y se fueron en contra del periodista Edwin Canche al que le rompieron varias costillas y provocaron una contusión en la cabeza (p. 27). Está el caso de diario Noroeste de Sinaloa, que ha recibido unas 47 agresiones en estos años, desde robos, despojos, agresiones físicas, amenazas, asaltos, hasta heridas de bala y, por supuesto, no hay nadie detenido, es la impunidad completa. Otros casos terribles como el de Indalecio Benítez, director y fundador de Radio Calentana 98.1 FM en el municipio de Luvianos, al sur del Estado de México, a quien en un ataque le mataron a su hijo de 12 años. Se presume que fue el narco, pero tampoco hay nadie detenido. La crítica periodística es una profesión crecientemente peligrosa en México, está a dos fuegos entre una autoridad coludida o incapaz y el crimen organizado.
Ahora que Carmen Aristegui ha sido censurada, cobra mayor sentido la protesta para que regrese al aire, porque en este espacio radiofónico se daba cuenta de forma sistemática de este atropello a la libertad de expresión. Hay una parte del mapa de medios que puede ser un poco más optimista en este oscuro panorama, se trata de internet y las redes sociales; las plataformas de medios que se reproducen on line y que tienen un margen de libertad más amplio. Incluso se llega a plantear que una restauración autoritaria no sería posible por estos espacios que no están en peligro de censura, sin embargo, el informe documenta múltiples agresiones que se reciben en estas plataformas de información.
La lucha en contra de la censura no se puede perder, porque no quedaría nada de lo poco que se ha ganado en estos años. En esta batalla el Estado mexicano ha sido completamente ineficiente. Este informe es una advertencia: en México el periodismo que desnuda al poder y al crimen, está censurado…
Investigador del CIESAS.
@AzizNassif
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