Solidaridad, periódico comunista libertario
Flora Célestine Thérèse
Henriette Tristán y Moscoso Lesnais (1803-1844) fue una escritora
francesa de ascendencia peruana. Poco conocida dentro de la
historiografía oficial, probablemente olvidada de manera intencional
debido a la rebeldía y ansias de libertad que emanaban de sus escritos.
Entre sus obras destacan; Peregrinaciones de una paria (1839), Paseos en Londres (1840) y el folleto La unión obrera (1843).
Luego
de la muerte repentina de su padre, un coronel peruano exiliado, quedó
junto a su madre en la más absoluta miseria, sumergiéndose en la vida
cotidiana del pueblo trabajador. Esta experiencia la llevó con
posterioridad a asumir un profundo compromiso con aquellas personas a
quienes el progreso social prometido por la modernidad capitalista había
dejado abandonados a su propia suerte.
En su época si bien ya
existía cierta tradición teórica que reclamaba la igualdad de la mujer,
gracias a la Filosofía de la Ilustración y los movimientos que tuvieron
lugar durante la Revolución Francesa, aún no existía una sistematización
exhaustiva de las reflexiones que darían posteriormente origen al
pensamiento feminista como doctrina. Sin embargo, durante la primera
mitad del siglo XIX, ya se había generado el reclamo por la igualdad de
la mujer y comenzaba a descalificarse con mayor fuerza el discurso
patriarcal, contribuyendo de esta manera a la edificación de la teoría
feminista, la cual aún se encontraba en un estado embrionario de
conformación y con sus márgenes todavía bastante difusos y poco
delimitados. Tristán fue una pionera que se insertó dentro de esta
tendencia, rechazando con vehemencia el falso principio que afirma la
inferioridad de la naturaleza femenina, cuestionando la institución del
matrimonio y la falta de derechos civiles, educativos y económicos de
las mujeres.
La búsqueda de puentes entre la preocupación por la
superación de la desigualdad social y lo referente a la situación de
opresión que viven las mujeres bajo el patriarcado, fueron una constante
en la obra y vida de Flora Tristán. Ella es la primera mujer que
intenta fusionar en una síntesis critica el discurso proto-feminista y
social, abriendo el camino que llevaría a la futura conformación de un
feminismo de carácter proletario o clasista, que considera inconcebible
que existan mujeres oprimidas que sean capaces de oprimir a otras
mujeres.
Durante el período en que se circunscribe la obra de
Tristán, se producen cambios radicales en el continente europeo, debido a
la implementación del modo de producción capitalista, la consecuente
modernización e industrialización de la sociedad y a la difusión del
ideario igualitario-democrático impulsado por la Ilustración y la
Revolución Francesa. Sin embargo, las expectativas de bienestar que se
generaron en un principio chocaron frontalmente con la realidad. El
inminente progreso material que llegaría a todas y todos, y el fin de la
escasez y la miseria propugnado por el discurso moderno se
desvanecieron en el aire y, por el contrario, se generó aún mayor
desigualdad y explotación para grandes masas de seres humanos. Las
mujeres seguían excluidas de los derechos más elementales y el
proletariado, cada vez más numeroso, quedaba totalmente al margen de la
riqueza producida en fábricas y talleres.
Frente a este panorama
diversos reformadores sociales comenzaron a crear sistemas sociales
ideales para poder corregir los males de esta sociedad; Cabet, Owen,
Saint Simon y Fourier, fueron algunos de los primeros teóricos en
autodenominarse “socialistas”. Marx les agregaría posteriormente el
adjetivo de “utópicos”, debido a la confianza casi ciega que poseían en
el poder regenerador de la educación, su pacifismo a ultranza, y en la
ingenua confianza de redención de la clase burguesa.
Flora, hija
de su tiempo, fue fuertemente influenciada por esta corriente de
pensamiento social. Pero a pesar de ello, pudo dar un paso más allá; fue
la primera en afirmar que el proletariado debía unificarse como clase y
liberarse así mismo, es decir, confiando en sus propias fuerzas. Idea
que recogerá posteriormente Marx en la celebre consigna de la I
Internacional “la emancipación de los trabajadores será obra de los
trabajadores mismos”, y que será reivindicada por el movimiento
anarquista internacional hasta el presente.
Sin duda, Flora
Tristán fue un eslabón fundamental en la lucha moderna contra la
dominación patriarcal y el capitalismo. Por eso la recordamos. Su
pensamiento fue clave para el nacimiento del movimiento feminista de
tintes revolucionarios que emergió de manera organizada y con fuerza
entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Hoy, en pleno siglo
XXI las mujeres aún luchan por su autonomía y derechos reproductivos, y
junto a otros actores sociales, continúan en la gigantesca tarea de
edificar al calor de lucha la nueva sociedad.
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