Cristina Fontenele
Adital
La Red
Latinoamericana de Católicas por el Derecho a Decidir (CDD) envió una Carta al Papa Francisco en ocasión de los dos años de
ministerio del Sumo Pontífice, que se cumplieron el pasado 13 de marzo. En el
documento, la Red reconoce el empeño del Papa en promover la reestructuración
de la Curia Romana, enfrentar la corrupción, estimular la vocación para el
diálogo y participar de la intermediación en conflictos internacionales.
"Valoramos que él esté contribuyendo a una mayor humanización de la figura
papal”, se afirma en el documento. Sin embargo, la Red también alerta sobre
algunas contradicciones que estarían presentes en el discurso papal. Temas como
la participación femenina en el sacerdocio, la homosexualidad, el aborto y la
pedofilia clerical serían todavía abordados de manera paradójica.
En la carta se agradece el empeño de Francisco en contribuir al reconocimiento de la diversidad y de la libertad y se alerta sobre contradicciones en el discurso papal. |
En entrevista con Adital, Yury Orozco, una de las
coordinadoras de las CDD en Brasil, comenta sobre la repercusión y las expectativas del envío del documento
y analiza los avances y desafíos de los dos años de papado.
Según Yury, después
del envío de la carta, la organización recibió el apoyo de diferentes sectores
sociales, incluso de religiosos, lo que indica una expectativa de que el Papa logre
implementar los cambios deseados por la comunidad católica. Hay un
reconocimiento mundial de la figura del Papa Francisco por sus gestos
humanitarios de apertura y simplicidad, por su compromiso para que la Iglesia
Católica busque internamente la coherencia evangélica de renuncia a la
ostentación y a la riqueza. El Papa deja en claro su condena al sistema
capitalista y demuestra una opción de lucha por la justicia, guiado por el
principio de la misericordia. "La comunidad mundial, especialmente la católica,
comienza a ver en este Papa señales de compromisos de una Iglesia que había
perdido credibilidad”.
Sin embargo, Yury
señala que el Sumo Pontífice continúa con una postura conservadora en el campo
de la moral. Aunque haya abierto espacios para discutir temas como la familia y
haya opinado sobre la homosexualidad, esta misma preocupación no se encuentra
en relación con el aborto, un asunto importante para la salud de las mujeres,
ni en relación con el derecho de las mujeres a la ordenación sacerdotal. Por el
contrario, el Papa ya habría afirmado que sobre esas cuestiones la Iglesia ya cerró
una posición. "Nos preguntamos si de hecho hay una voluntad real del Papa para
que la moral sexual católica deje de ser condenatoria e incorpore el derecho a
la libre decisión que tanto desea gran parte de la Iglesia Católica en asuntos
de moral sexual”.
"Un mundo en el que las mujeres son marginadas es
un mundo estéril"
En el documento se señala
que el Papa ha convocado a una mayor participación de las mujeres en los
espacios de decisión eclesiales; sin embargo, ha cerrado las puertas para el
sacerdocio y el diaconado femeninos, reforzando, en algunas declaraciones, "el
estereotipo de la mujer sumisa, callada y madre como única opción”.
Para las CDD, es
importante insistir para que la Iglesia sea democrática, justa y solidaria con
todos sus integrantes. La forma excluyente en que la Iglesia trata a las
mujeres involucra cuestiones de derechos humanos y de justicia. "Ellas han dado
una contribución relevante a lo largo de la historia del catolicismo. No
existen motivos teológicos o eclesiológicos que impidan la ordenación. Si
fueron bautizadas, ¿por qué se les impide el derecho de recibir el sacramento
de la orden sacerdotal? ¿Sólo por el hecho de ser mujeres? Eso es
discriminación y es totalmente contrario al proyecto de comunión e igualdad de Jesús.
Si realmente la Iglesia quiere una participación plena de las mujeres en ella es
contradictorio que esté cerrada a abrir la discusión sobre su ordenación”, aclara
Yury. A pesar de las señales de apertura, el Vaticano continuaría asumiendo un
papel nada favorable a los derechos de las mujeres.
Uno de los
objetivos de la Carta es llevar al conocimiento del Papa el pensamiento de las
CDD y abrir la posibilidad de un diálogo sobre asuntos importantes para las
mujeres en relación con la sexualidad y la reproducción, con la participación
plena en los espacios de poder y decisión tanto en la sociedad como en la
Iglesia.
Para la CDD, si realmente la Iglesia quiere una participación plena de las mujeres en ella es contradictorio que esté cerrada a abrir la discusión sobre su ordenación. |
"¿Y quién soy yo para juzgar a los gays?”
La Red espera que
ocurran cambios efectivos y las autoridades eclesiales dejen de obstaculizar
leyes que reconozcan los derechos humanos de la comunidad LGBT (Lésbicas, Gays,
Bisexuales y Transexuales). Aunque no reconozca el matrimonio homoafectivo, la
política papal es de acogida.
Yury afirma que hay
un importante cambio de actitud del Papa al declarar que las personas
homosexuales sean acogidas en la Iglesia con respeto y sin discriminación. Pero
el desafío está planteado, es necesario que la práctica pastoral sea legitimada
por el cambio en la normativa eclesiástica y en la política institucional para
que se respeten los derechos humanos de las comunidades LGBT, así como los
derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y jóvenes.
El aborto y el derecho a decidir
La Carta aclara que
para la mayoría de las mujeres el aborto no ha sido una rápida solución sino
una decisión difícil. "Ninguna mujer aborta con alegría en su corazón.” La Red
pide que el Papa permanezca con discursos de comprensión y misericordia cuando
se refiera al aborto.
De acuerdo con
Yury, todo el trabajo de la ética sexual cristiana se ha hecho sin referencia a
las experiencias de las mujeres. La Iglesia no tiene en cuenta que las mujeres
son agentes morales y con capacidad ética para decidir sobre su vida y
contribuir a los grandes dilemas morales de la humanidad. La coordinadora de
las CDD refuerza que es importante que la doctrina y las normas católicas dejen
de ser el punto de partida para resolver los problemas humanos. En el caso del
aborto, las mujeres deben ser el centro de las preocupaciones. "Los
representantes de la iglesia deben escuchar sus motivos, dilemas y las razones
profundas que las llevan a tomar la decisión de interrumpir el embarazo.
Solidaridad y no condena es lo que precisan en ese momento”, destaca.
Las CDD defienden que las autoridades eclesiales dejen de obstaculizar leyes que reconocen los derechos humanos de la comunidad LGBT. |
"No hay absolutamente ningún lugar en el ministerio
para los que abusan de menores”
El documento pide
más congruencia en las acciones de la Iglesia en relación con la pedofilia
clerical. Las CDD reconocen la gran preocupación del Papa por el asunto y que
se han dado pasos importantes como la creación de la Comisión para la Tutela de
Menores. Sin embargo, ministros y obispos involucrados en el encubrimiento de
sacerdotes pedófilos en el interior de la Iglesia Católica siguen siendo nombrados
para ocupar posiciones de alto nivel dentro de la estructura eclesiástica. La
Comisión, de carácter internacional, está formada por 12 personas y tiene por
finalidad aconsejar a la Santa Sede en la protección de los niños y en la
atención pastoral a las víctimas de los abusos.
La Red se preocupa por
la falta de medidas efectivas para erradicar la pedofilia dentro de la Iglesia.
De acuerdo con la institución, serían necesarios algunos cambios en el interior
de la estructura eclesial y en el Código de Derecho Canónico para eliminar los
encubrimientos de los delitos de abuso sexual y de la pedofilia clerical,
promoviendo la atención a las víctimas y el castigo a los culpables de este
delito atroz.
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