Pedro Echeverría V.
1. Acabo de leer una entrevista y escuchar un comentario a Diego
Fernández de Cevallos en la revista Proceso de hoy domingo después de
ser nombrado principal asesor y guía en la candidatura presidencial del
panista Ricardo Anaya. El candidato del PRI José Meade, también
desesperadamente está nombrando a los integrantes de su equipo. López
Obrador entre tanto parece avanzar cómodamente mientras miles de
militantes y dirigentes de otros partidos anuncian su incorporación al
partido Morena. Fernández de Cevallos hablando como energúmeno,
autoritario y déspota repite cientos de críticas, pero hace notar a sus
preferidos. De todas maneras son interesantes sus declaraciones al
entrevistador de Proceso que puede leerse desde hoy domingo.
2. Cuatro personajes muy importantes –quizá los más- de la política
electoral burguesa mexicana. a) Carlos Salinas, presidente de la
República 1988/94 e hijo de un poderoso ministro del gobierno de López
Mateos; b) Fernández de Ceballos, abogado multimillonario y el más
poderoso del PAN; c) Cuauhtémoc Cárdenas, tres veces candidato
presidencial e hijo del presidente Lázaro Cárdenas y heredero político
de su nombre; d) López Obrador, tres veces candidato presidencial que ha
hecho actos políticos en todos los municipios y pueblos del país
durante 18 años y dice que “la tercera es la vencida” después de ser
defraudado electoralmente en dos ocasiones; es hijo de clases medias del
campo, mientras los tres anteriores son hijos de ricos citadinos.
3. En el capitalismo siempre ganan los que tienen poder y dinero;
obviamente los perdedores siempre, de manera permanente, son originarios
de ese 80 por ciento de la población de pobres, miserables y
desempleados. Raúl Salinas Lozano (el papito de Carlos, Raúl, Adriana,
Enrique) fue ministro de Industria y comercio 1958-64, cuando los
secretarios de Estado tenían más libertad que ahora para realizar
gigantescos negocios e inversiones, recibir “regalos” y demás. Sus
hijitos gozaron de todos las oportunidades para desarrollarse,
establecer relaciones y casarse o enqueridarse con las hijitas de otros
papitos millonarios. Esas amistades, su dinero y condiciones de libertad
permitieron a todos los hijitos de papito Salinas, las condiciones para
desarrollarse.
4. De Diego Fernández de Cevallos, el cacique del PAN desde los años
70, se ha publicado poco de sus orígenes. Se sabe que por herencia de su
padre y muchos negocios como abogado y político, posee decenas de
ranchos y propiedades en el estado de Querétaro y que desde muy joven
comenzó a servir en el PAN como leguleyo, así como del establecimiento
de su enorme “bufete” o despacho como abogado de grandes ricos y de
narcotraficantes. Se le ha acusado de usar todas sus influencias
políticas como legislador y líder panista para negociar sus demandas y
pleitos jurídicos. Funciona como un déspota y autoritario ante sus
rivales para imponer sus puntos de vista, pero cuando alguien como López
Obrador se ha confrontado con él, retrocede sin argumentos con la
cabeza gacha.
5. Cuauhtémoc Cárdenas fue otro niño hijo de papi que nació en cuna
de oro cuando su padre era presidente de la República. Siguiendo a su
papi se afilió al PRI, pero por el enorme prestigio de su padre (como el
presidente nacionalista y expropiador del petróleo) se acercó a los
jóvenes de centro-izquierda de la revolución cubana en los años sesenta.
Ocupó cargos de gobierno dentro del mismo PRI, pero al llegar el
neoliberalismo a México, en 1986, rompió con el PRI y consolidó la
corriente nacionalista de su padre: “el cardenismo”. Fue tres veces
candidato presidencial: fue defraudado en 1988, pero derrotado en 1994 y
el año 2000. Jamás llegó a ser un político de izquierda, mucho menos
anticapitalista o antimperialista. No superó el nacionalismo.
6. López Obrador nació en 1953 en el estado de Tabasco de las clases
medias; se afilió al PRI y jugó un papel destacado como funcionario de
su partido. Al fundarse en 1989 el PRD por Cárdenas, se afilió a él y
llegó a ser su presidente nacional en 1996. En el 2000 obtuvo el
gobierno de la CDMX sucediendo a Cárdenas que lo ocupó en 1997. Muy poco
pudo hacer contra el capitalismo fuera de las medidas a favor de los
adultos mayores; incluso los “segundos pisos” fueron parte de la
modernización capitalista. Sin embargo, todo lo que es hoy se registra
como acciones de López Obrador, sumándolas a sus permanentes acciones
políticas, parecen asegurarle un abrumador triunfo electoral en 2018.
7. El partido Morena y su dirigente López Obrador pueden hacer
vistosos e interesantes cambios desde la Presidencia a partir de 2018,
por ejemplo: que los adultos mayores mejoren sus percepciones, que se
frene el aumento de transportes, que los servicios de salud y educativos
sean eficientes, que todos los funcionarios reduzcan a la mitad sus
salarios, que se logre bajar el desempleo así como la desigualdad
económica y social; por ello sería válido un triunfo electoral de
Morena. Pero si gobierna siguiendo la tónica de los gobiernos
anteriores, entonces nada valería lo hecho, las muertes y los asesinatos
que ha sufrido el pueblo. O, ¿para qué han servido 10 años de gobiernos
socialdemócratas del PRD en la CDMX, que comenzó bien y concluye como
si fuera el mismísimo PRI o PAN?
alterar26@gmail.com
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