En marzo de hace dos años, en su edición 2056 Proceso
publicó en su portada este proyecto elaborado desde el 2015 en el cual
se evalúa la posibilidad de reformar Ley General de Salud, el Código
Penal Federal, el Código Federal de Procedimientos Penales y la Ley
General de Derechos en materia de protección a la salud para permitir la
producción legal de amapola en México.
La iniciativa que hoy vemos es apoyada por distintos sectores,
incluido el Ejército a través del secretario de la Defensa, general
Salvador Cienfuegos, y propone legalizar el cultivo de la amapola con
fines médicos, aprovechar los cultivos que ya existen y se concentran en
al menos cinco estados del país –Durango, Nayarit, Sinaloa, Chihuahua y
principalmente Guerrero— de los 13 donde se han erradicado 15 mil 633
hectáreas de amapola en los últimos dos años.
La propuesta sostiene que existen amplias posibilidades de avanzar
porque hay marcos normativos internacionales que lo permiten y países
como Turquía e India donde ya se realizó con éxito desde 1933 y 1947
respectivamente. Pero advierte la posibilidad de que genere malestar en
algunos países como Estados Unidos donde existe el mercado más grande de
consumo de los opioides ilícitos producidos en México.
La iniciativa parte del diagnóstico de que el número de pacientes
enfermos que necesitan de algún derivado del opio se ha incrementado de
manera sustantiva en México, pero sin tener posibilidades de acceder al
medicamento ante la escasez de sustancias como la morfina, la oxicodona,
el fentanilo y la buprenorfina. Por ejemplo, el 90% la población con
cáncer no tiene acceso a medicamentos derivados del opio por lo que
sufren dolores severos.
De acuerdo con información oficial, el consumo per cápita de
medicamentos derivados del opio en México tiene una tendencia creciente
desde el año 2000 cuando el consumo era de 2.44 miligramos y para el
2013 se estimó en 3.92 miligramos, que representa un aumento de 61%.
Dicho proyecto indica que en el 2010 el crimen organizado de México
tuvo un ingreso de 1.1 mil millones de dólares anuales por la producción
y trasiego de heroína hacia Estados Unidos y que en el caso de que se
legalizara el cultivo de la amapola, podrían modificarse los ingresos de
las organizaciones criminales ya que podría impactar en el precio de
los insumos para la producción de los opioides como son la goma de opio o
la resina de la amapola que se trafican principalmente hacia Estados
Unidos o los centros de consumo nacional.
No obstante, se cree que el impacto no sería sustancial sino marginal
en los ingresos de dichas agrupaciones criminales pues la principal
fuente de ingresos de estas no es la siembra de amapola sino el trasiego
ilícito de la heroína y otros opioides hacia el mercado norteamericano
que es el de mayor consumo en el mundo con el 4% de los 16 y medio
millones de consumidores a nivel mundial.
La propuesta mantiene la idea de que si se legaliza la siembra de la
dormidera se podría ayudar a los sembradores que en su mayoría son
campesinos sumamente pobres. Afirma que habría posibilidades de más
empleo e incremento de rentas generadas por la siembra de la amapola
entre los agricultores a quienes habría que convencer de los beneficios
económicos.
Sin embargo, destaca que tanto las licencias de producción, la
cantidad de sembradíos, las organizaciones de agricultores y los precios
estarían bajo la tutela y control gubernamental: la Secretaría de la
Defensa Nacional y la Policía Federal se encargarían de vigilar las
plantaciones y disuadir el desvío de la producción al mercado ilegal;
mientras que la extracción o cosecha estaría vigilada por la Comisión
Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS).
Se propone crear una empresa paraestatal que se encargaría de la
transformación de la paja de la amapola en alcaloides y el procesamiento
en el cual también podrían participar la industria farmacéutica. En
tanto que la distribución de los medicamentos derivados de la adormidera
lo harían el IMSS e ISSSTE, sin dejar a un lado a las farmacias
particulares que atiendan a los consumidores con prescripción médica.
Por cierto…Este proyecto de ley ya esta en manos del
gobierno saliente, solo falta que le den curso a una idea cuya
intensión es sublimar un problema y transformarlo en una solución. A ver
si se no se atoran entre tanto escándalo de vodevil.
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