1/26/2025

Columnas y opinión del periódico La Jornada del día domingo 26 de enero 2025


Existe una lectura geopolítica sobre la creación globalista del Foro Económico Mundial (FEM) de Davos en 1971: fecha de la salida de Nixon de los acuerdos de Bretton Woods que habían adoptado el patrón-oro vinculado al dólar, lo cual dio pie a la vorágine de las manipuladas turbulencias financieristas que asentaron sus reales 20 años después con la disolución de la URSS y el auge del modelo unipolar de la hoy caduca globalización financierista.

El globalista neoliberal FEM de Davos fue creación del banquero David Rockefeller, ex miembro ejecutivo del Council on Foreign Relations (que publica la sesgada revista de intoxicación ideológica Foreign Affairs), y del siniestro Grupo Bilderberg.

David fue heredero de la casta petrolera de los Rockefeller, en ese entonces jerarca de uno de los principales bancos de EU y el mundo: Chase Manhattan, que luego, por sus acrobacias financieristas, se fusionó con JP Morgan Chase (https://bit.ly/3EkVo4d), hoy principal “megabanco (https://bit.ly/441Gedg)” de EU.

El hiperquinético Rockefeller ideó la maligna Comisión Trilateral en 1973, dos años después de la salida del patrón-oro, que conjuga (ba) la economía capitalista de EU, Europa occidental (primordialmente Alemania) y Japón (https://bit.ly/3BTB4Xb), lo cual gozó del apoyo de dos geoestrategas de EU: el republicano Henry Kissinger y el demócrata Zbigniew Brzezinski.

Por cierto, el jázaro (https://bit.ly/3QqemJr) Krauze Kleinbort ha sido el único mexicano (sic) en haber pertenecido a la ignominiosa comisión (https://bit.ly/3Wv51El).

El polémico alemán Klaus Schwab, hoy de 86 años, de formación ingeniero mecánico y economista, es un pupilo de Kissinger, quien lo ungió como el presidente sempiterno y antidemocrático durante 54 (sic) años del globalista FEM de Davos.

Ahora, ante un foro totalmente deprimido por la aceleración de la desglobalización y el ascenso del soberanismo político de los BRICS+ y el sur global, Schwab osó invitar temerariamente al presidente 47 de EU, Donald Trump, notorio antiglobalista –como lo define su ideólogo Steve Bannon–, quien no perdió su oportunidad para regañar a la fauna globalista de Davos.

En su insólita intervención virtual por videoconferencia, Trump amonestó a las élites globalistas (https://bit.ly/42tkJTL), en particular a JP Morgan Chase (https://bit.ly/40v2XwH), primero de los cuatro grandes –junto a Citigroup (en severos problemas) y Wells Fargo– con un total de activos de 3.87 billones de dólares (trillones en anglosajón), y al Bank of America (BoA), ranqueado como el segundo banco multinacional de EU que ostenta un total de activos por 3.18 billones de dólares (trillones en anglosajón), con sede en San Francisco, California: primer lugar de la economía de EU.

Trump acusó al BoA de discriminar a 30 (sic) millones (sic) del total de sus 70 millones de usuarios estadunidenses, quienes no abogan con la agenda woke ni la agenda 2030 ni la agenda verde, ni los esquemas DEI (Diversity/Equity/inclusión; https://bit.ly/3PNgyL7) y ESG (Environmental/Social/Governance; https://bit.ly/40LrIGp).

La mayoría de los omnipotentes megabancos de Wall Street ya habían dado reversa a la agenda unilateral del Partido Demócrata que le provocó, entre otros factores, su apabullante derrota, mientras otorgaba un masivo mandato a Trump.

En pleno pánico, la revista globalista The Economist, propiedad de los banqueros Rothschild, arremetió, un día después a la filípica de Trump en Davos, contra la “presidencia imperialista de EU (https://bit.ly/4h86qIV)”: un presidente imperialista por primera vez en más de un siglo, quien resucita su ideología de la era de los ferrocarriles del siglo 19 (Project 1897) debido a su irredentismo mediante la extensión de sus fronteras de un país en expansión que incrementa nuestra riqueza y expande nuestro territorio.

El globalista The Economist no se entera del libro 52 años anterior a Trump del respetado historiador Arthur Schlesinger, La presidencia imperial (https://bit.ly/3Cpjs5y), cuyo título (https://bit.ly/4hrrEkA) plagió Krauze Kleinbort 25 años después (https://bit.ly/42oJtfW).

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Chemnitz es la cuarta ciudad germana que ostenta el título de Capital Europea de la Cultura y la primera de la ex República Democrática Alemana o Alemania del Este. En 1988, fue el entonces Berlín Occidental, en 1999 Weimar y en 2010 Essen. En este 2025, Chemnitz comparte el título con Eslovenia.

Distinguir a una urbe europea con el título también llamado de capitalidad, que resalta las manifestaciones culturales no sólo de la ciudad, sino de una región, es un título conferido por el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea, cuyo objetivo es lograr un acercamiento entre las ciudades del continente.

Ya institucionalizado en la Unión Europea, tuvo sus orígenes en 1985 como proyecto impulsado por la actriz Melina Mercouri, ícono del cine. Su talento también la llevó a ser cantante de éxito y su activismo político a ser nombrada en 1981 como la primera mujer ministra de Cultura, cargo que ostentó hasta 1989, para repetirlo entre 1993 y 1994.

Con amplia visión europeísta, Mercouri lanzó el proyecto de capital de cultura en el continente, y la capital griega fue la primera nombrada, en 1985. La herencia que dejó Melina Mercouri como figura cultural, política y del espectáculo del siglo XX es notable. Incluso Freddie Mercury, inolvidable e incomparable miembro de Queen, tomaría su apellido como nombre artístico, pues el real de origen persa era Farrokh Bulsara.

Espectacular fue el escenario que se montó alrededor del enorme busto de Karl Marx, donde se presentaron diversos espectáculos. La escultura de más de siete metros de altura y 40 toneladas de peso se encuentra sobre una base de cuatro metros y medio de granito, proveniente de Ucrania, y fue realizada en la antigua Leningrado, hoy San Petersburgo. La efigie fue inaugurada en 1971. La localidad ostentaba el nombre de Ciudad Karl Marx, y después de la caída del muro de Berlín recuperó su antiguo nombre, Chemnitz. Este busto es distintivo de la ciudad y domina el paisaje en una de las amplias avenidas. De hecho, está registrado como el monumento más grande de Europa. En 1990 se discutió la posibilidad de destruirlo sin encontrar consenso mayoritario.

Chemnitz tira la casa por la ventana en 2025 y sus pobladores mostraron entusiasmo al borde de la euforia el pasado 18 de enero, día de la inauguración, a la que asistieron alrededor de 70 mil personas. Durante el año se llevarán cabo unos mil actos y se presentarán más de 200 proyectos culturales en esta ciudad de 250 mil habitantes. Las inversiones para todo el año cultural ascienden a 100 millones de euros, que proceden del gobierno federal, el estado federado de Sajonia y las 38 cabeceras municipales de esta urbe.

Chemnitz se encuentra al noreste de Alemania y pertenece al estado de Sajonia, en lo que era parte de la República Democrática Alemana, en cercanías de la frontera con Polonia y la República Checa. La imagen de esta ciudad se ha asociado a las manifestaciones de extrema derecha y ataques neonazis.

En la gran cantidad de actos organizados, una línea común es la defensa de la democracia, espacios ideados para manifestaciones culturales tomando en cuenta la diversidad y la lucha contra el extremismo de derecha. Se intenta crear una nueva imagen, que vaya más allá de la gris ciudad industrial del pasado; reinventarse con nuevas ideas y sobre todo mostrar al mundo que Chemnitz va más allá de los preconceptos con que había sido definida.

Alia Lira Hartmann, corresponsal

“Yo tengo una fundamentación ( sic) que a lo mejor está (es) errónea: tiene que ver con el poder que tienen ciertos empresarios que son fanáticos ( resic) de esta mal llamada tradición ( recontrasic de casi cinco siglos), que desde mi punto de vista transgrede absolutamente la dignidad de todos los seres vivos no humanos” ( sicazo que resonó en los infernales rastros del planeta), declaró en entrevista el diputado Jesús Sesma, del pragmático y útil al sistema político, Partido Verde Ecologista de México. Como no lo caracteriza el rigor de sus fundamentaciones, este verde, sin idea de lo que está hablando, supone que los emprezafios que en las recientes tres décadas se han encargado de la fiesta de los toros en el país, son fanáticos de esta tradición. No, Sesma, sólo son potentados que utilizan la tauromaquia como terapia ocupacional y sin regulación alguna. Un empresario fanático o exageradamente entusiasmado por algo, se obsesiona por el éxito de sus empresas, no por hacer el ridículo.

Hará poco más de veinte años presenté a algunas asociaciones sugerencias para el mejor manejo de su imagen institucional, con la finalidad de difundir en los medios, autoridades, público en general y asociados, una imagen de su asociación como organismo fundamental de la fiesta brava de México y su importante contribución a esta tradición mediante su añejo desempeño profesional.

Propósitos tan sencillos como: enfatizar la importancia económica, cultural e identitaria que entraña su actividad profesional, tanto para la salud del negocio taurino como para el país, subrayar el sentido de la tauromaquia como patrimonio de los pueblos donde es aún vigente, así como su originalidad y misterio, en contraste con la uniformidad del resto de los espectáculos en el mundo. Desarrollar probados sistemas de capacitación, tanto para los propios asociados como para comunicadores, público aficionado y las mismas autoridades. Y reforzar el perfil, papel cultural y sentido social de su asociación ante la sociedad mexicana.

Lo anterior sería mediante: a) Videocharlas con filmaciones de faenas memorables, de ser posible con la presencia del ganadero, el matador y algunos miembros de la cuadrilla. b) Conferencias especializadas y mesas de debate. c) Cine-club taurino, quizá con los comentarios del director o actores, así como de ganaderos y toreros y un moderador especializado en cine. d) Recitales de poesía y música alusivos a la tauromaquia como expresión cultural de algunos pueblos. e) Presentaciones de libros, nacionales y extranjeros. f) Convocatoria anual a concursos de tesis profesionales sobre temas relacionados con la fiesta de los toros. g) Exposiciones temporales de pintura, escultura, fotografía y colecciones particulares. h) Visitas guiadas, semanales o mensuales, a ganaderías de reses bravas y a tentaderos didácticos. i) Cursos periódicos de actualización, con videos y apoyos visuales, dirigidos a comunicadores, peñas, jueces y público.

Concluía que no se trataba de convertir a las respectivas asociaciones en secretarías de cultura taurina, sino de empezar a llenar el enorme hueco informativo y formativo que se ahondaba en torno a la comprensión y valoración del toro de lidia y del torero y su impredecible comportamiento en el ruedo. Advertía que, en materia de recursos humanos, materiales y financieros, con el apoyo de patrocinadores, socios y empresarios, la intervención de un coordinador imaginativo, una difusión atractiva y oportuna de cada evento y la elección de un local estratégico, los costos serían mínimos y los resultados, a corto y mediano plazos, de gran beneficio para la imagen pública de esas asociaciones y el fortalecimiento de la tradición taurina de México. A nadie le interesó.

EDITORIAL
Una semana después de haber realizado el saludo nazi durante las celebraciones por la investidura de Donald Trump, Elon Musk apareció vía videoconferencia en un acto de campaña del partido neonazi AfD (Alternativa por Alemania). En su breve alocución, el hombre más rico del mundo dijo a la audiencia que es bueno estar orgulloso de la cultura alemana, de los valores alemanes y no perderlos en una especie de multiculturalismo que lo diluye todo, palabras calcadas de las advertencias de Adolf Hitler y sus secuaces acerca de la amenaza de dilución de la raza alemana.

Musk es quizá el más extremista y mediático de los multimillonarios que acompañan a Trump, pero dista de ser el único. En meses recientes, el director de las redes sociales más poderosas del mundo, Mark Zuckerberg, completó un giro a la derecha que parece tener tanto de intento de congraciarse con el presidente de Estados Unidos como de convicción propia en los antivalores del conservadurismo. Así, integró a la junta directiva de su conglomerado Meta a Dana White, empresario del círculo íntimo del mandatario bien conocido por sus posturas retrógradas; eliminó a los verificadores de información independientes y movió los equipos responsables de las políticas de contenido a bastiones republicanos. Dichos movimientos indican que en lo sucesivo Facebook e Instagram abandonarán por completo a mujeres, integrantes de la comunidad de la diversidad sexual, latinos, afroamericanos y personas con puntos de vista progresistas a manos de las hordas de bots y trolls de derecha que difunden discursos de odio, perpetran actos de hostigamiento y amenazan las vidas de quienes consideran indeseables, tal como ocurre en X desde que fue adquirida por Musk. Zuckerberg ha dado muestras de comulgar con el ideario misógino de la audiencia a la que ahora corteja al declarar, por ejemplo, que el mundo empresarial se ha feminizado y que necesita más energía masculina.

De forma menos notoria pero no menos dañina, trasnacionales como McDonald’s, Walmart, Boeing, Molson Coors, Lowe’s, Ford, Brown-Forman (fabricante del whiskey estadunidense más famoso), John Deere, entre otras, se plegaron a los deseos de Trump de eliminar todas las iniciativas de de diversidad, equidad e inclusión (DEI, por sus siglas en inglés), creadas en los últimos años para paliar las desigualdades históricas de afroamericanos, mujeres y otros grupos vulnerables en el acceso a puestos laborales y cargos directivos, así como para atajar las omnipresentes conductas sexistas. Amazon, cuyo propietario se ha mostrado cada vez más cercano al presidente, fue más allá al calificar los esfuerzos de DEI como programas y materiales obsoletos, mientras John Deere afirmó que borrará de sus documentos todo mensaje con motivaciones sociales. En suma, la eliminación del debate, la exclusión de las divergencias y la imposición de una visión única, todo ello en una cruzada conjunta entre el poder político y los grandes capitales que recuerda de manera tan inquietante como las declaraciones de Musk al ascenso del fascismo que condujo a las mayores matanzas de la historia.

En buena medida, estos movimientos han sido facilitados por la sentencia de la Suprema Corte estadunidense que ilegalizó los programas de Acción Afirmativa en las universidades, los cuales garantizaban cupos a comunidades marginadas. Ese fallo constituyó un auténtico pistoletazo de salida para los sectores que desean retroceder a los tiempos anteriores a la Ley de Derechos Civiles de 1964, cuando la segregación estaba consagrada en las legislaciones; o quizá a 1920, antes de que se reconociera el derecho al sufragio femenino. Tal vez, a tiempos aún más oscuros. En suma, Estados Unidos, su gobierno y sus magnates encabezan un movimiento cada vez más difícil de distinguir del fascismo, y el desarrollo de los acontecimientos demuestra que, cuando está dominado por cómplices de la oligarquía, el Poder Judicial de una nación no supone un freno, sino un catalizador de los proyectos más inhumanos.

Un tiempo sin valores


Es de pensarse que hoy hay más educación en el mundo y, sin embargo, con la globalización presente y la tecnologización consiguiente, persiste la humillación de los pobres y, como si fuera poco, existen dos guerras activas: Ucrania y el genocidio en la franja de Gaza.
 

¿Acaso esto no es el fracaso de la educación? Más propiamente vulgarización cultural expresada en el culto a la banalidad y ausencia de valores. La risa como justificación de la estupidez más que de alegría.

Cuando Platón pensaba en un tiempo con moralidad social parece que no alcanzaba a ver la aberración de la esclavitud; (dicen los platonistas que se dio cuenta al final de sus días). Cabe pensar en un nuevo tiempo de hombres y mujeres con respeto a la centralidad humana, educación mediante; sea la norma, no la excepción.

José María Martinelli

Narcotráfico es excusa de EU para intervenir en otros países, opina
Desde hace mucho tiempo me he preguntado cómo estos grandes capos del narcotráfico, de origen humilde, con apenas estudios elementales, han organizado complejas organizaciones financieras que operan en varios países. Cómo es posible que sellen herméticamente la frontera y sigan pasando armas a México, que quieran combatir a los cárteles mexicanos en nuestro país y no puedan hacerlo en su territorio, yo creo que esto una farsa, caída la amenaza del comunismo, los Estados Unidos, han tomado el pretexto del narcotráfico para intervenir en otros países.
Emilio Vivar Ocampo

Justicia por el ultraje a Ernestina Ascencio
El 6 de febrero de 2007 la indígena nahua empobrecida, monolingüe y adulta mayor de 73 años de edad Ernestina Ascencio Rosario fue violada tumultuariamente hasta la muerte por miembros de la Secretaría de la Defensa Nacional (Defensa). Doña Ernestina nació y murió en Soledad Atzompa en la Sierra de Zongolica en el estado de Veracruz, considerada la región más pobre de México.Este jueves 30 de enero, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorIDH) celebrará una audiencia pública que juzgará la violencia sexual y tortura que miembros del Ejército mexicano perpetraron contra doña Ernestina Ascencio, provocando su muerte, y al Estado Mexicano por la omisión en garantizarle la atención médica adecuada y oportuna que pudo salvar su vida.El caso de doña Ernestina fue sólo uno de los miles de casos de violación de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad que se cometieron durante los gobiernos de Fidel Herrera Beltrán, en Veracruz, y Felipe Calderón Hinojosa, en el país, por los que deben ser juzgados.
Invitamos a seguir la transmisión en vivo en el canal de YouTube de la Corte https://www.youtube.com/@CIDH_IACHR y solicitamos a la presidenta Claudia Sheinbaum, a la Secretaría de la Defensa Nacional y a la gobernadora Rocío Nahle una disculpa pública y la garantía de no repetición.
Iván Uranga

Plan México privilegia a unos cuantos, acusa
El gran capital, venga de dónde venga, no resolverá los graves problemas del país sin la participación directa de los trabajadores y sin dar un impulso a fondo al campo, al sector social de la economía, a los ejidos, las comunidades, los pequeños y medianos productores y las cooperativas, no sólo siendo tomados en cuenta para elaborar un plan, sino haciéndolos partícipes de la apropiación justa de la riqueza, hoy negada y en favor de unos cuantos, quienes por cierto fueron los artífices del Plan México, privilegiando las grandes inversiones con estímulos fiscales importantes a las cuales sólo pueden acceder los grandes capitales. Por cierto, el Plan anunciado contempla 277mil millones de dólares de inversión en 6 años, equivalente a 5.7 billones de pesos y el pago de intereses de la deuda pública será alrededor de 9 billones.Si queremos profundizar lo hasta hoy logrado, debemos plantearnos salir de las formas del modelo neoliberal hasta hoy vigentes. No perder de vista que la esencia del capital es la ganancia; este Plan está impregnado de una visión empresarial, en defensa de sus intereses, ellos fueron los grandes invitados a su elaboración.Se requiere de un plan que vea hacia abajo y a las mayorías, no sólo como los pobres que requieren asistencia social sino su capacidad productiva; que vaya por el cambio del modelo agropecuario que viene provocando año con año una disminución en la producción de productos básicos como el maíz, frijol, trigo, etcétera, con importación récord de granos y carne y cada vez más lejos de la soberanía alimentaria. Un plan que pare la sangría del pago del costo financiero de la deuda pública, de la acumulación escandalosa del capital en muy pocos, las inmensas ganancias de los bancos, en fin. El Plan México no puede ser sólo con quienes se han aprovechado de México.La imagen de Trump con los multimillonarios atrás no es la imagen que queremos para México.
Benito Mirón Lince

Todos los imperios caen. Y el que están pretendiendo construir Donald Trump y Elon Musk juntos también caerá. Nuevamente necesitamos revisar la historia y constataremos que no hay nada nuevo en el frente. La historia se repite y las leyes sociales se manifiestan de nuevo.

Los negocios inmobiliarios del presidente Trump y la invasión de empre-sas y otros negocios del sudafricano Musk aparentemente tienen una fuer-za invencible.

Un ejemplo de ese tipo de imperios todopoderosos por lo avasallador fue el imperio romano. Recordemos que, en Europa occidental, se manifestó como un superestado centralizado cuya duración alcanzó los 500 años. Y finalmente se derrumbó.

Su fuerza, como ya dijimos, fue invencible para cualquiera de los países que existían en ese momento. La presencia de los militares romanos fue desvaneciéndose, debilitando su fuerza en forma gradual, casi imperceptible, pero después de cientos de años, diversos motivos provocaron su derrumbe final.

Algo similar está sucediendo con la fuerza y presencia indudables del país que ha sido el más agresivo en el siglo XX, por su tipo de economía, por las ventajas que siempre obtiene de los países con los que entabla algún tipo de relación o bajo su dominio.

Diversas opiniones forman un panorama de la situación actual que vivimos no sólo en América Latina, sino en todo el mundo, de lo que serán estos próximos cuatro años del gobierno de Trump.

Sin embargo, un punto importante que no tuvo en su primera estadía en la Casa Blanca es la presencia de un personaje ambicioso, siniestro y sumamente ignorante, como lo es Elon Musk.

Uno de los objetivos oscuros de este millonario con varias nacionalidades adquiridas es llegar al poder, pero ahora con un territorio tangible. Ya llegó al gobierno republicano por invitación del mismo Trump.

Lo que no sabe el presidente es que, además de consejero empresarial, Musk lo está utilizando como salvoconducto para llegar a la Casa Blanca en el menor tiempo posible. Cuatro años de espera no son nada para Musk.

El club de millonarios exclusivos es liderado, sin duda, por el sudafricano. Ahora buscará eliminar o, por lo menos, mantener al margen a todos aquellos millonarios del mundo que le puedan estorbar en un futuro próximo.

Así ha iniciado un conflicto con otro de su especie. Nos referimos a Carlos Slim, millonario mexicano que ha venido reinventándose ante el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.

Lo repitió en varias ocasiones el presidente Andrés Manuel López Obrador, cuando se refería a que no siempre la gente que ha logrado millones en su haber es necesariamente negativa. Sin embargo, y como ya lo han descrito infinidad de analistas en economía y en política, los millonarios lograron tal cantidad impresionante de dinero por acciones de abuso sobre el trabajo de millones de personas o por la apropiación ilegal de bienes públicos, o particulares.

En resumen, los millonarios no son blancas palomas. Casi nunca han sido ejemplo de honestidad absoluta, o de gran bondad con sus empleados. La corrupción y la explotación, en muchas ocasiones imperceptibles, son características del método que han seguido los millonarios estadunidenses y de todo el mundo: explotación y más explotación.

Dicho actuar lo tenemos muy presente el pueblo mexicano. Pero, ¿qué dicen los trabajadores en Estados Unidos?

Las protestas de la clase trabajadora estadunidense están presentes en cada gobierno republicano o demócrata. Lo que pasa es que esa parte de la vida laboral de ese país no es negocio para las grandes empresas noticiosas. De hecho, no les interesa.

En una encuesta reciente, la opinión generalizada es que el gobierno anterior de Trump es una muestra de corrupción, de ineficiencia y, sobre todo, de burocracia.

Elon Musk no mejorará en nada el estilo de gobernar del presidente. La presencia del millonario dueño de la plataforma X no va a mejorar al gobierno republicano.

Lo que sí podemos intuir es que el principal objetivo de Elon es llegar, a como dé lugar, a la presidencia de Estados Unidos y, si es necesario, derrumbar a su actual amigo Donald Trump; sin duda y sin el menor recato, lo llevará a cabo.

* Colaboró Ruxi Mendieta

Sería alevoso volver a citar al asesor del presidente Clinton quien hizo célebre su consigna es la economía, estúpido, pero es, sin duda, pertinente. Vaya que hay mucha economía debajo de todos y cada uno de los actos, actores y arrebatos del nuevo gobierno de Estados Unidos de América. Es cuestión de leerlos con alguna calma y menos angustia para darse cuenta de que, como todas las oligarquías que han pasado por la historia, sus decisiones y previsiones giran en torno al poder, su ejercicio y conservación, a más de engrosamiento, pero se articulan en planes, conjuras y proyectos que directamente y no tienen que ver con eso que llamamos economía.

El dilema es que la economía no nos ofrece respuestas ni claves accesibles para desentrañar unas conductas como las del presidente Trump y sus correligionarios. Mucho menos nos ayuda para vislumbrar las perspectivas de tal desatino histórico como es la segunda llegada al poder de Trump y su banda. Sin atender a la política y las mentalidades, difícilmente podremos acceder a la plataforma de entendimiento que necesitamos para discernir este tsunami y arriesgarnos a proyectar sus desempeños. En la economía como en la política y más allá.

No debería ser debatible ahora postular que el gobierno (re)estrenado busca realizar su gran transformación en los mercados, la conformación de las burocracias y sus relaciones con el resto del mundo. Volver a hacer grande a Estados Unidos, frase que ilumina su estruendosa y agresiva retórica y que ha sabido vender bien entre los millones de estadunidenses convertidos en fieles seguidores.

Los organismos multilaterales, que no pocos hemos visto como el corazón de una Naciones Unidas volcada a la defensa de la paz y los derechos de las personas, han sido despreciados y abandonados por los testaferros de Trump en tanto que sus relaciones bilaterales han sido puestas en entredicho, en particular la nuestra y la que mantienen con Canadá.

Todo en menos de 24 horas, aunque desplantes más que anunciados en su campaña bélica por la presidencia y las semanas previas a su toma formal del poder estadunidense. ¿Y nosotros? Somos víctima propiciatoria y villano preferido y, a los ojos del trumpismo, esa imagen deberá conservarse al inicio, en medio y al final de unas negociaciones que guste o no tendrán que ir más allá de las revisiones previstas del T-MEC para el año entrante.

De hablar bien y con vigor, y de buscar persuadir se tratarán estas ominosas jornadas que el canciller De la Fuente habrá de encabezar contando con el apoyo oportuno y eficaz del secretario de Economía.

Los temas no son pocos y, menos aún, sencillos; aluden a lo que varios observadores y estudiosos han llamado policrisis porque se trata de un tejido intrincado que refiere a la economía, el comercio y las finanzas, al gran tema del cambio climático y, en el centro, el enorme desafío de una cuestión migratoria. Una migración que ha dejado de ser asunto sectorial, que se complica con el paso de las horas, y anuncia el ensanchamiento de las brechas sociales, así como de nuevas incursiones del crimen organizado y de violaciones a los derechos de millones que reclaman un trato humanitario.

Pecaré de impertinente una vez más, pero aparte de una contribución efectiva y significativa en divisas de nuestros superricos, se requiere de la generosidad de todos los mexicanos y no sólo de su comprensión distante. Así lo demandan los grandes números de expulsados mexicanos y unas complejidades jurídicas del otro lado que no admiten improvisaciones ni bravatas.

La conexión americana tiene que servirse de los generosos servicios de, por ejemplo, la American Civil Liberties Union (ACLU), pero no sólo. Se necesita mucho más. Son abogados y todo tipo de auxiliares y expertos los que deberán jugar del lado de los migrantes y para eso se requieren destrezas y conocimientos en los que poco nos hemos preocupado. Años de autocomplacencia que hoy, con el espectro grotesco de Trump y su banda, se nos presentan como grandes carencias que reclaman urgente atención que no se ha brindado.

El tema de la migración es crucial y se le ha dado poca visibilidad, enfatizaba la filósofa española Adela Cortina en noviembre de 2023 por los 75 años de la Cepal. Y agregaba: “No es solamente uno de los grandes retos de nuestro tiempo, sino que puede que sea el mayor reto (…), es un verdadero desafío que deberíamos tener muy en cuenta porque afecta a todos los países y sólo con la colaboración de todos los países se podrá resolver”.

Será que ahora, en medio de la catástrofe, se atenderán las llamadas que ayer desoídas hoy devienen tragedias para muchos mexicanos y sus familias que no son criminales, como con furia y miedo expresó uno de ellos al regresar a Tijuana.

Lamento y reclamo de muchos más, del Sur y lo que siga.

Queda en el tintero, por ahora, un artículo sobre las medidas de Trump para acabar con el asilo, cerrar la frontera y deportar a millones (sic) de migrantes residentes indocumentados, que desde hace décadas viven y trabajan en el otro lado.

Otro artículo sobre Trump resulta quizá necesario, pero no es urgente, cuando todavía tenemos la posibilidad de ver, oír y palpar otras texturas, como la oportunidad de ver y admirar a un artesano mexicano trabajar con las manos y olvidarnos, por un rato, de toda la escoria que oímos y leemos en estos días.

En países donde la artesanía sigue viva y vigente, como en México, Perú y otros países, la posibilidad de conocer y tratar al artesano personalmente está abierta y depende del interesado. Es más, uno puede observar y aprender del artesano en su proceso creativo.

Es el caso de Daniel Aguilar, que trabaja en un taller dedicado al barro bruñido, en Tonalá, Jalisco. En una ocasión pude observar cómo pintaba una línea muy delgada en una taza de café, propiamente un vaso, sin aza y a mano alzada pintaba una línea muy delgada por todo el exterior y también el interior. La línea blanca, sobre el fondo café, se podría decir que partía la taza en dos.

Se trataba de una producción en serie para un pedido, pero la hechura y la pintura era artesanal, única, muy similar, pero al mismo tiempo diferente. Quedan pocos pintores en México que tengan tal grado de maestría al hacer una línea tan sencilla, pero al mismo tiempo tan compleja y tan perfecta.

Obviamente Daniel tiene obra mucho más interesante que una taza de café y trabaja al lado de uno de los grandes maestros del arte popular, como Ángel Santos. Pero cada quien tiene sus habilidades y destrezas, así como su propia caja de pinceles.

Le pregunté a Daniel por el pincel que utilizaba para pintar esa línea tan fina y tan larga y me dijo que para eso tenía uno con pelo de ardilla joven. Y me enseñó su caja de pinceles, una lata alargada, muy traqueteada, donde había una docena de pinceles, todos elaborados por él mismo y de diferentes pelos y grosores: ardilla, perro, gato, tlacuache y otros. Cada uno era para algo diferente, incluso los ya muy gastados servían para hacer puntos en la decoración, para rellenar espacios, algo tan característico de la artesanía mexicana, el horror al vacío. Y le pregunté cómo conseguía las ardillas y, muy orgulloso, me dijo que se las traía el chucho del taller, que era muy buen cazador y de vez en cuando les llevaba a mostrar sus trofeos.

En otra ocasión fui a visitar el taller del maestro Martín Ibarra, en el pueblo lacustre de Cajititlán, llamado San Juan Evangelista. No estaba y nos atendió su esposa. Preguntamos por unas figuritas zoomorfas que eran silbadores y resulta que ella los hacía, mientras Martín se encargaba de hacer sus famosas vírgenes amponas y patronas de diferentes localidades de la región: la trilogía jalisciense de Talpa, Zapopan y San Juan de los Lagos.

Al conversar sobre sus piezas pequeñas y cómo le hacía para sacar diferentes sonidos, nos invitó a su taller, un cuarto con poca luz y muchas piezas, unas en buen estado y otras rotas. Se colocó en medio del cuarto, se sentó en un banquito y de una bolsa de plástico empezó a sacar barro y amasarlo con las manos. Hizo algo así como una tortilla, pero ovalada, ella mismo dijo que había que formar como un taquito y dejar una cavidad adentro. Poco a poco, la palomita fue tomando forma. En la cola le hizo un hueco con un alambre hasta la cavidad y luego, en el lomo, le abrió otro con un cuchillo, por donde saldría el aire.

Y ahí estuvo unos minutos trabajando, hasta que salió el primer silbido, débil pero audible, luego fue cambiando el tono a medida que moldeaba la salida y el sonido ofrecía distintas variantes y mayor fuerza. Una vez satisfecha con el resultado le añadió unas patitas y moldeó la cabecita para darle la forma a la paloma. En 10 minutos vimos cómo fabricaba ocarinas, flautas y silbatos de esta tradición ancestral, que nos viene desde tiempos prehispánicos.

En ambos casos, tanto Daniel Aguilar como la señora de Ibarra, no figuran en el libro de Grandes maestros del arte popular, pero forman parte de un equipo, de un verdadero taller, como aquellos de la edad media y el renacimiento, donde se aprende y se enseña el oficio, donde padres e hijos, vecinos y paisanos perpetúan tradiciones, las transforman y las recrean.

En México, todavía podemos volver al pasado y gozar del presente que te dan estas maravillosas oportunidades. Sólo hay que buscarlas y aprender a gozarlas.

Hay una tendencia generalizada a hablar de la izquierda y de su memoria. Una forma, creo, ilusoria de reconocer realmente los diversos procesos del panorama histórico de las izquierdas. No hay una izquierda, hay varias y corresponden a diferentes proyectos. Esta es una mirada que no incluye, sino hegemoniza, típica de los que se sienten herederos de la autonombrada izquierda de la vanguardia histórica: el Partido Comunista como experiencia rectora. Cuando inician hablando de la izquierda, finalmente sólo se refieren a la estela de ese partido. En cuanto a la memoria sucede lo mismo, no hay una memoria, sino tantas como izquierdas hay y hubo. Esto complica en mucho el análisis, sobre todo si nos referimos solamente a los planteamientos teóricos, sin mirarlos a la lupa de una práctica real. La memoria no es el pasado real, es lo que uno vivió y hasta cierto punto escoge para valorarlo, darle un significado hoy día. Ni tampoco consiste en levantar un monumento impoluto o una crítica devastadora. Otra cosa es pretender la memoria histórica.

Si quisiéramos avanzar en el complejo camino de recuperar las memorias para sacar conclusiones y no repetir prácticas y ensalzar teorías sin mucho sentido, tendríamos que aceptar que existieron y existen críticas a conocidas prácticas muy reiteradas y sostenidas hasta nuestros días. Se habla mucho de la democracia como herencia sólida de la izquierda, sobre todo de aquella vanguardia histórica, desde donde dicen nació ese planteamiento de unidad y lucha electoral. Se reitera en libros y artículos.

Mi memoria sobre este tema recoge las experiencias que viví. Primero en el 68, como tantos otros que nos lanzamos a las calles con volantes, que subimos a los camiones a echar rollo y que de milagro salimos vivos de Tlatelolco. Comparto la opinión de Raúl Álvarez Garín quien siempre dijo que a una gran mayoría esto nos aventó a la militancia, por muy distintos caminos. Yo entré a la Liga Comunista Espartaco en su última versión, ya no estaba Revueltas y había un gran debate interno. Después, por ciertas peripecias, fui a Chile, donde viví la cruda división de los partidos y sus prácticas gubernamentales, frente a un creciente poder popular que germinaba en los barrios y fábricas. Cuando se dio el golpe de Estado muchos nos fuimos a Cuba, una torrencial y profunda revolución en marcha.

Mi primer contacto con el proyecto unitario fue al retorno a México en los años 80. Entré al Partido Socialista Unificado de México (PSUM). Entre todas las corrientes, el Partido del Pueblo Mexicano (PPM) me pareció la más arraigada en el pueblo y con un trabajo importante incluso en lo electoral. Alejandro Gascón había ganado las elecciones en Nayarit y su triunfo fue anulado por la violencia y el acuerdo PRI-PPS. En la revista Por Esto habíamos hecho reportajes sobre el triunfo de la Coalición Obrera, Campesina, Estudiantil del Istmo (COCEI) en Oaxaca. Gascón era indiscutiblemente un líder que encendía a las masas con su voz y presencia. Martínez Verdugo era todo lo contrario, un burócrata taciturno pero hábil, el jefe de los aparatos. La nominación de las candidaturas marcó la profundización de la lucha interna por el control del partido. Sabíamos que el Partido Comunista Mexicano (PCM) pasaba por una confrontación interna entre los dinosaurios y los “renovadores“, esto pudo haber definido ciertas alianzas, pero a final de cuentas, la mayoría se plegó a la camiseta dominante. A pesar de que el PCM se diluía aparentemente, comenzó un conjunto de prácticas que nos sorprendieron: los aparatchiki desplegaron control de asambleas, control de afiliaciones, control de recursos.

El control de todos estos aspectos es clave para dominar los congresos. Las batallas sórdidas se dan en los archivos, varios personajes, recuerdo a Unzueta y Posadas, estaban allí noche y día como sabuesos; una tarea farragosa que por el PPM encabezaron César Navarro y Valero. Afiliaciones aparecían y desaparecían según el bando. Por otro lado, el control hegemónico descansó, como en muchos PC, en la descalificación: ellos eran los dueños únicos y verdaderos de la esencia marxista; nosotros no éramos más que la Ola Verde, expresión despectiva hacia el movimiento campesino, calificado como levanta dedos que ni siquiera sabían pensar y hablar. Muchas veces les recordamos el veredicto de Revueltas, nuestro proletariado sin cabeza era su verdad.

La lucha por la democracia se reducía cada vez más al predominio hegemónico. Un último dato inolvidable, el propio Jardón reconoció y anotó en su libro Itaca: la construcción de comités paralelos financiados centralmente en los estados donde predominaba fuertemente el PPM, en Nayarit el primero, en Guadalajara, en Sinaloa, Sonora, Baja California, etcétera, Jardón lo relata diciendo que Pablo Gómez, secretario general del PSUM, lo comisionó a llevar dinero a Nayarit para dicho fin. Es un testimonio valioso de un ex miembro del PCM. En 1986 nos salimos del PSUM. El PRD, heredero directo del PSUM, protagonizó las mismas prácticas y así terminó. El discurso democrático sigue repitiéndose envuelto en estas prácticas.

* Investigadora de la UPN. Autora de El INEE

Hace 35 años, el mundo experimentó un cambio de época con el colapso del comunismo europeo. Se sabe que Francis Fukuyama (https://bit.ly/4gjFyUW) llamó a este momento el fin de la historia (https://bit.ly/4hvCeHf ),prediciendo que todas las sociedades terminarían convergiendo hacia la democracia liberal y las economías de mercado. Hoy en día, es casi un cliché observar lo equivocada que estaba esa predicción. Con el regreso de Donald Trump y su movimiento MAGA, tal vez deberíamos llamar a la era actual el fin del progreso.

La mayoría de nosotros damos por sentado el progreso. Pero deberíamos recordar que los estándares de vida hace 250 años apenas diferían de los de hace 2 mil 500 años. No fue hasta la Ilustración y la Revolución Industrial cuando logramos las enormes mejoras en cuanto a la esperanza de vida, la salud y los niveles de vida que han definido la modernidad.

Los pensadores de la Ilustración reconocieron que la experimentación científica podía ayudar a las personas a entender a la naturaleza y crear nuevas tecnologías transformadoras, y que las ciencias sociales podían permitir una coordinación más estrecha de los esfuerzos por mejorar las condiciones de todos los miembros de la sociedad. Esos esfuerzos requerían que el estado de derecho desplazara al absolutismo, que el respeto por la verdad prevaleciera sobre el oscurantismo y que se elevara la experiencia en cuanto a los asuntos humanos. Entre los rasgos más inquietantes de la revolución MAGA está su rechazo frontal de estos valores.

¿Puede continuar el progreso? De la misma manera que los soviéticos consiguieron lanzar Sputnik, puede que veamos a Trump y a sus seguidores presidir hazañas tecnológicas notables en el espacio y en inteligencia artificial. ¿Pero podemos realmente esperar que la nueva oligarquía estadunidense supervise avances sostenidos y ampliamente compartidos? Los que están ahora en el poder se sienten motivados absolutamente por la búsqueda de riqueza, y no tienen reservas a la hora de acumularla mediante la explotación y la búsqueda de renta. Ya han demostrado su ingenio a la hora de ejercer el poder de mercado y aprovechar los medios de comunicación y las plataformas tecnológicas para promover sus intereses privados mediante la manipulación y la desinformación generalizadas.

Lo que diferencia a la corrupción estadunidense actual de las formas pasadas es su enorme escala y descaro. La idea de meter billetes de 100 dólares en sobres de papel marrón suena pintoresca comparada con lo que tenemos ahora. Los oligarcas estadunidenses pueden contribuir abiertamente con cientos de millones de dólares a la campaña electoral de un político a cambio de favores. El préstamo sin condiciones de 465 millones de dólares (https://bit.ly/4jtEsc2) que Tesla recibió de la administración del presidente Barack Obama hace 15 años parecerá una miseria en comparación con lo que se avecina.

El progreso requiere inversiones en ciencia básica y una mano de obra calificada. Sin embargo, durante su primer mandato, Trump propuso (https://bit.ly/4gcVSH5) recortes tan masivos en la financiación de la investigación que incluso sus colegas republicanos se opusieron. ¿Mostrarán la misma disposición a resistirse esta vez?

En cualquier caso, ¿sigue siendo posible el progreso cuando las instituciones responsables del avance y la transmisión del conocimiento son objeto de ataques constantes? Al movimiento MAGA nada le gustaría más que acabar con las instituciones de élite donde se produce tanta investigación de vanguardia.

Ningún país puede prosperar verdaderamente si gran parte de la población sufre carencias en educación, salud y alimentación nutritiva. En Estados Unidos, alrededor de 16 por ciento (https://bit.ly/4h8JPvB) de los niños crecen en la pobreza, el desempeño (https://bit.ly/3EbKTAt) global en las evaluaciones educativas internacionales es mediocre, la malnutrición (https://bit.ly/42vtD38) y la falta de vivienda se han generalizado y la expectativa de vida (https://bit.ly/3PQcFFe) es la más baja entre las principales economías avanzadas. El único remedio es más y mejor gasto público. Sin embargo, Trump y su equipo de oligarcas están empeñados en recortar el presupuesto todo lo que puedan. Hacerlo dejaría a Estados Unidos aún más dependiente de la mano de obra extranjera. Pero los inmigrantes, incluso los altamente calificados, son un anatema (https://bit.ly/4hm7lVM) para los seguidores del MAGA de Trump.

Aunque Estados Unidos ha sido durante mucho tiempo líder mundial en el avance de la ciencia y la tecnología básicas, es difícil ver cómo esto puede continuar en un gobierno de Trump. Veo tres escenarios posibles. En el primero, Estados Unidos finalmente acepta sus problemas profundamente arraigados, rechaza el movimiento MAGA y reafirma su compromiso con los valores de la Ilustración. En el segundo, Estados Unidos y China continúan por el camino del capitalismo oligárquico y del capitalismo de Estado autoritario, respectivamente, mientras el resto del mundo queda rezagado. Por último, Estados Unidos y China mantienen su rumbo, pero Europa adopta la bandera del capitalismo progresista y de la socialdemocracia.

Lamentablemente, el segundo escenario es el más probable, lo que significa que debemos considerar cuánto tiempo más se podrán seguir gestionando las crecientes deficiencias de Estados Unidos. China cuenta con enormes ventajas en el desarrollo de tecnología e inteligencia artificial, debido a su enorme mercado, a su amplia oferta de ingenieros y a su compromiso con la planificación a largo plazo y la vigilancia integral. Asimismo, la diplomacia china respecto de 60 por ciento de los países no occidentales ha tenido mucho más éxito que la estadunidense. Pero, por supuesto, ni China ni los Estados Unidos de Trump están comprometidos con los valores que han impulsado el progreso desde finales del siglo XVIII.

Trágicamente, la humanidad ya se enfrenta a desafíos existenciales. Los avances tecnológicos nos han dado los medios para destruirnos a nosotros mismos, y la mejor manera de evitarlo es a través del derecho internacional. Además de las amenazas que plantean el cambio climático y las pandemias, ahora también tenemos que preocuparnos por la IA no regulada.

Algunos dirán que, aunque haya una pausa en el progreso, las inversiones pasadas en ciencia básica seguirán dando valiosos frutos. Además, agregarán los optimistas, todas las dictaduras finalmente terminan y la historia continúa. Hace un siglo, el fascismo asoló al mundo. Pero eso condujo a una ola de democratización, en la que movimientos de descolonización y derechos civiles contrarrestaron la discriminación racial, étnica y de género.

El problema es que esos movimientos exitosos sólo llegaron hasta cierto punto, y el tiempo no está de nuestro lado. El cambio climático no esperará a que nos decidamos a actuar. ¿Disfrutarán los estadunidenses de un progreso continuado en forma de prosperidad compartida, basada en la educación, la salud, la seguridad, la comunidad y un medio ambiente limpio? Lo dudo. ¿Y el fin del progreso en Estados Unidos tendrá repercusiones a escala mundial? Casi seguro.

Es demasiado pronto para saber cuáles serán las consecuencias de la segunda presidencia de Trump. La historia efectivamente avanza, pero el progreso podría quedar atrás.

*Joseph E. Stiglitz, ex economista en jefe del Banco Mundial y ex presidente del Consejo de Asesores Económicos del presidente de Estados Unidos, es profesor de la Universidad de Columbia, premio Nobel de Economía y autor, más recientemente, de The Road to Freedom: Economics and the Good Society (W. W. Norton & Company, Allen Lane, 2024).

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En la colonia Polanco que se creo en los años 40 del siglo XX, en terrenos que pertenecieron a la Hacienda de los Morales, se encuentra un hermoso parque llamado De las Américas, en cuyo costado se levanta un monumental templo dedicado a San Agustín.

Se edificó en un predio donado por José G de la Lama y Raúl Basurto, visionarios fraccionadores que ya habían desarrollado exitosamente, entre otras, la colonia Hipódromo-Condesa.

Ocupa la totalidad de una manzana de 5 mil metros cuadrados entre las avenidas Horacio y Homero. Lo diseñó el arquitecto Leonardo Noriega Stávoli, con la colaboración del ingeniero Juan Valero Capetillo, y tardó muchos años en concluirse. De hecho, el interior sigue inacabado, de acuerdo con el proyecto original, que proponía una columnata y una pintura al fresco en el ábside, que tiene forma de rotonda. La inmensa cúpula redonda que lo cubre pintada de rojo, se conoce como el tinaco.

La colosal nave central la sostiene una estructura de concreto armado. La refuerzan una docena de grandes contrafuertes que alternan con ventanales en la parte alta y arcos en la parte baja; la estructura exterior está recubierta de piedras que semejan sillares.

En estilo ecléctico, la fachada luce una portada abocinada tipo barroco ornamentada con motivos vegetales; justo arriba, aparecen los símbolos de la orden y relieves que muestran a los siete primeros misioneros agustinos que llegaron a la Nueva España en 1533. Rematan en una hilera de arcos que forman las ventanas del coro.

Una de las últimas obras que se hicieron a lo alto de la fachada es una enorme espadaña, sin campanas, que, por cierto, es la razón por que se construían en las primeras iglesias que no tenían torres para campanario; la remata una enorme cruz. Pero aquí se vale todo y en grandes dimensiones, excepto las dos torres chaparritas de un solo cuerpo.

Se encuentra frente al Parque de la Américas, que se dice que lleva ese nombre por el movimiento panamericano que impulsó Simón Bolívar, cuando se independizaron de España los países americanos. La idea se materializó con la creación de la Organización de los Estados Americanos en 1948.

El hermoso parque de forma circular conserva en ambos extremos las fuentes originales recubiertas de azulejos. Entre el follaje de frondosos fresnos y jacarandas aparece un busto de Pedro D. Murillo, héroe boliviano que encabezó la Revolución de la Paz en 1808, obsequio del gobierno de ese país. En otro rincón, aparece de cuerpo completo el fundador de Rotary International, Paul P. Harris.

Se había dicho que aquí se iba a colocar el monumento a Cristóbal Colón que se removió del Paseo de la Reforma y, que con independencia del personaje que representa es una magnífica obra artística.

Se inauguró en 1879 y lo realizó el escultor francés Enrique Carlos Gardier, en estilo renacentista italiano; además de Colón, aparecen fray Juan Pérez de Marchena, prior del convento de La Rábida; fray Diego de Deza, protector del navegante; fray Bartolomé de las Casas, defensor de los indios, y el insigne fray Pedro de Gante, fundador de los colegios de Letrán y de Niñas.

El bello pedestal de granito ruso color naranja sigue en pie en su lugar original en el Paseo de la Reforma, sosteniendo la figura en madera de una mujer levantando el puño. Ahora llamada La glorieta de las mujeres que luchan, se utiliza como sitio de encuentro y antimonumenta de un sector del movimiento feminista.

Perdón por la digresión; regresemos al parque a seguir disfrutando el relajante espacio que tiene una amplia pista para patinetas, donde también suelen jugar las mascotas, que en ocasiones son más que los niños.

A una cuadra, en Anatole France 133, está una sucursal de La Naval, la tradicional tienda de vinos, destilados, licores y ultramarinos finos. Se fundó en 1932 y ahora ha incluido junto a las tiendas el restaurante La Quilla, que ofrece muy apetecible comida española y especialidades ibéricas, preparadas con las ricuras que venden en el establecimiento.

El lugar es muy agradable con terraza interior y exterior; los vinos por copa vienen en decantador de 180 mililitros, muy rendidor. Hay tapas frías y calientes y entre las especialidades, el estofado de lentejas, la paella negra con alioli, el rabo de toro y el solomillo con salsa de cabrales. Si le queda lugar para el postre, la tarta de Santiago.

Millones de personas pudimos asistir, a través de la televisión, a la entronización de Donald Trump en el Capitolio. Panem et circenses, el espectáculo forma parte del ritual necesario al ejercicio del poder, a su existencia. Trump lo sabe: del éxito de esta ceremonia, de la huella indeleble que marque las memorias, de los frutos que deje la impresión que reciba el público, en fin, de esta sucesión de su imagen triunfante dependerá en buena parte la victoria de su segundo mandato presidencial. De ahí su tono a la vez suave y firme, su palabra profética, su visión de un país benefactor del mundo, su llamado a una complicidad abierta con los bienaventurados escogidos: los ciudadanos estadunidenses. Trump se yergue en la escena como actor profesional, sin tropiezos ni dudas, pues conoce su papel de memoria. Actor dramático, grandilocuente, pero que sabe hallar una pausa para hacer reír como auténtico histrión. Trump no duda en dar unos pasos de baile moviéndose a sus anchas en el escenario presidencial. Después de todo, tiene la experiencia de su primer mandato que, para su suerte, le evitará quizás errores y desvíos peligrosos durante su segundo reino.

Las imágenes de esta entronización de Donald Trump como el cuadragésimo séptimo presidente de Estados Unidos, después de un primer mandato, de 2017 a 2021, me trae a la mente La vida de los 12 césares, de Suetonio, libro que, acaso, nos enseña más sobre el poder y el ejercicio de éste que El príncipe, de Maquiavelo.

La vida de los césares narrada por Suetonio, autor romano de numerosas obras, hace palidecer las proezas y las locuras de los poderosos mandatarios estadunidenses. Reúne las biografías de los primeros dirigentes de Roma que llevaron el nombre y título de César: de Julio César a Domiciano.

Las biografías no siguen un esquema cronológico, pues son organizadas en una sucesión de rúbricas: origen familiar, nacimiento y carrera antes del advenimiento, su llegada al poder y los presagios anunciadores de su entronización, magistraturas ejercidas, campañas militares, obra legislativa y judicial, generosidades hacia el pueblo, descripción física y carácter, muerte y presagios anunciadores de su muerte. Los historiadores subrayan la riqueza y la calidad de las informaciones de Suetonio, quien tuvo acceso a los archivos imperiales en tanto alto funcionario de los emperadores Trajano y Adriano. La sucesión de biografías da una historia continua del Imperio romano, a partir del fin de la República al término de la dinastía Flavia.

Si bien se reprocha a Suetonio orientar sus retratos, propagar rumores y calumnias, la posteridad de su obra es inmensa y contribuyó a crear el estereotipo de emperadores depravados, sanguinarios, decadentes o locos: Tiberio y sus orgías en Capri, Calígula y su caballo erigido en cónsul, Nerón exclamando al morir: ¡Qué artista pierde el mundo!

Cabe subrayar que Suetonio es el modelo de un género literario histórico y fue un guía para muchos historiadores. Autor muy fecundo, si se da fe a la lista de obras que la Souda (enciclopedia griega de finales del siglo X) y algunos autores le atribuyen. Se sabe que, a pesar de las buenas relaciones mantenidas con el emperador Adriano, cayó en desgracia debido a una falta de etiqueta hacia la emperatriz Sabina. El poeta José María Heredia nos muestra a Suetonio en su retiro meditando sobre los fugaces reinos de Nerón, Claudio y Calígula.

La lectura de La vida de los 12 césares resalta esplendores y decadencias, grandeza y locura, de estos 12 emperadores romanos. Inútil, para no decir imposible, cualquier comparación con los presidentes estadunidenses. Quizá sea necesario esperar los trabajos del tiempo para medir la talla de éstos o, simplemente, preguntar sobre su huella en la Historia a la manera de Jorge Manrique: ¿Qué se fizo el rey don Juan? / Los infantes de Aragón / ¿qué se ficieron?

A través de Carolina Aranda (hija de Javier Aranda, colaborador de La Jornada), Elvia Ardalani, maestra de la Universidad de Texas-Rio Grande Valley, nos informa de las reacciones de los estados norteños a las declaraciones de Donald Trump y su política: America for the americans.

La catedrática vive en Harlingen, Texas, muy cerca de nuestra frontera con Estados Unidos. Coordina el área de letras y se une a nuestra indignación por las declaraciones más recientes del actual presidente de Estados Unidos.

–Todos los estados fronterizos en los que hay una gran presencia hispana (la mayoría de origen mexicano) pertenecen al estado de Texas desde hace más de 100 años. Son comunidades con presencia en la vida del país y son parte de su tejido social. Se trata de profesionistas, médicos, enfermeras, obreros, campesinos. Antes, los mexicanos o latinoamericanos eran exclusivamente mano de obra, pero ahora Texas cuenta con profesionistas en todos los niveles socioeconómicos. Quisiera subrayar (independientemente de lo que está sucediendo ahora) que estas comunidades han aprendido a integrarse, saben cruzar no sólo físicamente las dos zonas fronterizas (tanto la mexicana como la estadunidense) y conocen las dos culturas, ya que han logrado conservar su esencia mexicana.

–¿Aguantan todo?

–Tienen el don de la supervivencia; ahora hay mucho pánico por la política actual, pero hay que ver el contexto histórico. Soy optimista, porque desde mi punto de vista, estas comunidades seguirán siendo esenciales en la vida de Estados Unidos, país de migrantes por excelencia.

–¿De qué estados provienen?

–Hay mucha migración de Michoacán, de San Luis Potosí, de Zacatecas, pero lo importante es que ahora esas migraciones ya no sólo son mexicanas, sino de Centro y Sudamérica, sobre todo de Venezuela, pero claro, hay enorme presencia de origen mexicano. Hay algo que le quiero contar, porque lo veo todos los días, la situación de los dreamers, porque estos mexicanos vinieron a Estados Unidos con sus recién nacidos y han crecido aquí y ya ni siquiera hablan español. No tienen un status legal, y eso lo vemos a diario en todas las actividades de nuestro estado. Es una situación muy difícil que debe verse con un enfoque muy humano, debido a que son niños que no vinieron aquí voluntariamente. La vida de esos bebés se restringe a la zona sur de Estados Unidos, nunca pueden salir de ahí por alguna razón legal. Hasta donde sé, algunos niños de México y de Centroamérica llegan solos, y esto sucedió durante la administración de Biden, lo sé de primera mano; conozco gente que trabaja con ellos, y les ha tocado ver que padres de familia de todo Centroamérica dejan a sus hijos ahí y, si no lo hacen personalmente, se los encargan a sus familiares, quienes alegan que no pueden mantenerlos.

–¡Qué horrible!

–Sí, es horrible. Algunos también abandonan a sus bebés de meses en los centros de la línea fronteriza porque creen que eventualmente sus familiares en Estados Unidos los recogerán. Algunas madres apuntan en un papel el nombre y la dirección de su criatura en el pañalito o en la sabanita en la que la envuelven.

En la administración de Biden había centros que aún hoy día operan en Texas y siguen recibiendo niños. Son situaciones muy difíciles de comprender. También es muy duro el abandono de muchos de nuestros pequeños de América Latina, que siguen llegando valientemente solos y se exponen al rechazo.

–¿No se hizo Estados Unidos un gran país con la aportación de migrantes?

–Claro, por eso es impresionante esta satanización actual del presidente Trump. Lo esencial es que México y los países de América Latina que vienen subiendo a Estados Unidos se pongan de acuerdo para confrontar el rechazo. Más que problema político y económico, el de la migración es un problema humano que abarca a todo nuestro planeta. El sueño americano ya no existe; no sé si alguna vez existió. Para un extranjero es cada vez más difícil tener trabajo, casa. La gente promedio vive difícilmente. También la middle class está sufriendo. Aspirar a vivir en Estados Unidos habla de las malas condiciones en que viven los migrantes en sus países. Todos los gobiernos de América Latina son responsables de su territorio y de su gente. ¡En los años 80 y 90, la cantidad de cadáveres de los creyentes en el american dream encontrados en el desierto no desanimó a un solo latinoamericano!

“¡El maltrato a los migrantes es global, trágico e inhumano! Soy tamaulipeca y vengo de un llamado ‘estado callado’; por eso ahora levanto la voz, para contar lo que he vivido en carne propia.

En todos los diarios de nuestro continente se publicó en abril de 2024 un informe del Departamento de Seguridad Nacional que indica que para inicios de 2022 había cerca de 11 millones de inmigrantes indocumentados viviendo en Estados Unidos. El Centro de Estudios de Migración estimó que había 11.7 millones en julio de 2023 y se reportaba una tendencia al aumento desde 2019 que se acercaba al máximo histórico registrado en 2007: 12.2 millones. Los inmigrantes indocumentados representan 4.8 por ciento de la fuerza laboral de Estados Unidos (8.3 millones de trabajadores).

El capo mexicano de la droga Manitas del Monte tiene el súbito anhelo de cambiar de sexo, y, para lograrlo contrata a la abogada Rita Mora Castro (Zoe Saldaña) mediante una fuerte suma de dinero, para que le procure en Tel Aviv la intervención quirúrgica necesaria, le ayude después a certificar su fingida muerte y asegure el cuidado de su esposa Jessica (Selena Gómez) y sus dos hijos, a quienes Rita procurará un exilio de lujo en Suiza. Después de un tiempo, la joven litigante recibirá una nueva encomienda por parte de un Manitas transfigurado en una mujer atractiva que responde al nombre de Emilia Pérez (Karla Sofía Gascón). Se trata de que ella pueda convivir de nuevo con su familia haciéndose pasar por una prima lejana del desaparecido Manitas y adoptar así una apariencia nueva como la bondadosa tía Emilia. Por si estos cambios no fueran suficientes, Emilia desea también redimir su pasado sanguinario volviéndose una diligente acompañante y defensora de las madres que buscan a sus hijos desaparecidos, la mayoría de ellos víctimas de cárteles criminales como el que sigue aún controlando, desde la sombra, el propio Manitas, ahora con identidad transgénero.

Emilia Pérez (2024), comedia de trama rocambolesca teñida de melodrama negro, dirigida por el veterano francés Jacques Audiard ( Un profeta, 2009; Metal y hueso, 2012), se presenta también como un musical videoclipero acompañado de coreografías de corte hollywoodense y como una improbable propuesta operística, dos ambiciones o estrategias artísticas que no terminan de cuajar o convencer. No es dado a todo autor de cintas de acción o de dramas de suspenso, por notables que sean, incursionar con acierto y fineza en la comedia satírica a la manera de un Ernst Lubitsch o un Billy Wilder, tal vez ni siquiera del mejor Almodóvar. De ahí que, pese a las estupendas actuaciones de Zoe Saldaña, Karla Sofía Gascón y Adriana Paz, la cinta soporte el lastre de una sospecha continua de inverosimilitud por su manera inconsistente y simplista de tratar temas tan delicados como la transición de género en una sociedad machista o la tragedia real de la narcoviolencia y su ominosa carga de personas desaparecidas o ejecutadas, o el improbable ánimo de redención de un ser despiadado y cruel de pronto transformado en dama de la caridad o del desprendimiento humanista –en suma, una figura de culto, a la manera del legendario bandolero sinaloense Jesús Valverde.

Todos estos tropiezos o ingenuidades en el diseño del guion que Audiard desprende libremente de la novela Écoute, de Boris Ranzon, no justifican, sin embargo, la carga de descalificaciones absurdas que en algunos medios y redes sociales se le han lanzado al director, al punto de exigir que no se exhiba la película; en especial los insultos de un chovinismo ramplón que sentencia que un director extranjero no puede hablar a la ligera de un país que no conoce bien –argumento peregrino o malintencionado que tuvo que soportar hace 75 años un genial cineasta aragonés después de filmar Los olvidados. Y qué decir de la tontería de suponer que el país que ha abordado en su cine, con realismo crudo, el narcotráfico y los desaparecidos en cintas como Heli (2013), de Amat Escalante o Sin señas particulares (2020) de Fernanda Valadez, no sea capaz, a estas alturas, de mostrar la madurez suficiente para abordar esos mismos asuntos con las libertades que ofrece la ficción en una lúdica mezcla de géneros y con un humor fantasioso. En otros casos se ha abordado con irreverencia inofensiva el tema también espinoso del sida, como en Sólo con tu pareja (Alfonso Cuarón, 1991), cinta que suscitó protestas airadas, centradas en la corrección política, a la postre injustificadas. Cabe preguntarse ahora si todo artista deberá autocensurarse frente a algunos temas o someterse a un linchamiento mediático por supuestos agravios a una causa noble. ¿En la galaxia binaria que hoy afianzan Donald Trump y sus acólitos, incomodará tal vez que una actriz transgénero pueda ser nominada a un Oscar? Emilia Pérez es una cinta original que busca emular las coreografías delirantes de un Busby Berkeley o las atmósferas de un cine negro donde la clásica mujer fatal agregaría a sus encantos la sorpresa de un súbito cambio de género. A cada espectador corresponde juzgar lo atinado o fallido de esa aventura artística. Lo que será difícil negar es la estimulante audacia del intento.

Se exhibe en la Cineteca Nacional Xoco, Cine Tonalá y salas de Cinemex y Cinépolis.

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