2/16/2025

Archivo sobre Kennedy revela estrechos nexos México-CIA para espiar

 Estrecha colaboración de espionaje en los años 60

Archivos de Kennedy muestran colaboración entre México y la CIA

La agencia de EU trabajó con López Mateos y el entonces jefe de la Dirección Federal de Seguridad, Rodolfo Echeverría // El pacto fue que ambos gobiernos compartirían la información interceptada

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▲ Documento desclasificado sobre el asesinato del presidente estadunidense John F. Kennedy
Corresponsales
Periódico La Jornada
Martes 11 de febrero de 2025, p. 20

Washington y Nueva York., La orden del mandatario Donald Trump de abrir todo el archivo secreto del gobierno relacionado con el magnicidio del presidente John F. Kennedy en 1963 probablemente no ofrecerá pruebas de un complot de la CIA, pero entre otras cosas sí revelará más detalles sobre la colaboración entre la CIA y los gobiernos de Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz para espiar a figuras de la oposición política mexicana, refugiados políticos de otros países, incluyendo estadunidenses y guatemaltecos, y sobre diplomáticos cubanos y soviéticos en México.

El gobierno mexicano hoy día podría expeditar la divulgación de estos documentos si llama públicamente a que Washington revele los detalles sobre esta colaboración en los años 60, coinciden un juez y dos expertos estadunidenses sobre estos archivos de la CIA entrevistados por La Jornada. Esto es también parte de la historia de México, señaló Jefferson Morley, ex periodista del Washington Post, quien se ha dedicado a la investigación del asesinato de Kennedy durante 30 años.

Explicó a La Jornada que fue la visita del supuesto asesino de Kennedy, Lee Harvey Oswald, a la Ciudad de México seis semanas antes del magnicidio y el espionaje de la CIA de sus movimientos que revelaron primero las dimensiones de la colaboración entre la agencia y el gobierno mexicano. La CIA, trabajando con López Mateos y el jefe de la Dirección Federal de Seguridad Rodolfo Echeverría, siguieron a Oswald, lo fotografiaron y grabaron sus conversaciones con funcionarios de las embajadas de Cuba y la Unión Soviética en México. El solo hecho de que la CIA estaba monitoreando a Oswald en la Ciudad de México ha nutrido la especulación de que la agencia misma de alguna manera está involucrada en el asesinato de Kennedy, sea directamente o por su fracaso para evitarlo.

La CIA resistió revelar detalles de este espionaje aun en los años 90, comentó el juez John R. Tunheim, quien encabezó la llamada Junta de Evaluación sobre Asesinatos establecida por el Congreso en esa década para promover la divulgación de todos los documentos secretos oficiales sobre el asesinato. Más de 3 mil documentos no han sido totalmente divulgados hasta hoy, lo cual se ha justificado en parte por preocupación de que el gobierno mexicano podría oponerse o molestarse con la divulgación de estos archivos. El carácter de esa cooperación y los detalles de esa cooperación eran considerados sensibles en los 90. No veo ninguna razón por esa sensibilidad hoy, comentó el juez a La Jornada.

El investigador experto Morley señaló que el propio gobierno mexicano ha lanzado un proceso de desclasificación de documentos oficiales, notablemente sobre el periodo de la llamada guerra sucia de los 70. ¿Y si la presidenta Claudia Sheinbaum dijera queremos saber de esto; esta es nuestra historia también. Por favor podrían desclasificarlo?, pregunta. El juez Tunheim agregó que ya que la CIA trabajó y compartió información con esos gobiernos mexicanos, el país podría tener parte de esa información en sus propios archivos que podrían ser útiles en dar más pistas sobre el asesinato de Kennedy.

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▲ Lee Harvey Oswald, asesino de John F. Kennedy, 
en imagen de noviembre de 1963, escoltado por policías de Dallas.Foto Ap

Lo que sabemos de los documentos ya divulgados es que el centro de intervención telefónica estaba ubicado en un edificio del gobierno mexicano, y la manera en que la CIA obtuvo la cooperación de los mexicanos fue que les dijeron que compartirían las grabaciones con ellos, explicó Morley.

Los mexicanos brindaron la infraestructura, el personal y la gente que estaba escuchando las comunicaciones (la CIA también tenía a su propia gente escuchando), pero había una sala grande de mexicanos transcribiendo las grabaciones, así de cercana era la relación.

La renuencia o fracaso del gobierno estadunidense en divulgar todos los archivos relacionados con el asesinato de Kennedy ha llevado a comisiones de expertos, investigaciones legislativas y una industria de teorías y especulaciones sobre el magnicidio durante más de medio siglo. La película JFK, de Oliver Stone, obligó al Congreso a aprobar una ley en 1992 que resultó en la creación de la Junta de Evaluación sobre Asesinatos que encabezó Tunheim, y la divulgación de casi otro millón de documentos relacionados con el asesinato. Esa junta proclamó que la divulgación final de todos los documentos relacionados al caso Kennedy debería ocurrir para 2017, pero la CIA frenó esa divulgación final y/o divulgó documentos que estaban aun ampliamente censurados.

La decisión de Trump de divulgar el archivo completo sobre el asesinato de Kennedy, así como los relacionados con los asesinatos de su hermano Robert F. Kennedy y el reverendo Martin Luther King, supuestamente es resultado, en parte, de la presión de Robert Kennedy hijo, quien es un aliado del presidente y ha sido nominado para secretario de Salud y Servicios Humanos del nuevo gobierno. Otra voz cercana al mundo de Trump, el influyente conductor de televisión conservador Tucker Carlson, también ha cabildeado por la divulgación de todos los documentos secretos, pensando que se revelará que tiene la razón en pensar que la CIA asesinó a Kennedy.

Al preguntarle si estos documentos ofrecerán pruebas de algo así, Morley comentó: lo que hemos aprendido en los últimos 10 años es que la historia oficial no es la verdad. No tiene sentido ante la totalidad de las pruebas. Agregó: ¿Qué sucedió? Creo que el peso de la evidencia es que el presidente fue asesinado por enemigos dentro de su propio gobierno que tenían la capacidad para hacer que pareciera otra cosa, de trasladar la culpa sobre alguien más. Esa es una técnica clásica de la inteligencia. Yo no tengo una teoría, veamos los archivos.

Al leer algunos de los documentos hoy día es difícil evaluar qué tanto de estos informes son resultado de un agente buscando complacer a sus jefes y qué tanto es preciso. Fulton Armstrong, ex agente de inteligencia que trabajó, entre otras cosas, para la CIA y la Casa Blanca, advierte a La Jornada de que sólo porque algo está en un documento secreto oficial no necesariamente es verídico, sobre todo lo producido por una agencia que no siempre da prioridad máxima a la verdad cuando una mentira puede servirle mejor a sus intereses.

Estrecha colaboración de López Mateos y Díaz Ordaz con la agencia

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La desclasificación de archivos de Kennedy avergonzará a la inteligencia de EU: investigador

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▲ El presidente John F. Kennedy saluda desde su automóvil en una caravana por las calles de Dallas, al lado de su esposa, Jacqueline Kennedy, en imagen del 22 de noviembre de 1963. En el recorrido el mandatario fue asesinado.

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Corresponsales
Periódico La Jornada
Miércoles 12 de febrero de 2025, p. 20

Washington y Nueva York. Durante buena parte de los años 60 la CIA trabajó con los gobiernos mexicanos no sólo para espiar a los diplomáticos soviéticos y cubanos en la Ciudad de México, sino también a opositores políticos de los presidentes Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz y exiliados políticos de otros países, pero no se ha revelado todo sobre esta colaboración; eso ahora puede cambiar.

Muchos más documentos de la CIA ofreciendo detalles de la colaboración con presidentes mexicanos en los 60 que han permanecido secretos por más de 60 años podrían ser divulgados próximamente como resultado de la orden del presidente Donald Trump de hacer público todo documento relacionado con el asesinato del presidente John F. Kennedy.

Como se detalló en la primera parte de este reportaje, Lee Harvey Oswald, acusado de asesinar al presidente Kennedy en 1963, visitó la Ciudad de México poco antes del magnicidio. A lo largo de las últimas seis décadas, la CIA ha sido forzada a divulgar documentos relacionados con las investigaciones de ese asesinato, incluidas sus operaciones de espionaje en México. Con ello, se reveló la relación continua del jefe de la oficina o estación de la CIA con el presidente mexicano en esa coyuntura, y que la relación con la presidencia mexicana continuó hasta por lo menos 1967.

Muchos de los documentos de los archivos de la CIA –de los cuales tiene copia La Jornada– están censurados. Pero algunos de los detalles que ya están disponibles en los papeles anteriormente divulgados son dramáticos. Durante el mes de junio, COS estaba en contacto de EIELEGANT en promedio cuatro veces a la semana, reportó la CIA en un cable fechado 28 de julio de 1960. Morley informa que COS es el nombre en clave de Winston Scott, jefe de estación de la CIA en México, y EIELEGANT es Rodolfo Echeverría, director de la Dirección Federal de Seguridad y padre de Luis Echeverría, quien sería presidente en 1970. Pero después el cable informa que COS se reunió también con LITENSOR (López Mateos) el 18 de junio de ese año, pero sigue un párrafo censurado.

En una sección parcialmente censurada, la CIA incluye el domicilio desde donde estaba realizando la intervención telefónica y fotografiando a quienes entraban y salían.

En un cable de la CIA fechado el 28 de noviembre de 1962, la estación de la CIA en México describe cobertura continua de las actividades y contactos diarios de Juan José Arévalo Bermejo, líder guatemalteco viviendo en el exilio en México; primer presidente democráticamente electo de Guatemala y padre del actual mandatario de ese país.

Otros papeles detallan el espionaje a comunistas estadunidenses viviendo en el exilio en México, incluido uno de los llamados 10 de Hollywood, el guionista de teatro y cine Albert Maltz.

Al revisar algunos de los archivos compartidos con La Jornada, no hay duda de que el enfoque principal de las operaciones de espionaje de la CIA en México eran las embajadas de Cuba y de la Unión Soviética. Hay descripciones detalladas sobre conversaciones intervenidas y grabadas, cámaras instaladas para tomar imágenes de los que entraban y salían de esas sedes diplomáticas e incluso detalles sobre los problemas técnicos provocados por cambios en el sistema de teléfonos mexicanos y lo difícil que era para algunos espías fotografiar durante más de ocho horas.

Una parte legible de otro documento del archivo comenta sobre una empleada en la embajada de Cuba en México que los estadunidenses querían que fuera interrogada. La estación de la CIA en México solicita que el gobierno mexicano (ECH) arreste a empleada de la embajada de Cuba y mantenerla incomunicada (p199), dice el documento que resume un cable desde la oficina de la CIA en México. La empleada, Silvia Durán, fue arrestada. (Winston) Scott hizo una llamada a Luis Echeverría y declaró que la estación de la ciudad de Mexico deseaba que toda información recibida de Durán sea enviada de inmediato a la estación de la Ciudad de México, y que su arresto y declaraciones no sean comunicados a ningún grupo de izquierda”.

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▲ Documento de los archivos que Donald Trump ordenó desclasificar

Valioso apoyo operacional

Otro documento describe el valioso apoyo operacional llevando al reclutamiento de Juana Castro, la hermana del presidente Fidel Castro, conocido como AMSTRUT-2 realizado por un equipo de vigilancia físico conocido por su nombre en código LIFEAT.

Los documentos de la CIA parcialmente censurados cubren actividades hasta por lo menos 1967. Incluso, uno fechado el 5 abril de 1967, que es en esencia una solicitud de más fondos, incluye una lista de objetivos mexicanos que la CIA estaba espiando en colaboración con el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz.

Esa lista incluyó al ex presidente mexicano Lázaro Cárdenas del Río (etiquetado como pro comunista), Luis Macías Cardone (activista juvenil en la CTM), Alonso Aguilar Monteverde (Movimiento Liberación Nacional), Vicente Lombardo Toledano (líder laboral marxista), David Alfaro Siqueiros (pintor y agitador comunista), Víctor Rico Galán (español, comunista mexicano naturalizado, periodista). También bajo vigilancia de la CIA en cooperación con el gobierno mexicano estaba el Movimiento de Liberación Nacional (grupo fachada comunista pro cubano), Movimiento Cívico Nacional (grupo derechista de industriales), la Unión Nacional Sinarquista (grupo católico derechista).

Un resumen de las cintas de grabación clandestina de las conversaciones de estos objetivos fue producido cada día y distribuido a Díaz Ordaz (conocido por su nombre en código LIRAMA) y al jefe de la estación de la CIA en México. Las cintas grabadas eran guardadas unos 10 días por si se solicitaba una transcripción más amplia por LIRAMA o la Estación México, explica uno de los documentos.

La Estación de la CIA en México señaló que este proyecto contribuye a las actitudes amistosas de estos funcionarios hacia Estados Unidos. Como ejemplo de la cooperación, ese documento reporta que Díaz Ordaz solicitó a la estación asistencia para monitorear las actividades de Víctor RICO Galán, quien fue subsecuentemente arrestado y está bajo custodia de las autoridades del gobierno mexicano por varias actividades subversivas.

Jefferson Morley, ex periodista del Washington Post, quien ha dedicado 30 años al caso del asesinato de Kennedy y los documentos secretos de la CIA, dice que el gobierno mexicano podría tener mayor información tanto de las actividades de la agencia en México como de Oswald, que podrían servir en la investigación sobre el asesinato de Kennedy. Estas operaciones de vigilancia, sabemos, fueron realizadas conjuntamente con el gobierno mexicano. Ambos gobiernos recibieron todas las grabaciones que fueron generadas. Eso indica que podría haber grabaciones de 1963 en manos del gobierno mexicano, comentó a La Jornada.

El juez John R. Tunheim, quien presidió una de las comisiones establecidas por el Congreso dedicada a investigar el asesinato de John F. Kennedy, agregó que los archivos que ha revisado sobre el asunto confirman que la CIA compartió información con el gobierno mexicano. ¿El gobierno mexicano tendrá en sus archivos registros de audio de Oswald visitando estas embajadas?, pregunta. Gerald Posner, investigador que ha escrito un libro sobre el magnicidio, agregó: creo que aún hay mucho que aprender en los detalles en la Ciudad de México, mucho de ello vergonzoso para la CIA. Indicó: no lo veo como parte del complot para matar al presidente, pero sí pienso que hay muchas cosas que se divulgarán, por lo cual se le debería caer la cara en vergüenza a la CIA.

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