
El conocimiento ha sido monopolizado por los hombres desde que se construyó y cuando las mujeres han logrado abrirse espacios para participar y dar a conocer su voz, sus contribuciones fueron sistemáticamente invisibilizadas o atribuidas a sus colegas masculinos generando su borrado en la memoria colectiva.
A lo largo de la historia, las mujeres fueron marginadas de las instituciones educativas y científicas porque se le educó a la sociedad para pensar que las ciencias eran una actividad que exclusivamente los hombres podían hacer. Incluso cuando lograron acceder a la educación superior, se les restringió su labor a ciertas disciplinas que eran consideradas femeninas porque eran “acordes” con su rol de género como lo fue la enfermería o la botánica.
Más allá de la exclusión estructural, la ciencia ha sido utilizada como herramienta para justificar la desigualdad de género. Las teorías científicas reforzaron la idea de que las mujeres eran inferiores por razones biológicas afectando así su capacidad intelectual, creatividad y resistencia emocional. Esto sirvió para mantenerlas alejadas de la investigación y producción del conocimiento.
El artículo Ciencia, estereotipos de género: una revisión a los marcos explicativos, de Susana Vázquez explica que los primeros estudios que buscaban responder a la falta de estudiantes mujeres en carreras STEM (ciencias, matemáticas, ingeniería y tecnología) cambiaron su enfoque biológico a factores psicosociales y socioculturales y encontraron tres razones principales:
- el capital humano, donde los hombres priorizan el desarrollo profesional, mientras que las mujeres lo hacen con la vida personal y el bienestar familiar, lo que influye en su decisión de escoger una carrera;
- los modelos de conducta, que sugiere que los antecedentes familiares y modelos femeninos influyen en ambos sexos;
- y los estereotipos de género, los cuales definen los comportamientos de la sociedad y refuerzan la segregación ocupacional.
Este último, ha difundido la creencia de que los chicos son analíticos, racionales y objetivos; mientras que las chicas son afectivas, empáticas, intuitivas y pasivas. El estereotipo predominante ha sido que las matemáticas y la ciencia se desarrollan mejor en el género masculino.
Susana Vázquez, indicó que las mujeres se ven afectadas por los mensajes negativos sobre su potencial intelectual y habilidades que son reforzados por agentes socializadores como las madres y padres quienes ya tienen expectativa en sus hijas marcadas por su género.
A partir de la mitad de 1990 se aceptó que la ciencia es neutra y que la falta de acceso de las mujeres al ámbito científico-académico radica en las instituciones. Por ejemplo, las prácticas organizativas, los mecanismos de discriminación y los procesos de selección y promoción que han dado lugar al sexismo, nepotismo y brecha salarial.
Por ello, en 2015 se decidió que celebrar el papel de las mujeres y niñas en la ciencia como una oportunidad para promover el acceso y la participación equitativa en esta área.
Mujeres en las ciencias, del panorama y otras cuestiones

El cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
La brecha de género y exclusión de las mujeres en las ciencias no solo es una injusticia social, sino un obstáculo para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, el cual funciona como una ruta para frenar las desigualdades globales y avanzar hacia la igualdad de género.
Particularmente se ven dañados los siguientes objetivos:
- ODS 4, educación de calidad y ODS 5, igualdad de género; donde se busca garantizar que las mujeres y niñas tengan acceso equitativo a oportunidades de aprendizaje y desarrollo profesional, incluyendo su participación en la ciencia, tecnología e innovación.
- ODS 9, industria, innovación e infraestructura y ODS 13, acción por el clima; que enfatizan la necesidad de mujeres en estos campos para aumentar la diversidad de ideas y enfoques que llevaran a encontrar soluciones eficientes.
- ODS 3, salud y bienestar; históricamente las investigaciones biomédicas han deducido que el funcionamiento biológico de ambos sexos es igual, por lo que se han diseñado tratamientos que ponen en el centro a los hombres. Incluir la mirada femenina ayudara a generar conocimiento equitativo y mejorar la calidad de vida.
- ODS 8, trabajo docente y crecimiento económico; También está ligado a las mujeres, pues su inclusión en campos STEM, impulsa la economía y reduce la pobreza.
Por ello, para lograr los ODS es vital eliminar las barreras que impiden a las mujeres y niñas acceder y avanzar en la ciencia. Esto requiere políticas educativas inclusivas, financiamiento equitativo y un cambio cultural que valore y promueva su participación.
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