11/13/2014

Al pueblo ya no se le engaña


¿Usted le cree al señor procurador sobre lo sucedido en Chilpancingo?

 ¿Usted le cree al vocero presidencial que desliga al presidente de la República del inmueble llamado ahora Casa Blanca?



lasillarota.com

Apenas un día antes de la salida del presidente Enrique Peña Nieto a China, casualmente el procurador general de la República Jesús Murillo Karam de manera apresurada y sorpresiva dio una conferencia de prensa, para insinuar el destino sufrido de los 43 normalistas de Ayotzinapa: que sus captores los habían hecho cenizas; y lo dijo sin tener evidencias científicas en la mano que avalaran sus declaraciones.

Pero también un día antes de la conferencia del Procurador General y 3 días antes que se diera a conocer la investigación llevada a cabo por el equipo de periodistas que dirige Carmen Aristegui sobre la fastuosidad de una casa adquirida por Angélica Rivera, esposa de Peña Nieto, en un terreno propiedad del Grupo Empresarial Higa, integrante del consorcio formado por China Railway Construccion, China South Rolling Stock Corporation, Grupo GIA+A, que obtuvo la licitación para construir el tren rápido México-Querétaro, casualmente y también de manera sorpresiva fue cancelada esa licitación por el mismo presidente de la  República. Revela indicios que tuvieron conocimiento de que esa información se daría a conocer y la cancelación de esa licitación era un acto necesario y urgente para evitar sospechas de un acto de corrupción sin precedentes.

Estos hechos han acrecentado las protestas y la indignación en todo el país, cuando la intención presidencial, con el anuncio de Murillo Karam, era precisamente acallar los ánimos y apagar fuegos. Al menos ese fue el propósito, pero es evidente que produjo todo lo contrario.

¿Pero que fue lo que falló en la estrategia presidencial? La respuesta es: la falta de control en los medios de comunicación alternativos y que ahora cualquier asunto doméstico en el que esté involucrada la familia presidencial es información noticiosa en diarios nacionales pero también internacionales. Desde luego me refiero a los medios de comunicación no supeditados, como algunos espacios radiales, redes sociales y portales informativos como La Silla Rota que han permitido una información alternativa para la sociedad.

Las declaraciones de Murillo Karam el viernes pasado en torno a los sucesos del 26 y 27 de septiembre en Chilpancingo en el que fueron asesinados 6 jóvenes y secuestrado 43 más, revela una de las etapas más críticas en la historia de nuestro país pero también vergonzosa, porque el origen de la violencia se encuentra enquistada en el Estado mismo. Son las propias estructuras de poder que se volcán en contra de la ciudadanía: es el presupuesto económico enfocado a ese fin, vehículos, aparatos de comunicación, legisladores, gobernantes y como agregado, policías que actúan para servir a la delincuencia.

Dice el procurador general que no es un crimen de Estado lo ocurrido en Chilpancingo, porque ese municipio no es el Estado. ¿Entonces quien gobierna?, ¿quién usurpa la silla de los gobernantes? ¿Quién realiza esas funciones? ¿Quién legisla para legitimar su actuación? Para la sociedad no es creíble ese tipo de justificaciones, porque lo hechos los contradicen.

¿Usted le cree al señor procurador sobre lo sucedido en Chilpancingo? ¿Usted le cree al vocero presidencial que desliga al presidente de la República del inmueble llamado ahora Casa Blanca? La credibilidad de esos gobernantes se ha derrumbado y se ha hecho pedazos.

El presidente Peña Nieto se tuvo que ir a China a un encuentro de “Líderes Económicos” (¿a poco lo somos?) del Foro de Cooperación Económica Asia Pacifico (APEC) en medio de críticas por lo sucedido en Ayotzinapa y el escándalo de la Casa Blanca. ¿Qué puede compartir a sus colegas como experiencias? 

Acaso consejos de ¿cómo acrecentar la crisis de un país? Ideas de ¿cómo aumentar el desempleo y la violencia?, de ¿cómo lograr los salarios más bajos del mundo?, ¿cómo llevar a cabo licitaciones de trenes rápidos creíbles? o ¿cómo destruir la industria nacional petrolera y eléctrica?

No se les vaya a ocurrir promover internacionalmente a Murillo Karam para dar consejos de cómo realizar una investigación por secuestro de policías en contra de jóvenes normalistas.

Seguro que los consejos de ese funcionario o de cualquier otro, tampoco serán creíbles en el ámbito internacional porque representan a un gobierno incapaz que no ha sabido dar respuesta a la sociedad entera.
Lo preocupante es que las protestas se dan en todo el país y en aquellos lugares donde ocurre violencia, la maximizan para desacreditar a los manifestantes.  Aquellos encapuchados que las realizan en cambio hasta cuentan con la tolerancia gubernamental. Pero eso sí, apresan de manera irresponsable a cualquier persona aunque no haya participado en los hechos. Como en la manifestación del sábado pasado en el zócalo de la ciudad de México en el que un grupo de personas prendió fuego en la puerta del palacio nacional.

La policía del Distrito Federal recibió la petición del gobierno federal que actuará pero cuando llegó al lugar, detuvo a cualquier persona que como característica tuviera pelo largo, una mochila en el hombro y desde luego fuera joven. Dieciocho personas de alrededor de 20 años pasaron casi 24 horas presas de manera indebida en la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) por la acción irresponsable de la policía del Distrito Federal. 

Los agentes del Ministerio Público de la PGR que conocieron de los hechos estaban sorprendidos por el actuar de esa policía defeña, que sin evidencias los detuvo. Ni siquiera les dijeron: “usted disculpe”, sino: “los seguiremos investigando”. Por cierto la Comisión de Derechos Humanos del D.F. nunca apareció a pesar de las quejas de padres de familia presentadas en esas oficinas por el actuar de esa policía.
La credibilidad gubernamental se ha derrumbado mientras que la inconformidad social ha crecido.  A la sociedad ya no se le engaña como antes.
Twitter: @Manuel_FuentesM

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