La atención para las mujeres víctimas de violencia debe tener como fin lograr su empoderamiento y el reconocimiento de su condición de género, y no realizarse desde una mirada asistencialista o de caridad, advirtió la antropóloga feminista Marcela Lagarde y de los Ríos.
En el Foro Internacional “Refugios para mujeres y sus hijas e hijos víctimas de violencia familiar. Impactos, logros y retos para su institucionalización”, la ex diputada federal y destacada académica impartió la conferencia magistral “Sororidad y el trabajo en redes a favor de los derechos de las mujeres”, en la que llamó a quienes atienden a víctimas de violencia a reconocer a estas mujeres como agentes de cambio y constructoras de su propio destino.
Lagarde recordó la histórica lucha (en el activismo y la representación pública) que implicó el reconocimiento de la violencia contra las mujeres como un tema de Derechos Humanos (DH), y el reconocimiento y tipificación del feminicidio.
Para la ex diputada federal y también impulsora de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV), este flagelo se ha recrudecido y expandido.
Como ejemplo dijo que ahora las mujeres emigran en busca de libertad: “Hace 15 años (las mujeres) se iban siguiendo a los maridos o buscando un empleo, hoy se van buscando seguridad vital”.
En gran medida, abundó, eso se debe a que “el país está plagado de impunidad (…); si el Estado no actúa para frenar la violencia, la violencia se recrudece, se extiende y abarca a otros grupos que no se veían afectados. México es un país donde la no vigencia del Estado de Derecho permite y promueve que haya este tipo de violencia”.
Marcela Lagarde reconoció la labor de las profesionales en los refugios para atender a mujeres víctimas de violencia, pero señaló que se debe de trabajar “no sólo en dar el abrazo o la bienvenida confiable”, sino hacerles saber que ese espacio representa un lugar seguro.
“Se requiere modificar parte de la subjetividad de esas mujeres, de sus hijas e hijos, pues el empoderamiento empieza donde inicia la conciencia de género, si no caemos en la demagogia, asistencialismo o caridad”, enfatizó.
Al mismo tiempo señaló que la atención a las mujeres no debe ser entendida como un campo “de entrega a la atención de otras personas”, ya que el “ser para otros” es la construccion tradicional de género y una estructura patriarcal que mantiene a las mujeres en cautiverio.
Según fuentes oficiales, alrededor de 30 mil mexicanas al año enfrentan violencia extrema que puede poner en riesgo sus vidas y su salud. En la Red Nacional de Refugios (integrada por 44 refugios y 41 Centros de Atención Externa) apenas se logra atender a dos mil mujeres al año.
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Anaiz Zamora Márquez
Cimacnoticias | México, DF.-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario