Urge
legislar y generar políticas públicas para garantizar que las mujeres
rurales tomen decisiones y sean propietarias de las tierras en las que
viven y trabajan, a fin de aumentar el 18 por ciento de ejidatarias que
actualmente hay en México y mejorar sus condiciones de vida.
Al participar en el foro “La brecha de género en el México rural”, organizado por el Instituto Belisario Domínguez y la Comisión para la Igualdad de Género del Senado, legisladoras y especialistas reconocieron que en el campo mexicano persisten desigualdades de género.
Héctor Robles Berlanga, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), aseguró que por primera vez en la historia de México 11 millones de habitantes de contextos rurales son dueños de tierras y, al mismo tiempo, cada vez más mujeres participan en la producción agrícola.
El académico dijo que en 2007 un millón 165 mil 375 mujeres tenían tierras. El dato contrasta con las 31 mil mujeres que en 1970 participaban en el sector agrícola.
Sin embargo, las políticas públicas agrarias no cuentan con un enfoque de género, las mujeres no están accediendo a los financiamientos para el campo, y no existen programas promotores de derechos, y planes para el mejor aprovechamiento de la tierra, criticó el experto.
Robles Berlanga observó que si bien desde 1992 las tierras ya no se reparten, las mujeres rurales están accediendo al territorio a través de los lazos familiares, ya que en 72 mil listas de sucesores de las tierras que él observó, más de la mitad del territorio será heredado en los siguientes años a población femenina.
El docente de la UAM detalló que los padres están heredando a las mujeres los territorios, porque “creen que ellas los cuidarán en la vejez” y porque los varones prefieren emigrar que trabajar en el campo; además, señaló, otras mujeres que heredaron las tierras en el pasado no las están devolviendo a los hombres.
Alertó que en mayor proporción la población que es dueña de la tierra tiene más de 65 años de edad, por lo que se debe pensar en el futuro, desarrollar programas que faciliten la sucesión del territorio, y formar a las y los jóvenes en el uso, cuidado y aprovechamiento de la tierra.
María Eugenia Gómez Luna, directora adjunta de asistencia técnica al Sistema Nacional de Información Estadística Educativa del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), observó que si bien las mujeres rurales están aumentando su participación en la producción agrícola y en la titularidad del territorio, son principalmente dueñas de tierras de poca extensión.
La investigadora demostró que menos del 18 por ciento de las mujeres rurales son productoras agropecuarias en localidades de cualquier tamaño; además, del total de personas del ámbito rural que participan en las unidades de producción agrícola, 15.5 por ciento son mujeres, pero sólo 3 por ciento son responsables de esa unidad.
A decir del Inegi, el sur del país es la región donde más número de mujeres participan como responsables de las unidades de producción (en los estados de Tabasco, Puebla, Oaxaca y Guerrero), pero en las entidades del norte las unidades de producción son más grandes.
La tenencia de la tierra, según explicó Gómez Luna, está ligada con la participación política de las mujeres en sus comunidades. En México, sólo 19 por ciento de ellas participan en las decisiones que tienen que ver con las tierras comunales, y sólo en 3 por ciento de los casos son presidentas de las asambleas u otros órganos de gobierno locales.
Mely Romero Celis, presidenta de la Conferencia Nacional de Mujeres Rurales, señaló que esta población femenina aporta el 43 por ciento de la fuerza laboral en esos contextos.
Recordó que empoderar a las mujeres rurales es fundamental para incrementar la productividad económica que permite el desarrollo pleno de cualquier nación, ya que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) informó recientemente que se podría reducir el número de pobreza alimentaria al dotar a las mujeres rurales de fertilizantes, herramientas para el campo, y otros financiamientos para la producción agrícola.
Cabe recordar que especialistas en medio ambiente y mujeres campesinas han criticado que las recientes reformas estructurales (energética y en telecomunicaciones) amenazan con despojarlas de su territorio, condicionar los financiamientos, y deteriorar los recursos naturales y culturales de las comunidades.
Al respecto, la senadora por el PRI Diva Hadamira Gastélum, presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género, advirtió que casi todas las iniciativas que se han propuesto para mejorar la situación de las mujeres rurales están en la “congeladora”.
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Angélica Jocelyn Soto Espinosa
Cimacnoticias | México, DF.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario