El
Estado deja en las familias, sobre todo en las mujeres, el cuidado de
las personas con discapacidad, lo que puede propiciar que sean
abandonadas o recluidas en albergues o instituciones de salud.
Expertas sobre género y discapacidad compartieron lo anterior durante la serie de conferencias “El género en las políticas para las personas con discapacidad”, convocadas por el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) del Distrito Federal.
Alma Rosa Colín Colín, psicóloga de la organización Equidad de Género, Ciudadanía, Trabajo y Familia, señaló que la población femenina vive la discapacidad desde dos ámbitos: como quien la padece y como quien la atiende.
Detalló que las madres, hermanas o abuelas, por un rol tradicional de género, son quienes dedican tiempo, afecto, saberes y recursos para atender a las personas con discapacidad en los hogares, ya que la familia es vista como la única institución responsable del cuidado de las personas con discapacidad.
Colín acusó que esta sobrecarga de trabajo y responsabilidad para ellas es consecuencia de que las instituciones de gobierno no están visibilizando que los cuidados para la población con discapacidad no son únicamente del ámbito privado, sino también del público.
Criticó que actualmente no hay infraestructura adecuada para que el Estado se responsabilice y atienda las necesidades de salud, educación y empleo que demandan mujeres y hombres con discapacidad.
Señaló la urgencia de que se generen políticas públicas que fortalezcan la corresponsabilidad social en esta materia y fomenten una “ética de cuidado”, por ejemplo, a través de políticas que permitan a las personas conciliar la vida personal y familiar con su empleo.
Emma González Gutiérrez, psicóloga del privado Centro de Estimulación y Desarrollo Neurológico, observó que la falta de opciones educativas y laborales para las mujeres con alguna discapacidad deriva en que sean ellas la población con mayor dependencia y necesidad de cuidados.
Esto coincide con que estas mujeres estén más propensas que los varones al abandono de sus familias, que enfrentan muchos obstáculos para prestar los cuidados correspondientes.
Advirtió que es urgente que las normas y políticas dirigidas a proteger los derechos de las personas con discapacidad cuenten con un enfoque de género, ya que “hay mujeres con discapacidad que son violentadas y mujeres violentadas que adquieren discapacidad”.
Emma González detalló que entre las y los adultos mayores, 27.3 por ciento de las personas con discapacidad son mujeres, y ellas presentan un porcentaje de analfabetismo más alto que el de los varones (28.5 por ciento). Asimismo, tienen una participación económica 2.3 veces más baja que la de los hombres.
Dijo que debido a que las mujeres con discapacidad tienen menos posibilidades de gozar de autonomía, son obligadas a realizar tareas domésticas, se les subordina y son estereotipadas como “locas”.
Además, profundizó, cuando son abandonadas en internados o en la calle son más vulnerables a padecer violaciones a sus Derechos Humanos, como discriminación, esterilización forzada, violencia sexual, tortura y malos tratos.
Por: Angélica Jocelyn Soto Espinosa, Cimacnoticias | México, DF.-
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