En el marco de las jornadas “A dos años
de Ayotzinapa: Homenaje a la memoria viva”, organizadas por la
Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Azcapotzalco y, durante el foro
sobre desaparición forzada. Académicos, estudiantes, así como
representantes del Comité Cerezo México y de Organización de Lucha por
la Emancipación Popular (OLEP); coincidieron en el caso de los 43
normalistas está envuelto en una cadena de corrupción e impunidad, así
como falta de justicia e incumplimiento de los derechos humanos.
El representante del Comité Cerezo, Francisco Cerezo, señaló a Revolución TRESPUNTOCERO,
que los inculpados en el caso Ayotzinapa, son juzgados de manera
errónea, pues están siendo procesado por cargos de secuestro, sin
embargo, los hechos apuntan a que se trató de un acto de desaparición
forzada.
“El secuestro es un delito que es
cometido por particulares, cuando se comete inclusive por funcionarios
públicos, la pena aumenta, pero el secuestro es con el objetivo de
obtener un bien material, en cambio la desaparición forzada no tiene ese
objetivo, el objetivo es eliminar a la persona, que nadie,
absolutamente, sepa dónde quedó, y la desaparición forzada, sí tiene que
ver con agentes de estado”, puntualizó.
Añadió que la responsabilidad primordial
recae en el Estado, además indicó que el hecho de que hay pruebas de
la participación de policías municipales y federales en Iguala, ya
es un signo irrefutable de que se trata de desaparición forzada, “ la
responsabilidad es Estatal, en el sentido de que hay una cadena de
mando, no quiere decir que un solo municipal se salió de sus cabales y
lo hizo, sino que hubo órdenes en los diferentes niveles que hacen
que todos sean cómplices y responsables de la desaparición de los
muchachos” refirió.
Durante el coloquio, también se hizo
hincapié en que el concepto de “Estado fallido”, es una idea equivocada.
Expusieron que el caso de México no es estado fallido, sino que se
trata más, de una planeación para represión que se ha transformado a
través del tiempo. Cerezo explicó que, durante el sexenio de Felipe
Calderón, se identificó al enemigo interno en la figura del crimen
organizado, esto implicó que cualquier persona que fue abatida en el
transcurso de ese periodo, era delincuente o simplemente un daño
colateral. “Calderón utilizó la estrategia de control social mediante
el terror”.
Por otra parte, se puntualizó que con
Peña Nieto, el discurso oficial dio por terminada la guerra, y la cambio
por la paz, es decir, hubo una reconfiguración del enemigo del
Estado, con el “Mover a México”, los enemigos del Estado ya no son los
criminales, sino todos aquellos que se oponen a las reformas
estructurales, o bien, “los que no quieren mover a México”, señaló.
De acuerdo a cifras oficiales que fueron
publicadas en octubre de 2014, cerca de 22.610 personas desaparecieron
desde el 1 de diciembre de 2006, hasta 2014 seguían en paradero
desconocido. Cabe destacar que el 50 por ciento de esas desapariciones
sucedieron entre 2012 y 2014, durante el gobierno de EPN.
“En México se habla de cerca de 27
mil desaparecidos en cifras oficiales, pero el gobierno es muy tramposo,
porque la palabra desaparecidos no nos dice mucho, desaparecidos,
personas extraviadas y ausentes, entonces lo han mezclado todo para
ocultar que, en México, sí existe la desaparición forzada”, comentó
Francisco Cerezo.
Cerezo también abundó en que las
principal traba para las organizaciones defensoras de derechos humanos
es la imagen que el Estado ha transmitido a la sociedad acerca de los
defensores en pro de los derechos humanos, comenta que se ha
generalizado el pensamiento en las personas, acerca de que éstos sólo
defienden a delincuentes “tenemos un problema muy fuerte, incluso de
aceptación de la gente, porque cuando llegamos y decimos “soy defensor
de derechos humanos”, evidentemente hay un rechazo, producto de este
discurso de que los delincuentes son los que violan derechos humanos y
de que nosotros sólo defendemos delincuentes”, refirió.
Según informes de organizaciones
sociales, la cifra de desaparición forzada, en cuanto a defensores de
derechos humanos asciende a 187 personas desde el sexenio de Calderón.
Cabe destacar que la desaparición forzada es una de las violaciones más
graves de los derechos humanos.
“En culturas como la mexicana no tener
un cuerpo al cual llorar, es una tortura todos los días, hay personas
que lo único que quieren es saber qué es lo que pasó con sus hijos. Es
por eso que es una violación tan grave” sentenció Francisco.
Finalizó al argumentar que, en el
contexto actual, no hay un eco generalizado en la sociedad, que permita
frenar, en primera instancia, la desaparición forzada, además de otras
violaciones grabes a los derechos humanos. No obstante, se debe
trabajar para revertir este hecho y obligar al Estado a cumplir su
obligación de investigar y sancionar a todos los responsables.
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