Convertido en espectáculo
a cargo de dos mal calificados que buscan etiquetar al otro como peor,
el debate entre candidatos a la presidencia de Estados Unidos concitó
análisis y pasión entre mexicanos que están convencidos de que buena
parte de la suerte futura de nuestro país dependerá de los resultados de
la elección en noviembre entre Hillary Clinton y Donald Trump. Y, dado
que éste ha utilizado a México para excitar el simplismo beligerante de
un segmento de sus eventuales votantes, los tropiezos o retrocesos del
republicano llegan a ser festejados en suelo tricolor como una especie
de victoria binacional, de esfuerzo de la mosca vecina en el arado
imperial.
Ayer, por ejemplo, hasta el maltrecho peso registró una mejoría en su
relación con el dólar y en varios sitios de poder se quiso entender que
la confrontación escénica entre Clinton y Trump prefigura una votación
menor para el magnate y el consiguiente triunfo de la
menos peor. Ya se verá si la nocturna exposición mediática del lunes se reflejará en las preferencias electorales. Cierto es que Clinton tuvo mejor desempeño y que su conocimiento y habilidad en los temas públicos no tiene comparación frente al aprendiz Trump, pero esa sabida ventaja sustancial de Hillary no pudo ser convertida en una diferencia irremontable, pues el marrullero Donald logró escabullirse de temas delicados y, en términos generales, sostuvo el (bajo) nivel intelectual y político que es apreciado por la franja de estadunidenses que le apoyan aunque no tenga experiencia y entorchados políticos y diplomáticos (o, visto de otro modo: que justamente le apoyan, en términos elementales, por la carencia de tales distintivos
institucionales).
La ilusión óptica de considerar a Clinton una especie de salvación
frente a los exabruptos del cavernícola Trump proviene de una lectura
mexicana infundadamente esperanzada: claro que será bueno que no triunfe
el multimillonario que amenaza con cargar a nuestra cuenta la
construcción de lo que falta de muro entre las dos naciones y con
devolvernos a millones de paisanos cuyas remesas son hoy un sostén
económico fundamental. Pero la política de cetrería que sustenta a
Clinton (los grupos armamentistas y financieros, por ejemplo), y que la
condicionaría en caso de que llegara a la Casa Blanca, tampoco ofrece
perspectivas favorables para los intereses de México, entre otras causas
porque, a fin de cuentas, nuestro país (sus riquezas, sus aptitudes y
posibilidades) ha quedado ya en la mira de la halconería de la gran
potencia, con nuestras debilidades e insuficiencias, con una clase
política absolutamente ineficaz y corrupta, y una sociedad pasmada,
incapaz de organizar la defensa nativa, en el marco nacional, de sus
propios intereses inmediatos, e igualmente impávida ante el embate de
fuerzas trasnacionales que ya han desembarcado empresarial y
políticamente en México, sobre todo a partir de las
reformas estructurales, tan antipatrióticas como fallidas, que Peña Nieto consiguió imponer en términos legales.
En el plano local, el aparente avance de Clinton, luego del debate,
pretende ser aprovechado por Margarita Zavala Gómez del Campo. Apenas
comenzaron a darse a conocer resultados de encuestas de opinión
favorables a la candidata demócrata, cuentas de Internet identificables
con la esposa de Felipe Calderón los difundieron con entusiasmo e
insistencia. El factor de género es aprovechado en esta estrategia
propagandística: Hillary es la primera mujer en competir por la
presidencia de su país, mientras Margarita aspira a ser la segunda en su
país (antes lo fue otra panista, Josefina Vázquez Mota, a la que
abandonaron políticamente Vicente Fox Quesada y el propio Calderón). Si
la primera alcanza la Casa Blanca, un presunto mimetismo social
favorecería las posibilidades de que la segunda sea candidata y
eventualmente regrese a Los Pinos.
El panorama ya no está tan despejado para Zavala como hace
pocas semanas, cuando casas encuestadoras y ciertos medios de
comunicación la convirtieron súbitamente en supuesta revelación
aplastante, como si no tuviesen fuerza ni viabilidad los otros dos
aspirantes a la postulación panista, el dirigente Ricardo Anaya y el
todavía gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle. La decisión del
partido blanquiazul está muy lejos de ser tomada y en ella
pesarán factores internos, ajenos e incluso contrarios a la temprana
ambición de la dupla Zavala-Calderón.
A propósito de ese actuar político en combo, Zavala Gómez del Campo
(a quien no molestó, ni impugnó el que durante los seis años en que su
esposo ocupó Los Pinos se le adjuntara el distintivo conyugal
de Calderón) hizo en Ciudad Juárez, Chihuahua, declaraciones sin fortuna (publicadas en La Jornada, bajo la firma del corresponsal Rubén Villalpando: https://goo.gl/5s0zka):
No quiero ser etiquetada como la esposa del ex presidente de México Felipe Calderón Hinojosa, ya que somos personas diferentes y buscaré borrar ese estigma, para demostrar y convencer que no somos la misma persona, dijo, en el contexto del rechazo airado a su presencia en aquella urbe fronteriza tan dañada durante el calderonismo.
Estigma, según el diccionario de la Real Academia Española, tiene siete
acepciones,
de las cuales tres corresponden al ámbito científico y las otras cuatro
al habla común. De éstas, la señora Zavala debe escoger la que a su
juicio corresponda a su media naranja, seis años tan dulce y ahora
electoralmente agria:
Marca o señal en el cuerpo; desdoro, afrenta, mala fama; huella impresa sobrenaturalmente en el cuerpo de algunos santos extáticos, como símbolo de la participación de sus almas en la pasión de Cristo, o, marca impuesta con hierro candente, bien como pena infamante, bien como signo de esclavitud. Hillary Clinton no ha renegado (a pesar de los mil pesares) del apellido de su esposo, así que no pretende ser llamada
Hillary Rodham, que es su nombre de soltera. Pero la émula Margarita sí quiere despojarse del
Calderón, y condena a éste a renombrarse como Estigma Calderón. ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
¿Cuánto gastan
las familias mexicanas para protegerse de los malhechores? El año
pasado tuvieron que desembolsar 77 mil 900 millones de pesos en cambiar
cerraduras, candados, puertas o ventanas, colocar rejas o bardas, según
la encuesta Envipe, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y
Geografía (Inegi). En la práctica es un impuesto extra que pagan los
ciudadanos frente a la incapacidad de los gobiernos federal y estatales
para protegerlos. La cuenta no se detiene ahí. El costo total a
consecuencia de la inseguridad y el delito en hogares, es decir, las
pérdidas materiales que causan en conjunto, representó un monto de 236
mil 800 millones de pesos, lo que equivale a 5 mil 905 pesos por persona
afectada. A los salarios exiguos, los pésimos servicios públicos, las
fotomultas, agreguen ustedes lo que sale de su bolsillo porque las
autoridades no tienen la capacidad de proteger nuestro patrimonio y
personas.
Gasoducto pasa a control privado
Sin pausa continúa la entrega de la industria energética
nacional a empresas extranjeras, también a nacionales, como acordaron
PRD, PAN y PRI en la reforma energética. Ni siquiera reflexionan en su
valor estratégico. IEnova, unidad mexicana de la estadunidense Sempra
Energy, informó que cerró la operación con la que adquirió 50 por ciento
que Pemex tenía en Gasoductos de Chihuahua por mil 143 millones de
dólares. Una ganga, considerando el tamaño del mercado nacional. ‘‘Como
se informó previamente, la participación accionaria de IEnova en
Gasoductos de Chihuahua pasa de 50 a 100 por ciento y Petróleos
Mexicanos seguirá manteniendo su participación accionaria de 50 por
ciento en el proyecto Los Ramones II Norte por conducto de la empresa
Ductos y Energéticos del Norte’’, dijo IEnova en un comunicado. Al rato
también lo vende; solamente es cuestión de tiempo.
El peso como barómetro
Mientras analistas políticos evaluaban quién había ganado
el debate presidencial de Estados Unidos, un resultado instantáneo
anticipaba su fallo en el propio piso de las salas de operaciones de
divisas: la actividad cambiaria señalaba la victoria de Hillary Clinton.
El peso mexicano se ha convertido en el barómetro de la campaña. Ayer
fue la moneda que más se apreció frente al dólar en el mundo, seguida
del rand sudafricano y el peso colombiano. En ventanilla bancaria el
dólar promedió 19.73 pesos. El lunes había cerrado en 20.23.
¡Chicharito para Presidente!
En medio de los sinsabores que estamos viviendo los
mexicanos cayó una noticia que nos coloreó el día: Javier Hernández
anotó su gol número 100 en su aventura europea. Marcó en el empate entre
Bayer Leverkusen y Mónaco, en la Champions League. Si Temo Blanco ganó la alcaldía de Cuernavaca, El Chicharito podría ser, de postularse por cualquier partido, el próximo Presidente.
Maquillaje presupuestario
El senador panista Francisco Búrquez afirma que el
secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade, juega con
las cifras del Presupuesto de Egresos de la Federación 2017 para
esconder la realidad de las finanzas públicas: déficit primario, gasto
programable, deuda... Entre varias observaciones, el senador Búrquez
sostiene que en el año 2017 la deuda pública no bajará, como asegura la
Secretaría de Hacienda, sino que subirá a 10.2 billones de pesos.
Ombudsman Social
Más allá del epílogo presidencial en Estados Unidos (EU) –cuando, según el
barómetro de la cotización del peso mexicano, Hillary descolgó el primer debate a su contrincante Trump–, llamó la atención que en la víspera el polémico premier israelí, Bibi Netanyahu, se haya reunido con ambos contendientes.
La reunión privada, sin la participación de los multimedia, con la
excepción de una radiante foto entre Trump y Netanyahu –almas gemelas en
cuanto a racismo/mexicanofobia /arabofobia/islamofobia se refiere–,
atrajo más la atención debido al apoyo del empresario Donald por
reconocer a Jerusalén como
capital indivisadel Estado racista/apartheid/paria de Israel, a cambio de la asesoría de Netanyahu para concluir las dos terceras partes que faltan del muro transfronterizo con México que fue construido en su primera tercera parte por Baby Bush, que fue aprobado por la entonces senadora Hillary ante las narices fariseas de los panistas Fox y Calderón, quienes engañan de no haberse dado cuenta de tamaña afrenta (https://goo.gl/RU0WHW).
El portal Breitbart, portavoz de Trump, publicitó sin
tapujos que el candidato presidencial charló con el primer ministro
Netanyahu sobre la erección del muro transfronterizo con México, con
base en el
éxitode Israel en el levantamiento de sus murallas en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania (https://goo.gl/8vOXcm).
Con mayores tablas y un tono más agradable que el de su avinagrado predecesor –el nefasto ex
ministro del (d) año–, el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, compareció ante los senadores y allí se animó a decir que en México
no se puede hablar de crisis, y que si se compara la situación actual con la de dos décadas atrás, entonces los habitantes de esta República de discursos casi, casi, viven en el paraíso.
Y el funcionario sustentó su dicho con
las fortalezas de nuestra economía:
somos menos dependientes del ingreso petrolero; tenemos abundantes reservas internacionales; registramos crecimiento sostenido y balanceado; generamos empleo como nunca antes; reportamos finanzas públicas sanas; contamos con un sistema financiero sano y sólido, y así por el estilo. Entonces, dijo,
no se puede hablar de crisis.
A saber qué entienda por crisis pero, de entrada, el hecho de que más
de la mitad de la población sobreviva en condiciones de pobreza y
miseria no es precisamente un indicador de jauja que sustente el dicho
de Meade. Si para este personaje, en particular, y la clase política, en
general, más de 63 millones de mexicanos que subsisten en tan precarias
condiciones, sin visos de salir del hoyo, no son sinónimo de una crisis
profunda, entonces ¿qué es?, sin olvidar que 80 por ciento de la
población es catalogada como socialmente vulnerable, de acuerdo con los
parámetros del Coneval.
Si se le pone mucho optimismo y se comparan los números de hoy con
los de dos décadas atrás, entonces aparece una mejoría relativa, pero
con idénticos resultados: pobreza galopante, crecimiento raquítico,
concentración del ingreso y de la riqueza, falta de desarrollo social,
avasalladora dependencia del país vecino del norte, corrupción
alarmante, alfileres cada vez más enclenques, deuda a paso veloz,
devaluación, empleo escaso y precario, salarios miserables y tantas
otras bellezas.
La presunción de que México
ya no depende de los ingresos petroleros(Meade dixit) es, por decirlo suave, un cuento de hadas. Si las finanzas públicas se
despetrolizaronno fue producto de una política de diversificación del ingreso, sino por el desplome de los precios del crudo de los que México depende de forma creciente; es decir, se dio por la vía de los hechos y no como resultado de fuentes alternativas o de una brillante decisión gubernamental. En síntesis, se
despetrolizaronaunque no quisieran.
Fue el propio Carlos Salinas de Gortari quien durante su estancia en Los Pinos, y por decreto,
despetrolizólas finanzas públicas, y a partir de ese momento nunca fueron tan dependientes de los recursos petroleros. En aquel entonces el ingreso proveniente del oro negro representaba 4.9 por ciento del producto interno bruto; en el primer año de Peña Nieto se había elevado a cerca de 8 por ciento del PIB. De ese tamaño ha sido la
despetrolización. Y llegó la caída libre de los precios y junto a ella los recortes presupuestales.
Dice Meade que México tiene un sistema financiero
sano y sólido, aunque de entrada es necesario subrayar que alrededor de 80 por ciento de él no es mexicano. Opera en el país, sí, pero es propiedad de capital trasnacional y los beneficios son para sus matrices. Esa es la primera acotación.
La segunda, y no menos importante, es que la
saluddel sistema financiero que aquí funciona se debe a que los habitantes de esta República de Rescates acumulan dos décadas pagando el festín de la reprivatización bancaria (cortesía de Carlos Salinas) que devino en doble atraco: a los mexicanos como usuarios de la banca y a las arcas nacionales mediante el Fobaproa (cortesía de Zedillo).
La expulsión de Javier
Duarte de Ochoa y de un reducido grupo de colaboradores y cómplices de
la bancarrota de Veracruz demostró tibieza del Partido Revolucionario
Institucional (PRI), pues al gobernador y a sus amigos lo que menos les
interesa es la credencial de afiliación; les es más útil pasar por este
proceso y esperar que por extrañas razones ni siquiera pisen la entrada
de algún juzgado, y mucho menos se vean obligados a devolver cuando
menos una parte de lo que se robaron en este histórico sexenio.
Eso sí, la jerarquía priísta se cuidó muy bien de no menguar sus
filas corriendo a diputados federales también señalados en las denuncias
de la Auditoria Superior de la Federación ante la Procuraduría General
de la República como copartícipes del robo del siglo y con actos de
corrupción bien identificados por el equipo de Juan Manuel Portal.
Tarek Abdalá, Érick Lagos Hernández, Alberto Silva Ramos y Jorge
Carvallo Delfín, por citar a los más conspicuos actores del duartismo,
no fueron tocados por la ira del tricolor, que se cebó en
Duarte y su reducido grupo de amigos, quienes si bien políticamente
representan poco para el priísmo veracruzano, sí participaron de forma
notoria tanto en operaciones fraudulentas con empresas fantasmas como en
otros posibles desvíos del erario.
Yo digo que nadie se cansa de
aprender, aquello que le gusta, claro, y que si llega a cansarse de
todos modos no se cansa pues al descansar –no haciendo nada, haciendo
otras cosas, incluso al soñar o al dormir nada más– sigue aprendiendo.
Mucho se ha dicho que la poesía es imposible de enseñar. No discutamos eso. De que se aprende, se aprende.
¿Cuántas veces no me he cansado yo de ‘enseñar” poesía? Infinitas es
demasiado, pero por ahí va. Nunca de los nuncas, y eso con tantas
broncas que he tenido, o debido afrontar, de aprender
enseñando.
El primer debate entre
los candidatos presidenciales estadunidenses, Hillary Clinton
(demócrata) y Donald Trump (republicano), realizado la noche del domingo
en la Universidad Hofstra, en las afueras de Nueva York, tuvo mucho de
espectáculo televisivo, ataques personales y gestos para la cámara, y
poco de sustancia en lo que se refiere a confrontación de programas de
gobierno; justamente, lo que cabe esperar de esa clase de encuentros en
entornos electorales dominados por la obsesión mediática.
El IPN merece más presupuesto
De manera alarmante, el
presupuesto asignado al Instituto Politécnico Nacional (IPN) en el
proyecto de egresos de la Federación de 2017 se ha reducido con respecto
al asignado en 2016. Lo presupuestado a la institución no cubre
siquiera el impacto inflacionario. Ello en nada abona al justo porvenir
del país en educación científica y tecnológica. El IPN es la institución
de México que más ha contribuido al desarrollo tecnológico de la
nación. Recortar su presupuesto de esa manera sólo causará atraso en
estas esferas. Ello debe el Congreso remediar. El IPN es la institución
del Estado mexicano para fomentar precisamente el desarrollo científico y
tecnológico de la nación. Merece mayor presupuesto.
Como antropólogo, el
debate entre Hillary Clinton y Donald Trump me interesó porque fue un
concurso entre dos animales de especies diferentes. Normalmente las
competencias son entre pares: en el boxeo se separan los luchadores de
peso ligero de los de peso pesado, en el atletismo hay carreras
separadas para hombres y mujeres, etcétera. El debate Trump-Clinton, en
cambio, parecía una de esas fantasías infantiles en que lucha un
elefante de plástico contra un león de peluche. Fue un debate entre dos
clases de gente muy diferentes.
Sin proponérselo, el australiano de origen chino Shaun Tan (1974) publicó Emigrantes,
un libro hermoso. La obra no tiene palabras. Sólo dibujos que
interpelan a la conciencia y sensibilidad del lector (Ed. Bárbara Fiore,
Andalucía, 2006).
Sus creadores le dieron vida para destruir a los monstruos. El Martillo de los Cíclopes fue
un periódico que se publicó en Orizaba, Veracruz. Cuando en el verano
de 1871 el caso de la conversión al protestantismo del sacerdote
dominico Manuel Aguas despertó agrias críticas en el conservadurismo
católico romano mexicano, El Martillo fue implacable contra
quien llamó nuevo seguidor del heresiarca Lutero. Hoy la publicación
orizabeña tiene un fiel sucesor en el semanario de la arquidiócesis de
México, Desde la Fe, y otros espacios en los que se estigmatiza la diversidad.
El pasado domingo
25 de septiembre se llevaron a cabo elecciones autonómicas en Galicia,
España. El Partido Popular (PP) de esa región gallega salió victorioso
con 41 por ciento del total de los sufragios. El candidato triunfante
fue Alberto Núñez Feijóo. El PP, donde milita tal candidato, fue relecto
holgadamente alcanzando mayoría absoluta. Podrá, ahora y de nueva
cuenta, gobernar de cara a sus electores sin oposición de peso. Poco ha
importado el cúmulo de francos errores de gobierno y actos delictivos
que bien podría haberle afectado pues, sobre el PP, gravitan numerosas y
fundadas acusaciones, algunas de las cuales han terminado en prisión
para los culpables. Esta circunstancia obligó, durante la campaña, a
evitar citar el nombre del partido y recargarse en el candidato. El PP
suma ya un largo listado de complicidades y atracos a los bienes
públicos que han alcanzado el nivel de escándalos internacionales.
Encima de los descarados delitos de encumbrados militantes del PP al
patrimonio de los españoles, el señor Núñez Feijóo adiciona, con
señalamientos y acusaciones, de ser íntimo amigo de conocidos
narcotraficantes, maleantes que, por lo demás, han sido condenados a
largas penas de cárcel. Su sonriente fotografía apareció en diarios de
circulación local y nacional a bordo de lujosos yates en compañía de
esos personajes. No hubo negativa de su parte, tampoco justificante que
lo eximiera. No obstante, su amplio electorado lo reconfirma para otro
periodo de cuatro años. Difícil, más bien imposible, bordar sobre las
motivaciones de los votantes para encontrar válida explicación de tal
conducta. En todo caso se tendría que especular sobre la laxitud ética
de esa sociedad en particular.
Los elefantes tienen un
oído extraordinario y pueden escuchar los sonidos que emiten a varios
kilómetros de distancia. Además, tienen en la planta de los pies unos
biosensores que registran todo tipo de vibraciones. Esto les permite
escuchara través de la base de sus poderosas patas. En un fuerte contraste con esta capacidad para escuchar de los elefantes, los humanos parece que no podemos o no queremos escuchar.
En mi artículo de agosto
demostré que el derecho a la salud es inequitativo y condicionado en
México. Sólo aquellos que están asegurados por el Instituto Mexicano del
Seguro Social (IMSS) o el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales
de los Trabajadores del Estado (Issste) y sus familias tienen acceso a
los servicios requeridos al enfermar. Los afiliados al Seguro Popular
sólo tienen acceso a un paquete de servicios restringido, que deja fuera
particularmente las enfermedades graves y costosas de la población
adulta. Así, tanto ellos como los que carecen de un seguro tienen que
pagar muchos de los servicios.
Cada artista construye
su forma de expresarse. En un principio imita a sus mayores y algunas
veces rompe con ellos: tan rígidos le resultan los moldes conocidos que
decide probar nuevos caminos.
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