Periódico La Jornada
El principal reto que tiene el mecanismo especial
de seguimiento para el caso Iguala es que las recomendaciones del Grupo
Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI)
no se queden en letra muerta, sino que el gobierno mexicano avance de manera firme en las líneas de investigación dejadas en sus dos informes.
Es cuestión de díaspara que se anuncie la primera de las visitas que realizarán al país los integrantes de esta nueva instancia, designados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), luego de que en abril pasado el gobierno mexicano se negó a renovar el mandato de
asistencia técnicaal GIEI.
Este mecanismo es una siguiente etapa de la supervisión
internacional. “Es toda una esperanza y una expectativa para los padres
de familia, porque justo es la supervisión internacional lo que les
permite ir teniendo mayores elementos de confianza en las instituciones,
luego de que la llamada verdad histórica terminó siendo un
montaje”, dijo Mario Patrón, director del Centro de Derechos Humanos
Miguel Agustín Pro Juárez, una de las instancias que representan a los
padres ante la CIDH.
Explicó que a diferencia del GIEI, que fue un acuerdo de
asistencia técnicay que debía renovarse periódicamente, el nuevo instrumento tiene una lógica permanente e indefinida, en tanto las medidas cautelares de la CIDH y las recomendaciones dictadas por el grupo de expertos no se cumplan en su totalidad.
Este mecanismo tiene dos niveles: uno, integrado por el
equipo operativo, que puede permanecer en el país el tiempo que sea necesario y, otro, conformado por dos comisionados, que son Enrique Gil Botero, en su calidad de nuevo relator de la CIDH para México, y James Cavallaro, presidente de ese organismo internacional.
Según el convenio firmado en Washington, entre la CIDH, el gobierno
mexicano y los padres de los normalistas y sus representantes, los
comisionados podrán venir a México, en un principio, cada dos meses en
visitas calendarizadas; podrían ser tres o cuatro estancias hasta abril
próximo, cuando se realice el próximo periodo de sesiones de la
comisión.
El mismo convenio establece el compromiso expreso del gobierno
mexicano para aportar los recursos financieros y materiales que sean
necesarios para la implementación de dicho mecanismo.
El tema financiero no tendría que ser pretexto para su
implementación; de hecho, de los recursos destinados al GIEI quedó un
remanente de casi 300 mil dólares que
podrán ser usados ahora.
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La verdad histórica fue superada con pruebas científicas, afirman padres de los 43
Sin ayuda internacional, el gobierno hubiera
sepultadoel caso Iguala
Confían en que con la salida de Zerón de Lucio de la PGR avancen las investigaciones
Tomás Zerón de Lucio, acusado de obstaculizar indagatorias sobre el caso Ayotzinapa
Para los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos
no hay dudade que la llamada verdad histórica sobre el basurero de Cocula ha sido superada con pruebas científicas suficientes, en medio de una fuerte resistencia gubernamental.
A dos años los sucesos de Iguala, Guerrero, que estremecieron al
país, los resultados de las investigaciones se han dado a cuentagotas,
derivados siempre de la presión social y la supervisión internacional de
las pesquisas. En este lapso, el gobierno ha caminado entre la
incapacidad institucional y una clara intención de obstruir, sesgar y
dirigir el resultado de las indagatorias.
Con el sufrimiento por sus hijos ausentes desde la noche del 26 de
septiembre de 2014, los padres de los 43 normalistas reconocen el
trabajo que durante más de un año realizó en México el Grupo
Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), cuyas conclusiones
echaron abajola versión oficial de que los estudiantes desaparecidos fueron asesinados y sus restos incinerados en el basurero de Cocula, Guererro.
Para los padres y sus representantes, el trabajo del GIEI
–dependiente de la Comisón Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)–
fue
fundamental para desmontar, desde el interior mismo de la investigación, la llamada verdad histórica, según la calificó el entonces procurador general Jesús Murillo Karam.
Sin ellos, el caso hubiera quedado sepultado con esa mentira, señaló Emiliano Navarrete, padre de uno de los jóvenes desaparecidos.
Con esta prueba ya superada, la investigación de la PGR está prácticamente por
rehacerseen función de los aportes y recomendaciones dejadas por el GIEI, en un proceso que se ha tornado sumamente lento y tortuoso.
Factor decisivo
Mario Patrón, director del Centro de Derechos Humanos
Miguel Agustín Pro Juárez, afirma también que la supervisión
internacional fue un
factor decisivo, sin el cual no podría entenderse el momento actual.
Comenta que el GIEI, que estuvo México entre marzo de 2015 a abril de
2016, hizo dos afirmaciones que finalmente le costaron su salida del
país.
Una fue que la teoría oficial del caso
no tiene asidero científicoy que por ello no representa el destino final de los estudiantes y, dos, que los hechos ocurridos en Iguala hace dos años no se explican sin un
contexto de macrocriminalidad, lo cual significa justo la existencia de una
estructura de contubernio y complicidadesentre autoridades de todos los niveles y el crimen organizado.
No se trata de un problema encapsulado en la esfera municipal, sino uno muy amplio, que debe investigarse, dijo.
Vidulfo Rosales, abogado de los padres de los 43, afirma que el saldo de las investigaciones en estos dos años
no es positivo, pues aún se desconoce el paradero de los normalistas desaparecidos, ante un gobierno que aunque declara que el caso
no está cerrado, insiste en la versión oficial del basurero de Cocula.
Echar abajo esta hipótesis nos ha costado muchos de estos 24 meses que han transcurrido desde aquellos hechos de Iguala, indicó.
Tanto Vidulfo Rosales como Mario Patrón señalan que tampoco hay duda
hoy día sobre la participación de integrantes de otros cuerpos de
seguridad, como la Policía Federal y la municipal de Huitzuco, quienes
estuvieron en diferentes momentos claves de los hechos, situación que ha
sido confirmada por informes y pesquisas de la Comisión Nacional de los
Derechos Humanos (CNDH).
También debe investigarse la responsabilidad del Ejército, vinculado por el conocimiento previo que tuvo de la corrupción y la macrocriminalidad presente en Iguala, y por su presencia y omisión en hechos relevantes como las desapariciones, señaló Santiago Aguirre, también del Centro Pro.
Otro punto donde no queda duda es que a los estudiantes normalistas
se les dividió en al menos dos grupos, por lo que también hay dos rutas
de desaparición, y aunque esta parte no está totalmente investigada,
podría llevar a su localización. Este es el reto de la nueva etapa de la
indagatoria, ya sin la presencia de Tomás Zerón de Lucio en la
dirección de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR, acusado de
obstruir las pesquisas e incluso
sembrarevidencias.
El funcionario fue designado secretario técnico del Consejo de
Seguridad Nacional, sin que hasta ahora se hayan hecho públicos los
resultados de la
investigación internaque se le seguía en la PGR.
Los padres de los normalistas y sus representantes quieren ver en este hecho una
posibilidadde que la investigación avance con las recomendaciones del GIEI.
Tras la salida de dicho grupo, en abril pasado, y los varios meses
que se han llevado en el diseño del nuevo mecanismo, el gobierno ha
optado por una
estrategia de invisibilizarel problema de Ayotzinapa, señaló el abogado Rosales.
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