Toda la estructura legal en materia laboral está diseñada para mantener salarios de miseria y eso el gobierno mexicano lo presume en el exterior.
Acaba de declarar Alfonso Navarrete Prida, Secretario de Trabajo
del gobierno peñista, que “van a faltar muchos años para que podamos
sacar una matraca para anunciar que se tienen mejores salarios” en el
país (Patricia Muñoz en La Jornada). Ese comentario parece una mala broma, pero no lo es.
Toda la estructura legal en materia laboral está diseñada para
mantener salarios de miseria y eso el gobierno mexicano lo presume en el
exterior. Saca la matraca para decir que en México hay obreros
productivos, a los que se les puede explotar con todo y con muy bajos
salarios.
El presidente Peña Nieto recién declaró en San Luis Potosí que las
reformas estructurales, esas que obtuvo con ayuda del PAN y del PRD, son
imán para la inversión. Pero no dice que ha sido a costa de nuestra
soberanía nacional y del bienestar social.
El gasolinazo se explica por la inexistencia de una industria
nacional vigorosa, por la enorme dependencia con el país del norte, por
la pésima administración económica invadida de corrupción.
Navarrete Prida, al foro que se para, saca la matraca para decir que
van muchos meses sin una sola huelga estallada. Ahora son 40 meses y
hace lo posible para que ese record no se rompa.
Ha inventado, con apoyo de la Junta Federal de Conciliación y
Arbitraje, la figura de la “huelga improcedente” diseñada para los
sindicatos que se atrevan a declarar una huelga. Archivar el expediente
para que se borre toda huella de inconformidad.
Recién los trabajadores de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro
en el estado de Coahuila, estallaron una huelga el 16 de febrero pasado
y han conocido el golpe de la matraca. A pesar de haber cumplido con
todos los requisitos legales, por órdenes “de arriba” su movimiento ha
sido declarada ilegal la suspensión de labores aprobada por una asamblea
mayoritaria. Esa huelga no existe para el gobierno federal ni para
ninguna autoridad.
El gobernador del estado de Coahuila Rubén Moreira salta de gusto que
el gobierno federal niegue el derecho de huelga a esos trabajadores
universitarios que le han cuestionado su sistema de salud y de
pensiones.
Navarrete Prida dice que al no haber huelgas en este país (por la
buena o por la mala) es signo de “paz laboral”, de bienestar para los
trabajadores, de prosperidad de las empresas, de empleo pleno.
¿En qué país vive señor secretario?
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