Representantes
de gobiernos y organizaciones de todo el mundo participarán del 13 al
24 de este mes en el 61 período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW, en inglés), que se desarrollará en la sede de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en Nueva York.
"Tenemos
la firme convicción de que no se puede hablar de las mujeres en el
mundo laboral global sin tener en cuenta los demás factores que las
mantienen sin un trabajo digno": Françoise Girard.
Varias
activistas destacaron la importancia que tendrá la interseccionalidad
en las discusiones de la CSW, así como la aplicación de políticas
sociales y económicas relevantes, tomando en cuenta las numerosas
maneras que existen para marginar a las mujeres.
“Es necesario
considerar los problemas de la educación, las cuestiones de la
movilidad,… de violencia en el lugar de trabajo, los derechos sexuales y
reproductivos de las mujeres… como precursores del empleo”, comentó
Françoise Girard, presidenta de la Coalición Internacional de Salud de la Mujer.
Ya
comenzaron las negociaciones para acordar un documento final para la 61
CSW, cuyo tema principal de este año es el empoderamiento económico de
las mujeres.
“Tenemos la firme convicción de que no se puede
hablar de las mujeres en el mundo laboral global sin tener en cuenta los
demás factores que las mantienen sin un trabajo digno”, subrayó Girard,
en diálogo con IPS.
Sin embargo, el borrador inicial no abordó
estos temas adecuadamente, ya que no mencionó el acceso de las niñas a
la educación ni el de las mujeres jóvenes a la atención de la salud
reproductiva, señaló.
“Si las mujeres no tienen acceso a la
educación o las minorías étnicas son discriminadas en el sistema
escolar… o (les falta) la capacidad para controlar su fertilidad y salud
reproductiva… eso tendrá un enorme impacto en su capacidad para tener
un empleo remunerado”, afirmó.
La codirectora de la Organización de Mujeres para el Medio Ambiente y el Desarrollo
(WEDO), Eleanor Blomstrom, también señaló la “decepcionante” falta de
lenguaje en torno al cambio climático en el borrador del documento para
la CSW.
“Si no abordamos (el cambio climático), entonces no
tendremos un planeta en el que las mujeres puedan vivir para ejercer sus
derechos plenos”, afirmó en conferencia de prensa.
Girard y
Blomstrom también expresaron su alarma por la implementación de
políticas que limitan los derechos de las mujeres y, por ende, su
empoderamiento económico.
La presidencia de Donald Trump en
Estados Unidos prohíbe a las organizaciones no gubernamentales que
reciben fondos del gobierno de ese país destinados a la salud trabajar
en temas relacionados con el aborto. También impide que los
beneficiarios participen en toda discusión nacional sobre la
interrupción voluntaria del embarazo.
Durante el gobierno de
George W. Bush (2001-2009), esa política solo se aplicaba a los fondos
para la planificación familiar. Esta es la primera vez que este
requisito abarca a toda la asistencia sanitaria que Washington presta en
el mundo, por un total de 9.500 millones de dólares, incluidos los
fondos para la salud materna y el combate del virus de inmunodeficiencia
humana.
Girard citó el ejemplo de la organización Kisumu Medical
and Education Trust (KMET), de Kenia, que recibe aproximadamente 200.000
dólares para brindar diversos servicios de salud reproductiva, que
incluye el tratamiento de la hemorragia posparto. Sin embargo, ahora la
política del gobierno de Trump la obliga a la disyuntiva de tener que
limitar sus servicios o no.
“Ahora tienen que elegir. No pueden
prestar atención médica integral si aceptan fondos del gobierno de
Estados Unidos, pero no quieren dejar de capacitar a los técnicos en la
hemorragia posparto”, dijo Girard.
Girard y Blomstrom señalaron
que incluir este tipo de vínculos entre los problemas de las mujeres en
el documento final de la CSW ayudará a allanar el camino para que los
gobiernos implementen planes pormenorizados a más largo plazo, que
permitan oportunidades de desarrollo y resultados positivos.
Agregan
que ya hubo algunos avances cuando los gobiernos realizaron aportes a
un nuevo borrador que considera la participación de las mujeres en el
mundo del trabajo de una manera más integral.
Ese borrador tomó
parte del texto del Acuerdo de Cambio Climático de París para abordar
los vínculos entre el empoderamiento económico de las mujeres y las
preocupaciones ambientales, y destacó la necesidad “crucial” de que
hombres y niños compartan el trabajo doméstico y aspiren a una división
justa del mismo.
“Estoy gratamente sorprendida en esta primera etapa de que haya un reconocimiento real de estos temas”, reconoció Girard.
También
destacó la multitudinaria movilización que se produjo en todo el mundo a
partir de la Marcha de Mujeres que se realizó en Washington el 21 de
enero, un día después de la asunción de Trump.
“Veo que la energía
es muy alta, que la gente se moviliza, que las acciones continúan y que
no nos vamos a ninguna parte, no vamos a retroceder”, sostuvo Girard.
El movimiento feminista ahora planifica un paro de mujeres para el 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer.
“En
el mismo espíritu de amor y liberación que inspiró la Marcha de las
Mujeres, nos unimos para hacer que el 8 de marzo sea un día sin mujeres,
reconociendo el enorme valor que las mujeres de todos los orígenes
agregan a nuestro sistema socioeconómico, mientras reciben menos
salarios, experimentan mayores desigualdades, vulnerabilidad ante la
discriminación, acoso sexual e inseguridad laboral”, según las
organizadoras.
Y en ese mismo espíritu y a pesar de los posibles
desacuerdos que se espera que se produzcan a medida que avancen las
negociaciones de la CSW, “sin embargo, persistimos”, dijeron Girard y
Blomstrom.
Traducido por Álvaro Queiruga
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