Pedro Echeverría V.
1. No recuerdo quien
de los funestos viejos políticos del PRI,
Chuayffet Chemor de Educación o Murillo Caram de la PGR, declaró que
estaba “cansado de problemas” y se retiró. Yo, después de más de 50 años
de marchas o manifestaciones, estoy hasta la madre de que no nos hagan
caso y al contrario el gobierno se burle de nosotros. Ese Paseo de la
Reforma, Hemiciclo a Juárez, Zócalo y Bucareli, los tengo hasta el
copete porque sólo los hemos caminado, hemos hecho mítines y hemos
regresado “a casita” después de desahogarnos sin que nada nos resuelvan.
Las marchas deberían desarrollar con el ejemplo la conciencia
participativa de la gente, pero llegan momentos en que somos los mismos,
los mismos 20 o 50 mil de siempre.
2. Si como se ha dicho se busca cuidar a niños, viejos, mujeres,
contra la brutal represión de la policía y el ejército que siempre
amenaza y muchas veces pone en práctica contra las protestas, hay que
preparar en cada marcha a dos o tres mil hombres y sus suplentes muy
conscientes, dispuestos y preparados para bloquear carreteras, avenidas e
instituciones, por dos o tres días mínimo. ¿Puede olvidarse acaso la
maravillosa experiencia de oaxaqueños y chiapanecos que en los últimos
meses bloquearon carretera, plazas comerciales, avenidas, y obligaron al
gobierno a negociar porque hasta los empresarios se quejaron
desesperados? Sabemos que allí está el ejército armado con gases, perros
y caballos, pero nosotros valemos mucho más con nuestros humildes
bates.
3. Ante la brutalidad represiva del gobierno, nosotros no vamos a
poner la otra mejilla; vamos a batear y correr como en el béisbol para
lograr estar en otros encuentros. Los chavos anarquistas, que se tienen
que cubrir el rostro para no ser fotografiados e identificados por la
puta policía y los militares, han sido siempre la vanguardia de las
manifestaciones. Nunca van armados y tampoco provocan a nadie, pero sí
reclaman los derechos de los manifestantes a ocupar las calles,
avenidas, zócalo. Que se cuelan policías provocadores entre ellos es
lógico, pero también hay cientos de policías y espías entre los de
rostro descubierto. Por ello también tenemos que preparar a nuestros
manifestantes a defenderse ante la canalla burguesa.
4. En México, como en todos los países fascistoides, mientras se
colocan cientos de miles de cámaras de vigilancia en calles y edificios,
se ha estado preparando y publicando leyes que prohíben las protestas,
las marchas, manifestaciones, plantones y bloqueos. Esas leyes hay que
pararlas –no con chupadas jurídicas- sino con las luchas del pueblo en
las calles y los bloqueos. El pueblo, los trabajadores, deben estar ya
cansados de marchas de protesta sin que les hagan caso por ello tienen
que pasar directamente a los bloqueos que impidan a la burguesía
gobernante cumplir su sagrada misión de enriquecerse. Se acerca el mayo
de los maestros y dos meses antes hay que iniciar las movilizaciones,
como todos los años.
5. Mi padre el carpintero respondía: “descansar yo, sólo hasta que
muera”… y descansó. Así tiene que ser esto de la lucha por transformar
radicalmente este país y el mundo. Cada quien tiene que luchar sin
descanso por ese objetivo desde donde se encuentre. La realidad es que
lo mismo hacen los explotadores y opresores, pero revolcándose entre su
riqueza y su basura. ¡Qué felices y contentos viviríamos si se acabara
el mundo de los ricos y explotadores y al mismo tiempo el de los pobres y
miserables para alcanzar el universo de la igualdad y fraternidad! Ello
sólo será posible cuando el 90 por ciento de la población mundial
adquiera la conciencia y la fuerza necesaria para acabar con las
diferencias económicas y sociales del capitalismo. (26/II/17)
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