"A
aquellos [migrantes] que no mueren en el tránsito y no son capturados y
devueltos inmediatamente, les espera una existencia espectral de
"hombres invisibles", cuerpos explotables sin documentación que les
garantice unos derechos mínimos. Serán tolerados, explotados y
permanentemente amenazados al mismo tiempo". José A. Zamora, 2017
"Y
en un mundo de conflictos, en un mundo de víctimas y verdugos, la tarea
de la gente pensante debe ser -como sugirió Albert Camus- no situarse
en el bando de los verdugos".
Howard Zinn, 2001.
Los migrantes mexicanos, destinatarios de la discriminación como política migratoria
Desde su inicio, el gobierno de Trump se ha distinguido por una postura
racista y xenófoba hacia México y en especial hacia los migrantes
mexicanos en EU –especialmente aquellos sin documentos migratorios-.
Esto se enmarca en las posturas discriminatorias y de supremacía blanca
que han caracterizado a esta administración y que ven a la migración
como una amenaza. Además de los mexicanos, han sido destinatarios de
estas políticas y retóricas de la exclusión personas de países con
población musulmana y diversas naciones anteriormente beneficiarias del
TPS -los haitianos, los hondureños y recientemente los salvadoreños-.
Desde una lectura estigmatizada, poco informada y peyorativa, de manera
infundada se les imputa a los migrantes mexicanos la responsabilidad de
múltiples problemas en EU –diversos delitos, pérdida de empleos, tráfico
y consumo de drogas, procesos de desintegración social-. La
discriminación a los mexicanos tiene una triple vertiente: (1) por su
origen étnico cultural y adscripción nacional; (2) por su condición de
clase, como trabajadores en adversas situaciones de vida y en necesidad
de empleos mejor remunerados; (3) y, finalmente, por su estatus
migratorio irregular. Desde un uso deliberado y malintencionado del
migrante como causante de prácticamente todos los males, las políticas
migratorias estadounidenses se han caracterizado por su talante
discriminatorio y por estar abocadas al cierre de fronteras, al afán de
construir el “muro”, a las deportaciones y a la criminalización del
migrante.
No obstante, las realidades son distintas y discrepan
de estas percepciones distorsionadas y excluyentes. La gran mayoría de
los mexicanos en EU no sólo no son delincuentes, sino que se trata de
millones de trabajadores mal pagados y expuestos a precarias condiciones
laborales. Salieron de su país por necesidad, no por gusto. Lejos de
las supuestas mermas económicas y sociales que se les atribuyen, los
migrantes mexicanos reciben frecuentemente bajos salarios -por debajo de
lo establecido en la ley-, carecen de derechos laborales y seguridad
social y reducen los costos de producción, incrementando el margen de
ganancia. Es justo de la explotación de estos migrantes sin documentos y
necesitados de trabajo de donde surge ese notable excedente de
generación de riqueza y capital para las empresas, corporaciones y
empleadores. Aunado a esto habría que considerar la importante derrama
económica que representa el consumo de bienes y mercancías que hacen
millones de migrantes mexicanos para la economía estadounidense.
Impactos económicos y sociodemográficos de las políticas migratorias de EU
No obstante que a la fecha el envío de remesas no ha disminuido –debido
tanto al alza del dólar como a la intención de los migrantes de mandar
la mayor cantidad de dinero a México ante la constante amenaza de la
deportación-, a largo o mediano plazo puede presentarse una reducción
considerable del envío de remesas. Lo cual tendría múltiples impactos a
nivel macro y microeconómico en el país, sobre todo en relación a los
intensos procesos de dependencia económica de las remesas que hay en
diversas zonas de México –un buen ejemplo son los contextos rurales de
buena parte del Bajío mexicano-.
A esto habría que añadir
impactos de orden sociodemográfico, en relación a lo que pasará con los
miles de migrantes mexicanos que están siendo deportados a México. En
este tenor ocupa un lugar especial la cancelación de DACA, que pone a
cerca de 600 mil dreamers mexicanos en un posible escenario de
deportación. La solución de la apremiante condición de los “dreamers” se
ha vuelto una moneda de cambio y un ejercicio de extorsión para que la
administración Trump consiga el presupuesto para su ansiado e
innecesario muro. En caso de no haber una solución al impase en que se
encuentran, miles de dreamers serían forzados a regresar a México pese a
su voluntad, experimentado, entre otros, tres adversos procesos: 1) Una
(re) inserción escolar muy precaria, tanto por el insuficiente acceso a
educación media y media superior en México, como por el proceso de
convalidar documentos que acrediten su nivel educativo. 2) Una compleja
(re) integración familiar, después de años en EU, les espera un México
extraño y con otros códigos y sistemas de valores. 3) Y no menos
importante, una incorporación laboral muy difícil, dado que la oferta
laboral de carácter calificado es reducida, cuenta con pocos empleos y
son frecuentes los bajos salarios. En términos más amplios, el mercado
laboral nacional no tiene capacidad para ofrecer trabajos dignos y
suficientes para ellos. Aunado a esto, hay una abismal diferencia entre
los salarios reales en México y en EU.
Repercusiones migratorias y territoriales para México
La “reducción” de la migración mexicana no documentada a EU,
relacionada a la contracción del empleo en EU -derivado de la crisis de
la economía de 2008- y reforzada a partir de la llega de Trump,
probablemente tendrá una influencia en los procesos de incremento de la
migración interna en el país. Especialmente si se considera que las
causas económicas de la migración a EU no han sido resueltas. Esto
supondrá una sobrecarga de los polos de desarrollo en México, en tanto
serán lugares a los que se dirigirán los miles de migrantes que antes
tenían como destino EU. De manera paralela, las localidades y
comunidades del campo mexicano que viven de remesas experimentarán una
acentuada precariedad y cambio socioeconómico negativo –pensando en el
deterioro de las condiciones materiales de vida-; es factible que se
presente un incremento de la pauperización de localidades rurales
relacionadas a la migración y el envío de remesas.
En lo tocante
al orden migratorio lo más significativo ha sido el incremento de la
persecución y criminalización de los migrantes mexicanos. Ejemplo de
esto es que, si bien se ha reducido el número de detenciones de
migrantes en su intento por cruzar a través de la frontera entre México y
EU, la cifra de mexicanos detenidos dentro del territorio del vecino
país por el servicio de inmigración en el primer año de Trump se
incrementó en cerca de un 40%. A esto se han sumado, tanto la acelerada y
alarmante reducción de las visas de reunificación familiar -el número
de visas aprobadas es el más bajo desde el año 2000-, como la
acentuación de las problemáticas sociales en las ciudades fronterizas
del norte, fenómeno derivado de las políticas migratorias excluyentes y
discriminatorias de EU.
En referencia a la situación de los migrantes en EU, el panorama no es muy diferente, se anuncian días aciagos. Ha
habido un aumento de las violaciones de derechos humanos de los
mexicanos -sin documentos-, destacan los casos de migrantes en graves
condiciones de salud y en situaciones críticas que no van a los
servicios de salud por temor de ser detenidos y deportados, así como las
experiencias de miles de mexicanos agredidos y violentados en la
frontera norte y dentro de EU debido al racismo de grupos xenófobos. A
lo anterior habría que agregar la vulneración de los derechos de miles
de niños estadounidenses de padres mexicanos que experimentarán rupturas
familiares derivadas de las deportaciones.
En este contexto,
hay un escenario incierto para miles de posibles deportados y retornados
a México. Surge la pregunta obligada de cuál sería su futuro en
términos laborales, sociales y familiares en el actual y complejo
contexto mexicano. Ahora, como hace años cuando adversas condiciones los
expulsaron de su país de origen, serán obligados a migrar de manera
forzada como consecuencia de políticas discriminatorias que los
excluyen.
Notas
Una versión
preliminar y más extensa de las ideas del presente texto fue expuesta en
la presentación: “El muro, la frontera y la migración”. Esta
presentación puede consultarse en el link: https://www.youtube.com/watch?v=a8Fs2S5KpnE.
Guillermo Castillo, profesor de licenciatura y posgrado de la UNAM.
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