Las más recientes, este martes 16, de los presidentes municipales de
Coacalco, en el Estado de México, y de Tlacotepec de Benito Juárez, en
Puebla, Erwin Castelán y Pablo Pérez Maceda, respectivamente;
representantes sin mayor peso en la política nacional y por lo mismo sin
mayor costo político del máximo tribunal.
El presidente de la SCJN, Luis María Aguilar, dice que a los
ministros no les ha quedado de otra porque es un mandato de la
Constitución. En efecto, la fracción 16 del artículo 107 faculta a los
ministros de destituir a las autoridades que de manera injustificada
incumplan un amparo.
Pero el cuerpo colegiado que preside Aguilar se ha comportado de
manera complaciente ante otros casos de desacato. El más significativo, y
documentado, ha sido la protección que dio al presidente del PRI,
Enrique Ochoa Reza, quien incumplió un amparo cuando era director
general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
En mayo del año pasado, la Corte resolvió de un plumazo, sin
discusión, un recurso con el que salvó de la inhabilitación y
consignación a Ochoa Reza.
El presidente del PRI se negó a pagar una indemnización por más de
463 millones de pesos a la que la CFE estaba obligada por haber
rescindido un contrato de manera injustificada a la empresa Líneas de
Alta Tensión.
Como ha ocurrido en los casos del delgado y los presidentes
municipales, la Corte sólo tenía que pronunciarse sobre el
incumplimiento y dar paso a la sanción. Y así estaba considerado en un
proyecto inicial de la ministra Margarita Luna Ramos.
Pero la ministra, originaria de Chiapas e integrante de una
influyente familia en el Poder Judicial de la Federación, sacó un
segundo proyecto en el que el presidente del PRI quedó libre de toda
responsabilidad.
En las destituciones de los alcaldes, la Corte ha hecho valer los
fallos de jueces de Distrito, que han sido materia de los llamados
juicios de inejecución de sentencia. En el caso del presidente del PRI,
los ministros pasaron por encima de resoluciones de un juez federal, un
Tribunal Colegiado y del Tribunal Federal de Justicia Fiscal
Administrativa, quienes coincidían en la responsabilidad del funcionario
y en el monto de la indemnización.
A propuesta de Luna Ramos, Ochoa no sólo fue exonerado, sino que se
pidió la revisión de lo calculado por los propios jueces y magistrados.
El litigio lleva ya casi 15 años, y aunque Ochoa Reza no era
funcionario de la CFE cuando se rescindió el contrato, la justicia
federal sí fijó la obligación de pago cuando él dirigía la empresa
eléctrica.
Así el doble rasero de Suprema Corte.
Comentarios: @jorgecarrascoa
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