Durante décadas, la ausencia de estadísticas sobre la violencia
machista dio pie a que se minimizara el problema y no tuviera bases
sólidas el activismo, que desde 2007 organiza una creciente campaña
nacional.
“Por primera vez se obtienen datos acerca de la violencia contra la
mujer mediante un estudio nacional, ya que en Cuba existen
investigaciones al respecto que han brindado importante información
durante muchos años, pero nunca con este alcance”, explicó Mayda
Álvarez, directora del Centro de Estudios de la Mujer (CEM), en diálogo
con IPS.
El CEM, que pertenece a la única organización femenina del país, la
Federación de Mujeres Cubanas (FMC), y el Centro de Estudios sobre
Población y Desarrollo de la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e
Información, aplicaron en 2016 la Encuesta Nacional de Igualdad de
Géneros, que amplió la edición anterior de 1989.
Para ello contaron con el apoyo de los fondos para la población, la
infancia y el desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas.
Toda esa información “será útil para el diseño de políticas públicas
específicas y medidas concretas que contribuyan a seguir avanzando en
relaciones de género más justas y equitativas”, apuntó Álvarez, sobre el
estudio que abarcó en cinco capítulos y 57 preguntas desde cuestiones
sociodemográficas hasta construcciones sociales de género.
El cuestionario fue respondido por una muestra representativa de
19.189 personas de 15 a 74 años, de las cuales 10.698 fueron mujeres, en
las diferentes regiones del archipiélago de 11,2 millones de
habitantes, donde se lograron grandes avances en equidad como salarios
igualitarios y aborto legal, pero persisten deudas.
Para Álvarez, los resultados sobre violencia hacia la mujer en la
pareja constituyen los aportes más significativos por no tener
antecedentes nacionales.
Otros asuntos recabados fueron “los avances en los estereotipos y
prejuicios acerca de las relaciones de género y los que aún subsisten”,
“características de las relaciones de pareja”, “la distribución de
tareas domésticas en el hogar y el tiempo que dedican hombres y mujeres
cubanas al trabajo remunerado y no remunerado”.
En diciembre último, Álvarez y otras investigadoras del equipo
adelantaron en espacios públicos, como debates académicos y programas
televisivos algunos resultados. Todos los datos que trascendieron
entonces fueron sistematizados por IPS y luego verificados para este
reportaje por el CEM, que ahora trabaja en el informe final.
Más sobre los resultados de la encuesta
-La mayor parte de la muestra no considera la violencia hacia las
mujeres en la pareja como un asunto privado, pero 39,6 por ciento de las
mujeres y 43 por ciento de los hombres lo siguen valorando como algo a
resolver entre dos.
-Se superan estereotipos y prejuicios como la igualdad de mujeres y
hombres para tomar decisiones, que una mujer puede sentirse bien aunque
no haya tenido hijos y que ellas no siempre tienen que complacer
sexualmente a su pareja, aunque en este último caso 40 por ciento de la
muestra opinó lo contrario.
-Entre los mitos y opiniones más arraigados están: considerar como causa
del problema de la violencia de género el consumo de alcohol (67 por
ciento), creer que la mujer soporta el maltrato porque le gusta (60,6
por ciento) o que los hombres también son víctimas de violencia en las
relaciones de pareja (73,7 por ciento).
-Otros mitos que persisten son que las mujeres no deben hacer esfuerzo
físico, los bebés necesitan más la cercanía de la mamá que del papá, un
hombre no puede cuidar a un niño como lo hace una mujer y que ellas son
más cariñosas que los varones.
Se recabó que 81,4 por ciento de las mujeres entrevistadas admitieron
que existe violencia hacia las mujeres y niñas en el país, lo que
representa un mayor reconocimiento con respecto a épocas pasadas. De ese
grupo, 51,8 por ciento dijeron que creen que es poca; 29,7 por ciento,
que es mucha; 9,6 por ciento dijeron que no existe y 7,9 por ciento, no
sabe.
Además, 26,7 por ciento de las mujeres encuestadas que tienen
actualmente o tuvieron pareja, un total de 9.971, dijeron haber vivido
alguna manifestación de violencia en los últimos 12 meses previos al
momento de la entrevista, con predominio de la psicológica, pero también
la física, sexual y económica.
Mientras, 39,6 por ciento de las entrevistadas aseguró haber sufrido
algún tipo de violencia por parte de su pareja en “algún momento de su
vida”, un dato que incluye a las que declararon haber vivido maltratos
en el último año.
“No caben dudas de que tener estas cifras preliminares permite
mostrar lo que algunas personas insisten en minimizar: la violencia es
un problema social al que hay que dar prioridad en nuestro país”,
sostuvo la socióloga Magela Romero, quien defiende que hasta un solo
caso de maltrato debe ser atendido.
“Estos datos pueden constituir un valioso instrumento para
sensibilizar a decisores, pues las cifras de Cuba, en algunos casos,
pueden ser comparables con las de otras latitudes”, valoró la
coordinadora de un proyecto de atención comunitaria a mujeres víctimas
en cinco barrios de La Habana, que en 2017 apoyó a más de 50 de ellas.
Y pueden ayudar “a explicar la importancia del activismo comunitario,
ayudando no sólo a que las mujeres se atrevan más a denunciar, sino
para que cuenten con redes de apoyo capacitadas para apoyarlas en la
búsqueda de salidas como la denuncia u otras”.
Datos preliminares de la investigación muestran los bajos índices de
búsqueda de ayuda por parte de las mujeres maltratadas por su pareja.
Solo 3,7 por ciento de las encuestadas declaradas víctimas buscó
ayuda para sí misma y 0,8 por ciento lo hizo para otra mujer. Los
lugares donde acuden para ello fueron la policía y la fiscalía en primer
lugar; las casas de orientación, trabajadoras sociales y otras
instancias de la FMC en segundo lugar; e instituciones religiosas por
último.
Las 174 Casas de Orientación a la Mujer y la Familia de la FMC fueron
durante años la única instancia que aportó algunas cifras sobre
violencia de género a partir de los casos atendidos en sus consultas de
orientación.
Hoy existe, además, la Consejería a Mujeres en Situaciones de
Violencia del no gubernamental y de inspiración cristiana Centro Oscar
Arnulfo Romero en La Habana, y el programa de atención psico-pastoral
del no gubernamental Centro de Reflexión y Diálogo-Cuba, en la ciudad de
Cárdenas, a 150 kilómetros al este de la capital.
Justo en la atención radican las principales críticas realizadas por
el Comité sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación
contra la Mujer al país caribeño.
Este organismo internacional recomienda “elaborar y aprobar una ley
integral sobre la violencia contra la mujer”, “desarrollar un plan de
acción estratégico nacional para la prevención”, “asegurar un acceso
efectivo a la justicia” y “establecer centros de acogida”, entre otros.
La creciente red de cientistas especializados en género, la mayoría
mujeres, esperan a tener más detalles de la encuesta en el informe
final, aunque ya realizan algunas críticas.
“Habría que saber qué entiende la muestra encuestada por violencia
para que las estadísticas resulten más ilustrativas”, reveló la
psicóloga Marybexy Calcerrada, que vive en Holguín, 689 kilómetros al
este de La Habana. “Conocer las preguntas aportará mucha información y
se sabrá lo que pudo quedar excluido”, analizó.
Editado por Verónica Firme
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