El sexismo en los medios deportivos
Cuando
hace unos meses Garbiñe Muguruza se convirtió en la número uno del
tenis mundial, su hazaña apareció en todos los medios. Junto a la
información estrictamente deportiva había titulares como: “Garbiñe
Muguruza: cómo conseguir las piernas perfectas del tenis español”.
Numerosas investigaciones han analizado las diferencias en la
información deportiva cuando el protagonista es un hombre o una mujer.
Una de las más recientes, publicada en la revista “Gender &
Society”, sostiene que los enfoques abiertamente sexistas no son tan
habituales como hace unas décadas.
Si en 1999 era común que periodistas deportivos de la televisión de
Estados Unidos no escatimaran en piropos hacia la tenista rusa Anna
Kournikova, en 2014 los méritos de las deportistas se describían con un
lenguaje frío y soso.
Los autores analizaron veinticinco años de información deportiva de
los canales de televisión estadounidenses KCBS, KNBC, KABC y del
programa SportsCenter del canal ESPN en seis momentos: 1989, 1993, 1999,
2004, 2009 y 2014.
“Precioso” o “asombroso” son adjetivos comunes al describir logros deportivos masculinos, pero no los femeninos.
Sus análisis revelan que el tratamiento de las mujeres en estos
espacios ha vivido tres etapas: de 1989 hasta 1999, abiertamente
sexista; de 1999 hasta 2009, enfatizando su papel de esposa, novia y
madre; y de 2009 a 2014, con un tratamiento deslucido de la deportista.
Los datos de 2014 muestran que adjetivos como “perfecto”, “precioso” o
“asombroso” eran comunes cuando los comentaristas describían hazañas
deportivas masculinas, pero brillaban por su ausencia cuando se referían
a logros de mujeres. En esos casos, según el estudio, se limitaban a
describir los hechos con expresiones asépticas como “buen baloncesto”,
“ha ganado fácilmente” o “hizo su trabajo”.
Junto a estos calificativos neutros, el tiempo dedicado a la
información deportiva femenina fue muy inferior (del 3 por ciento) y los
recursos técnicos utilizados, menos ricos que en el caso masculino, sin
apenas entrevistas y con planos en los que aparecen muy poco las
deportistas en acción. Abundan aquellos en los que hablan con otras
compañeras o se abrazan si han ganado en equipo.
Los autores han definido este tratamiento como “sexismo de género
insulso” (gender bland sexism en inglés) y lo consideran otra forma de
sexismo mucho más sutil y difícil de detectar.
UN NEGOCIO MILLONARIO
“Existe una gran discriminación entre el hombre y la mujer en la
información deportiva”, aseguró a Sinc, la presidenta de la Federación
de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) Elsa González. A su
juicio, esta desigualdad se debe a que los deportes de masas son
masculinos y los medios se vuelven permeables a los gustos y el interés
de la sociedad.
A esto se suma el negocio millonario de algunas competiciones, en su
gran mayoría, masculinas. Según un artículo publicado en Forbes, en 2014
el mercado deportivo tenía un valor de unos 55 mil 500 millones de
euros y superará los 61 mil millones en 2019.
“Ellas hacen deporte igual que ellos, pero no pretendamos que sean
tan rápidas o fuertes como el más rápido o el más fuerte”, dijo la
periodista Cristina Gallo.
Cristina Gallo lleva dos décadas dedicada al periodismo deportivo. Ha
trabajado para las principales emisoras de radio y ha cubierto varios
Juegos Olímpicos, Campeonatos del Mundo y Europeos de diferentes
especialidades. La periodista recordó que desde los inicios se ha visto a
las mujeres que se atrevían con el deporte como un caso aislado, una
nota de color que era noticiable por lo novedoso.
“Todavía tenemos que escuchar que solo dan la información del ganador
masculino de la carrera porque es el primero que ha cruzado la meta”,
cuenta a Sinc Gallo, que es vicepresidenta de la Asociación para Mujeres
en el Deporte Profesional (AMDP). “Seguimos sin entender que ellas
hacen deporte, igual que ellos, pero no podemos pretender que sean tan
rápidas o tan fuertes como el más rápido o el más fuerte de ellos”,
puntualizó.
EL SEXO VENDE
Una de las deportistas más brillantes del deporte español es Ona
Carbonell, con 42 medallas de oro, 26 de plata y 24 de bronce en
natación sincronizada. En el caso de su especialidad, mayoritariamente
femenina, la discriminación es en sentido contrario, es decir, hacia los
pocos hombres que lo practican. “Hay que luchar para que la
sincronizada masculina dé un cambio y pueda llegar a equipararse con la
femenina”, planteó Carbonell a Sinc.
En un deporte tan vistoso como el suyo, que se practica en bañador y
con llamativos maquillajes como complemento a una puesta en escena
espectacular, resulta inevitable mostrar la silueta femenina en todo su
esplendor.
“El sexo es verdad que vende y mucho. En nuestro caso, un deporte muy
artístico y muy femenino, es posible que alguna vez, más que por el
resultado, hayan escogido alguna foto que vendía más por verse el cuerpo
de la mujer”, afirmó la nadadora. No obstante, Carbonell recalcó que no
ha vivido ninguna experiencia “exagerada” de este tipo.
Otro deporte en el que el cuerpo de las mujeres centra todas las
miradas es el vóley playa. Un equipo de investigadoras estudió los
planos de cámaras emitidos en seis partidos femeninos de los Juegos
Olímpicos de Atenas (2004). 20 por ciento se centraban en el pecho y el
17 por ciento en las nalgas.
“Los espectadores vieron más las nalgas de las jugadoras que las de
los jugadores y más ángulos centrados en los cuerpos de las deportistas
respecto a los hombres”, compara Kim Bisell, directora del Instituto de
Comunicación y Ciencias de la Información de la Universidad de Alabama
(EU) y autora principal del trabajo, publicado en Journal of Promotion
Management.
Esta sexualización de las deportistas tiene que ver con que a veces
realicen sesiones fotográficas cargadas de erotismo al estilo de las
modelos profesionales. Un equipo de investigadoras preguntó a 36 atletas
de élite cómo preferían verse retratadas. La opción mayoritaria fue
aquella que mostrara su habilidad dentro de la pista, aunque un 47 por
ciento eligió el erotismo fuera de la cancha para aumentar el interés.
“Los medios de comunicación y la publicidad siguen utilizando a las
mujeres como objetos y las deportistas no son una excepción”, denunció
la vicepresidenta de la AMDP.
POCAS MUJERES EN LOS MEDIOS DEPORTIVOS
¿Cambiaría la situación si hubiera más presencia femenina en las
redacciones y puestos de dirección de los programas de deportes? Datos
de 2014 y 2015 de medios deportivos estadounidenses muestran que los
hombres copan la plantilla. Eran varones 90.1 por ciento de los
editores; 90.2 por ciento de sus asistentes; 87.6 por ciento de los
columnistas; 87.4 por ciento de los reporteros; 80.8 por ciento de los
correctores y diseñadores; y 95 por ciento de los presentadores,
copresentadores y analistas.
“Paulatinamente las mujeres se van incorporando, pero a un ritmo
lento. El perfil del informador de deportes sigue siendo masculino”,
confirmó la presidenta de la FAPE.
En 2013, un estudio en el que se entrevistaron a directores de
deportes de 160 emisoras de radio de EE UU concluyó que estos veían el
deporte de mujeres como poco valioso para su audiencia y tomaban
decisiones que reforzaban esta visión. Según sus datos, la mayoría de
los oyentes eran hombres blancos de entre 21 y 40 años.
La investigación, publicada en “International Journal of Sport
Communication”, reveló que apenas existían mujeres en estos puestos de
dirección y liderazgo. Según los autores, con más presencia femenina en
los puestos de poder de los medios, el tratamiento de las mujeres en los
deportes sería distinto.
Dos factores frenan el cambio: apenas hay mujeres en la dirección de
los medios, y los deportes masculinos generan más intereses económicos.
“Si hubiera más mujeres en el periodismo deportivo, sobre todo en los
roles de toma de decisiones, ayudaría. La investigación muestra que es
más probable que adopten diversidad en las fuentes y en el contenido,
pero debe haber una masa crítica”, señaló la decana de la facultad de
Comunicación Donald P. Bellisario de la Universidad Estatal de
Pensilvania (EU) y autora principal del estudio, Marie Hardin.
A LAS NIÑAS LES FALTAN REFERENTES
En opinión de las periodistas González y Gallo, más presencia
femenina en la cúpula mediática deportiva ayudaría, pero no bastaría
para acabar con la infrarrepresentación de la mujer en este tipo de
información.
“La cuestión económica es esencial y los deportes masculinos están
mucho más comercializados y arrastran masas de seguidores”, aduce la
presidenta de la FAPE, quien pidió un compromiso de los medios, sobre
todo públicos, para incrementar progresivamente este tipo de
información.
Que la audiencia de estos espacios siga siendo mayoritariamente
masculina responde, según Gallo, a que durante un siglo solo se ha
informado de deporte masculino. La periodista propone cambiarlo. “Se
perderá audiencia a corto plazo pero se ganará en el medio plazo porque
llegará un nuevo público que ahora no consume información deportiva
porque no se ve reflejado en ella, como son las mujeres”, alegó.
Las expertas alertaron de que si las deportistas apenas aparecen en
los medios es muy difícil que las niñas tengan referentes femeninos en
los que fijarse para animarse a practicar deporte, de forma amateur o
profesional.
“Llevamos décadas perdiendo talentos por no tener referentes que
guiasen sus caminos, por no ver futuro en el deporte o recibir
comentarios machistas que las alejaban de las canchas”, lamentó Gallo.
En los patios de los colegios entrenan, sin saberlo, las Muguruza,
Belmonte y Marín del futuro. Los medios pueden despertarles esa pasión
que las llevará al pódium.
*Este artículo fue retomado del portal de la revista digital feminista Tribuna Feminista.
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