POBLACIÓN Y DESARROLLO
Más de 30 años de llevar al celuloide la lucha de las mujeres
Por: Anaiz Zamora Márquez
Cimacnoticias | México, DF.- El trabajo de más de 30 años de la cineasta y documentalista feminista Maricarmen de Lara, fue reconocido hoy por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Identificada a nivel internacional por retratar las condiciones de vida, necesidades y aspiraciones de las mexicanas, la también activista y académica de la UAM relató a Cimacnoticias las motivaciones que la llevaron a realizar su trabajo, así como los obstáculos que tuvo que vencer para integrarse al mundo del cine, mayoritariamente masculino.
Su primer acercamiento con el activismo feminista ocurrió en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM –del cual egresó en 1983– mediante un trabajo escolar.
“No es por gusto” fue su primer trabajo documental y en él la entonces estudiante buscó analizar la vida de las mujeres que ejercen el “trabajo sexual”, para colocarlas así desde otra mirada que permitiera erradicar los prejuicios contra ellas.
De Lara recordó que las condiciones políticas y sociales a finales de los años 70 y principios de los años 80 fueron las que la impulsaron a integrarse al feminismo.
“Comenzaban a modificarse los estereotipos y percepciones que se tenían sobre el papel de las mujeres y los hombres, comenzaba a trabajarse sobre la idea de que las mujeres podían apropiarse de su cuerpo”, pero este movimiento tenía que seguir empujándose desde la cultura y el arte.
En 1983 se incorporó al Colectivo Cine Mujer (surgido a raíz del movimiento feminista de principios de los años 70). En esa época se realizaron los primeros encuentros de “Cine Feminista”.
Ahí se encuentra con compañeras de trabajo como Rosa Martha Fernández, así como con mujeres pioneras en el cine que fueron una inspiración para ella, como Matilde Landeta.
A partir de entonces, Maricarmen de Lara comenzó a realizar su trabajo como documentalista independiente.
TUMBAR BARRERAS
“Comienzo a trabajar desde la propuesta de una visión femenina en la que las mujeres sean sujetas de sus historias y no sólo objetos. En el cine mexicano hay una tradición de ver a las mujeres como un objeto, o solamente para la procreación, ancladas en una vida sexual sin libertad y decisión. En el cine mexicano hay un juicio hacia los personajes femeninos”.
En sus primeros años de trabajo De Lara realizó los cortometrajes “Preludio” (1983) y “Desde el cristal con que se mira” (1984).
Con estos primeros materiales, comenzó a derribar las barreras de la industria cinematográfica, pues para esos años era resguardada celosamente por los hombres, quienes impedían la integración de las mujeres al gremio.
En 1985 realizó el documental “No les pedimos un viaje a la luna”, que cuenta la historia de un grupo de costureras que pierde su trabajo tras el terremoto de ese año en la Ciudad de México.
Al no recibir indemnización ni apoyo alguno, estas mujeres deciden organizarse y formar un sindicato independiente. Como Maricarmen lo describe: “el material cuestionó a la administración presidencial.
La cineasta contó que con este documental también conoció otros de los grandes obstáculos que tenía que enfrentar a lo largo de su carrera: la distribución de los materiales y la censura.
Aunque también comenzó a ser reconocida a nivel nacional e internacional, pues en 1987 el documental sobre las costureras recibió el Ariel al “Mejor mediometraje documental o testimonial”, y el primer “Piterre” en la Rama Documental en el Primer Festival Cine-San Juan.
En 1988 también se hizo acreedora del Colón de Oro en la categoría de “Cortometraje” en el Festival de Huelva, España.
De Lara relató que la realización de “No les pedimos un viaje a la luna” provocó que no se le diera la oportunidad de trabajar en la industria cinematográfica hasta muchos años después.
“TRABAJARÉ HASTA QUE PUEDA”
A sus 56 años, Maricarmen ha realizado la mayoría de su trabajo con el apoyo financiero de organismos y fundaciones nacionales e internacionales, pues los recursos mexicanos destinados al cine “pocas veces se otorgan a aquellos que cuestionan y que dan voz a las poblaciones más marginadas”.
Por esta razón fue que hasta 1994 salió a la luz “Nosotras también”, documental sobre las mujeres seropositivas en México, y en el que expone que en su mayoría son amas de casa.
Ese mismo año creó la serie “Las que viven en Ciudad Boleros”, que habla sobre las cantantes y compositoras de bolero que fueron discriminadas por su trabajo.
La cineasta ha realizado más de 30 materiales, muchos de ellos abordan la maternidad, la soledad de las mujeres, el amor, la sexualidad, la libertad, y las condiciones de discriminación y desigualdad que viven las mexicanas.
Como directora-guionista documental filmó “La vida sigue” (1995), sobre las y los migrantes mexicanos; “Decisiones difíciles” (1996), que habla sobre el aborto en México, y “Estamos rodeados de tentaciones” (1996), entre otros.
Su primer largometraje de ficción, “En el país de no pasa nada”, salió a la luz hasta 1999. Con él ganó tres premios en la edición número 15 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara.
En años recientes trabajó con mujeres futbolistas y boxeadoras, con quienes realizó el documental “¿Más vale maña que fuerza?” (2007). En “Voces silenciadas” (2008) toma como eje conductor el trabajo de Carmen Aristegui para exponer los obstáculos a la libertad de prensa en México.
Actualmente De Lara trabaja en un documental sobre violencia en el noviazgo y otro sobre la vida y obra de la escritora feminista Alaide Foppa.
“Trabajaré hasta que pueda porque esta es mi vida, también continuaré con la formación de nuevas generaciones de cineastas para que tengan una visión más incluyente e igualitaria en sus trabajos”, finalizó.
El homenaje que le otorgó la UAM formó parte de la conmemoración por el 15 aniversario de la Maestría “Estudios de la Mujer”. Además del reconocimiento se llevó a cabo un ciclo de cine con material de la realizadora.
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