Indígenas viven más violencia al aspirar al poder: Xóchitl Gálvez
La
delegada electa en Miguel Hidalgo, en esta ciudad, Xóchitl Gálvez,
aseguró que la violencia política más fuerte se da en las comunidades
indígenas, donde las aspirantes a cargos públicos viven en condiciones
de pobreza o carecen de asesoría jurídica, para exigir su derecho a
participar.
Durante el foro “Balance de la violencia política en el proceso
electoral 2014-2015”, organizado por el Instituto Electoral del Distrito
Federal (IEDF), Gálvez aseguró que se deben tomar medidas para defender
los derechos de las mujeres, en particular de aquellas que viven en
comunidades indígenas o rurales.
“Creo que un buen avance sería crear una especie de abogados de oficio,
defensoría en derechos políticos de las mujeres, para que quienes no
tienen los recursos económicos para contratar una abogada, lo pudieran
tener”, aseguró.
En el proceso electoral de junio pasado, cuando en el Distrito Federal
se eligieron 16 jefaturas delegacionales y se renovó la Asamblea
Legislativa, Gálvez ganó en Miguel Hidalgo como abanderada por el
Partido Acción Nacional (PAN).
“No milito en el PAN; yo soy una candidata externa, pero curiosamente,
si la delegación Miguel Hidalgo hubiera sido una delegación ganadora
para el PAN, creo que no me hubieran invitado”, reconoció.
En opinión de la delegada electa, en su experiencia hay dos tipos de
violencia política, una que es general y que se da por el simple hecho
de participar en la política, y otra que se da por ser mujer.
“El que hubieran entrado a mi casa de campaña a las cuatro de la mañana
con policía, se hubieran llevado a la gente detenida y las computadoras,
eso es una violencia política extrema, que no creo que me lo hicieron
por ser mujer u hombre, me lo hicieron porque iba a ganar o no sé, y yo
ahí no me victimizo”, explicó.
“¿Dónde siento que sufrí violencia política por ser mujer? Pues en la
Huasteca, en la sierra (en el estado de Hidalgo, de donde es
originaria), donde los funcionarios iban, mandaban llamar a los
delegados municipales, la mayoría indígenas; el presidente municipal se
sentaba con los delegados y les decía: ‘¿Ustedes son hombres, verdad? ¿A
poco les gustaría que una mujer los mandara en su casa?’”.
Xóchitl Gálvez señaló que hay formas más sutiles de violencia como el
lenguaje: “Cuando me hacen la pregunta de si estoy preparada para
gobernar Miguel Hidalgo, pero por supuesto que me sobra preparación para
gobernar esta delegación; soy ingeniera, soy experta en tecnología, sé
de planeación…”.
Más que leyes –acotó–, hay que empoderar a las mujeres, trabajar para
que se animen a participar, y aprovechar la migración masculina en las
comunidades para que haya más presencia femenina en puestos de decisión.
Por: Anayeli García Martínez, Cimacnoticias | México, DF.-
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