La cita en Buenos Aires fue organizada por la Red de Hombres por la
Igualdad (HxI), que surgió hace un año con el compromiso de “generar un
espacio para incorporar a todos los hombres que promuevan la igualdad
de género y la prevención de la violencia hacia las mujeres, y lograr el
compromiso de realizar de ahora en más, acciones en dicho sentido en
sus ámbitos de influencia y/o de trabajo”.
La iniciativa la impulsan la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Argentina y el gubernamental Consejo Nacional de las Mujeres, junto con dos organizaciones privadas del país: la Fundación Avon y la filial del grupo alimentario francés Carrefour.
“No
habemos puros, no habemos hombres que nunca hayamos caído en un acto
discriminatorio, es algo de lo que hemos venido tomando todos conciencia
poco a poco los hombres en lo público, en lo personal, como padres,
como hijos, como esposos, de la necesidad de la importancia de hacer
algo desde nuestra instancia”: René Mauricio Valdés.
Acostumbrada a encuentros de este tipo en que las mujeres, como
principales víctimas de la desigualdad son mayoría, la presidenta del
Consejo, Mariana Gras, se mostró muy sorprendida por ser en este caso
minoría.
“Siempre somos mujeres las que estamos. Cuando hablamos con
diferentes referentes y decimos vamos a hacer una reunión por la
igualdad de género te dicen: ‘te mando a las chicas’. Los hombres se
incomodan, hacen chistes y prefieren no ir a estos encuentros”, relató
en entrevista a IPS.
“Esto ha venido acumulando fuerza entre un grupo de varones que nos
reuníamos muchas veces en eventos de esta naturaleza y en la que
compartíamos una preocupación muy puntual. A casi todos los eventos que
hacíamos sobre derechos de las mujeres, casi solo llegaban mujeres”,
comentó por su parte a IPS el coordinador residente en el país de la
ONU, René Mauricio Valdés.
En el encuentro, celebrado el 22 de este mes, participaron
representantes del gobierno y el poder judicial, junto con exponentes de
los sectores empresarial, social y académico.
Allí, varios participantes sumaron sus firmas al “Compromiso por la igualdad”, que forma parte de las iniciativas de la Red de HxI.
“Me comprometo a realizar una cotidiana evaluación personal de mis
comportamientos y actitudes, para no reproducir los prejuicios y
estereotipos que sostienen la discriminación sistemática hacia las
mujeres y evitan que las mismas accedan a sus derechos en igualdad de
condiciones que los hombres”, dice el compromiso que suscribió, entre
otros, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada.
Se trata de estereotipos machistas que, según Gras, afectan también a los varones de este país de 43 millones de personas.
“El machismo es algo que nos atraviesa a todos en esta sociedad
porque está en nuestros parámetros culturales y es algo que te va
marcando. Al revés, si un hombre es quien va a una comisaría a denunciar
que una mujer lo golpeó, le responden ‘no seas maricón, andá a
resolverlo vos solo’”, provocó a la audiencia durante su intervención.
“No habemos puros, no habemos hombres que nunca hayamos caído en un
acto discriminatorio, es algo de lo que hemos venido tomando todos
conciencia poco a poco los hombres en lo público, en lo personal, como
padres, como hijos, como esposos, de la necesidad de la importancia de
hacer algo desde nuestra instancia”, añadió Valdés.
El desafío es que este compromiso salga de un grupo de líderes
influyentes e intelectuales de la sociedad y se refleje en todas las
provincias, en áreas urbanas y rurales, en cada barrio. .
“No estamos invitando a que puros se sumen a esto sino que todos se
sumen y vayan tomando un compromiso personal para que en primerísimo
lugar en nuestra propia vida no toleremos y no permitamos estas cosas en
los espacios donde vivimos donde estudiamos donde vamos a la iglesia,
donde nos divertimos”, explicó Valdés.
Es lo que intentan organizaciones como la “Campaña Lazo Blanco”,
promoviendo por ejemplo talleres mixtos de jóvenes en clubes de fútbol
de la central provincia de Córdoba.
“Tenemos un trabajo en clubes de fútbol con inferiores, de cómo se
genera el proceso de socialización masculina y el deporte, especialmente
el úutbol, generando los estereotipos de masculinidad normalmente
vinculados a la violencia, al no respeto hacia otros y otras”, ilustró a
IPS el coordinador en el país de la Red de HxI, Hugo Huberman.
Esta organización surgió en Canadá en 1991, como una iniciativa contra la violencia machista.
Pero el machismo también se percibe en actos cotidianos tan simples como ir a un médico.
“Trabajamos sobre salud masculina para hacer pequeñas campañas para
que los hombres vayan más al médico. No vamos al médico por construcción
de identidad: el que va al médico es flojo, el que va al médico es
vulnerable, no cumplimos con los tratamientos, comemos cualquier cosa”,
analizó el activista.
La empresa Carrefour lo intenta aplicar dentro de su cadena de
supermercados en Argentina, promoviendo por ejemplo asueto tanto para
hombres como para mujeres en el día de cumpleaños de sus hijos, o para
asistir a sus reuniones de adaptación escolar.
También estableció las reuniones de trabajo solo por la mañana o como
última hora de reunión a las cuatro de la tarde, para no atrasar al
final el regreso a casa de ninguno de sus empleados.
“Es cierto que hoy la sociedad le da un rol de trabajo al hombre y la
mujer asume -entre comillas – el rol de sostener la familia,
administrar el hogar, etc. Si uno no le da oportunidades al hombre de
que haga estas cosas, al mismo tiempo le está quitando posibilidades a
la mujer de que haga y desarrolle su trabajo”, argumentó a IPS el
director de asuntos corporativos de la empresa, Leonardo Scarone.
Para promover el desarrollo profesional de las mujeres, la compañía
también estableció como condición que en cada terna de candidatos para
cargos directivos, haya por lo menos una mujer, y que sus comités de
carrera también analicen y apuesten el potencial profesional de sus
empleadas mujeres.
“A nivel gerencial teníamos 20 por ciento de mujeres, lo que sí
costaba era romper este famoso techo de cristal y llegar a posiciones de
directoras”, explicó Scarone.
Hoy después de tres años de implementar su programa de diversidad, la
empresa tiene seis directoras mujeres, alrededor de 15 por ciento del
total, cuando antes era cero.
“La posibilidad de construir una resolución hacia la violencia de
género requiere de todas las partes porque si yo tengo una parte de la
sociedad afectada y considero que la solución está solo en aquel que lo
sufre, lo primero es que tengo una sociedad de absoluta insolidaridad, y
segundo que no estoy entendiendo los efectos que tiene el otro en mi
sociedad. Somos todos y todas los actores”, resumió Gras.
Editado por Estrella Gutiérrez
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