23 de enero de 2013, 07:47Por Francisco G. Navarro Cienfuegos,
Cuba, 23 ene (PL) La mexicana Yazmín Ross, residente en Costa Rica y
con una producción intelectual en varias parcelas del arte, aseguró hoy
que se siente reconocida al integrar el jurado de novela del premio
Casa de las Américas.
Es la primera vez que soy jurado de un premio
continental y de esta reputación, comentó a Prensa Latina la múltiple
creadora nacida en Veracruz y egresada como socióloga por la
Universidad Nacional Autónoma de México.
Ross, quien comenzó su vida laboral en el periodismo como corresponsal
de medios de su país en Argentina y Costa Rica, incursionó luego como
narradora, documentalista y editora, además de trabajar desde 2003 con
el sello discográfico Papaya Music, en su nación de residencia.
El nivel de participación -en el género novela de la edición 54 del
Casa- nos está diciendo que concursan escritores ya hechos, y otros más
noveles optan por un premio que les puede dar un importante
reconocimiento a su incipiente carrera, argumentó.
Han pasado
54 años desde la Revolución (y la primera convocatoria del concurso),
Casa representa sin duda alguna el premio más importante de
Latinoamérica, sino en lo económico, en la profundidad de los trabajos
galardonados, consideró la autora de varios cuadernos de literatura
infantil.
No se trata (el Casa de las Américas) de una cita que distinga la literatura light ni los best sellers, apuntó.
Para mí resulta muy importante venir, es una gran responsabilidad, hay
cosas descartables como en todo evento de este tipo, pero otras son de
gente que tiene oficio y están escribiendo bien, opinó tras sus
primeras lecturas en la ciudad meridional de Cienfuegos, 250 kilómetros
al sudeste de La Habana.
Hay que valorarlo todo, cómo está
escrito, la construcción de personajes, la trama, qué me está contando,
no necesariamente la acción en demasía, porque para eso están los
documentales y las películas, explicó su forma de evaluar los más de
170 originales concursantes.
Acerca de su formación profesional
como periodista, y el hecho de participar en la cobertura de
acontecimientos trascendentales del último cuarto del siglo XX en la
región, reveló que no los ha empleado hasta ahora como materia prima
para su obra narrativa.
Cuando me decidí a escribir una novela
(La flota negra), opté por un tema que es afrocaribeño y de más vieja
data (segunda y tercera décadas del siglo pasado), quizá debido a que
estaba en Costa Rica, un país pequeño, neutral, sin grandes conflictos,
explicó.
"Si hubiera vivido en Nicaragua tal vez hubiera
escrito sobre aquel país y los procesos que se estaban dando allí
(décadas de los 80 y los 90)".
" Costa Rica tenía otro timing
(tiempo) y entonces lo que más me llamó la atención fue el Caribe y
dentro de ese contorno descubrí el personaje de Marcus Garvey".
Me planteé, continuó, cómo rastrear una historia con tantas décadas de
distancia, porque era un gran argumento que estaba encerrado en un
salón de baile de la ciudad costera de Puerto Limón, el Black Star
Line, nombre de la compañía naviera creada por Garvey.
En aquel
salón solo quedaba una foto del líder afrocaribeño. Era un tema
fascinante que me despertó la curiosidad y me llevó a escribir La flota
negra, cuya primera edición estuvo en estanterías en el año 2000,
concluyó la periodista, colaboradora con medios en Argentina, Colombia,
Costa Rica, México, Uruguay y Cuba. |
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