En
el IFE avanza la pretensión de cerrar algunos expedientes molestos y,
finiquitadas ya las discusiones de fondo sobre la compra de Los Pinos
en 2012, dejar el escenario listo para que los ocupantes del poder
adquirido mercantilmente puedan dedicarse tranquilamente a la
confección de escenarios alegres, optimistas y propositivos como el
Pacto por México, la Cruzada Nacional contra el Hambre y los que habrán
de venir.
En una especie de lavado de imagen, se pretende minimizar, mediante
la recalificación de infracciones, algunas de las graves y muy
trascendentes violaciones a la equidad electoral sucedidas en los
comicios recientes (Monex no fue delictivo en sí; nomás rebasó topes de
campaña y, en función de esta irregularidad menor, todo podría quedar
blanqueado con el pago de alguna multa; igual puede suceder con el tema
de la cascada ofensiva de anuncios llamados
espectaculares). La culpa, en todo caso, sería del desalmado abuelo PRI, lleno de mañas, y no del cándido candidato mexiquense al que ahora le tocaría ver
de lejoscómo castigan a quien le llevó al poder de manera absolutamente irregular (cuán suave expresión ha salido de las teclas de este astillador, que parece no saber cómo se designa en los códigos penales ese tipo de
irregularidades).
Intento de conjura exprés contra el fantasma histórico de la compra
de Los Pinos el año pasado. Imposible como es el ocultamiento de las
maniobras mercantiles que desembocaron en el triunfo aritmético formal
de Enrique Peña Nieto, el Instituto Federal Electoral (IFE) ha
desempolvado algunos de los expedientes oscuros y prepara propuestas de
resoluciones que, de ser aprobadas en su consejo general, podrían
significar castigos económicos para el Partido Revolucionario
Institucional, específicamente en los ya mencionados rubros de los
anuncios
espectacularesy del uso de las tarjetas Monex para pagar a operadores de la pasada campaña presidencial (no por el uso de éstas, pero sí por el rebase de los límites de gastos, que se verían incrementados al considerar el manejo de las citadas tarjetas en el rubro de la campaña y no en el gasto corriente, como ha pretendido el PRI).
Lo que el IFE está proponiendo podría quedar en mero desahogo
procesal e incluso en sublime elogio del cinismo si se extingue con la
relatoría de los abusos cometidos por el partido de tres colores en sus
campañas del año pasado y si, además, se reduce a un mero asunto
pecuniario, a un burocrático pago de multas (parte de la sabiduría
priísta acumulada señala que siempre será barato en política todo
aquello que se pueda comprar con dinero).
Infrinja ahora, pague después, sería la lección cívica del momento.
Gaste lo que quiera y como quiera en hacerse de una Presidencia de la
República y después pague unos millones de pesos para acallar a algunos
inconformes, ya con el beneficiario de esas truculencias
redituablemente instalado en el poder comprado, podría ser la moraleja.
Habrá de verse, en todo caso, lo que sucederá este miércoles en el
consejo general del IFE y durante la comparecencia, te- ñida de morbo
político, del nuevo presidente de la Condusef, Mario di Costanzo, ante
la comisión de San Lázaro que estudia el asunto de las tarjetas Monex.
Pero, como es sabido, el show
debe continuar. Así que en Las Margaritas fue presentado el programa
PeSaR (Peña, Salinas y Robles) contra el hambre. No ayuda a las
presuntas intenciones modernizadoras del adquirente de Los Pinos la
restauración de viejos modelos escenográficos como el que ayer hizo
viajar a todos los gobernadores y a todos los miembros del gabinete a
la cabecera de un municipio chiapaneco para escuchar discursos bastante
prescindibles y presenciar el arranque de un programa contra la pobreza.
No hubo en la retoma de Las Margaritas nada que justificara ese
despliegue faraónico. Un gobernador Manuel Velasco mostrándose
inmaduro, más que joven, con un discurso de elogios fáciles al jefe en
turno, envejecidamente insustancial su retórica a la que el tono de la
voz no ayuda mucho. Una Rosario Robles rápidamente instalada en su
nueva faceta de tecnocracia institucional, en busca de complacer al
jefe formal inmediato, pero con dedicatoria para el máximo jefe
solidarista. RR: ni sombra de lo que fue, ominoso anuncio de lo que es
y será. Luego, el gobernador de Chihuahua, Javier Duarte, candil de la
Conago y oscuridad de su entidad, donde madres de desaparecidas marchan
entre el frío y el abandono mientras el mandatario jocundo pronuncia
sentidas piezas oratorias frente a Peña Nieto, quien cerró la tanda
asegurando que la famosa cruzada contra el hambre no es asistencialismo.
En otros ámbitos institucionales, lo infausto continúa. El consejero
del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos
(Ifai) Ángel Trinidad Zaldívar (hijo del periodista Ángel Trinidad
Ferreira) hizo saber las razones por las cuales le fue imposible votar
a favor de Gerardo Felipe Laveaga Rendón para presidente de ese
instituto. Según la descripción hecha por alguien que ha conocido
directamente los entretelones del asunto, Laveaga es un intelectual
perezoso, distante de la
talacharelacionada con la rendición de cuentas, deseoso de fórmulas fáciles y de comodidades con cargo al erario, displicente y cínico, con la vista puesta más en acercarse al ideal de un
aristócrata inglésque al de un funcionario mexicano encargado de dar transparencia a asuntos de poder que son del interés de ciudadanos de a pie.
Más allá de las razones profundas de esos pleitos internos ahora
hechos públicos, y del contexto específico en que han sido develados,
es decir, en la lucha por la sucesión en la presidencia de ese
organismo, la personalidad y el desempeño profesional de Laveaga han
generado críticas profundas que ahora se potencian. Estando en el
centro del interés del priísmo nuevamente gobernante el
bajarel perfil de la transparencia informativa, el arribo de un personaje ampliamente cuestionado ayuda a restar fuerza y a entretener en conflictos
colaterales. ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Sin
dar a conocer con cuánto presupuesto arranca y de dónde saldrán los
recursos, ayer fue presentado en sociedad otro programa gubernamental
contra la pobreza (enfocado éste a combatir el hambre que padecen
millones de mexicanos), el cual, como tantos otros, lo primero que
cancela es la posibilidad de que los propios beneficiarios cuenten con
empleo e infraestructura productiva para que por sí mismos salgan
adelante y de forma sostenible.
Con la puesta en marcha de la Cruzada Nacional contra el Hambre todo
apunta al resurgimiento de Solidaridad, programa social insignia del
salinato, y por mucho que desde el gobierno peñanietista lo nieguen, el
nuevo programa es eminentemente asistencialista (el inquilino de Los
Pinos asegura que se trata de
un cambio estructural en materia de combate a la pobreza). Lamentablemente, en el pomposo acto, realizado en Las Margaritas, Chiapas (en el que tres oradores –Rosario Robles, Manuel Velasco y Javier Duarte– lanzaron sus más floridos piropos al inquilino de Los Pinos), nadie tuvo tiempo de explicar cómo se financiarán
la alfabetización, desayunos escolares, cocinas comunitarias, los programas de agricultura familiar, la generación de ingresos, la creación de empleos, el incremento en la producción sustentable, la cultura de una alimentación saludable, la creación de los bancos de alimentos, la integración de los pequeños productores a los mercados locales y el fortalecimiento de las redes de protección social, entre otros, enunciados, aunque sí se dio a conocer que por medio de un decreto
se establece el Sistema Nacional Contra el Hambre, sin Hambre(sic) y la creación de un
consejo nacionalque estaría atento al desarrollo de la Cruzada Nacional contra el Hambre.
Tampoco, de dónde saldrán los recursos para
una alimentación y nutrición adecuada de las personas en pobreza multidimensional extrema y carencia de acceso a la alimentación; eliminación de la desnutrición infantil aguda y mejoramiento de los indicadores de peso y talla de la niñez; aumento de la producción de alimentos y del ingreso de los campesinos y pequeños productores agrícolas; reducción de las pérdidas post cosecha y de alimentos durante su almacenamiento, transporte, distribución y comercialización; e impulso a la participación comunitaria y la movilización popular para la erradicación del hambre. Lo anterior se escucha muy bonito y nadie estaría en desacuerdo de alcanzar tan preciados objetivos, pero de que cuestan, cuestan.
De entrada, el nuevo Solidaridad atenderá parcialmente las ingentes
necesidades de millones de mexicanos. De acuerdo con lo anunciado ayer,
los hambrientos de este país, que son muchos, recibieron la noticia de
que sólo 400 municipios recibirán ayuda, es decir, 16 por ciento del
total, sin incluir a las 16 delegaciones del Distrito Federal, y
tendrán cobertura 7.4 millones de mexicanos, o lo que es lo mismo, 25
por ciento de los 28 millones que padecen pobreza alimentaria. Se
trata, de acuerdo con el discurso de ayer, de atender a aquellos
que padecen una doble condición: de pobreza extrema y de carencia alimentaria severa.
Algo similar se comprometió a la hora de anunciar otros programas de
combate a la pobreza, incluido Solidaridad, instituidos a lo largo de
los años. Supongamos que en todo esto existe buena voluntad, un deseo
real de que millones de mexicanos abandonen la pobreza, mejoren su
calidad de vida y su expectativa. Pero eso no es suficiente, porque el
actual número total de pobres en el país es similar al registrado 16
años atrás, lapso en el que oficialmente se han canalizado
multimillonarios presupuestos a tal combate sin mayores resultados.
Es imposible erradicar la pobreza con programas que de entrada no atacan la raíz del problema y se limitan a ofrecer
paquetes de ayuda. En 1992, por ejemplo, la numeralia oficial reconocía la existencia de poco más de 46 millones de mexicanos pobres; dos décadas después, el saldo se aproxima a 60 millones, y de ellos 28 millones registran pobreza alimentaria, la cual ahora será combatida, quién sabe con qué recursos, sólo al 25 por ciento.
De acuerdo con Enrique Peña Nieto, en la Cruzada Nacional contra el Hambre
la gran protagonista será la sociedad mexicana en movimiento, las mujeres y los jóvenes serán el ejército que la movilizará, con acciones enfocadas a la alimentación y nutrición, pero, también, con brigadas para mejorar viviendas y servicios en las localidades, con comités de alfabetización y trabajo comunitario. La sociedad, pues, pero la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, aseguró que no, que en realidad de lo que se trata es de
una estrategia de política pública para combatir el hambre y contribuir a la seguridad alimentaria y nutricional de la población más vulnerable del país. Y como diría el clásico, no es lo mismo que lo mesmo.
En otra parte de sus discursos tampoco se pusieron de acuerdo: el
inquilino de Los Pinos dijo que el nuevo programa tiene cuatro
objetivos(
amplia convocatoria social, organizar los bancos de alimentos y de donaciones, establecer un fondo de trabajo solidario para aquellos que quieran destinar parte de su tiempo a esta gran cruzada, y trabajar con especialistas en alimentación, nutrición y pobreza, a fin de asegurar que esta cruzada esté alineada, también, al Programa Hambre Cero, al que ha convocado Naciones Unidas.
Pero Rosario Robles dijo que no, que en realidad son cinco. Y a su entender los enumeró:
Cero Hambre a partir de una alimentación y nutrición adecuada de las personas en pobreza multidimensional extrema y carencia de acceso a la alimentación. Eliminación de la desnutrición infantil aguda y mejoramiento de los indicadores de peso y talla de la niñez. Aumento de la producción de alimentos y del ingreso de los campesinos y pequeños productores agrícolas. Reducción de las pérdidas post cosecha y de alimentos durante su almacenamiento, transporte, distribución y comercialización. Y el impulso a la participación comunitaria y la movilización popular para la erradicación del hambre.
Y mientras ellos se ponen de acuerdo y encuentran recursos para
financiar el nuevo Solidaridad, 60 millones de mexicanos, y contando,
sobreviven en la pobreza.
Las rebanadas del pastel
¡Milagro! Como por arte de magia, el Inegi anuncia que
la tasa oficial de desocupación abierta y la que mide la informalidad
en el país se redujeron en diciembre de 2012, primer mes del gobierno
peñanietista, por mucho que en ese mes se reconozca una pérdida cercana
a 240 mil plazas laborales. ¿Qué tal?
De las muchas plantas que
domesticaron, así como otras, cuyos frutos se han recolectado por
milenios, las culturas originarias de México aprovecharon las semillas
que por sus contenidos nutritivos tienen un lugar importante en la
alimentación y forman parte de las cocinas regionales.
Hay semillas que utilizamos diariamente; las del maíz se comen
tiernas en los elotes; ya maduras se cuecen con cal y se muelen para
hacer masa para tortillas. En el caso del frijol comemos las semillas
maduras cocidas o sus vainas tiernas, los ejotes. En el Recetario nahua del norte de Veracruz hay una receta de etlatoli que, como indica su nombre, es un nutritivo atole de frijol.
Indispensable, un pacto para el rescate de la nación
Al Ejército Zapatista de Liberación Nacional, a las bases de apoyo y simpatizantes del EZLN y a los pueblos de México:
Está en curso una estrategia gubernamental disfrazada de
discurso benévoloque entraña una virtual manzana envenenada dirigida al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Dos elementos la expresan de manera diáfana: el llamado cambio de nombre de la comisión para el diálogo y la decisión de arrancar su campaña nacional contra el hambre precisamente en Las Margaritas, territorio en que murió el comandante Pedro, segundo al mando en el alzamiento zapatista del 1º de enero de 1994.
Después
de una apacible y bella noche estrellada, o de una interminablemente
larga, negra de tono espanto, el crepúsculo matutino irremediablemente
termina por asomarse en el confín del horizonte, con su sonrisa
anaranjada, anunciando que el sol está por salir. Una aurora como esa
comienza a prefigurarse precisamente en la tierra del sol naciente, al
tiempo que puede llegar a término el túnel que artificialmente fue
creado por los dioses infernales de la finanza internacional.
Artificial porque fue producto de artificios, no era una necesidad
histórica.
El día 25 de octubre de 1875, Ignacio Ramírez, El Nigromante,
preocupado por la desigualdad social imperante en el país, escribió a
Carlos Olaguibel, gobernador del estado de México, una carta en la que
preguntaba
¿qué hacemos con los pobres?, que en los tiempos en que la cuestión se formulaba resultaban sinónimo de indios. Casi siglo y medio después la pregunta sigue teniendo vigencia, entre otras cosas porque –a pesar de las políticas elaboradas desde el Estado para su desaparición y los programas económicos del sector privado con los mismos fines– los pueblos indígenas siguen existiendo, luchan contra las políticas colonialistas ejercidas en su contra, reclaman una verdadera reforma del Estado para que se les incluya en la nación mexicana, se reconozcan sus derechos colectivos y se creen los mecanismos para hacerlos efectivos.
El
tamaulipeco José Ángel Gurría, secretario general de la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), tiene dotes de
astrólogo. Entusiasmado por la aprobación de las reformas laboral y
educativa a finales de 2012 y por las que están en puerta, declaró a la
prensa:
Al menos en los últimos 15 años, no habían estado los astros tan alineados como ahora para aprobar un buen número de reformas estructurales, y eso hay que aprovecharlo.
Se cumplen 70 años de la aparición del libro de Georges Canguilhem Lo normal y lo patológico,
que es, a mi juicio, una de las obras más importantes del siglo XX no
sólo para la medicina, sino además para la filosofía. En la
introducción a la primera edición, aparecida en 1943, el autor toca,
así sea de paso, un tema inquietante: el estudio de las monstruosidades
como medio para entender la normalidad.
En
esta sección, a partir del lunes 14 de enero Mónica Mateos-Vega dio a
conocer el veredicto de los especialistas del Instituto Nacional de
Antropología e Historia acerca del contenido de las urnas que
resguardaban remanentes óseos depositados en la Columna de la
Independencia, exhumados y exhibidos durante las festividades del
bicentenario de la Independencia. Su reportaje se ilustra con
fotografías.
Una
de las preguntas que me hacen en cada uno de mis regresos a México es
por qué vivo en París, por qué dejé mi ciudad. La formulación varía
según las causas de la curiosidad: ¿cómo se puede vivir lejos?, y el
colmo, en un país distinto al nuestro; ¿qué puede llevar a salir de las
fronteras mexicanas cuando no se está obligado?; uno, cinco años
incluso, puede comprenderse, pero, ¿más de 30…? ¡Una vida! ¿Y no valen
más dos, tres vidas, a falta de eternidad, vidas semejantes y
diferentes? La tentación del viaje hace soñar. Se me pregunta, en el
fondo, cuáles son los oscuros motivos de ese
autoexilio. Insinuación, festejo, insidia, sueño, espejismo, la cuestión contiene la respuesta. Método socrático utilizado en busca, si no de la inalcanzable verdad, al menos de la reflexión sobre la existencia. Método de los inquisidores de todos los tiempos para obligar a confesar incluso lo no cometido. Las respuestas varían: se acuerdan, como un instrumento musical, al tono que vibra con la auténtica curiosidad, a la incontrolable nota aguda del reproche, al sonido monocorde de la indiferencia que amuebla el vacío.
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