11/05/2014

La fuga de Genaro Vázquez Rojas




Entre 1965 y 1974 se desarrolló en México un movimiento guerrillero localizado en dos entidades de la Federación, Chihuahua en el norte, y Guerrero en el sur, con una base campesina importante, aunque no de masas. El 23 de septiembre de 1965, el Grupo Popular Guerrillero, encabezado por Arturo Gámiz y el doctor Pablo Gómez, asaltó el cuartel de Ciudad Madera, Chihuahua, el cual, por los trabajos de información del Estado, fue detectado y enfrentado con propósitos de liquidación, por lo que no tuvo continuidad y permanencia. El segundo paso de la guerrilla con sustento en el campo, se dio el 19 de mayo de 1967, un día después de la masacre de Atoyac de Álvarez, Guerrero, con Lucio Cabañas como líder principal, quien organizó un grupo de autodefensa armada, que, posteriormente, se convertiría en una guerrilla con su radio de acción principal en la Costa Grande, y en menor medida en las regiones del Centro y Tierra Caliente. La Brigada de Ajusticiamiento del Partido de los Pobres realizó ataques contra el Ejército, de los cuales informó en sus comunicados.

El tercer paso de la guerrilla rural en nuestro país se produjo también en el estado de Guerrero. Dirigido por Roque Salgado Ochoa, el Comando Armado Vicente Guerrero, que integraban José Bracho Campos, Ceferino Contreras, Filiberto Solís Morales y otros cuadros de la Asociación Cívica Guerrerense, liberó el 22 de abril de 1968 a Genaro Vázquez Rojas, quien permanecía preso desde el mes de noviembre de 1966 en la cárcel municipal de Iguala, Guerrero. La acción se desarrolló cuando el líder de la ACG, bajo el ardid de que sufría de un dolor de muelas, era llevado a una clínica dental que quedaba a 200 metros del centro penitenciario.

Según Antonio Sotelo Pérez: “Cuando la policía conducía al compañero Genaro, el comandante Roque Salgado le marcó el alto y le ordenó que dejara en libertad al reo, pero la policía, en forma imprudente, empezó a disparar contra los cívicos; el comando armado contestó al fuego y se trabó un fuerte tiroteo. A las 10 de la mañana Genaro había sido rescatado. El saldo fue un muerto y un herido por parte de la policía. De parte de los guerrilleros su comandante Roque Salgado salió gravemente herido, pero fue sacado a la orilla de Iguala. Cuando lo llevaban en caballo rumbo a Icatepec, el grupo guerrillero cayó en una emboscada del ejército y allí murieron heroicamente peleando tanto el compañero Filiberto Solís Morales como Roque Salgado, que fue ultimado a balazos por el ejército. También el compañero José Bracho Campos salió herido de la cabeza y Ceferino Contreras Ventura con la rótula fracturada por una bala... Genaro salió rumbo a Taxco y luego regresó a la sierra de Atoyac donde se reunió con el resto de los flamantes guerrilleros que se habían dispersado durante el combate con el ejército”. (1)

Participaron en la persecución de Genaro y sus camaradas, las zonas militares XXXV de Chilpancingo, XXII de Morelos y XXIV del Estado de México, pero no lograron hacerlos prisioneros o liquidarlos. Los guerrilleros se dispersaron, para reunirse posteriormente en la sierra de Atoyac. La ACG se convirtió, después de la excarcelación de su máximo dirigente, en Asociación Cívica Nacional Revolucionaria.

Represión y cierre de cauces democráticos

La decisión de excarcelar a Genaro Vázquez por medio de las armas, la tomó la ACG en una coyuntura política de aguda represión gubernamental en el estado de Guerrero y el país. En marzo de 1965, el gobierno de Raymundo Abarca Alarcón expidió el Decreto 29, de carácter reaccionario y represivo; en diversas fechas, a lo largo de 1966, se produjeron las detenciones de José Bracho Campos y otros líderes de la ACG; fueron asesinados Pedro Cortés Bustos, en San Luis Acatlán, y el niño Delfino Ocampo, en la ciudad de Iguala; capturaron en noviembre a Genaro Vázquez, al salir de una reunión del local del Movimiento de Liberación Nacional; el 18 de mayo de 1967 tuvo lugar la matanza de Atoyac de Álvarez, que condujo a Lucio Cabañas Barrientos a remontarse a la sierra, crear un grupo de autodefensa armada y formar, más tarde, una organización guerrillera, y el 20 de agosto de ese año ocurrió la masacre de los copreros, en Acapulco. (2)

El 12 de agosto de 1966 fueron reprimidos los integrantes del Movimiento Revolucionario del Pueblo, entre quienes se encontraban Víctor Rico Galán (conocido periodista de origen español), Gilberto Balam Pereyra y Raúl Ugalde. En octubre del mismo año, fue asesinado en Morelia, Michoacán, el estudiante nicolaíta Everardo Rodríguez Orbe y el 8 de ese mes se produjo la represión militar contra la huelga en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, siendo aprehendidos Efrén Capiz, Espiridión Payán y otros dirigentes estudiantiles.

En 1967 continuó la política diazordacista de represión del movimiento estudiantil y popular: el 6 de febrero, el estudiantado sonorense fue represaliado en Hermosillo, produciéndose 29 detenidos. En mayo se produjo la represión contra los universitarios de Sonora. En diversas fechas de 1968, se desarrollaron detenciones e interrogatorios de dirigentes comunistas como Marcos Leonel Posadas y J. Encarnación Pérez, líderes de la Juventud Comunista de México y la Central Nacional de Estudiantes Democráticos, como Armando Real y Marco Goytia, e intelectuales como José Luis Ceceña y Enrique Semo. El 6 de febrero de 1968, el Ejército intervino para detener la Marcha Estudiantil por la Ruta de la Libertad, en el estado de Guanajuato. (3)

Profundización del proceso revolucionario internacional

En esos años estaban activos procesos revolucionarios en diversos países, siendo dirigidos por organizaciones como el Frente de Liberación Nacional de Vietnam del Sur, Pathet Lao (Tierra de Laos), Movimiento Popular para la Liberación de Angola, Frente de Liberación de Mozambique, Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Fuerzas Armadas Rebeldes (Guatemala) y Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (Venezuela). En la primera quincena de enero de 1966, se celebró la Primera Conferencia de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina, en La Habana, Cuba, que reunió a representantes de organizaciones revolucionarias de 82 países, entre otros de Vietnam, Laos, Angola, Mozambique, Colombia y Guatemala. En la Declaración general se planteó: “Esta gran humanidad ha dicho ¡Basta! y ha echado a andar, y su marcha de gigante no se detendrá jamás hasta conquistar su definitiva liberación”. (4)

En la Resolución política general, se sostuvo: “...la Conferencia proclama la necesidad de estrechar las relaciones de cooperación con los países del sistema socialista, la clase obrera y demás organizaciones revolucionarias y progresistas de los pueblos de Europa y América del Norte”. (5)

Del 31 de julio al 10 de agosto de 1967, se verificó Primera Conferencia Latinoamericana de Solidaridad, en La Habana, Cuba. En el Informe de la delegación cubana, se señaló: “Tenemos que hacer la reforma agraria, rescatar la soberanía nacional y transformar, radicalmente, las estructuras económicas y políticas existentes. Estos objetivos sólo se alcanzan a través de la revolución. Esta revolución se realizará por los obreros, los desposeídos, los campesinos y con el apoyo de sectores de las capas medias que están inspirados en sentimientos patrióticos y revolucionarios y cuyos ideales no están en contradicción insalvable con los objetivos del socialismo.

“Por lo tanto, no hay razón alguna para plantearse una revolución burguesa. No hay razón para elaborar una estrategia revolucionaria haciéndole concesiones a la llamada burguesía latinoamericana. En primer lugar, porque la tal burguesía no dirigirá ninguna revolución. Y, en segundo lugar, porque la dirigirá el pueblo trabajador.

“En América Latina --y éste es el fondo del problema-- la revolución burguesa no se hará. No habrá revolución burguesa en América Latina”. (6)

De la lucha democrática de masas a la guerrilla

Con mucha sencillez, Genaro Vázquez explicaba las razones de su excarcelación: “En primer lugar, es del dominio público la conducta atrabiliaria y antipopular del gobierno genocida de Raymundo Abarca, también está enterado nuestro pueblo de los motivos reales, absolutamente arbitrarios de mi aprehensión y reclusión en el penal de Iguala, es también de todos conocido que numerosos sectores de la población guerrerense y las fuerzas progresivas de nuestro país protestaron por mi encarcelamiento, con el cual se pisotearon los postulados constitucionales y se pretendió en forma absurda ahogar las demandas de bienestar y progreso que exige el pueblo de Guerrero”. (7)
Líneas adelante, en el mismo texto apuntaba: “Nuestra lucha tiene sus raíces de inspiración en la historia y en la realidad nacional, nuestra bandera, aun cuando con criterio actualizado, es la misma que enarbolaron Hidalgo, Morelos y Guerrero, Juárez, Zapata y Villa. Es decir, deseamos una auténtica aplicación de la reforma agraria, el rescate de manos de compañías explotadoras extranjeras de nuestras riquezas nacionales, la ampliación y restitución efectivas de los derechos del obrero, y un gobierno de verdad del pueblo, que sirva con lealtad a sus intereses”. (8)

La ACG, que tenía como bandera el famoso Programa de los Siete Puntos, al convertirse en la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria, adoptó un programa que incluía los siguientes objetivos: 1. El derrocamiento de la oligarquía formada por los grandes capitalistas y terratenientes gobernantes; 2. El establecimiento de un gobierno de coalición compuesto por obreros, campesinos, estudiantes e intelectuales progresistas; 3. El logro de la plena independencia política y económica de México, y 4. La instauración de un nuevo orden de vida en beneficio de las mayorías trabajadoras del país. (9)

Con la constitución de la ACNR y la lucha guerrillera en el campo, los cívicos, como el Grupo Popular Guerrillero, de Arturo Gámiz, y el Partido de los Pobres, de Lucio Cabañas, desarrollaban, en nuevas condiciones, el viejo método de la guerra de guerrillas tan importante en la historia de México. No eran, pues, un simple foco guerrillero, sino un movimiento con amplia base popular, lo cual no excluye la existencia de influencias ideológicas en boga en esos años.
Notas
(1) Antonio Sotelo Pérez, Breve historia de la Asociación Cívica Guerrerense, jefaturada por Genaro Vázquez Rojas, México, UAG, 1991, p. 140.
(2) Véase Gerardo Peláez Ramos, “La matanza de Iguala”, “La matanza de Atoyac” y “Acapulco: la matanza de copreros”, en los portales de Rebelión, Rebanadas de realidad, La Haine, Apia virtual y otros. El 16 de marzo de 1968, el Consejo de Autodefensa del Pueblo de Guerrero denunciaba: “Recientemente se ha venido observando en la prisión una serie de movimientos. Entran y salen hombres con bebidas embriagantes y éstos están encargados de intrigar en el penal, creando una situación general contra nuestro dirigente, el señor Vázquez...” Firmaban Roque Salgado y Pedro Contreras. (Sucesos para todos, núm. 1815, 16-III-68, p. 92).
(3) Véase de Gerardo Peláez Ramos, “Cronología de la izquierda mexicana del siglo XX”, en Enciclopedia de la izquierda mexicana del siglo XX, México, UNAM, 2014, y “El movimiento estudiantil y los comunistas (1963-1968). Cronología”, en La Haine, Apia virtual y otros portales.
(4) Cuba Socialista, a. VI, núm. 54, febrero de 1966, p. 109.
(5) Ediciones el Orientador Revolucionario, La Habana, núm. 19, p. 118.
(6) Ibíd., p. 57.
(7) Antonio Aranda Flores, Los cívicos guerrerenses, s. l., s. e., 1979, pp. 123-124.
(8) A. Aranda Flores, Ibíd., p. 126.
(9)Arturo Miranda Ramírez, El otro rostro de la guerrilla. Genaro, Lucio y Carmelo: experiencias de la guerrilla, México, Ed. “El Machete”, 1996, pp. 66-67.

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