Sigue legado de Berta Cáceres en la defensa de la tierra
Ana
Mirian Romero, activista de derechos indígenas de Honduras, al recibir
el Premio Front Line Defenders
La semilla de esperanza que la hondureña Berta Cáceres sembró en los
pueblos de la etnia lenca dio frutos en Ana Mirian Romero, mujer de 29
años de edad, esposa y madre de cinco hijos, que desde hace siete años
dedica su vida a la defensa del río Chinacla, en Honduras.
Con su hija recién nacida en brazos, por primera vez Ana Mirian salió
del país centroamericano para viajar a Dublín, la capital de Irlanda,
donde hoy recibió el premio que anualmente otorga la organización
internacional Front Line Defenders a activistas por los Derechos Humanos
(DH) en riesgo.
En entrevista con Cimacnoticias, Ana Mirian, integrante del Movimiento
Indígena Lenca de La Paz en Honduras (Milpah) y del Consejo Indígena de
San Isidro Labrador, dijo que el asesinato de una dirigente hace que los
defensores unan fuerzas porque una persona sola no puede hacer nada.
El legado de Berta Cáceres, asesinada el pasado 3 de marzo en su casa,
en el municipio de La Esperanza, en el departamento (estado) de
Intibucá, muy cerca del departamento de La Paz, donde vive Ana Mirian,
dejó huella en la defensa de la tierra y el territorio.
“Bertita, ella nos explicó, nos dijo qué era bueno y qué era malo. Ahora
ya no existe, pero nos dejó muchos ejemplos para continuar”, explica.
Ana Mirian consideró que desde el golpe de Estado en Honduras el 28 de
junio de 2009 cuando se derrocó al entonces presidente Manuel Zelaya,
las hidroeléctricas tuvieron paso libre en el país y a la par Berta
emprendió una lucha por la defensa de la tierra.
“En 2009 nosotros nos declaramos defensores de Derechos Humanos en
Honduras. Defender el río y el territorio porque la problemática que
está pasando Honduras es muy grave, y por eso nosotros nos hemos opuesto
a las hidroeléctricas”, sostuvo la activista indígena.
En el largo peregrinar que Berta realizó por las comunidades indígenas
en Honduras, ella alertó de la intención de construir la presa “Los
Encinos”. Así fue como la gente se dio cuenta de que las hidroeléctricas
no generan bienestar.
Cuando el pueblo conoció del proyecto en su territorio, se organizó para
analizar cuál sería su postura y descubrieron que entre San José y
Marcala, dos municipios en el departamento hondureño de La Paz, se había
construido una presa.
“Investigamos lo que estaba pasando. (El beneficio) era un engaño, una
mentira y nos propusimos un ‘no’ a la represa. Nosotros no dimos chance
ni al estudio de factibilidad, analizamos antes y nos propusimos
defender y no dar lugar al estudio porque si lo hacíamos, entonces el
río ya era de ellos”.
Ana
Mirian Romero, activista de derechos indígenas de Honduras, al recibir
el Premio Front Line Defenders | Foto: cortesía Front Line Defenders
Agrupados en un solo frente, los 20 pueblos y consejos indígenas de La
Paz acostumbrados a pescar y bañarse en el río y a dormir a sus orillas
preguntaron a la población de San José qué fue lo que pasó, y una vez
informados tomaron acciones como postrarse en la carretera para evitar
el paso de los vehículos de la empresa.
Desde hace siete años, después de escuchar a Berta, Ana Mirian inició la
defensa del río de su pueblo, una tarea que le ha costado calumnias e
intromisiones en su vida privada, acusaciones penales y hasta una
golpiza contra ella y sus hijos, y el alejamiento de su familia.
Junto a su esposo y sus hijos, todos menores de edad, ella trata de
hacer ver que habrá futuro sólo si se cuidan los árboles y el agua y se
vive en armonía con la tierra. “Muy tranquilos hemos convivido con el
río, porque si el río fuera un espíritu, nos hablara”.
Así lo ha hecho y lo seguirá haciendo pese a las represalias y es que
como mujer indígena, una de las agresiones más fuertes en su comunidad
ha sido que le digan que es “infiel” a su esposo, y que a él lo acusen
de asesinato y tenga una orden de detención desde el 27 de septiembre de
2015.
El 22 de octubre de ese año, la policía llegó a su casa en busca de su
esposo, también líder indígena perseguido, pero al no encontrarlo la
golpearon a ella y a sus hijos. “Lo que les interesa es hacer una
represa, por eso hay una persecución contra nosotros, quitándonos a
nosotros la represa la van a hacer”, advirtió Ana Mirian.
Con todo y la criminalización, la defensora dijo que a pesar de los
muertos las comunidades indígenas seguirán con su trabajo. “Nosotros no
queremos entregar el río porque es una fuente de vida, de eso vivimos
nosotros y los animalitos”, abundó.
Por esa persistencia, Ana Mirian fue reconocida como una forma de llamar
la atención sobre su historia y de protegerla ante cualquier acto de
hostigamiento que busque inhibir su activismo en Honduras, un país que
junto con México, Guatemala y El Salvador, registró 880 agresiones a
mujeres defensoras durante 2013, según agrupaciones regionales.
Al recibir hoy el Premio Front Line Defenders en el Dublin’s City Hall,
Ana Mirian hizo un llamado a la protección de las y los defensores
indígenas en todo el mundo, los cuales se enfrentan a riesgos
personales extremos debido a su trabajo contra la destrucción de sus
tierras.
“No luchamos. Defendemos. Defendemos el río, los bosques y el aire puro
que respiramos. Eso es todo lo que queremos: tierra, aire y agua, que
no se contaminen por las presas. Somos perseguidos y amenazados por
esto, pero lo hacemos por el futuro de nuestros hijos. No sabemos qué
más nos va a pasar, pero estamos dispuestos y listos para defender lo
que tenemos”, expresó en su mensaje al recibir el galardón.
Por su parte, Mary Robinson, quien fue presidenta de Irlanda y Alta
Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, destacó:
“Ana Mirian, su marido y sus hijos son objeto de ataques armados,
amenazas y acoso debido a su lucha por los derechos a la tierra de su
comunidad indígena y el medio ambiente local, lo cual en última
instancia tiene un impacto global.
“Las y los defensores como Ana ponen en riesgo sus vidas para proteger
el medio ambiente, no sólo para la generación actual, sino para las
generaciones futuras. A pesar de los riesgos que amenazan la vida de las
y los defensores de DH en Honduras, Ana ha perseverado. El Premio Front
Line Defenders es un reconocimiento al trabajo que Ana y tantas mujeres
como ella llevan a cabo por el bien común”.
Este año los finalistas de este premio fueron Phyoe Phyoe Aung, defensor
de los derechos de los estudiantes en Myanmar; Maanda Ngoitiko,
defensora de las mujeres y la tierra en Tanzania; Mohammed Khatib,
defensor de los pueblos palestinos; e Ingrid Vergara Chávez, defensora
de víctimas en Colombia.
| Foto: cortesía Front Line Defenders
Por: Anayeli García Martínez
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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