John M. Ackerman
Las elecciones de este domingo 5 de
junio fueron las más sucias que ha tenido México desde hace mucho
tiempo. Se desplegó una estrategia general en todo el país para
defraudar la voluntad popular y cerrar el paso al partido Morena. Frente
al miedo de que el movimiento de Andrés Manuel López Obrador utilizara
sus victorias locales para apuntalar su candidatura presidencial hacia
2018, el sistema no escatimó esfuerzo alguno para manipular los
resultados electorales.
La Procuradura General de la República, Arely Gómez, ha declarado que la jornada electoral de ayer transcurrió
con normalidady los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) minimizan los pocos
incidentes aisladosque tuvieron lugar. El chiste se cuenta solo.
Quienes formamos parte del observatorio ciudadano #NiUnFraudeMás
recibimos una verdadera avalancha de denuncias ciudadanas. Nos consta
que hubo un operativo masivo de compra, coacción y acarreo del voto en
todo el país. Decenas, quizás cientos, de miles de votos se vendían
desde 50 hasta mil pesos cada uno.
En la Ciudad de México, miles de taxis y microbuses, regulares e
irregulares, se movilizaron para participar en la actividad
delincuencial de llevar y traer votantes a las casillas al servicio del
Partido de la Revolución Democrática (PRD). En todo el país, se pedía a
los votantes que enviaran fotos digitales de sus votos tomados con el
celular para poder cobrar su recompensa. También hubo múltiples
denuncias de boletas electorales apócrifas, perdidas y robadas.
Recordemos que el artículo 7 de la Ley General en Materia de Delitos Electorales castiga con hasta tres años de cárcel a quien
organice la reunión o el transporte de votantes el día de la jornada electoral, con la finalidad de influir en el sentido del voto. También impone la misma sanción a quien
solicite votos por paga, promesa de dinero u otra contraprestacióno
solicite u ordene evidencia del sentido de su voto.
Ayer quedó claro que PRI, PAN y PRD se han convertido en unos grupos
más del crimen organizado. En lugar de convencer a los ciudadanos por
medio de propuestas, la principal función de estos partidos caducos es
organizar la comisión de delitos el día de las elecciones.
La situación se torna aún más preocupante cuando uno se pregunta con
respecto al origen de la ingente cantidad de dinero gastado para comprar
tantos votos. Una parte evidentemente viene directamente de las arcas
gubernamentales, tal y como ha sido revelado por los reportajes en la
prensa nacional sobre la distribución de tinacos y otros bienes por
funcionarios gubernamentales. Pero la otra parte, sin duda, vendría
tanto de la corrupción personal de los servidores públicos como
directamente del narcotráfico, tal y como la ha documentado Carmen
Aristegui en sus investigaciones sobre las tarjetas Monex.
Ello explica la agresiva respuesta de los operadores
partidistas cuando son sorprendidos cometiendo delitos. Ayer varios
periodistas, activistas y políticos de oposición fueron brutalmente
golpeados y agredidos por operadores del PRI y el PRD. Frente a la caída
estrepitosa de la legitimidad y la credibilidad de la clase política,
el narcogobierno se aferra al poder por medio de la violencia más brutal.
También se desplegó una campaña ilegal de calumnias y guerra sucia
contra el partido Morena. En Veracruz se enviaron miles de mensajes y
grabaciones a celulares particulares con el fin de generar miedo entre
los votantes con respecto a posible violencia el día de la elección. En
la Ciudad de México, hubo constantes llamadas apócrifas supuestamente de
parte de López Obrador a altas horas de la noche. Asimismo, las calles
amanecieron el domingo tapizadas con mantas, folletos y calcomanías
llenos de calumnias contra Morena. Recordemos que el hacker
colombiano Andrés Supúlveda recientemente confesó su participación en
este tipo de prácticas en México de parte del PRI en las elecciones de
2012.
Sin embargo, a pesar de la sistemática violación de la ley y la
comisión generalizada de delitos electorales en todo el país, ayer
cientos de miles de ciudadanos pusieron la frente en alto y enviaron un
contundente mensaje de
Ya bastaal PRIANRD y la mafia del poder.
A diferencia del año pasado, ya no hubo llamados ni al boicot
electoral ni a la anulación del voto. La situación tan extrema en que se
encuentra el país ha acercado las posiciones de los diversos actores
sociales y políticos que buscan lograr un cambio en el país. Cada día
queda más claro que no existe contradicción alguna entre la lucha en las
calles y la lucha en las casillas. Por ejemplo, la alianza histórica
entre los maestros de la CNTE y Morena rompe con cuatro lustros de
sectarismos y oportunismos que han obstaculizado el avance político del
país.
El nuevo partido ciudadano hoy se coloca en una impresionante curva
de crecimiento que lo convierte en el instituto político con mayores
probabilidades de ganar la Presidencia de la República en 2018. A partir
de hoy, todas las baterías del Estado, la clase política, los medios de
comunicación, la oligarquía nacional y el capital financiero
internacional se dirigirán con toda saña contra López Obrador.
La buena noticia es que los ciudadanos tenemos apenas suficiente
tiempo, dos años, para organizarnos a lo largo y ancho del país para
construir una sólida red de defensa de la soberanía popular y para
promoción de un voto digno y de protesta en 2018.
Twitter: @JohnMAckerman
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