6/18/2016

RD, el país donde la violencia contra las niñas es invisible


   En tan sólo 4 meses van más de 2 mil casos de abuso sexual

Cinco años después de que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) constatara que de cada 10 hogares dominicanos, en siete se cometían abuso infantil o maltratos, las estadísticas se mantienen igual de preocupantes y se plantea el tema como un reto inaplazable para el Estado dominicano.


A principios de este año, el Consejo Nacional para la Niñez y Adolescencia (Conani) dio a conocer que 67.4 por ciento de los hogares utiliza el castigo físico o psicológico para disciplinar a sus hijas e hijos, tal y como publicó Listín Diario el pasado 13 de enero.

Este 30 de mayo, el propio medio de prensa retomó a el Conani con interrogantes como “¿qué está haciendo el Estado dominicano?”, pues las cifras alarman al informar que desde enero hasta abril de 2016 han sido reportados 2 mil 315 casos de abuso sexual y violencia infantil, y 455 víctimas fueron referidas al Centro de Atención Integral para Niños, Niñas y Adolescentes (NNA) y sus Familiares.

Amplía el texto que desde 2015 se cuenta con la Hoja de Ruta Nacional para la Prevención y Eliminación de la Violencia contra los Niños, Niñas y Adolescentes en República Dominicana (RD) 2015-2018, ejecutada por Conani y auspiciada por la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Proteger los derechos de la población menor de edad y ampliar el apoyo y orientación a los progenitores y familiares, a fin de desarrollar una paternidad y maternidad responsables que reduzcan esa violencia, están entre los objetivos de esa Hoja de Ruta.

Una opinión que aborda con profundidad el problema es la de Peter De Wannemaeker, expresada en el periódico Hoy, donde el experto en violencia infantil plantea la necesidad de implementar en cada municipio las redes de apoyo locales, “con las cuales niñas, niños y adolescentes estarían protegidos de la violencia, expresada en todas sus formas, e impediría que los abusadores escapen de la justicia y sigan cometiendo tales atropellos”, dijo.

Wannemaeker explicó que “esa estructura estaría integrada por el ayuntamiento, la Unidad de Atención Primaria, el Distrito Educativo y la Oficina Municipal del Ministerio de la Mujer; también por la Fiscalía, el Tribunal de NNA, Conani, la Junta Local de Protección y Restitución de los Derechos, y las organizaciones locales de la sociedad civil”.

Lamentablemente, muchas de las situaciones de violencia de este tipo son ocultadas por los propios familiares, quienes por miedo, desconocimiento, amenazas u otras razones nunca justificadas no denuncian al victimario, y se convierten en cómplices de los perpetradores de los derechos infantiles.

Peter De Wannemaeker observó que “sólo la combinación de un tratamiento multidisciplinario especializado, una intervención bien coordinada entre todos los actores, y una red de apoyo local alrededor de la víctima y sus familiares protectores, pueden garantizar una protección real”.

LLEGAN A LOS HOSPITALES Y MUEREN… 

Otros datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Patología Forense, a los cuales tuvo acceso SEMlac, exponen que en el Hospital Robert Reid Cabral, de esta capital dominicana, desde 2015 y en los primeros cuatro meses de este año se registraron más de 390 casos de maltrato, violaciones y agresiones a niñas, niños y adolescentes. 

Solamente en el Distrito Nacional y la provincia de Santo Domingo, en los últimos 16 meses han muerto 98 menores de manera violenta o accidental, en edades que van desde un día de nacido hasta los 11 años. Se habla de la creación de equipos multidisciplinarios dentro de los servicios de salud y las organizaciones civiles para la infancia, integrados de manera esencial por un médico, preferiblemente pediatra; un psicólogo, un trabajador social y una enfermera, destinados a enfrentar el flagelo; pero, en realidad, el país caribeño cuenta con muy pocos. 

Otras alternativas, como posibles herramientas, las desarrolla el Ministerio de Salud Pública, en coordinación con Visión Mundial y el Ministerio de Educación; este último está en proceso de crear un protocolo de atención a víctimas de violencia intrafamiliar desde el ámbito escolar. De todos modos, se impone el requerimiento básico de una mayor voluntad política y la asignación de presupuesto que pongan en marcha todas las posibles iniciativas. “La violencia infantil ha sido invisible”, afirmó De Wannemaeker y agregó: “Todavía prevalecen creencias culturales que niegan, minimizan y en algunas situaciones justifican estas prácticas. 

Resulta imprescindible instaurar a nivel nacional campañas que sensibilicen a los padres sobre las consecuencias de los malos tratos a la infancia y la promoción de prácticas de crianza sin uso de violencia”, concluyó. Un artículo de José Miguel Gómez, en las páginas de Opinión de Hoy, titulado “El ABC del maltrato infantil”, hace referencia a las principales consecuencias que padecen las y los menores de edad maltratados: “Arrastran vivencias traumáticas que les afecta en su desarrollo físico, psicológico, emocional, sexual y espiritual. 

Estos son los niños con baja autoestima, inseguros, tímidos, retraídos o van desarrollando actitudes emocionales negativas: rabia, enojo, ira, frustración, temor, odio, resentimientos, culpa, miedo, vergüenza. “Literalmente son niños dañados, que para subsistir aprenden a ser violentos, agresivos, pasivo-agresivos; a los que sus traumas no les permiten cultivar afectos, apego sano, vínculos seguros, amistad sana, confianza ni autocuidado. 

Vive desconfiando, inseguro, apático, indiferente con los demás”, puntualizó el autor. La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe este maltrato como causa de estrés y se asocia a trastornos del desarrollo cerebral temprano. Los casos extremos de estrés pueden alterar el desarrollo de los sistemas nervioso e inmunitario.


Por: Mercedes Alonso Romero
Cimacnoticias/SEMlac | Santo Domingo, RD.- 

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