Ciudad de México. Entre el personal de salud
mexicano, las mujeres representan 55 por ciento de los casos que dieron
positivos al virus SARS CoV-2 (causante de la enfermedad COVID-19) y 38
por ciento de las defunciones, lo que hace urgente garantizar las
condiciones y equipos de protección personal adecuados y suficientes,
así como todas las facilidades para que este personal pueda desarrollar
su trabajo lo más seguro posible, informó ONUMujeres.
El organismo internacional dedicado a la defensa de los derechos de
las mujeres señaló en una tarjeta informativa que, frente este pandemia,
es necesario visibilizar el trabajo que aportan millones de mujeres en
el sector sanitario como médicas, enfermeras, desarrolladoras de
vacunas, personal de limpieza, científicas, entre otras, así como en el
trabajo de cuidados remunerado y no remunerado, en servicios esenciales y
como líderes y voluntarias en las comunidades.
En el caso de México, casi 500 mil personas se dedican a la
enfermería con un grado técnico o especializado, de las cuales 79 por
ciento son mujeres. Asimismo, 320 mil personas están registradas como
personal médico y en ejercicio profesional, de las cuales 39 mil son
mujeres.
El 17 de mayo de 2020, la Secretaría de Salud de México (Ss) reportó
oficialmente 11 mil 394 casos de COVID-19 y 149 defunciones en personal
de salud por COVID-19. Entre el personal de salud mexicano, las mujeres
representan 55 por ciento de los casos positivos al virus y 38 por
ciento de las defunciones, de acuerdo con ONUMujeres.
En México, existen 2.3 mujeres por cada hombre en la fuerza de
trabajo en el sector salud. La posibilidad de contagio ha sido mayor
para ellas, ya que por cada hombre contagiado, hay 1.14 mujeres con el
virus; pero la letalidad es mayor para ellos, ya que por cada mujer
fallecida han muerto 2.8 hombres. Al 6 de mayo de 2020 había una
proporción bastante similar de casos COVID-19 entre los hombres y las
mujeres que trabajan en el sector salud, pero casi el triple de
fallecimientos entre hombres.
“Las mujeres que trabajan en el sector sanitario están en la primera
línea de respuesta a COVID-19, ya sea en la atención directa de las
personas que acuden a los servicios médicos, como en otras actividades
dentro de las unidades de salud. Esto las expone a un mayor riesgo de
contagio y a un desgaste físico y mental producto de las jornadas
extenuantes de trabajo en el período de la emergencia, así como a la
presión para dar respuesta a la demanda de servicios con insuficientes
recursos de medicina crítica. Aunado a lo anterior, persiste el temor
permanente del contagio o de llevar el virus a sus hogares”, explicó
ONUMujeres.
Con respecto a las diferencias en la mortalidad, ONUMujeres detalló
que si bien no existen evidencias concluyentes, algunos estudios suponen
diferencias por sexo en el autocuidado, en la constancia en las
revisiones médicas preventivas y en hábitos nocivos para la salud que
pueden implicar variaciones en la morbilidad y mortalidad.
Las consecuencias de laborar en la primera línea de atención de la
COVID-19 no ocurren sólo en México. De acuerdo con ONU Mujeres, en
España, al 6 de abril de 2020, se habían producido 7 mil 329 casos de
COVID-19 entre el personal médico, de los cuales 72 por ciento eran
mujeres. En Italia, al 2 de abril de 2020, había un total de 10 mil 657
casos de COVID-19 reportados entre el personal de salud, de los cuales
66 por ciento eran mujeres.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, 70 por ciento del
total de las personas que trabajaban en el sector sanitario y social en
América Latina son mujeres y, en general, persiste una brecha salarial
de género de 28 por ciento, y sólo 1 de cada 4 puestos de liderazgo en
el sector salud son ocupados por mujeres.
Por todo esto, ONUMujeres reconoció como “central” garantizar las
condiciones y equipos de protección personal adecuados y suficientes,
así como todas las facilidades para que las personas en la primera línea
de respuesta a la COVID-19 puedan desarrollar su trabajo de la manera
más segura posible.
Asimismo, llamó a tomar medidas urgentes para asegurar la salud
física y mental del personal sanitario, así como de las mujeres
voluntarias que están en la primera línea de respuesta en las
comunidades, así como incluir la perspectiva de género y la voz de las
mujeres en las acciones y medidas que se desplieguen desde el sector
salud en el nivel federal, estatal y municipal para la mitigación,
respuesta y recuperación ante la pandemia.
ONUMujeres también urgió a garantizar la seguridad del personal de
salud frente a los actos de agresión y cualquier expresión de odio,
intolerancia, estigmatización y discriminación, así como posicionar y
difundir por todos los medios el reconocimiento y agradecimiento para
quienes trabajan 24 horas al día en la primera línea de respuesta a
COVID-19.
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