La razón: las niñas son más inseguras que los niños en el aprendizaje de ciencias y matemáticas, lo que influye a la hora de elegir una carrera.
Sólo una de cada 20 niñas de los países de la OCDE planea estudiar una carrera relacionada con ciencia, tecnología o matemáticas, mientras que en los niños, la proporción es de uno de cada 5. Es decir, cuatro veces más niños que niñas piensan en dedicar su vida a las ciencias, aun cuando ambos alcanzan resultados similares en las pruebas internacionales.
El estudio “El ABC de la igualdad de género en la educación: Aptitud, comportamiento y confianza”, realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos reveló que las niñas son más inseguras que los niños en el aprendizaje de ciencias y matemáticas,
lo que influye a la hora de elegir una carrera. Las chicas descartan la
ciencia y tecnología, pese a ser un área de mayor demanda y mejor
salario.
La falta de confianza poco tiene que ver con los resultados,
pues incluso, el número de niños que reprueban de grado es mayor que el
de las niñas en casi todas las naciones evaluadas. De entre
los 62 países que participaron en el reporte, Colombia es quien
encabeza el mayor porcentaje de reprobación, mientras que México ocupa
el sitio 19, donde 19% de los niños y 12 por ciento de las niñas repite
de grado. Solo países como Croacia y Reino Unido la proporción es igual
y no rebasa 5%.
El estudio realizado entre jóvenes de 15 años señala que otro factor que influye en la desigualdad en la formación de habilidades es la percepción que cada uno tiene de las materias.
Entre las chicas se perciben a las matemáticas como una asignatura
“difícil”, mientras que entre los chicos se considera la lectura como
algo “poco relevante” para su futuro profesional.
De ahí que seis de cada 10 de quienes tienen los resultados
más bajos en lectura, matemáticas y ciencias en las encuestas PISA de
la OCDE, son niños. Los nuevos análisis también revelan que los niños tienen una probabilidad mayor de tener un desempeño escolar por debajo del de las niñas, lo cual lleva a una falta de interés y tasas más elevadas de deserción.
Sin embargo, el reporte revela que “de manera consistente”, los maestros dan calificaciones más altas a las niñas que a los niños en matemáticas, aunque ambos tengan resultados similares en la prueba de matemáticas.
La evidencia sugiere, dice el estudio, que las niñas ponen más atención en clase y tienen mejor comportamiento,
por lo que obtienen calificaciones más altas, pero a largo plazo esto
“perjudica más que ayudar a las niñas”, porque los “los empleadores
reconocen a la gente por lo que sabe y puede hacer, más que por sus
calificaciones en la escuela”.
Otro aspecto que da ventaja a los niños es su “innata” búsqueda de experiencia directa en los trabajo,
por lo que piden trabajo como becarios, visitan ferias de empleo o
hablan con asesores vocacionales fuera de la escuela, mientras que las
niñas prefieren hacer búsqueda de empleos a través de internet.
¿Cómo cerrar la brecha?
De acuerdo con el reporte, todas las naciones se han esforzado por reducir las brechas de género en el desempeño estudiantil, pero las niñas y los niños continúan profundamente separados en sus elecciones de carrera.
Esto tiene que ver más con un aspecto social que de política pública,
toda vez que la división de género la hacen los padres, maestros y
empleadores, consciente e inconsciente, lo que “exacerba” el problema.
Los padres tienen expectativas mayores de que sus hijos
trabajen en carreras relacionadas con las matemáticas y ciencias que
sus hijas, aún cuando muestren las mismas capacidades.
Alrededor del 50% de los padres en Chile, Hungría y Portugal esperan
que sus hijos trabajen en campos relacionados con las matemáticas y
ciencias, pero menos de 20% esperan lo mismo de sus hijas. En México,
la proporción es 35% y 12% respectivamente. En contraste, en Corea la
brecha es únicamente de 7 puntos porcentuales.
Sin embargo, las expectativas de las familias tiene que ver con la
situación socioeconómica, pues, de acuerdo con los resultados de la
prueba PISA, en Hong Kong – China, Corea, Macao- China, México y
Portugal, los padres de estudiantes de rendimiento similar en lectura,
matemáticas y ciencia y en condiciones socioeconómicamente
desfavorecidos tienen mayor expectativa de que sus hijos se dediquen a
ramas matemáticas y de ciencias.
El Sub-Secretario General de la OCDE, Stefan Kapferer, advierte que
estos resultados demuestran que no se requiere una reforma educativa ni
extensiva ni cara para cerrar la brecha de desigualdad, “sino un esfuerzo concertado por parte de los padres, maestros y empleadores” para igualar incentivos y expectativas.
El reporte propone que para mejorar las capacidades de lectura se pueden aprovechar los gustos de los jóvenes. Las niñas,
por ejemplo, están más interesadas en leer novelas y revistas, mientras
que los niños prefieren libros de caricaturas y periódicos. Por tanto, los maestros y padres deberían dar más opciones a los materiales proporcionados por la escuela.
Para aumentar los resultados tanto de niños y niñas en matemáticas
–materia en la que los niños presentaron mejores resultados en
alrededor de la mitad de los países participantes– los maestros podrían aplicar estrategias que obliguen a los estudiantes a explicar cómo resolvieron un problema de matemáticas, aplicar lo que han aprendido fuera del salón de clase y trabajar de manera más independiente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario