MÉXICO,
D.F. (apro).- La comparecencia en el Senado del exprocurador general de
la República, extitular del Cisen, exsecretario de Seguridad Pública,
exembajador y exabogado corporativo Eduardo Medina Mora confirmó lo que
de tiempo atrás se ha mencionado sobre este funcionario que transita
entre la derecha de “la mano dura” y el capitalismo de compadres del
nuevo PRI.
Más que currículum amplio, Medina Mora tiene demasiados expedientes
abiertos y conflictivos. Más que conocimiento como juez, Medina Mora
tiene experiencia como represor. Y más que diplomático, el exejecutivo
de Grupo Desc actúa como procónsul de Estados Unidos.
A continuación enlistamos algunas de las diez razones que grupos
civiles, especialistas y legisladores opositores han señalado para que
Eduardo Medina Mora no sea premiado con su ingreso a la Suprema Corte:
- Mentiroso por sistema. Medina Mora mintió descaradamente en su comparecencia al negar su responsabilidad en los actos de represión de Atenco y de la APPO, en el Estado de México y en Oaxaca, respectivamente. Además negó que bajo su responsabilidad como procurador hubiera iniciado la operación encubierta conocida como Rápido y Furioso.
Un juez que miente por sistema no merece ni credibilidad ni confianza.
- Enemigo del respeto a los derechos humanos. En su paso por la PGR, Medina Mora dio muestras suficientes de que el respeto a los derechos humanos no es su fuerte. Encarceló a tres indígenas de Querétaro acusándolas de “secuestrar” a agentes de la AFI. Consintió violaciones graves en aras del “combate a la delincuencia organizada” y encubrió los excesos de sus propios colaboradores e informantes.
La crisis de derechos humanos por la que atraviesa México reclama un juez de otro perfil. No un juez-espía, ni un juez-policía.
- No cumple con los requisitos de residencia e idoneidad. Es público y notorio que desde 2010 a 2015 Medina Mora ha sido embajador de México en Gran Bretaña y Estados Unidos sin tener carrera diplomática. Eso no le genera ningún rubor para negar que tenga problemas de residencia. Y, peor aún, no tiene ninguna experiencia jurisdiccional que avale su ascenso al máximo órgano de justicia del país. La idoneidad es uno de los principales requisitos para llegar a la Suprema Corte de Justicia.
- Adversario de la propia Corte a la que quiere integrarse. Aunque no lo admita, Medina Mora fracasó rotundamente en 2007 al promover una acción de anticonstitucionalidad contra la legislación del Distrito Federal que despenalizó el aborto. Por 8 votos en contra y sólo 3 a favor de los integrantes de la Sala Superior de la Suprema Corte, Medina Mora perdió ese litigio. Durante su comparecencia ante el Senado, presumió que “ganó” el 97% de las más de 230 acciones de inconstitucionalidad que interpuso contra reformas de los Congresos estatales, pero los asuntos fundamentales los perdió.
- Pertenece a poderosos grupos de interés. Un juez con tantas amistades en la élite económica, política y mediática no garantiza confiabilidad sino crecientes conflictos de interés. El mismo admite que su trayectoria antes de integrarse al servicio público fue como abogado de grandes grupos corporativos como Desc, como cabeza de los empresarios que respaldaron a Carlos Salinas en la negociación del TLCAN con Estados Unidos y amigo de muchos años de personajes centrales que dominan Grupo Televisa, como Bernardo Gómez o Alejandro Quintero, los vicepresidentes más ambiciosos de este corporativo mediático.
- Adversario de la transparencia y la rendición de cuentas. Todas las declaraciones patrimoniales de Eduardo Medina Mora están restringidas. En un acto de congruencia con el momento y la situación mexicana, el funcionario hubiera hecho públicos sus bienes inmuebles, ingresos y participaciones accionarias en distintas empresas. No lo hizo, a diferencia del magistrado Horacio Hernández Orozco que la presentó en la misma comparecencia en el Senado.
Durante su paso por el Cisen, la Secretaría de Seguridad Pública y
la PGR, Medina Mora menospreció sistemáticamente la rendición de
cuentas y el acceso a la información. Esto resulta más preocupante
ahora que existe un peligro de retroceso en esta materia, justamente en
la ley reglamentaria de la reforma constitucional que se discute en el
Senado en esta materia.
- El michoacanazo y los testigos protegidos. En la misma comparecencia, Medina Mora rechazó olímpicamente que el famoso “michoacanazo” que derivó en su salida de la PGR y el uso de los testigos protegidos (“testigos colaboradores” los llamó él) hayan sido un fracaso. Todos los alcaldes de todos los partidos que fueron detenidos por presuntos vínculos con el crimen organizado salieron libres. La mayoría de los expedientes que se basaron en los “testigos protegidos” son endebles.
A pesar de eso, Medina Mora defendió tanto el uso electorero de la
justicia como la falta de rigor en los testigos protegidos. En ambos
casos demostró un menosprecio por el debido proceso.
- El caso Oceanografía. El fraude de Oceanografía está en manos de jueces mexicanos y es altamente probable que llegue a la Suprema Corte. Todo mundo sabe que el hermano del aspirante a ministro, Manuel Medina Mora, fue un alto funcionario de Citigroup y consintió o, al menos, conoció las operaciones fraudulentas de este caso.
¿Se puede confiar en un ministro que será juez y parte en este caso?
¿O nos dirá con candidez, como lo hizo Leopoldo Gómez frente al caso de
su hermana Arely Gómez, que son hermanos, pero “la sangre” no
determinará sus decisiones?
- Vínculos con Televisa. Medina Mora no ha negado sus vínculos con los altos ejecutivos de Grupo Televisa que llegaron a dirigir la empresa tras la muerte de Emilio Azcárraga Milmo, El Tigre.
No se trata de una relación menor. Televisa fue el gran impulsor en
la carrera de Medina Mora y éste cabildeó varios asuntos a favor de los
intereses de la empresa. Por mencionar algunos casos: la eliminación
del 12.5% de los tiempos fiscales en octubre de 2002, la entrega de 130
permisos para operar centros de apuesta en 2005 (él estaba como
director del Cisen y acercó a Santiago Creel con la empresa); la ley Televisa de 2006, y las presiones a The Guardian en 2012 para que ofreciera “disculpas” por los reportajes de Jo Tuckman sobre el vínculo de la empresa con Enrique Peña Nieto.
- Vínculos con Peña Nieto. No necesita ser compadre del presidente de la República para fortalecer su alianza con Peña Nieto. Desde los tiempos de éste como gobernador del Estado de México, Medina Mora estableció una relación cercana y de colaboración con el actual primer mandatario.
Un dato fundamental: bajo las órdenes de Medina Mora trabajó Jessica
de la Madrid, una de las operadoras de Grupo Radar y de TV Promo
–empresas bróker de Alejandro Quintero– que elaboraron el
llamado Plan de Acción para llevar a Peña Nieto a la Presidencia, de la
mano de jugosos contratos publicitarios con Televisa. Incluso De la
Madrid sostuvo una relación sentimental con Peña Nieto, admitida por
ella misma.
¿Es complicidad, es chantaje o es devolución de favores su nombramiento ante la Suprema Corte de Justicia?
El Poder Judicial no se merece esto.
Twitter: @JenaroVillamil
Comentarios: www.homozapping.com.mx
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