LA VOZ DE LA COALICIÓN
En
el centro del debate de la salud en México se encuentran la desigualdad
y la discriminación, conceptos alineados con la meta nacional “México
Incluyente”, que propone “garantizar el ejercicio efectivo de los
derechos sociales para toda la población”, y con el Objetivo Sectorial
de Salud “Cerrar las brechas existentes en salud entre diferentes
grupos sociales y regiones del país”.
Todos los programas del Sector Salud deben estar alineados al interés
nacional, incluyendo al actual Programa de Acción Específico (PAE)
Salud Materna y Perinatal (SMP) 2013-2018, publicado en internet hasta
finales de 2014.
Los PAE son instrumentos rectores que se elaboran de manera
consensuada, basados en las mejores prácticas y en la evidencia
científica disponible, con el objetivo de plantear estrategias para la
solución de los problemas de salud nacionales, así como definir la
dirección que todas las instituciones y niveles de gobierno deberán
seguir, para avanzar de manera conjunta en los principales retos que
enfrenta el Sistema Nacional de Salud (SNS).
El tema de la desigualdad es central en la disminución de la muerte
materna y perinatal por varias razones: las indígenas tienen dos veces
más riesgo de morir por causas maternas que el resto de las mexicanas,
y las que viven en municipios con muy alto rezago social llegan a tener
un riesgo de morir de más de cinco veces.
Las diferencias entre mexicanas son profundas, por eso es importante
que se dé cumplimiento en el PAE-SMP a una política encaminada a
disminuir estas brechas.
Lo novedoso del programa es que incluye de manera explícita (que se
encontraba en el PAE-Arranque Parejo en la Vida 2007-2012) la
consejería antes del nacimiento y la línea de vida, es decir el cuidado
de la mujer antes del embarazo y a lo largo de las distintas etapas de
la vida, como una estrategia para mejorar la salud materna y perinatal.
Las inconsistencias del programa son varias, por ejemplo: la Secretaría
de Salud (Ss) indica el compromiso de dar cumplimiento al Objetivo de
Desarrollo del Milenio 5 (ODM 5); sin embargo la meta que se propone es
mucho más baja a la tendencia de la Razón de Muerte Materna (RMM)
nacional, es decir, se propone lograr una RMM de 30 decesos por cada
100 mil nacidos vivos a 2018, cuando si se quisiera cumplir el ODM
estaría tratando de llegar a 22 fallecimientos.
Si el problema principal que aqueja a la morbimortalidad materna y
perinatal es la desigualdad entre familias mexicanas, llama la atención
que sólo se analizan las condiciones de muerte materna y problemas
perinatales entre instituciones de salud y entidades federativas, y no
se ve reflejado el espíritu del Plan Nacional de Desarrollo a través de
estrategias que posicionen los derechos, equidad, acceso a servicios,
calidad de la atención obstétrica sin discriminación ni violencia y con
respeto a los Derechos Humanos, y la integración funcional del SNS.
Otro problema estructural del programa es que, aunque señala la
importancia de disminuir rezagos y brechas entre la población más
marginada del país e incluye a la interculturalidad como un elemento
fundamental desde sus objetivos, las líneas de acción no integran los
mecanismos para garantizarlas y no permiten dar cumplimiento al
objetivo del cual parten.
Pongamos un ejemplo: el Objetivo 1, que incluye el aspecto más novedoso
del programa, la atención pregestacional: propiciar el acceso universal
de mujeres y hombres en etapas pregestacional, embarazo, parto,
puerperio y neonatal, a servicios de calidad y respetuosos; Estrategia
1.1. Incrementar el acceso en las etapas pregestacional, prenatal,
parto, puerperio y neonatal a servicios con alta calidad.
Entre sus líneas de acción están: contribuir a mejorar la calidad y
seguridad en la atención, con base en evidencia científica y mejores
prácticas; implementar el desarrollo de intervenciones comunitarias y
participativas para mejorar la salud materna, perinatal y paternidad
responsable; y promover, mantener y mejorar la salud de las embarazadas
y de sus recién nacidos con un enfoque intercultural y de género.
Asimismo, fortalecer en coordinación con el Centro Nacional para la
Prevención y Control del VIH y el Sida (Censida) las medidas para
prevenir la transmisión vertical del VIH y la sífilis congénita;
identificar oportunamente riesgos en el embarazo; fortalecer la
atención de emergencias obstétricas, y las acciones para la prevención,
detección y manejo de defectos al nacimiento.
Las líneas de acción excluyen a la etapa pregestacional y no definen el
mecanismo mediante el cual el PAE-SMP va a contribuir para estas líneas
de acción, ni existe una meta o indicador que señale cómo se va a
evaluar el seguimiento y medir su avance, ya que los programas se
pueden evaluar por lo que hacen, no por lo que plantean.
Se enumeran las actividades que se desprenden de los indicadores de las
metas impulsadas en 2014 a través del Acuerdo para el Fortalecimiento
de las Acciones de Salud Pública en los Estados (AFASPE), entre ellas:
consultas prenatales efectivas por embarazada; cobertura de prueba de
tamiz neonatal entre recién nacidos sin seguridad social; médicos
especialistas actualizados en atención de emergencias obstétricas; y
personal capacitado en atención del parto respetuoso (humanizado).
Igualmente, insumos adquiridos para la atención de emergencias
obstétricas; reuniones del Comité de Morbilidad y Mortalidad Materna;
mujeres embarazadas en control a quienes se realiza la prueba para el
VIH; y parteras capacitadas en atención obstétrica y neonatal.
Pero en ninguna de esas metas se incluye la nueva propuesta de
seguimiento en la etapa pregestacional. La inclusión de frascos de
ácido fólico adquiridos para el consumo anual de mujeres en edad
fértil, que había sido una actividad fomentada por la Dirección de
Salud Materna y Perinatal en el sexenio anterior, fue excluida y era la
única actividad encaminada a mejorar la salud en la etapa
pregestacional.
La preocupación fundamental es mejorar la calidez de la atención
durante el parto y fortalecer la atención prenatal, que es un paso
adelante. En la propuesta está ausente una discusión de los verdaderos
retos que enfrenta la salud materna ante el panorama de desigualdad que
viven las familias mexicanas, y que es el espíritu de la meta “México
Incluyente”.
Como sociedad civil y academia no contamos con elementos para dar
seguimiento al cumplimiento de los Derechos Humanos con respeto,
equidad, acceso a los servicios, calidad de la atención obstétrica sin
discriminación ni violencia, y la integración funcional del SNS.
*Secretaria técnica del Observatorio de Mortalidad Materna (OMM) en México/CIESAS-Sureste, San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
**El OMM es parte de la Coalición por la Salud de las Mujeres, una red
de organizaciones civiles con trabajo en salud y derechos sexuales y
reproductivos de las mujeres.
CIMACFoto: Yunuhen Rangel Medina
Por: Graciela Freyermuth Enciso*
Cimacnoticias | México, DF.-
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