Según información publicada por The Intercept
y gracias a los documentos que Edward Snowden filtró, se develó que la
NSA estadounidense junto con el GCHQ (Government Communications
Headquarters, o en español, Cuartel General de Comunicaciones del
Gobierno) británico poseen las llaves de cifrado de tarjetas SIM
fabricadas por la empresa Gemalto, la más grande del mercado.
Gemalto
es una empresa holandesa que fabrica los chips para tarjetas, todos los
móviles del mundo usan para conectarse a la red de una operadora.
La NSA y el GCHQ crearon un grupo denominado The Mobile Handset Exploitation Team
(MHET) dedicado a buscar vulnerabilidad en las redes y sistemas móviles
logrando robar la llave de cifrado de las tarjetas SIM que fabrica más
de 2.000 millones al año para operadoras de todo el planeta.
Lo
que este grupo ha conseguido es algo muy importante y definitivo para
la seguridad de las redes móviles: una tarjeta SIM cuenta con una llave
de único cifrado en su memoria, llamada Ki.
La operadora también
autentifica que se trata de una tarjeta con permiso para conectar a esa
red y una vez que el sistema comprueba que es la misma, se mantiene una
comunicación de forma cifrada. Gracias a esta conexión, un móvil puede
realizar llamadas, mandar mensajes o conectarse a Internet.
Quien
posee la llave de esa tarjeta, técnicamente podrías crear una red falsa
para que cuando ese teléfono que la NSA intenta espiar se conecte, sea
capaz de escuchar sus llamadas o leer sus mensajes. Esto se conoce como
ataque Man-in-the-middle.
¿Cómo lograron la NSA y el
GCHQ robar todas estas llaves de cifrado? Como es habitual, sólo
requirió monitorear a los trabajadores de la empresa en busca de los
datos que necesitaban.
Según afirma el periódico The Intercept,
Gemalto entregaba paquetes de llaves cifradas a las operadoras mediante
correo electrónico o vía redes de transferencia, que al ser
interceptados fueron accesados millones de tarjetas SIM por las
agencias estadounidenses y británicas.
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