4/12/2009

Periodistas pal café......



La niñez y la violenciaDe acuerdo con informes de la Secretaría de la Defensa Nacional, a poco más de dos años de que se inició la llamada guerra contra el narcotráfico” del gobierno de Felipe Calderón, han muerto 610 niños –la mayoría de los cuales habían sido reclutados como sicarios por las organizaciones criminales– y alrededor de 3 mil 700 han quedado en la orfandad tras la ejecución de sus familiares.Los datos que se comentan son el reflejo más devastador de cuantos ha producido hasta ahora la violencia emanada de las pugnas entre los cárteles de la droga y de las confrontaciones entre éstas y las fuerzas del Estado en el contexto de la cruzada antinarco emprendida por el calderonismo. De inicios de 2007 –cuando comenzaron los despliegues de efectivos militares en distintos puntos del territorio nacional– a la fecha, la sociedad ha sido testigo no sólo del fracaso de la política vigente de seguridad pública –que no ha logrado contener a los grupos de delincuentes–, sino también de una escalada en las manifestaciones de barbarie a niveles inusitados. Por añadidura, las cifras mencionadas dan cuenta del severo deterioro que ha alcanzado en los últimos dos años la situación de la población infantil en el país: ahora los niños no sólo padecen la explotación, el maltrato, el abuso sexual y sicológico, el hambre, la pobreza y la marginación, la falta de salud y de educación, sino que también enfrentan el riesgo de ser cooptados por el narco y el peligro de morir en acciones violentas, a manos de sicarios o soldados, o bien en el fuego cruzado entre uno y otro bandos.Desde luego, las bandas de criminales exhiben una total falta de escrúpulos y de moral al aprovecharse de la situación personal y familiar de cientos de menores para incorporarlos a sus filas de manera cada vez más recurrente. Pero la creciente participación de niños en actividades delictivas constituye, al igual que muchos otros fenómenos sociales, la expresión epidérmica de una problemática con raíces profundas y complejas, que pasan por la ruptura del tejido social, la ausencia de oportunidades que enfrentan cientos de miles de menores y sus familias en el país y la falta de voluntad o de capacidad del Estado por remediar estas deficiencias.Si bien es cierto que la delincuencia es de suyo condenable, también es un hecho que el deterioro social generado por el actual modelo económico ha orillado a cientos de menores a situaciones en que la incorporación a un grupo criminal constituye la única opción de supervivencia. Ante tal consideración, cabría esperar que las autoridades se preguntaran –cuando menos– si el rumbo que han elegido hasta ahora es el adecuado, o si acaso tendrían que reorientar sus esfuerzos al mejoramiento y ampliación de los ciclos de educación básica y de los servicios de salud, al combate a las adicciones y a la violencia familiar, a la corrección de los desequilibrios y los rezagos sociales provocados por la política económica vigente, entre otros elementos que alimentan el caldo de cultivo del que se nutren los grupos de delincuentes.Durante los últimos 28 meses, la violencia ha perturbado muchos ámbitos de la vida de nuestro país, al grado de que hoy resulta impostergable un viraje en la estrategia de seguridad. Es necesario que el gobierno entienda que para combatir a la delincuencia se requiere encarar primero los factores sociales, económicos e institucionales que le dan origen. En la medida en que esto no ocurra, muy difícilmente se podrá evitar que más niños mueran en el futuro como consecuencia de la violencia. El gobierno de Felipe Calderón tiene la palabra.

ColumnasAlfredo Jalife-Rahme: Bajo la Lupa
n nuestras recientes conferencias –en el seminario internacional del Partido del Trabajo en México, el 21 de marzo, y en la Lebanese American University en Beirut, el 3 de abril (a invitación del doctor Imad Salamah)– sustentamos la híbrida tridimensionalidad del “nuevo orden multipolar” (con componentes bipolares y unipolares): 1) en geoestrategia, existe un empate nuclear entre Estados Unidos y Rusia a partir de la respuesta de Moscú a la agresión de Georgia a Osetia del Sur (en un tercer lugar muy distante viene China, gracias a su ascenso satelital); aquí, al menos de una tercera guerra mundial que tanto desea la banca anglosajona, el mundo será relativamente estable, si es que no se precipita la dislocación interna de uno de los actores; 2) en geoeconomía, las tendencias son muy claras: descenso del G-7 y ascenso tanto del BRIC (Brasil, Rusia, India y China) como de las potencias petroleras del Golfo Pérsico, entre las que destaca Irán (aquí se pudiera agregar la resurrección de Turquía, que Barack Obama intenta fortalecer para sustituir al alicaído Israel en la región medio oriental y contrarrestar el redespliegue ruso en el mar Negro), y 3) en geofinanzas (término acuñado por Bajo la Lupa, que ya empieza a usar sin derecho de autor la prensa anglosajona), donde la hegemonía del dólar se resiste a ceder su innegable poder: éste es el punto más inestable y peligroso del híbrido orden tridimensional.El “nuevo orden multipolar” asentó sus reales en el ámbito geoestratégico en agosto de 2008, cuando Rusia repelió en Osetia del Sur la agresión de Georgia (azuzada por Estados Unidos e Israel), mientras en el ámbito geoeconómico se pudiera plantear la hipótesis de que ocurrió primordialmente a partir de la primavera de 2004, cuando la dupla anglosajona exhibió a la luz del día su impotencia en controlar los hidrocarburos de Irak, lo cual, de cierta manera, dio lugar a la serendipia (hallazgo fortuito) del posicionamiento irresistible del BRIC.Queda así muy suelto el ámbito geofinanciero donde, guste o disguste, prevalece la hegemonía, para no decir unipolaridad, del dólar estadunidense pese al tsunami financiero global que provocó la otrora superpotencia unipolar.La prevalencia del dolarcentrismo, que la cumbre del G-20 en Londres avaló subrepticiamente, suena a la gran tragedia del siglo XXI: una divisa sin sustento económico, pero muy funcional y que no dispone de sustitutos en el corto plazo. Las bombas nucleares de Estados Unidos protegen ahora al dólar.Nadie en el seno del BRIC posee una divisa susceptible de remplazar el dólar en el corto plazo: el rublo ruso y el real brasileño, dos divisas “convertibles”, distan mucho de ser competitivos frente a la moneda estadunidense, mientras el yuan chino y la rupia india aún no son “convertibles” y no presentan ningún peligro para Estados Unidos, que se da el lujo de poseer la divisa que constituye la reserva mundial y de imprimir billetes en forma irresponsable e hiperinflacionaria.Permanece impávido el viejo orden mundial geofinanciero de hace 65 años. Como sostuvimos (ver Bajo la Lupa; 25/03/09), el “nuevo orden geofinanciero global” deberá ser multipolar y reflejar la nueva correlación de fuerzas en los ámbitos geoestratégico y geoeconómico. Pero es más fácil enunciarlo que ponerlo en práctica.Una de las exquisitas vulnerabilidades del BRIC se centra en su subdesarrollo financiero frente al predominio anglosajón, cuyas plazas (Wall Street y la City) ostentan los dos primeros lugares del índice de desarrollo financiero del Foro Económico Mundial de Davos, donde relucen el G-7 y sus paraísos fiscales en los primeros sitios.Quien gana las guerras mundiales impone el orden financiero que más conviene a sus intereses –el caso trasatlántico desde el siglo XVII de Holanda, Gran Bretaña y Estados Unidos–, como demuestran Giovanni Arrighi y Beverly J. Silver en Caos y orden en el sistema-mundo moderno, (Ediciones Akal; 2001), libro que no nos cansamos de recomendar para entender la dinámica del vigente viejo orden financiero anglosajón hoy dolarcéntrico.Adam Posen, anterior economista en la Reserva Federal y director adjunto del influyente Peterson Institute for International Economics, asienta sin desparpajo que “el papel del dólar es un asunto geoestratégico (¡supersic!) y monetario” (Le Monde; 30/03/09). Desecha la propuesta china, con apoyo ruso, de crear “una divisa de reserva global” que sustituya al dólar: “el gobierno de Estados Unidos tiene todas las razones en creer que el dólar debe permanecer como la divisa de referencia del comercio internacional. Es un asunto geoestratégico (¡supersic!) como monetario. Ofrece en la economía mundial la mayor seguridad (sic) a Estados Unidos”. Luego fustiga que ni Joseph Stiglitz (premio Nobel de Economía y partidario de una reformulación del sistema monetario internacional) “ni nadie (sic)” haya presentado “una alternativa clara al sistema actual” y concluye que “ni los estadunidenses ni los europeos (sic) están dispuestos a abandonar ninguna parte del control (¡supersic!) que tienen sobre las instituciones financieras internacionales”.Queda claro que el último baluarte de la unipolaridad geofinanciera de Estados Unidos lo constituye el dólar, y nadie en el seno del BRIC parece estar dispuesto a una tercera guerra mundial para imponer su cosmogonía monetaria. Pareciera más bien que el BRIC espera la entropía del dólar debido a la decadencia militar y económica de la otrora superpotencia unipolar, por lo que se ha confinado a proponer ajustes insulsos al viejo orden monetario internacional sin crear uno nuevo.Desde el punto de vista geoestratégico, más que una multipolaridad propiamente dicha, el mundo parece haber retornado a una bipolaridad nuclear entre Estados Unidos y Rusia, con nuevos actores (como China e India) todavía muy alejados del primer plano.Con mayor propiedad, la verdadera “multipolaridad” se desarrolla en el ámbito geoeconómico: los países emergentes con 32 por ciento del PIB global (entre los cuales el BRIC dispone de 13 por ciento mundial), la Unión Europea (con 31) y Estados Unidos (con 25 por ciento). Este renglón geoeconómico representa la matriz operativa del nuevo orden mundial, que sigue siendo añejo en el ámbito geofinanciero, donde el dólar prevalece por encima de las demás divisas con más de 66.5 por ciento de las reservas y los intercambios comerciales, frente a 24.4 por ciento del euro –que el eje anglosajón busca balcanizar y vulcanizar, según la severa acusación del centro de pensamiento europeo LEAP/Europe 20/20 (boletín GEAB número 33; 15/03/09)–, la libra esterlina 3.7 por ciento, el yen japonés 3.6 por ciento y el resto de las divisas 1.7 por ciento. En realidad, la libra esterlina y el yen nipón son apéndices del dolarcentrismo.El mundo navega ya en la híbrida tridimensionalidad con un dolarcentrismo unipolar que lo puede llevar al naufragio.
José Agustín Ortiz Pinchetti: El Despertar
o es fácil amar a Dios en tierra de indios, ni confesarse cristiano en grupos progresistas. En algunos grupos es hasta vergonzoso y puede arruinar un destino prometedor y esto está muy mal porque en una época tan turbulenta, donde los efectos acumulados de la codicia golpearán a todos, valdría la pena mirar hacia la última utopía que aún nos queda. Deberíamos conservar y revivir el cristianismo.Jesús definió la quinta esencia de su doctrina al decir que había venido a anunciar la buena nueva a los pobres, la liberación de los cautivos y de los oprimidos (Luc.4:16); casi todo lo demás que dijo o hizo son variaciones sobre este mismo tema y su proclamación fundamental: la fraternidad universal.Estas palabras deberían estar en el muro principal de todos los templos cristianos que constituyen el legado y la responsabilidad de quienes nos reconocemos como tales.Con este punto como referencia no es difícil sostener que el dinero y el mercado están al servicio del hombre y no a la inversa, y que la desigualdad demasiado grande debe ser enérgicamente condenada. De estas dos prioridades se desprenden los pilares centrales del pensamiento social cristiano.Cada vez que el mundo entra en crisis, y lo hace con frecuencia alarmante, se debe a la violación de estos principios y las teorías que sirven para rectificar provienen en forma conciente o inconciente de la fuente judeo-cristiana, como lo señala Eric From.En México los cristianos progresistas no sólo son vistos como sospechosos, por ser creyentes, por lo que quieren un cambio sino también por aquellos cristianos que no quieren cambios.Aquí la Iglesia católica, con luminosas excepciones, ha preferido asociarse con el inmovilismo. No movió un dedo para promover la democracia y hoy apoya con hipocresía al partido más descaradamente retrógrado.La pasada Navidad un grupo importante de políticos católicos franceses convocó a una alianza con los que no comparten su fe a reactualizar el sentido que damos a la economía y a escoger el camino de la solidaridad. Valdría la pena que en nuestra sociedad atribulada hiciéramos lo mismo.jaorpin@yahoo.com.mx
Arnaldo Córdova: Panistas provocadores, priístas chillones
Panistas provocadores, priístas chillonesArnaldo CórdovaEl espectáculo que panistas y priístas están dando al país ha divertido a propios y a extraños y nos ha hecho ver cuál es el verdadero calibre del trato entre las fuerzas políticas dominantes entre nosotros. No es algo sólo para la anécdota, porque se trata de un partido que está gobernando y de otro que nos gobernó durante más de setenta años. Se supone que son pesos completos y las diatribas y los diretes entre ellos nos muestran su real catadura, aparte de enseñarnos a qué nivel nos encontramos en materia de debate político nacional y de seriedad en el análisis.En una alianza estratégica que lleva ya un tiempo, los panistas han aprendido mucho acerca de las debilidades de los priístas y, curiosamente, los priístas parecen haber aprendido a temer la fuerza disuasiva de los panistas. Pareciera tratarse de un auténtico trastocamiento de la historia y, en efecto, de eso se trata. Para explicárselo no hay más remedio que recurrir, justamente, a la historia. No hace mucho, Manuel Bartlett afirmaba que Salinas tuvo la gran oportunidad de llevar a cabo grandes reformas estructurales que dieran al país un nuevo rumbo; en lugar de eso, dijo, prefirió aliarse con los panistas.Entre el PRI y el PAN ha habido desde entonces una alianza estratégica que, evidentemente, fue planteada e instrumentada por Salinas. El virtual desastre en el que estuvo a punto de caer el poder priísta en las elecciones de 1988 le hizo pensar que ya no era posible ejercer el poder en exclusiva y tendría que compartirlo con quien o quienes estuvieran más cercanos a su proyecto político, que era privatizador y globalizador. El PAN era esa fuerza y la propuesta se hizo formalmente. El ascenso de ese partido en la ruta hacia el poder del Estado fue, desde entonces, en auge. Su líder, Luis H. Álvarez, lo postuló en los editoriales de La Nación. De partido de oposición, decía, el PAN pasaba a ser un partido con una responsabilidad de poder público, un partido “gobernante”.Fue un misterio lo que el panista quería decir. De pronto, la gubernatura de un estado como Baja California que el oficialismo priísta había mantenido como un coto cerrado de poder y, además, emblemático, pasó a manos del blanquiazul. Las votaciones del PAN se dispararon y la influencia política de ese partido subió como la espuma. Muchos pensaron que en las elecciones presidenciales de 1994 el candidato panista podía triunfar. Pero fue en esa ocasión cuando pudo verse funcionar en pleno la nueva alianza histórica. En la recta final, Fernández de Cevallos se hizo el occiso y dejó de aparecer en público. Muchos panistas se pasmaron.En el 2000 tal vez una inmensa mayoría de priístas no entendió cómo se había dado la arrolladora victoria del PAN en las elecciones presidenciales y la tranquilidad con la que Zedillo, su presidente, entregaba el poder a Fox. Muchos se dijeron traicionados y entonces pudo verse también que los priístas enterados del contenido de la alianza entre el viejo partido dominante y el nuevo partido hegemónico eran muy pocos, sólo una cúpula que entendía qué había que hacer, cuál era el acuerdo, cuál su nuevo status en el círculo central del poder y, desde luego, sus derechos en el seno de esa alianza. Desde entonces empezaron a perfilarse nombres señeros: Beltrones, Gamboa (hasta entonces un politiquillo de segunda) y unos cuántos más, a los que luego se les irían agregando los nuevos valores del viejo partido, los gobernadores.De repente, el PAN se encontró dominando sin oposición la política nacional. Pudo verse, siendo nueva su dominación, que alrededor suyo proliferaba una enorme constelación de intereses de lo más disímbolo, políticos, empresariales, eclesiásticos, regionales y que todos aparecían en un bloque compacto que permitía al más estúpido de los presidentes que hemos tenido, gobernar a sus anchas, sin que nadie le pudiera impedir llevar a cabo sus más ridículas determinaciones. Era la nueva Alianza, dentro de la cual, lo descubrieron los priístas, ellos eran sólo una más de las fuerzas dominantes. En eso, Salinas fue previsor: ya no habría fuerzas partidarias aliadas en el gobierno de la nación, sino las fuerzas que de verdad cuentan, las que poseen el poder económico.Los priístas, desde 2000, no han hecho otra cosa que negociar y renegociar reacomodos en las esferas de poder. Sus gobernadores fueron los primeros beneficiarios, pero su nuevo poder los fue haciendo crecientemente autónomos y autosuficientes, al grado de que ahora ellos se alían con quien mejor les parece y, a veces, en contra de su misma dirigencia nacional. De tal suerte que el viejo partido, lejos de mantener su antigua cohesión, se ha venido debilitando como fuerza nacional y hoy aparece sólo como una confederación de poderes feudales, a los que los gobiernos panistas, por su lado, alimentan muy convenientemente.Aun cuando han sido mayoría en las cámaras del Congreso, los priístas, desde 2000, sólo han sido comparsas en el ejercicio del poder de la derecha que hoy tiene su emblema en el PAN. Los panistas se han vuelto más reaccionarios y conservadores y los priístas, para no perder totalmente el poder, se han convertido en desvergonzados derechistas que ya ni de lejos se identifican con sus antiguos idearios. Están en retirada y sus posibles triunfos electorales son meros espejismos que han llamado a los panistas a apretarles las tuercas, posiblemente, para que no se crean tanto. Los panistas saben que en los más recientes debates nacionales los priístas no han sido tan solidarios como se esperaba y, desde el poder, les están advirtiendo que ahora son sólo oposición.Casi no tienen importancia los pleitos que hoy se dan entre ambos aliados. Los panistas tal vez saben que los priístas, por mucho que se digan ofendidos, volverán al redil y seguirán comportándose como lo que ahora son, unos derechistas que no tienen ya para dónde hacerse. Los priístas se engallaron con las encuestas electorales. Los panistas les están diciendo que tienen una alianza a la que deben fidelidad y, además, que ellos son los que hoy tienen el poder del Estado nacional y que, además, pueden muy bien maicear a sus gobernadores y hacerlos coincidir con el poder de la derecha. Admitir, como lo hizo Beltrones, que les están haciendo lo que le hicieron a López Obrador en 2006, es una confesión de su contubernio en la gran intriga de ese año y en el fraude en el que naufragó nuestra endeble democracia. Si no han aprendido a gobernar, los panistas hoy saben para qué sirve el poder del Estado.
Jorge Durand: Trabajadores temporales
erca de 100 mil mexicanos van contratados todos los años a laborar en granjas agrícolas de Estados Unidos y Canadá. Diez mil se dirigen al segundo país, con convenios establecidos y reglamentados por ambos gobiernos, y 90 mil al primero, con pactos entre particulares, que no son validados, supervisados o normados por las autoridades mexicanos, pero son aprobados y fomentados por la administración estadunidense.El modelo canadiense recuerda el programa Bracero, entre México y Estados Unidos, que durante 22 años funcionó con pros y contras (1942-1964). En aquellos tiempos ambos países se sentaban a la mesa de negociaciones cada año para definir lo que podría considerarse como contrato colectivo de trabajo de nivel internacional. Los gobiernos acordaban ajustes al contrato, la cantidad y las características de los empleados que se requerían, de acuerdo con temporadas y regiones. Ambos se comprometían a respetar y hacer valer las condiciones negociadas: visas, salarios mínimos, seguros, vivienda y transporte.El modelo estadunidense actual, de trabajadores temporales, recuerda el “sistema de enganche” que prevaleció de finales del siglo XIX a 1942, cuando se estableció el programa Bracero y acabó de manera temporal con ese nefasto sistema. El de enganche, a diferencia del bracero, era un sistema de contratación privado que utilizaba reclutadores o enganchadores que iban a buscar a los potenciales trabajadores a sus zonas de origen. Ahí los enganchaban con adelantos en efectivo, que los empleados dejaban para la sobrevivencia de sus familias. Luego se seguían endeudando durante el viaje, hasta llegar a su destino y pagar la deuda con labor. La deuda pendiente justificaba que los empleadores controlaran a los trabajadores con métodos coercitivos y guardias blancas.En la actualidad el sistema estadunidense de visas H2 se parece al de enganche, al ser un contrato privado entre particulares, en el cual no interviene el gobierno mexicano. Los reclutadores, contratistas o enganchadores, que pueden ser mexicanos, chicanos-latinos, mexicano-estadunidenses o americanos, van a las localidades de origen en busca de los trabajadores. A diferencia del siglo XIX, el enganche no se da mediante un adelanto en efectivo, que aporta el contratista, sino todo lo contrario. En este caso es el migrante quien tiene que dar un adelanto en efectivo al reclutador para que, mediante su intermediación, pueda tener contrato y visa. Además de los gastos por los trámites, abogados y costo de la visa, que podríamos considerar como normales, el migrante tiene que compensar al contratista por el favor que le hace. La cantidad suele fijarse de acuerdo con el costo del coyote en cada época y circunstancia. En la actualidad, la cantidad oscila entre mil y 2 mil dólares. Sin embargo, es justo decir que hay excepciones, tanto entre los contratistas como entre las compañías que solicitan empleados.En otros casos, cuando el migrante ya fue contratado por primera vez, puede solicitar uno nuevo y de ese modo evita al enganchador. Pero no puede evadir al abogado estadunidense, quien por llenar los papeles cobra una tajada semejante. Por lo general, el trabajador tiene que adelantar 2 mil dólares para que se realice la gestión, y al llegar a su destino tiene que dar mil más. Si el empleado no recibe la visa, pierde la cantidad adelantada.En términos económicos, prácticamente da lo mismo ir como indocumentado, pagar la mordida al contratista o gestionar el trámite con un abogado estadunidense. El negocio está en la visa. Granjeros, rancheros y compañías tienen derecho a solicitar visas. Éstos, a su vez, requieren intermediarios para poder llegar a las fuentes de mano de obra y allí entran en escena los enganchadores, quienes prácticamente tienen asegurada cierta cantidad de esos documentos. Si un enganchador dispone de 100 visas fácilmente puede conseguir mil dólares por cada visa-contrato, lo cual le permite obtener unos 100 mil dólares en dos o tres meses de trabajo.El sistema de visas H2 opera desde hace dos décadas. Lo puso en marcha un empleado cubano de la asociación de cultivadores de tabaco de Carolina del Norte. Éste, a su vez, consiguió a enganchadores mexicanos que hicieran el trabajo de reclutamiento y condujeran en un día específico a todos los trabajadores para realizar el trámite en el consulado de Monterrey. Con las visas, los migrantes son conducidos a la frontera y allí los esperan varios camiones con supervisores a bordo. Éstos recogen los pasaportes y los entregan a cada uno al final del viaje. De este modo evitan cualquier fuga, ya que el migrante sin ese documento y pasaporte es un indocumentado.Los camiones llegan a las oficinas de la asociación de cultivadores, y allí empieza la subasta de los nuevos esclavos del siglo XXI. Una vez seleccionada la cuadrilla, el ranchero pide otra vez los pasaportes y les adelanta algo de dinero para que puedan comprar alimentos. Posteriormente los conduce hasta la granja donde los trabajadores tendrán alojamiento. Por lo general son casas móviles o barracas. Algunas están limpias y en buenas condiciones, pero otras se encuentran en estado lamentable. Hay casos en que los migrantes viven en jacales improvisados y con colchones en el suelo.Nuevamente el trabajador queda enganchado, porque sólo puede laborar en el lugar asignado. Y si no hay condiciones para ello, por el clima o cualquier otra circunstancia, el migrante no puede buscar trabajo en otro lado. De hecho, muchos rancheros solicitan a sus trabajadores con una semana de antelación, antes de que empiecen la cosechas, para asegurar la mano de obra. Obviamente, los días no trabajados no son pagados. Los fines de semana el granjero lleva a todos a un supermercado para que compren comida, chucherías y hablen por teléfono. Luego los recoge y los lleva otra vez al rancho. Al final de la temporada todos los empleados se vuelven a reunir y van de regreso a sus hogares. El controlador recibe nuevamente los pasaportes y se los entrega al pasar la frontera.El sistema de visas H2 vigente, con la anuencia del gobierno mexicano, es un procedimiento anticonstitucional que linda en la trata laboral. En 1917 los constitucionalistas intentaron evitar los abusos del enganche al legislar que los contratistas extranjeros no podían contratar trabajadores sin autorización oficial, por lo menos del presidente municipal. También se viola de manera explícita la Ley Federal del Trabajo, pero nadie hace nada, nadie dice nada, desde hace más de 20 años. Se dice que es mejor este sistema a que se tengan que ir como indocumentados.Como quiera, una reforma migratoria, cualquiera que sea, tendrá que abordar el asunto de los trabajadores temporales, especialmente los de México. La fórmula ya probada son las visas H2, en la cual el gobierno mexicano no interviene y el estadunidense se hace de la vista gorda. Sólo otorga las visas. Todo queda, supuestamente, a cargo de los departamentos de trabajo de ambos países, que en la práctica están totalmente rebasados.El programa de trabajadores temporales con Canadá no es la panacea y tiene muchas limitaciones, pero se trata de un plan bilateral, en el cual se puede negociar y mejorar las condiciones de los migrantes. Se podría decir que es exitoso, porque se le compara con el estadunidense, que es un desastre. En materia de trabajadores temporales el gobierno mexicano sigue aplicando con Estados Unidos la llamada “política de la no política”: dejar hacer y pasar.
Rolando Cordera Campos: De resurrecciones
o sabemos hasta dónde va a llegar esto. Sí sabemos que el declive en la producción y el empleo se afirma como tendencia dominante, mientras que el sistema financiero internacional no da señales claras de poder asimilar los rescates para ponerse a funcionar de nuevo. De aquí que ya no sea catastrofismo hablar de una recesión prolongada o de una situación depresiva en la que una variable negativa infecta a otra hasta llegar a una caída libre de conjunto del sistema económico.El espectro de la Gran Depresión que llevó al mundo a los peores extremos imaginables (fascismo y nazismo; dictaduras variopintas; decaimiento social y destrucción de capacidades productivas; totalitarismo disfrazado de alternativa al capitalismo con Stalin; la guerra) se vuelve hoy un jinete solitario que reúne todas las variantes apocalípticas: desarticulación económica, postración social en gran escala, hambre, deterioro acelerado del resto de la naturaleza. Y así, hasta llegar al País de las Maravillas, como solía llamarlo Armando Labra, donde nada o casi nada pasa… tal vez porque ya pasó.Sabemos que como el resto del mundo, pero con retraso, el gobierno decidió un programa de emergencia para capear el temporal y evitar que la reducción inevitable del empleo producida por la de las exportaciones se volviera turbina endemoniada y contaminase al resto del cuerpo económico y social. Pero al día de hoy, lo que no sabemos es si dicho programa en efecto se puso en marcha y si logró algunos de sus propósitos.Lo que la información pública nos dice es más bien lo contrario. No pasa día sin que algún dirigente empresarial advierta que el dinero público para la infraestructura no llega o que lo dispuesto para financiar los “paros técnicos” en las exportadoras simplemente no aparece por ningún lado, a pesar de que las ventas foráneas se contraen estruendosamente (30 por ciento en febrero).De los superplanes de empleo tampoco hay noticia buena, aunque sí algunas muy dialécticas: la embestida contra los mineros se redobla y la amenaza de cierre de minas dejó de ser una bravata más del hacendado frustrado que posee buena parte de la minería nacional y los ferrocarriles antes llamados nacionales.De los programas de protección social sabemos que siguen su curso y por eso podemos adelantar su insuficiencia para sortear el chaparrón de empobrecimiento que las crisis de alimentos desataron y que el desempleo y la recesión intensificaron. Por lo pronto, recordemos: según Fernando Cortés, investigador de El Colegio de México, en 2006 la pobreza urbana de “patrimonio” afectaba a 23.6 millones de mexicanos, cifra similar a la de 1992 (23.1 millones), mientras que la pobreza “alimentaria” dañaba a cerca de 5 millones (6.8 en 1992). En el campo, la pobreza alimentaria llegaba a 9.4 millones de personas y la de patrimonio a 21; 14 años antes, las cifras eran 11.8 y 22.9 millones respectivamente. Se trata de magnitudes del miedo, cuyo peso específico no debe soslayarse.En materia de seguridad social hay visos de avance, pero hacia un abismo de ilegitimidad y desorden: con la corrosión de que da cuenta el travestismo del dirigente sindical del IMSS no se puede esperar sino más corrupción en el sistema, más cinismo en el servicio, más autoafirmación y autocomplacencia de los próceres de un anticorporativismo que en los hechos y en los dichos es más bien un himno al capitalismo salvaje no de estos sino de otros tiempos: del outsourcing para atrás y sin parar.Algo hay que hacer y no sólo para ganar votos. El gobierno tiene que responder a los reclamos y señales de la realidad hoy articulados por la conciencia difundida de la recesión, pero que pronto pueden volverse torrente sin cauce, porque no hay a la vista una opción consistente a la guerra distributiva que se ha instalado en todas partes y que como premonición lúgubre escenificó un episodio alucinante en la majadera “guerra del agua” contra el DF declarada por el señor Luege.Aquí no ha habido castillo de naipes financiero, ni la devaluación del peso ha ido a mayores; el peligro de un déficit externo incontrolable parece haberse alejado, gracias a las líneas de crédito externo, y la pulmonía exorcizada por oportunas dosis de antibióticos con cargo al crédito externo y el seguro petrolero. ¿Todo bajo control, entonces? ¿Sin novedad en el frente occidental?Ni mal ni peor sino todo lo contrario, porque aun sin estos descalabros la economía no sólo no crece sino se contrae a paso de ganso y el desempleo no encuentra alivio en la informalidad o la emigración. El nudo impuesto al crecimiento por largos años de estrategia estabilizadora a ultranza y de pueril confianza en las bondades de la apertura externa, se ha apretado y amenaza con llevarnos a un hoyo negro que parece sin salida.Para hacer algo y bueno, hay que tener claro de dónde venimos y es aquí donde empieza la enorme grieta mental del grupo gobernante y los aliados que le queden. No venimos de un siglo perdido, sino de 25 años de porfiado desatino que hoy se nos presenta como panorama reaccionario en un cuadro dantesco de resurrección de lo peor corporativo que, sin un centro que le ponga coto, deviene abierto saqueo y persistente y majadero abuso de poder.Es en esta perspectiva que adquiere racionalidad funesta la propaganda protofacista del PAN y se vuelve ominosa la prudencia dizque de estadistas de los partidos de la oposición. El verdadero peligro para México asoma sus narices en la figura patética del señor Martínez, pero el silencio político que lo rodea sugiere algo peor: que el peligro puede haberse instalado ya entre nosotros.
Armando Bartra /III: La Gran crisis
bismarse en la crisis de sobreproducción, sobre todo hoy que enfrentamos una poliédrica debacle civilizatoria, es una forma de dejarse llevar por la dictadura de la economía propia del capitalismo, es una manifestación más de los poderes fetichistas de la mercancía, pero en este caso disfrazada de pensamiento crítico, aunque también es un ejemplo de imprudente autosuficiencia disciplinaria.Y no es que el análisis económico no proceda, al contrario, es necesarísimo, siempre y cuando se reconozca que se trata de un pensamiento instrumental, una reflexión siempre pertinente pero que no suple al discurso radicalmente contestatario que la magnitud de la crisis demanda. Y en esto sigo a Marx, el padre de gran parte de la teoría económica crítica. El autor del El capital consideraba fundamental el descubrimiento de la “ley de la tendencia decreciente de la cuota de ganancia”, pues en ella el capitalismo encuentra “su límite, su relatividad, el hecho de que este tipo de producción no es un régimen absoluto, sino un régimen puramente histórico, un sistema de producción que corresponde a una cierta época” (Carlos Marx, El capital, p. 256). Pero para él esto no significaba que el capitalismo será llevado a su límite histórico por obra de dicha contradicción. Y es que este límite “se revela aquí de un modo puramente económico –escribe Marx–, es decir, desde el punto de vista burgués, dentro de los horizontes de la inteligencia capitalista, desde el punto de vista de la producción capitalista misma” (Carlos Marx, ibid).Contradicciones endógenas y contradicciones exógenas. El riesgo está en que la erosión que el capital ejerce periódicamente sobre el propio capital oscurezca la devastación que ejerce permanentemente sobre la sociedad y sobre la naturaleza; en que el debate acerca de las contradicciones internas del mercantilismo absoluto relegue la discusión sobre sus contradicciones externas.Tensiones verificables en una ciencia sofisticada pero reduccionista y una tecnología poderosa pero insostenible, en el compulsivo y contaminante consumo energético, en el irracional y paralizante empleo del espacio y el tiempo, en la corrosión de los recursos naturales y la biodiversidad pero también de las sociedades tradicionales y de sus culturas, en una exclusión económico-social que rebasa con mucho el proverbial “ejército industrial de reserva”, en estampidas poblacionales que no pueden justificarse como virtuoso autoajuste del mercado de trabajo. Todos ellos, desastres exógenos a los que se añaden desgarriates directamente asociados con la explotación económica del trabajo por el capital, como las abismales y crecientes diferencias sociales; además de los ramalazos provenientes de los periódicos estrangulamientos económicos, tales como la desvalorización y destrucción de la capacidad productiva “excedente” –lo que incluye a los medios de producción pero también al trabajo–, la aniquilación del ahorro y el patrimonio de las personas, etcétera.Pero todas estas no son más que manifestaciones de la irracionalidad sustantiva, del pecado original del gran dinero; de la voltereta por la cual el mercado dejó de ser un medio para devenir fin en sí mismo; del revolcón por el que el valor de cambio se impuso al valor de uso y la cantidad a la calidad. Un vuelco trascendente por el que el trabajo muerto se montó sobre el trabajo vivo y las cosas acogotaron al hombre. Una inversión civilizatoria por la que el futuro fetichizado sustituyó al pasado como único dotador de sentido y el mito del progreso nos unció a la historia, como bueyes a una carreta.Mercantilizando lo que no. A mediados del siglo pasado Karl Polanyi (La gran transformación, Fondo de Cultura Económica, México, 2003) sostuvo que la capacidad destructiva del “molino satánico” capitalista radica en que su irrefrenable compulsión lucrativa lo lleva a tratar como mercancías al hombre y la naturaleza –que proverbialmente no lo son– pero también al dinero, que en rigor es un medio de pago y no un producto entre otros. La primera conversión perversa conduce a la devastación de la sociedad y de los ecosistemas, la segunda desemboca en un mercado financiero sobredimensionado y especulativo que tiende a imponerse sobre la “economía real”. Años después, otros hemos abundado sobre la contradicción externa que supone la transformación del hombre y la naturaleza en “mercancías ficticias” (James O’Connor, Causas naturales; ensayos de marxismo ecológico, Siglo XXI, México, 2001, pp. 191-212; Armando Bartra, El hombre de hierro; límites sociales y naturales del capital, Editorial Itaca, UAM-UACM, México, 2008, pp. 79, 80).
Guillermo Almeyra: Por una organización de los trabajadores independiente
Para que la crisis la paguen quienes la provocaron y no –como siempre– las víctimas del sistema, es necesario que los trabajadores, los pobres, los oprimidos, tengan su propia organización para poder responder con sus exigencias a esa crisis económica capitalista y a la crisis política y moral que enfrenta el país. Es decir, es necesario que tengan una organización que responda a todas las corrientes empeñadas en la resistencia social, sin sectarismo alguno, y que sea capaz de unirlas en un sólido frente único, con plena autonomía del gobierno, de la Iglesia y de los partidos integrados en el Estado opresor.Es necesario, así, construir un programa común basado en la solidaridad, la lucha contra las suspensiones, los despidos, los cierres de empresas, el encarecimiento de la vida, contra la corrupción y por la defensa de la soberanía nacional y de los recursos naturales como bien común, organizando el combate por la restructuración de la economía y del territorio en función de las necesidades de la población y de la defensa del ambiente. La iniciativa debe surgir de la unión de las tendencias sindicales democráticas con nuevas organizaciones campesinas, indígenas y populares, y debe tener como base la acción.Las clases dominantes tratan hoy de centrar toda la atención en el combate a esa rama particular del capital que es el narcotráfico (la cual no podría existir sin la ayuda del capital financiero y del secreto bancario, y sin la corrupción de los mismos que dicen combatirla) y en un proceso electoral del cual saldrá, cuando mucho, el mismo perro pero con distinto collar. Son campañas diversionistas para retardar lo más posible la organización de un frente social que los enfrente y derrote y, a la vez, son ejercicios de disputa entre los diversos grupos dominantes por arrancarse mutuamente jirones del poder que ejercen, todos juntos, sobre los dominados. No es de cuerdos, por tanto, querer castigar al PAN votando por el PRI, que está aliado al blanquiazul en todo lo fundamental y es igualmente reaccionario y corrupto, o por los agentes de gobierno en el PRD. También en el campo absolutamente secundario del proceso electoral es necesario presentar una salida no capitalista independiente.La crisis, por un lado, exige respuestas sociales urgentes, impostergables, que no pueden ser sólo defensivas sino que también deben servir para aumentar la autoconfianza y la conciencia de clase: si una empresa cierra o suspende, hay que ocuparla, como en Argentina o en la fábrica de puertas de Chicago, y hacerla producir bajo gestión de los trabajadores; si suspende, hay que distribuir las horas de trabajo entre todos para que todos trabajen, porque el derecho al trabajo –a la vida– está sobre el derecho de propiedad o sobre la disciplina vertical. Pero esas medidas no deben quedar libradas sólo a la capacidad y decisión de las víctimas de los cierres y suspensiones. Grandes grupos sociales no asalariados y pueblos enteros dependen de esas fuentes de trabajo y por eso pueden participar en mesas de resistencia y coordinación locales, constituidas por comités de empresa, ramas sindicales democráticas, asociaciones de vecinos, estudiantes que se hagan cargo de discutir la situación social y del abastecimiento, así como de las necesidades en su propio territorio, y de elaborar una lista de reivindicaciones básicas locales, integradas con las nacionales, como la defensa del petróleo y de la energía, agua para todos y la defensa de la economía alimentaria campesina para afirmar la seguridad y la soberanía alimentarias.Esas mesas o comités podrían ser el eje de los poderes locales, en municipios o colonias obreras, para discutir en asambleas democráticas la reorganización de la economía y del territorio, y respaldar las luchas que, aisladas, por potentes que sean –como la de Atenco– no pueden triunfar por sí solas. Es hora de organizar, de coordinar, de federar, de dar verdadera vida al diálogo nacional en todas las regiones del país.Esos poderes locales autónomos también pueden asegurar el orden en sus territorios –como la policía comunitaria en Guerrero– y aislar al narcotráfico, controlar de cerca a los ladrones y asaltantes. Frente a una situación de amplio descreimiento popular en las autoridades públicas, las instituciones gubernamentales y los partidos políticos hundidos en éstas y financiados por el Estado, las mesas coordinadoras podrían aparecer igualmente como referentes políticos. Incluso, como subproducto electoral de su lucha económica y política, podrían crear listas ad hoc para las elecciones municipales o parlamentarias y presentar candidatos propios para las gobernaciones en pugna. Si no fuesen reconocidas por la justicia electoral, su desarrollo y su campaña organizaría de todos modos a los trabajadores en forma independiente y daría fuerza política a la población, de modo que, llegado el acto de votar, podrían decidir masivamente un voto simbólico. Una gran cantidad de votos de este tipo dejaría visiblemente en el vacío a los PRIAN y a los chuchos varios al servicio del poder, mostrando la ilegitimidad de un aparato político que depende fundamentalmente de la compra de votos y del engaño, y no alcanza a movilizar sino a una minoría. Incluso en caso de no poder presentar listas únicas y de clase, la lucha diaria de las mesas no estaría desconectada del proceso electoral y en éste disputaría la hegemonía con las clases dominantes y sus partidos.En el peor de los casos, si sólo pudiesen organizar un voto simbólico y programático masivo, la centralización de las conciencias y su expresión de clase independiente y autónoma constituiría un gran paso adelante para futuras luchas y daría un duro golpe a los causantes de la crisis.
Antonio Gershenson: Datos adicionales muestran el derroche en Chicontepec
l derroche de Chicontepec no empieza ahora con la reforma, ya venía de antes. En una fuente de información (escrita en inglés) los contratos de Chicontepec están clasificados –a diferencia, por ejemplo, de los de Cantarell– como contratos de servicios múltiples. Éste fue el nombre usado cuando se repartió el terreno de la cuenca de Burgos para explotar el gas de la misma entre seis trasnacionales. Cada empresa tiene su territorio. A principios de año hubo anuncios, sobre todo del director de Pemex Exploración y Producción, de que se había dividido Chicontepec, para su explotación, en ocho sectores, áreas o tramos, según la fuente de información que leyéramos.El primero de estos grandes contratos –en la fuente en inglés– fue el llamado Chicontepec II; se adjudicó a Dowell Schlumberger y le están pagando mil 395 millones de dólares. Como esta cantidad es aproximadamente igual a la suma de los dos siguientes contratos, de 500 pozos cada uno, se puede suponer que en éste se perforarían aproximadamente mil pozos petroleros. El fallo en su favor fue el 13 de junio de 2007 y el plazo para completar el trabajo es de cuatro años.El Chicontepec III ya es reciente. También se adjudicó, el pasado 10 de marzo, a la Schlumberger; cubría, como dijimos, 500 pozos, y tiene un costo de 687 millones de dólares. El plazo de ejecución es de mil 187 días, para terminar el 30 de junio de 2012.El Chicontepec IV fue adjudicado días después, el 27 de marzo, a Weatherford, también con 500 pozos, con un costo para Pemex de 646 millones de dólares. Se inicia la obra el 15 de abril y deberá terminarse el 14 de julio de 2012. El Chicontepec V está en proceso de licitación, el fallo deberá emitirse el 9 de junio.Complementamos esto con datos de otra fuente. Chicontepec es ahora llamada oficialmente Aceite Terciario del Golfo (ATG). Weatherford recibió hace unos meses otros dos contratos, ATG1 y ATG2, cada uno por 300 pozos. El Chicontepec IV aquí se llama ATG4, y el ATG3 es el Chicontepec III de Schlumberger. En este caso no se menciona al Chicontepec II, de fecha anterior. El conjunto de ambas fuentes nos da 2 mil 600 pozos ya contratados con estas dos empresas.Vamos a ver por qué decimos que este dineral es un derroche.Nos vamos a basar en el documento de Pemex: Reservas de hidrocarburos al 1º de enero de 2009, fechado el 20 de marzo de este año, que forma parte de la información que debió hacerse pública en 18 de marzo, y que la otra no lo fue. Las reservas probadas de crudo en esa fecha, en Chicontepec, son 5 por ciento del total. Nos hablan con cifras astronómicas, pero no son probadas, tienen cierta probabilidad de existir, según el caso, y si existieran se tomarían años poder explotar comercialmente ese petróleo. Por ejemplo, las reservas posibles de crudo en esta zona son 11 veces mayores que las probadas; pero existe 10 por ciento de probabilidades de que existan, según publica el propio Pemex. Así que no se vale sumarlas ni revolverlas en el llamado 3P.Como comparación, el litoral de Tabasco, en la región marina suroeste, tiene reservas probadas de 6 por ciento del total; Bejota-Jujo, 9, y Samaria-Luna, 12 por ciento, estas dos últimas en la región sur, terrestre. Entre las tres suman 27 por ciento de las reservas probadas totales del país, más de cinco veces que las de Chicontepec.El contraste es todavía mayor con los nuevos campos descubiertos en 2008. En estos casos, las reservas probadas de petróleo crudo son de 224.8 miles de millones de barriles en el sureste, y ya. Es el ciento por ciento del total nacional, o sea que la participación de Chicontepec es de cero por ciento.Vamos a ver la producción de crudo durante 2008. Chicontepec, uno por ciento del total. Y las otras tres regiones mencionadas, litoral de Tabasco y las dos del sur, tuvieron una producción de 6 por ciento cada una. Las tres juntas, obviamente, produjeron 18 por ciento del total nacional.Completamos esto con datos de la Memoria de Labores 2007, dado que la de 2008 no ha sido publicada. Los pozos de desarrollo terminados en la región Poza Rica-Altamira, que incluye Chicontepec, con la absoluta mayoría de los pozos, fueron 80 en 2006 y 168 en 2007. En los mismos dos años, en el litoral de Tabasco se perforaron 16 y seis pozos. En Bellota-Jujo, nueve y nueve pozos, y en Samaria-Luna, 19 y 20 pozos.La suma de las tres áreas fue de 44 pozos en 2006, poco más de la mitad de los 80 de la zona que incluye Chicontepec. Y esa misma suma, para 2007, fue de 35 pozos, frente a 268 del área donde está Chicontepec, en este caso siete veces más pozos que en la suma de los yacimientos mencionados del sur y sureste. Pero, como vimos, en estos tres sitios la producción en 2008 fue de 18 por ciento del total nacional y en Chicontepec sólo de uno por ciento.Por si fuera poco, veamos la calidad del petróleo en ambos casos. El crudo pesado es el de menor calidad. De la producción de la región marina suroeste, la de crudo pesado fue de cero por ciento: no hay. De la región sur, en 2006 fue de 2.9 y en 2007 de 2.4 por ciento. En cambio, en la región norte, donde está Chicontepec, la de crudo pesado fue de 67 en 2006 y de 61 por ciento en 2007. Además, en la región sur, 22 por ciento de la producción fue de crudo extraligero en 2007, del cual no se produjo ni una gota en la región norte ni, por tanto, en Chicontepec.Preguntas: ¿Por qué se va toda la gran inversión a Chicontepec, donde la cantidad y la calidad del crudo son peores? ¿Por qué se perforan miles de pozos en el área de donde el año recién terminado salió sólo uno por ciento de la producción nacional? O, por lo menos, eso es lo que nos dicen los pocos datos oficiales que se publicaron el 20 de marzo.gershen@servidor.unam.mx
Marcos Roitman Rosenmann: La inmortalidad del capitalismo
ómo es posible que un sistema fundado en la explotación y la violencia mantenga una vitalidad comparable con los superhéroes de las novelas de ficción? ¿Será este atractivo, la supuesta inmortalidad, lo que provoca la humana veneración de sus postulados? Sus defensores parecen obviar las desigualdades sociales y no dar crédito a las contradicciones de clase.Empresarios, terratenientes, sectores medios, obreros, campesinos, parados y grupos marginales se declaran pro capitalistas. Gama heterogénea de acólitos que hoy se muestran preocupados por su salud. La crisis le resta vitalidad. Está enfermo y rezan pidiendo su pronta recuperación. Las plegarias se diversifican. Algunas solicitan una mayor intervención del Estado para salvar sus ruinosos negocios y mantener sus opulentos niveles de vida, son los banqueros y los especuladores. Otras piden una rotación en el empleo, manifestando su cuota de responsabilidad en la crisis. Han vivido por encima de sus posibilidades. Quisieron tener casa, comida, educación, salud, ocio y cultura, colapsaron el sistema. La solución es entonar un mea culpa. También los hay que se decantan por una plegaria destinada a mantener el itinerario neoliberal. Es decir, seguir profundizando en la privatización, la flexibilidad del mercado laboral, y lograr una mayor y mejor apertura comercial y financiera. Son los mismos que rezan para el mantenimiento de paraísos fiscales, así podrán seguir lavando dinero en Costa Rica, Panamá o Islas Caimán. Unos con más convicción veneran la revolución neoliberal de los años 80 del siglo pasado. Otros, tal vez por conformismo se coaligan. Mientras tanto, su aplicación no ha dejado de reducir los espacios democráticos en medio de dolorosas luchas sociales con miles de muertos.En el fondo se plantea una decisión ética y moral. No podemos aducir ignorancia o indiferencia sobre el tipo de sistema que es el capitalismo y la enfermedad endémica que lo corroe internamente. Hambre, miseria, contaminación, apropiación de medios de vida de campesinos, pescadores y pueblos indígenas a manos de empresas trasnacionales. Tampoco desmerecen las guerras por el control de las materias primas destinadas a la industria de alta tecnología, el trabajo esclavo en las minas de oro, plata, níquel o diamantes y las veladas formas de semiesclavitud introducidas en la maquila. A lo anterior sumamos la falta de escrúpulos de las empresas alimenticias que usan al mundo entero de cobaya al introducir transgénicos, ocultando o destruyendo informes que hablan de los peligros para la salud a la hora de su ingesta Pero no importa. Lo dicho se soslaya en pro de una visión utópica del capitalismo. Se engañan emitiendo un diagnóstico superficial de la crisis basada en síntomas externos. No quieren dar su brazo a torcer. Ocultan estar en presencia de un enfermo agonizante. Mantenido artificialmente con vida, utilizan sofisticada maquinaria para retrazar su muerte. Vociferan estar ante una crisis efecto de un empacho de avaricia. Cuestión de gases y falta de oxígeno. Sal de fruta, analgésicos para un cáncer generalizado.Presidentes de Estado, jefes de gobierno, monarcas, tanques de pensamiento, organismos internacionales y grupos de presión se turnan día y noche insuflando oxígeno a un cuerpo cuyos pulmones no pueden seguir respirando. Pero ellos mantienen la visión teológica del capitalismo. Apelan a su naturaleza divina, a sus poderes ocultos, al mercado. La solución es inyectar más dinero en las venas, bajar la presión reduciendo los tipos de interés y reactivar el consumo por la vía de la demanda. Oxígeno para un paciente decrépito y sin futuro. Pero ellos están convencidos de esa receta. Como el ave Fénix, renacerá lleno de vitalidad, dispuesto a proseguir su camino. Éste es el relato mítico afincado en la acción de la mano invisible y sus leyes de la oferta y la demanda cuya máxima se resuelve en hacer de los vicios privados virtudes públicas.No se trata de proyectar una imagen pueril del capitalismo. Pero si pensamos en América Latina en el periodo de guerra fría, nos encontramos con datos poco halagüeños sobre la realidad del capitalismo. La estela para imponer su voluntad supuso en Argentina 46 mil muertos; en Colombia 350 mil; en Chile 4 mil; en El Salvador 75 mil; en Guatemala 200 mil; en Haití 45 mil; en Nicaragua 70 mil; en Perú 69 mil; en Panamá 3 mil; en República Dominicana 6 mil y en Cuba la dictadura de Batista (1952-1958) incorpora 20 mil muertos. Cifras oficiales o declaradas en comisiones de la verdad. En esta lista no se suman las víctimas de la dictadura de Stroessner en Paraguay o la Bolivia de los años 80 con Meza o Bánzer. En total 888 mil mil personas. Sin considerar las defunciones por hambre, enfermedades o falta de medios sanitarios.El capitalismo ha vomitado dos guerras mundiales y a él debemos técnicas sofisticadas de tortura y asesinatos masivos. Cámaras de gases, gas naranja, napalm, balas de uranio empobrecido y un sinnúmero de armas bacteriológicas y químicas, sin olvidar las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Nunca en la historia un sistema social es responsable de tanta ignominia. Poblaciones enteras padecen las consecuencias. El exterminio de grupos étnicos y el asesinato de líderes sindicales y obreros es parte de su magna obra. Violaciones, terrorismo sicológico y el desprecio a la vida humana son el lenguaje común del capitalismo. ¿De que se vanaglorian sus defensores? Ellos prefieren mirar hacia otro lado. Siempre, dirán, los beneficios de la mano invisible del mercado son mayores que los inconvenientes derivados de su aplicación. Con esta premisa se defiende su inmortalidad.Sin embargo, al día de hoy aún no se han mostrado las virtudes de un orden donde la miseria y el hambre, la muerte y la explotación se alzan como sus baluartes supremos. Quienes lo defienden se autoexcluyen de la condición humana. No se sienten ligados por los valores de la democracia y la dignidad y fraternidad republicana. Lamentablemente son muchos los que prefieren mutar en nombre de la libertad de mercado y los derechos individuales. Mutación que no reconoce clases ni desigualdades sociales. Su lema es sálvese quien pueda pero yo el primero. ¡Viva el capitalismo!
Carlos Bonfil: Irak, derechos inhumanos

El manejo irregular del presupuesto público y de la política económica nacional durante el gobierno del panista Vicente Fox Quesada conjuntó críticas de legisladores de los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y Revolucionario Institucional (PRI), quienes consideraron que el ex presidente es responsable en gran parte de la crisis por la que atraviesa el país.El senador perredista Graco Ramírez aseveró que a pesar de los malos resultados del gobierno de Fox, Felipe Calderón hará todo lo posible para no tocar al ex mandatario, pues hacerlo implicaría un enorme costo político para su partido y asumir que no hay manera de distinguir entre una administración del PRI y una de Acción Nacional.La Cámara de Diputados debe actuar frente a los resultados que arroja la revisión de la Cuenta Pública de 2006, abundó.Refirió que durante el mandato de Fox se dilapidó la renta petrolera, que fue una de las más importantes en la historia, sin que se hubiera hecho una sola inversión de carácter productivo o en infraestructura. Todo se fue al gasto corriente y a fideicomisos que aún no se terminan de investigar, puntualizó.Sumado a ello, mencionó que se mantuvo una economía de especulación en la banca y se careció de una estrategia para generar el crecimiento del país.“Se llegó al absurdo de tener un gobierno rico sin que hubiera posibilidad de crecimiento, porque no se detonó la economía nacional”, enfatizó.Con su actuación al frente de la administración pública, el guanajuatense demostró una total falta de compromiso con el país, explicó. Ahora Calderón va a hacer todo lo posible para que lo sucedido en el sexenio foxista en materia económica no se esclarezca, subrayó.Lo anterior se va a hacer en función de mantener intocado al ex presidente y no asumir la responsabilidad de lo que fue la primera experiencia del PAN como gobierno federal, expuso.Investigar fortuna foxistaA su vez, el legislador perredista Humberto Zazueta expresó: “no se puede proceder legalmente contra Fox, pero sí es posible investigar a fondo su riqueza patrimonial con objeto de imputarle, si fuera el caso, delitos contemplados en el Código Penal Federal relativos al enriquecimiento ilícito”.Recordó que no sólo en materia presupuestaria y económica falló Fox Quesada. “También fue un ejemplo paradigmático” de los políticos que, como “en los mejores años del régimen priísta”, incumplen sus promesas de campaña.“Recordamos cómo prometió que el país crecería en un promedio de 7 por ciento anual, cuando ni en el mejor escenario nacional se había alcanzado esa cifra.”Agregó que en caso de que Fox haya incurrido en delitos, debe aplicarse la ley, además de que enfrentará “el veredicto negativo de la sociedad y de la historia”.Insistió Zazueta en que la ley no contempla castigo para la impunidad en que vivió Fox durante seis años en la Presidencia, pero aún es posible emprender una investigación seria y con amplias repercusiones en torno a él y sus parientes para dilucidar si se benefició del manejo de recursos públicos para acrecentar su fortuna personal y familiar.En consonancia, el diputado priísta Samuel Aguilar advirtió que el ex mandatario panista debe ser investigado por la actual administración de Felipe Calderón, quien está obligado a dar una “muestra mínima de congruencia para castigar las trapacerías del ex presidente”.El representante priísta responsabilizó a Fox de “haber llevado al país a la ruina, porque no sólo manejó perversamente, en beneficio de sus amigos y el propio, millonarias cantidades de dinero, sino que cobijó los manejos turbios de su esposa, Marta Sahagún; sus familiares, entre ellos los más destacados, Manuel y Jorge Bribiesca; (Calderón) tiene la palabra, y esperamos una señal mínima de congruencia en el poder, porque, en el caso contrario, el presente será un sexenio perdido”.

Carlos Monsiváis
La mística de las afueras
¿Cuáles son los límites de la sacralidad en medios de intensa privación? Ni los siglos de cristianismo y de racionalismo, de guadalupanismo o de religión concebida como instrumento del decoro y garantía de la propiedad privada, ni el avance de la sociedad laica, requisito de la modernización, han evitado la explosión demográfica marginal: a lo largo del siglo millones de mexicanos (y su número se multiplica) han confiado en espíritus y curanderos, en todas las formas del milenio y en el tránsito hacia el milenio. Allí están, aunque no se les acepte, entregados a convicciones insospechadas, adheridos a grupos que son familias ampliadas, llenas de fervores proselitistas, representados nutridamente en los ambientes rurales y de marginación urbana (aunque también en otras clases haya muchos adeptos). Allí están, desdeñados y persistentes, los espiritistas, los espiritualistas trinitarios marianos, los seguidores de iluminados y brujos. En México y en América Latina se extiende el universo de mitos, rituales, centros sagrados, emociones carentes de frenos sociales, peregrinaciones anuales, prácticas especialísimas, relatos maravillosos, santorales al margen del santoral, personajes carismáticos. A esta nación del milenarismo y la religiosidad popular se le aísla o desdeña por “primitiva y supersticiosa”, regalándosele las prerrogativas de la “religiosidad-como-Dios-manda”. Y sin embargo, persiste. La crítica y el desdén de la nación visible no eliminan costumbres y convicciones de la nación marginal. Al respecto, hay una explicación que no ha perdido vigencia pese a los esfuerzos de teólogos de la liberación, historiadores y sociólogos: la religiosidad popular es la incapacidad de asimilar plenamente (en toda su complejidad) el dogma, es la aprehensión del fenómeno de la creencia a través de ritos y símbolos, y de la experiencia de una fe memorizada y heredada. Y por ser al mismo tiempo tan profunda (lo único que se tiene) y tan externa (lo que decora las conciencias porque nunca hay oportunidad de otra cosa), esa fe está siempre en el límite del dogma mal aprendido y la superstición adoptada con entusiasmo. Esta es la explicación, pero los partidarios de las otras devociones no se dan por enterados. Para quienes viven en el límite de la supervivencia (física o síquica), o para los desconfiados de las visiones del mundo que se les obligó a venerar, las doctrinas mesiánicas son muy convincentes: si el fin del mundo no se produce, por lo menos se vive en una atmósfera en la que lo sagrado tiene que ver con lo inminente. Y esto interviene en la abundancia de profetas en México que a diferencia de los estadounidenses no recurren ni piensan recurrir al apoyo tecnológico. De los milenarismos desautorizados El milenarismo, la fe en el estruendo del fin de los tiempos, la creencia que delega el sentido de la vida en un desenlace universal próximo, es en México una de las manifestaciones más extremas y difundidas de la cultura de la marginalidad y, subterráneamente, de toda la cultura. En un país católico, el punto de partida del milenarismo es por fuerza el Apocalipsis o Libro de Revelaciones, el texto más interpretado y menos asimilado de la historia de la cristiandad, con su conjunto de visiones espléndidas y terribles, y su llamado a la congregación de los escogidos que sobrevivirá a la gran hecatombe: “He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será su Dios con ellos... Y limpiará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y la muerte no será más; y no habrá más llanto ni clamor ni dolor: porque las primeras cosas son pasadas” (Apocalipsis 21:3-4). La promesa del brillo eterno que-no-podrá-tardar-mucho conduce la Iglesia rutinariamente, y —con brío— los profetas que fundan sectas se ofrecen como instrumento de expiación y grandeza, incitan al frenesí y al éxtasis, instauran un discipulado (principalmente de mujeres) cuyo tono arrebatado crea microrreligiones sobre la marcha. El milenarismo y los profetas mesiánicos penetran en grandes capas de la población, a las que revelan un “sentido transformador” de su vida que la religión tradicional ya no les ofrece o nunca les infundió. Son vigorosos los vínculos entre la exaltación religiosa y la marginación social y, en ocasiones, entre la rebeldía política y la disidencia religiosa (un curandero mesiánico, el Niño Fidencio, declaró: “Que porque el hombre para llegar a Dios necesita sentir el hambre y la sed y estar bajo el sol, bajo el cielo, entre la tierra, entre la propia miseria y pobreza, entre el cansancio y el sudor de sus demás hermanos; que Dios no asiste a lugares lujosos ni perfumados; que Dios no se acerca con gente que por su vanidad y arrogancia son meticulosas con sus ropas y sus carnes”, en El Niño Fidencio de Manuel Terán Lira). El milenarismo por así decirlo “ortodoxo” es el guadalupano, cuyo arranque estudia Jacques Lafaye en su libro sobre Quetzalcóatl y Guadalupe. Ante éste, se despliega un milenarismo heterodoxo, poco documentado en el mejor de los casos, engendrado en el sincretismo, hecho posible por la persuasión de iluminados, personalidades vigorosas surgidas de las clases populares. El contexto general es la ley no escrita: en sociedades donde la vida de las mayorías está sujeta a miseria y persecución, la gente busca consuelo de sufrimientos y frustraciones en su práctica religiosa, y a todas las manifestaciones de la cultura nativa —económicas, sociales, políticas o filosóficas— las impregna el pacto con las fuerzas extraterrenas. En el virreinato, el descontento de los indígenas, ansiosos de rechazar a los intrusos apoderados de su tierra, genera cultos religiosos que, a su modo, expresan una disidencia. En el ocultamiento o en la semiclandestinidad, al apropiarse de lo que les interesa del catolicismo y ligarlo con sus antiguas creencias, resisten a la segregación racial y económica. Sus posibilidades son escasas, la Inquisición vigila y cualquier retorno al “paganismo” o mezcla de creencias es severamente castigado. Por la represión extrema, en México tardan en darse visiblemente los cultos que abundan en otros lugares, como las religiones nativistas de África, con su odio al hombre blanco, o los profetas armados brasileños. En México sólo excepcionalmente llaman a la liberación seres carismáticos de la índole de Antonio Conselheiro, perpetuado por Euclides de Cunha en Los Sertones, quien con intransigencia y fanatismo heroico afirma el lazo entre la historia y la cosmogonía. Escritor

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