El
recién aprobado reglamento interno del Instituto Politécnico Nacional
(IPN), así como los eventuales cambios a los planes de estudio de
diversas licenciaturas, podrían derivar –según la lectura de alumnas de
la institución– en que las jóvenes no accedan a mejores empleos y
salarios, se enfrenten a nuevas barreras para encontrar un trabajo, y
no obtengan todos los conocimientos que requiere su profesión.
Ante ello, estudiantes de licenciatura decidieron unirse a la lucha “por defender el IPN”, y con ello proteger su escuela, su carrera y su futuro, porque –como ellas dicen– la lucha por el Politécnico también es una lucha de mujeres.
El pasado 24 de septiembre el Consejo General Consultivo del IPN aprobó un nuevo reglamento interno –que en caso de entrar en vigor sustituiría al vigente desde 1998–, y el cual las y los alumnos tachan de contradecir los fundamentos con los que fue creada la institución, contribuir a que las empresas puedan contratarlas por bajos salarios cuando concluyan sus estudios (pues no obtendrían un título de licenciatura o ingeniería, sino como personal técnico), y de responder a la reciente reforma educativa.
Desde el pasado 25 de septiembre diferentes escuelas se declararon en huelga y salieron a las calles del DF para manifestar su descontento ante el hecho de que el reglamento fue aprobado sin una consulta previa, las modificaciones a los planes de estudio no responden a las necesidades del alumnado, y porque se vulneran sus derechos estudiantiles.
En un comunicado, la “Asamblea por la Defensa del IPN” dijo que el instituto fue creado “para dar educación a los hijos de los obreros y campesinos y para aportar en el desarrollo científico y tecnológico del país”, no obstante con las reformas se pretende “responder a las necesidades del sector privado que bajo la máscara de términos como ‘cultura emprendedora’ y ‘competitividad empresarial’ busca vendernos como mano de obra barata, contradiciendo los principios con los que fue creado”.
Denunció que sus derechos como estudiantes se ven violentados mediante diversos artículos omitidos en el nuevo reglamento, e incluso “se criminaliza la libertad de expresión” en varios artículos que dejan la puerta abierta a sanciones contra quienes decidan manifestarse.
MOVILIZACIÓN
Dispuestas a defender su institución –con 85 años de creada y una de las más reconocidas en América Latina–, las jóvenes de nivel superior participan activamente en manifestaciones y asambleas, organizan a sus escuelas, y realizan brigadas de solidaridad en el transporte público y otras universidades, porque como contaron a esta agencia, la defensa del IPN también es una lucha por proteger su futuro y por el que han trabajado arduamente.
Cabe destacar que las aulas del IPN por años estuvieron dominadas por una matrícula masculina, pero poco a poco las jóvenes han alcanzado notoriedad en las ingenierías y principalmente en algunas carreras donde la mayoría de estudiantes son mujeres.
Sandra, de 26 años, es estudiante de séptimo semestre de la licenciatura de Odontología, impartida en el Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud (CICS), en el Casco de Santo Tomás (al norte de la Ciudad de México), y desde el pasado 26 de septiembre apoya el paro de labores, acude a las asambleas y a los círculos de estudio que se han organizado “para evitar que se diga que hacemos la manifestación porque no queremos estudiar”.
Ella se convirtió en madre a los 19 años de edad, por lo que tuvo que postergar su ingreso a la universidad por un tiempo. “Cuando mi hija creció un poco y entró a la escuela pude acomodar mis horarios y me puse a estudiar para presentar mi examen. Las dos primeras veces no lo pasé; entrar es muy difícil pero finalmente obtuve un lugar”.
Para ella, estudiar implica dividir su día entre sus responsabilidades con su hija, las labores del hogar, hacer la tarea y estudiar por las noches, además de pasar los fines de semana y días festivos trabajando.
“Apoyo el movimiento porque también es mi lucha; si el nuevo reglamento interno se aplica me sacarían de la escuela si repruebo una materia sin darme la oportunidad de explicar mi condición. No soy floja o apática, simplemente no es tan fácil para mí cumplir con todo, aún así lo hago y te aseguró que no soy la única chava que está y estará en una situación como la mía.
“Además pareciera que las autoridades del Politécnico no pensaron en las historias de las y los alumnos; a todas y todos nos ha costado mucho trabajo llegar a la universidad, en dinero y esfuerzo, y no nos parece que después de esforzarnos tanto no vayamos a obtener un título de licenciatura, eso no es justo”.
MÁS TRABAS
Para la licenciatura de Enfermería, que se ofrece en la Escuela Superior de Enfermería y Obstetricia (ESEO), el nuevo plan de estudios pretende eliminar las horas de prácticas de laboratorio, en las que las alumnas aprenden a tratar con pacientes y desarrollan habilidades básicas para su profesión.
“A nadie le preguntaron qué era lo que necesitábamos para mejorar nuestro plan de estudios; el nuevo reglamento define que los cambios de estudios corresponderán a los directivos; para nosotras eso significa que harán cambios arbitrarios sin tomarnos en cuenta”, dijo Gabriela, estudiante de cuarto semestre.
Ella contó que eligió estudiar enfermería por que le gusta trabajar con las personas, y en un futuro le gustaría seguir estudiando y en un momento desarrollar técnicas innovadoras que permitan un tratamiento menos invasivo de las y los pacientes.
Por ello advirtió que “si no defendemos al IPN corremos el riesgo de que todos los planes y sueños que tenemos sobre un mejor futuro se vengan abajo”.
Mientras repartía trípticos sobre el movimiento en las calles aledañas al Casco de Santo Tomás, Noemí, estudiante de quinto semestre de la licenciatura en Biología de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, sostuvo que no dejará de defender sus derechos, los de sus compañeras y los de futuras generaciones.
Agregó que su lucha también es por su familia: “Mi madre es jefa de familia; trabaja desde que yo tengo memoria para ayudarme a estudiar; yo trabajo los fines de semana para ayudarme en los gastos. Para mí estudiar es un gran esfuerzo y un desgaste económico aun cuando estudio en un lugar público. El nuevo reglamento amenaza eso, deja abierta la posibilidad de que el IPN se privatice; para jóvenes como yo implicaría quedarnos sin la posibilidad de estudiar.
“Voy a participar en esto hasta el final y voy a apoyar las protestas porque es defender la educación pública que beneficia a las jóvenes como yo, aunque ahora una carrera universitaria no te garantiza una mejor calidad de vida, no tenerla sí te garantiza que no tendrás muchas oportunidades de tenerla”.
La joven explicó que se esfuerza también por demostrarles a las autoridades politécnicas que vale la pena invertir en la educación de la juventud, y que su movimiento estudiantil es pacífico.
En su pliego petitorio, las y los estudiantes inconformes piden la cancelación total del nuevo reglamento interno, la derogación de los nuevos planes de estudio para las vocacionales y todos los que vayan en detrimento de la misión histórica del IPN.
También exigen la destitución de la directora general Yoloxóchitl Bustamante Díez; el aumento del presupuesto para el IPN derivado del aumento al 2 por ciento del PIB para educación; la democratización de los órganos de gobierno y elección de autoridades, y la realización de un Congreso General Politécnico con participación de toda la comunidad y el reconocimiento de las autoridades.
Hasta el cierre de esta edición, integrantes de la “Asamblea por la Defensa del IPN” esperaban reunirse con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, en la sede de la dependencia, para darle a conocer sus demandas y exigir solución.
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Anaiz Zamora Márquez
Cimacnoticias | México, DF.-
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