10/02/2014

El gobierno que regala teles

Miguel Carbonell
De acuerdo a los datos que se pueden ver en la página de Compranet (el portal del gobierno federal dedicado a las adquisiciones de bienes y servicios), la Secretaría de Comunicaciones y Transportes se gastará antes de fin de año 5 mil 821 millones de pesos del dinero de nuestros impuestos en la compra de poco más de 2 millones de televisiones que sean compatibles con el nuevo sistema digital que sobrevendrá luego del llamado “apagón analógico” (datos de la licitación pública LA-009000987-N73-2014, publicada el 26 de septiembre de 2014). 
Me sorprende el hecho de que nadie haya puesto en evidencia la falta de sentido de dicho gasto y el despilfarro que supone que un gobierno invierta tanto dinero para “compensar” a algunas personas por la obsolescencia en la que pueden quedar sus actuales aparatos televisivos. 
Imaginemos que cada vez que haya un avance tecnológico y nuestros equipos se queden inservibles tenga que venir el gobierno a comprarnos uno nuevo. ¿Qué hubiera pasado si se hubiera aplicado la misma política cuando se pasó de los discos de vinilo a los CD? ¿y qué hubiera pasado si lo mismo se hubiera intentado con el paso de las videocaseteras VHS a los actuales DVD? 
¿Debería el gobierno darnos iPhones 6 a quienes tenemos equipos más antiguos, que no son capaces de desarrollar todas las aplicaciones del recién lanzado teléfono de Apple? 
En el fondo de la cuestión late un problema que en América Latina no hemos podido resolver del todo: el papel del Estado en la economía y la tarea del gobierno en el mundo del siglo XXI. 
Lo que la gente necesita es un gobierno que sirva y que sea eficaz al proveer seguridad, justicia, condiciones para que existan empleos bien pagados, infraestructura, salud y educación. No es tarea de un gobierno regalar televisiones y nunca lo ha sido. 
Que se gasten casi 6 mmdp para comprar apenas 2 millones de TV es algo que pasará a la historia como un ejemplo de lo que significa tirar el dinero publico a la basura. Pensemos que en México el 97% de los hogares tienen al menos un equipo de televisión (estamos hablando de casi 25 millones de hogares). ¿Será que el gobierno piense lanzar otras licitaciones para sustituir todas las televisiones, llegando a ejercer un gasto en ese rubro de más de 50 mil millones de pesos? La pura cifra pone en evidencia lo equivocado del gasto. 
Pero además ese enorme tiradero de dinero llega en el peor momento posible, cuando todas las encuestas nos indican que la gente ve cada vez menos televisión. Cualquiera que conviva con generaciones de jóvenes de menos de 30 años sabe a lo que me refiero. Las nuevas generaciones pueden pasar muchas horas al día mirando la pantalla de su teléfono celular o su computadora, pero ya no se sientan durante tardes enteras a ver los interminables anuncios comerciales de la tele. 
La inversión que está haciendo el gobierno federal mira hacia el pasado y nos sigue definiendo como un país atrasado, compuesto por personas que viven aplatanadas frente a un aparato de tele. Lo que necesitamos, aunque nuestros burócratas no puedan imaginarlo, es invertir en nuevas tecnologías y en los contenidos que permitan a las personas estar mejor informadas y contar con herramientas de desarrollo que hoy no tenemos. 
Es debido a ese tipo de políticas públicas que miran hacia el pasado que estamos tan atrasados en ciencia y tecnología. Un pueblo que se la pasa viendo la TV es incapaz de inventar nada. 
Nuestro retraso es evidente. Corea del Sur hace 40 años tenía un nivel de desarrollo parecido al nuestro si lo medimos por su Producto Interno Bruto. Hoy en día los coreanos registran 12 mil nuevas patentes ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) cada año; México apenas registra 230. Corea aparece hasta arriba en la tabla de países con los mejores sistemas educativos; México tiene al 80% de sus jóvenes de 15 años reprobados en matemáticas. 
No creo que algún gobierno coreano haya gastado el dinero de los contribuyentes en regalar televisiones. Eso es para naciones bananeras, como quieren que siga siendo la nuestra algunos en el gobierno federal. Es lamentable y patético.

@MiguelCarbonell

Investigador del IIJ de la UNAM

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