Las
adultas mayores en México –quienes viven más años que sus pares varones
y padecen con más frecuencia enfermedades crónico-degenerativas
vinculadas a su edad y sexo– carecen de protección a la salud y
seguridad social, no gozan de condiciones dignas de ocupación y
afrontan violencia en sus hogares, informó el Instituto Nacional de
Estadística y Geografía (Inegi).
En el marco del Día Internacional de las Personas de Edad, instaurado por la ONU en 1990 y que se celebra cada 1 de octubre, el Inegi reportó que por cada 100 varones mayores de 60 años hay 112 mujeres de la misma edad; no obstante, sus condiciones de ocupación y calidad de vida son “precarias e indignas”.
Como indica el Inegi, garantizar seguridad social a toda la población de esta edad, combatir la discriminación laboral y asegurar que sus redes familiares les garanticen las condiciones mínimas de bienestar y una vida libre de violencia, son los principales desafíos que enfrentan la sociedad y las autoridades en el tema.
Esto porque el número de adultos mayores se duplicó en las últimas décadas, pasando de 5 a 11.7 millones de pobladores mayores de 60 años, y para 2025 la cifra aumentará a más de 27 millones, según las proyecciones de Consejo Nacional de Población (Conapo).
En 2012 se documentó que las mujeres en este rango de edad padecían con mayor frecuencia enfermedades crónico-degenerativas, principal causa de muerte entre esta población, y más trastornos depresivos que sus pares varones provocados por factores biológicos y sociales.
No obstante, el 18 por ciento de las y los adultos mayores que fallecieron en 2012 por estas causas no contaban con seguridad social ni estaban incluidos a algún sistema de salud público, porque su forma de ocupación actual (la mayoría en la informalidad) y la que tuvieron a lo largo de su vida no les dio ese derecho.
Además –y en menor proporción que sus pares varones– sólo el 45 por ciento de las mujeres en esa edad están pensionadas por viudez, 30 por ciento por jubilación o tiempo de servicio, y 19 por ciento por vejez.
La ocupación es un ámbito en el que las y los adultos mayores, quienes por la edad debieron salir del mercado laboral hace varios años, encuentran obstáculos para vivir con dignidad según sus necesidades.
Esto porque 19.7 por ciento de las mujeres mayores de 60 años aún realizan alguna actividad económica y de ellas una de cada tres es subordinada, la mitad de no tiene prestaciones, y una de cada seis no recibe ingreso por su trabajo (sin cuantificar las tareas del hogar y de cuidados que realizan en sus casas o la de su descendencia).
Esta situación es preocupante –según indicó Inegi–, toda vez que el trabajo es la principal fuente de ingresos de esta población.
El panorama se traduce en condiciones precarias de vivienda para las adultas mayores, ya que el 17 por ciento vive en casas con hacinamiento, 20 por ciento en hogares donde el principal combustible para cocinar es el carbón, y el 8 por ciento no cuenta con drenaje.
Además, la violencia doméstica es un problema que afecta más a la población femenina de este grupo etario, ya que según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2011, 45 por ciento de las adultas mayores declaró vivir o haber vivido un tipo de violencia por parte de su pareja, y 18 por ciento señaló haber sido agredida por parte de otro integrante de la familia, de quienes el 43 por ciento fue su descendencia.
Aunque sin brindar datos desagregados por sexo, la Organización Internacional del Trabajo mostró en su informe “Protección social para las personas de edad: principales tendencias políticas y estadísticas”, que estos desafíos en México son globales, ya que 48 por ciento de todas las personas en el mundo que superan la edad de jubilación no percibe una pensión.
CIMACFoto: Yunuhen Rangel Medina
Por: la Redacción
Cimacnoticias | México, DF.-
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