1. Desde hace 46 años venimos recordando en las calles –principalmente
de la ciudad de México- aquella salvaje matanza de estudiantes en la
Plaza del conjunto o unidad habitacional Tlatelolco. Los que allí
estuvimos en el magno mitin que entre miles de balas alcanzamos
meternos en un departamento, rondamos ya los 60 o 70 años pero tenemos
viva la memoria de aquella tarde-noche en que el ejército mexicano se
cubrió de sangre o mugre al asesinar a 100 o 200 estudiantes que como
siempre se manifestaban de manera pacífica; pero como el gobierno de
Díaz Ordaz estaba a escasos 10 días de inaugurar la olimpiadas
mundiales, decidió enterrar la lucha estudiantil.
2. Creímos
que después de esa matanza en México ya no se registrarían otras porque
el pueblo adquiriría conciencia de su realidad y acabaría con los
gobiernos autoritarios y asesinos; pero la liquidación de los
estudiantes y luchadores sociales no paró, al contrario, se incrementó.
Los siguientes presidentes continuaron asesinando –no a los simples
críticos- sino a los que representaban un “peligro” para el Estado. Así
surgió la guerra sucia de los años setenta y otros asesinatos de
campesinos, estudiantes y luchadores sociales en la República. Pero a
partir del neoliberalismo y la privatización en intensificados a partir
de 1985, los asesinatos se multiplicaron.
3. Si “dos de
octubre de 1968 no se olvida” tampoco debe olvidarse las docenas o
centenares de matanzas de campesinos, obreros, trabajadores, que a
través de los años el ejército, la policía y la llamada “delincuencia
organizada” han realizado en el país. Durante los seis años del
gobierno panista de Calderón y los dos años del gobierno priísta de
Peña Nieto ya no sabemos si el gobierno o los llamados
“narcotraficantes” son los asesinos de más del 50 por ciento de los
muertos. Lo que sí sabemos es que hay una estrecha alianza entre “los
legales y los ilegales” y que ya se cuenta en México de los últimos
ocho años con alrededor de 150 mil asesinados.
4. La matanza
de campesinos por el ejército en la población de Tlatlaya, la
persecución y muerte de estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa
(Normal en la que hace exactamente un mes más de 500 compañeros del
“Congreso Social” nos reunimos para analizar la situación del país y
recibimos las atenciones cordiales y hasta la poca comida a que los
estudiantes nos convidaron) ¿Quién de nosotros podrá olvidar que los
estudiantes desde las cinco de la mañana se reunían para repartirse el
aseo de las 10 hectáreas o más con que cuenta la escuela, así como la
cocina y la limpia de los baños?
5. ¿Quién no recuerda que en
Ayotzinapa de Jenaro Vázquez y Lucio Cabañas, primero comíamos nosotros
“los congresistas” y luego los estudiantes normalistas veían si algo
sobraba? Nuestros malditos gobiernos burgueses que ignoran la historia
del pueblo, que nunca vivieron como tal, que sólo obtienen títulos en
universidades como ITAM, Harvard y demás, sólo entienden de
estadísticas frías que engañan en todo. Pero también, y es lo más
importante, esos funestos gobiernos sólo obedecen órdenes que vienen
del imperio que oprime a todos los pueblos del mundo.
6.
Desde 1966 vivía en la ciudad de México, pero revisando los periódicos
elaboré en 1998 un folleto de apenas 32 páginas sobre lo que sucedió en
México y en Yucatán durante el movimiento estudiantil 1968. En Yucatán
fue un simple paseíllo de unas horas de los estudiantes, tras el rector
Reppeto Milán, por la fastuosa avenida Montejo. Tal como lo hizo Barros
Sierra, rector de la UNAM, en el DF), protestando contra la invasión de
la UNAM por el ejército. Pero como en todo la República, en Yucatán se
desató la jauría derechista-panista para condenar el movimiento, a
pesar de mi amigo “Cachicha”, como Cando, que estuvieron con los
estudiantes.
7. En vez de decir: “2 de octubre no se olvida”
sería mejor repetir: “burguesía asesina que tanto debes, seguro que
pagarás”. ¿Mejor la cárcel? No, porque las cárceles las hizo la
burguesía para encerrar al pueblo, y los dos o tres ricos que por
“equivocación” han sido detenidos, en días o semanas los liberan, les
piden perdón y les devuelven los miles de millones desfalcados”.
¿Cuántos años hemos exigido que Salinas, Zedillo, Fox, Calderón sean
encarcelados por desfalcos, pésimos gobiernos y miles de asesinados?
Peña Nieto se ha colocado automáticamente en la lista. ¿Quién los
encerará?
Blog del autor: http://pedroecheverriav. wordpress.com
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