De acuerdo con nuevas cifras del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), 90 por ciento de las trabajadoras del hogar no cuenta con un contrato de trabajo, una de cada cinco no tiene edad legal para trabajar, y 84 por ciento de las empleadoras no están dispuestas a que ellas estudien.
No obstante, durante la presentación hoy de estas cifras la senadora por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) Diva Hadamira Gastélum Bajo, presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género, no urgió la ratificación del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre empleo decente para las trabajadoras del hogar.
En su lugar, la senadora apeló al “ingenio” de las y los
empleadores –más de medio millón de familias en México– para que
empiecen a reconocer los derechos laborales de las más de 2 millones
trabajadoras del hogar remuneradas que hay en el país.
Gastélum Bajo aclaró que no hablaba como legisladora “sino como persona”, ya que –expresó– “yo no necesito el Convenio 189, perdón por lo que voy a decir, para tratar bien a las trabajadoras domésticas y no hacer todo este desprecio y humillación que se les hace”.
Y continuó: “No es un pretexto la ratificación del Convenio 189, éste debe ser ratificado, pero antes nuestra actitud debe de cambiar porque quién le dice (a la audiencia) que no puede darle seguridad social, somos muy inteligentes y tenemos un alto ingenio para hacer muchas cosas”.
Al participar en el foro “Percepciones sobre el trabajo doméstico: Una visión desde las trabajadoras del hogar y las empleadoras”, realizado en el Museo Memoria y Tolerancia en esta capital, Marcelina Bautista, principal impulsora en México de la ratificación de este instrumento internacional, llamó enérgicamente al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, a que cumpla su compromiso de ratificar el Convenio 189, tal y como lo prometió a este gremio hace un año.
Ana Güezmes García, representante de ONU-Mujeres en México, tampoco secundó la exigencia de Bautista al Ejecutivo federal, pero reconoció que las tareas del hogar no pueden ser sólo responsabilidad de las familias, por lo que es necesario acelerar soluciones desde la legislación, políticas públicas y la sociedad para regular las condiciones laborales de estas trabajadoras.
PERSISTEN PRECARIEDAD Y DISCRIMINACIÓN
En el evento, Conapred presentó el estudio “Condiciones laborales de las trabajadoras domésticas. Estudio cuantitativo con trabajadoras domésticas y empleadoras”, con datos que muestran las condiciones de desigualdad, explotación y discriminación que persisten para las trabajadoras del hogar.
Ricardo Bucio Mujica, presidente del Conapred, reveló que casi el 100 por ciento de las más de mil trabajadoras del hogar que fueron encuestadas no goza de contratos de trabajo formales.
Esta falta de regulación laboral –según Bucio– se agrava porque
las modificaciones de 2012 a la Ley Federal del Trabajo en la materia
son “discriminatorias” y “ambiguas” al establecer que estas
trabajadoras tendrán nueve horas de descanso, y porque aunque obliga a
las empleadoras a cubrir sus gastos médicos, no indica cómo proceder en
accidentes dentro del área de trabajo.
En lo que respecta a la protección social –principal demanda de las trabajadoras del hogar y principal obstáculo para la ratificación del Convenio 189 de la OIT–, seis de cada 10 trabajadoras estarían dispuestas afiliarse al Seguro Social aunque se disminuya su sueldo y 72 por ciento de las empleadoras también estarían dispuestas a otorgar este derecho.
A decir de Bucio, 36 por ciento de las trabajadoras empezaron a laborar siendo menores de edad y actualmente una de cada cinco no tiene edad legal para ocuparse en un empleo remunerado.
Aunque una de cada cuatro tiene más de 10 años de antigüedad, ninguna ha gozado de un aumento de sueldo o ajuste salarial por la inflación.
Además, 46 por ciento de ellas labora más de ocho horas, 70 por ciento sólo tienen un día de descanso a la semana, y 64 por ciento dice que se le solicita trabajo fuera del horario establecido.
El salario que perciben a la semana las trabajadoras “de planta” y las “de salida” es de mil a mil 200 pesos, y poco menos de la mitad no recibe aguinaldo ni otras prestaciones económicas.
En cuanto atención médica, el presidente del Conapred informó que una de cada cuatro trabajadoras dice que las empleadoras cubren los gastos por servicios médicos cuando se enferman, pero sólo cuatro de cada 10 trabajadoras pueden faltar a laborar sin que se les descuente el pago del día, y 8 por ciento está obligada a asistir a trabajar aún enferma.
Como un rasgo de discriminación, una de cada dos trabajadoras no tiene oportunidad de usar los baños de la familia y 17 por ciento de los conflictos laborales están motivados por acusaciones falsas de robo, despidos injustificados, recibieron maltrato verbal o palabras ofensivas, o fueron tratadas con desprecio.
Además, una de cada tres trabajadoras del hogar indígena dijo que se le despreció por su condición étnica, y una de cada cuatro dijo que se le prohíbe hablar su lengua originaria.
Según el estudio, la principal razón que impulsa a dos de cada tres personas a realizar trabajo del hogar está ligada a la falta de oportunidades o la pobreza.
Además, el 80 por ciento de las trabajadoras no ha concluido su educación básica, sólo 8 por ciento continúa estudiando, y únicamente 2 por ciento de ellas son profesionistas; en contraste, 84 por ciento de las empleadoras dijo que no les permitiría estudiar.
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Angélica Jocelyn Soto Espinosa
Cimacnoticias | México, DF.-
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