4/11/2015

Niñas continúan siendo víctimas de explotación sexual por paramilitares colombianos



Adital
Organizaciones de derechos humanos han acusado a los grupos paramilitares de Colombia de traficar con niñas yadolescentes y explotarlassexualmente. La sociedad civil pide medidas eficaces del Estado para combatir esta amenaza contra la infancia. El grupo narco "clan Úsuga" (ex Urabeños), bajo el mando de Dairo Antonio Úsuga David (Otoniel), serían el principal captador de niñas.

Según declaró la delegada de la Niñez y Adolescencia de laDefensoríaPública de Colombia, María Cristina Hurtado, a la revista Semana, "se constata con mucho dolor, que niñas de 11, 12 y 13 años son secuestrados por grupos armados, para fines de explotación sexual. Ellas son sometidas a diferentes tipos de violación de su integridad y su dignidad sexual, que van desde el acceso carnal, el abuso sexual, el aborto forzado, el embarazo forzado y el contagio e infecciones de transmisión sexual”.
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Niñas de 11 años son cooptadas por grupos paramilitares, secuestradas, sometidas a tráfico y abusadas sexualmente.

Las niñas provenientes de familias campesinas, que viven en pobreza extrema en las zonas rurales de los municipios de Urabá (región costera de Antioquia) y del departamento del Chocó. Los grupos se aprovechan de las necesidades económicas de los campesinos, presionando para que las niñas les sean entregadas. No ceder a esta abyecta presión, equivale una sentencia de muerte.

Para María Cristina, "los delitos sexuales puede ser llevado a la Corte Internacional porque son crímenes de guerra, que tiene como agravante, el ser cometidos contraniñas menores de 14 años. A la luz de los derechos humanos, en el caso que una niña de 11, 12 añosacepte tener relaciones sexuales, nunca se entenderá que su voluntad legitima delito sexual".

Las bandas de narcotraficantes han trasladado sus operaciones a la trata de personas, teniendo en cuenta las altas ganancias de ese "negocio". Son las redes organizadas sobre las mismas rutas de tráfico de drogas, que funcionanen 168 municipios colombianos. La Defensoría Publica denomina a estos grupos. "post-desmovilizados".

Clan Úsuga

Otoniel es el jefe del temido grupo criminal Úsuga, la más grande y mejor estructurada organización paramilitar de Colombia, con cerca de 2.300 miembros.

El clan está acusado de tráfico internacional de drogas, cuyas operaciones se extienden a Brasil, Argentina, Perú, España y Honduras. También de actividades ilegales como extorsión, la minería ilegal, el desplazamiento forzado, homicidio y porte ilegal de armas son parte de las tareas de los grupos criminales emergentes (Bacrim).

El gobierno colombiano ha anunciado una recompensa de $ 1.5 millones de pesos por información que permita la captura de Otoniel y otros jefes de la organización. Estados Unidos proponenla cantidad de US $ 5 millones como recompensa. Más de 1.200 miembros de los grupos de élite están involucrados en la captura de Otoniel. Número mayor que el dedicado a la búsqueda del narcotraficante colombiano Pablo Escobar,en la década de 1980, quien fue perseguido por500 hombres.

Los paramilitares viven presionando e imponiendo su control económico, social y político en la región sur del departamento de Bolívar: en Ventura, Dos Bocas, Quebrada del Medio, Malena, Río Nuevo, Caño Guacamayo en el pueblo Tiger y Coco (Municipio de Tiquisio - Sur Bolívar). Del mismo modo, en el municipio de Monte Cristo y Pueblito Mejía, controlan la economía y cobranimpuestos de los pequeños comerciantes, ganaderos, pescadores, mineros, madereros, agricultores y transportistas. Según los informes, el grupo lleva a cabo el cultivo ilícito de coca para el narcotráfico que controla. Desde los campos de Río Nuevo convocan a las comunidades del sector de Mina Seca, Clay House, Casa de Barro, Las Nieves, Mina Brisa y Buena Seña, para extorsionar de acuerdo a la actividad realizada por cada persona.

La estrategia paramilitar sigue activa en Colombia. Una alta tasa de delitos sexuales permanece impunes. Organizaciones de derechos humanos llaman a la responsabilidad al gobierno colombiano y se preguntan cómo evitar que los niños y los adolescentes formen parte delnúmero creciente de víctimas.

Vea el video em de la Revista Semana - "Las esclavas sexuales de Otoniel”:


Con informaciones de Ojos para la Paz

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