“Ganamos”, tiene “cimientos feministas”
“Es la mejor Constitución del país y es mucho mejor en muchos aspectos
que la Constitución federal vigente. Es extraordinaria, hay que leerla,
entenderla, es una Constitución que tiene como eje los Derechos Humanos,
es un nuevo paradigma”, asegura la antropóloga feminista y fundadora de
la Red de Investigadoras por la Vida y la Libertad de las Mujeres,
Marcela Lagarde y de los Ríos.
La Constitución Política de la Ciudad de México es la ley fundamental
que necesitan las capitalinas porque tiene como eje los Derechos
Humanos: los nombra, dice cómo acceder a ellos, los hace justiciables y
establece mecanismos para realizarlos, afirma Lagarde y de los Ríos.
Diputada externa por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), la
antropóloga Marcela Lagarde fue electa en junio de 2016 para integrar la
Asamblea Constituyente y desde allí promover un texto constitucional
que reconociera la autonomía y libertad de las mujeres que viven o
transitan por la capital del país.
CIMIENTOS FEMINISTAS
En campaña como candidata por el PRD, Lagarde dijo que trabajaría para
que el cimiento del texto constitucional fuera la filosofía feminista de
los Derechos Humanos y que se reconocería que “las mujeres y los
hombres nacen y viven libres e iguales entre sí”, como se establece en
la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.
Tras ser electa como diputada constituyente fue nombrada presidenta de
la Comisión Carta de Derechos, el organismo parlamentario que recibió
más iniciativas ciudadanas y de legisladores, y desde donde dirigió las
sesiones parlamentarias para nutrir la Carta Magna de una visión
humanista.
En diciembre, una vez que entregó el dictamen de la Comisión que
presidió, declaró que la Carta Magna plantearía un nuevo modelo
económico y social porque se había incluido el desarrollo sostenible y
sustentable contrario a los modelos de depredación; los principios de
solidaridad económica y social; y el concepto de ciudad productiva.
Ahora, al concluir el trabajo legislativo, este 30 de enero, y hacer una
evaluación sobre este proceso, dice que todos los Derechos Humanos
tienen un correlato en el modelo de desarrollo que impulsa esa
Constitución; y un modelo económico y social que, asegura, es solidario.
Además rescata que esta Carta Magna, que regirá la capital a partir del
17 de diciembre de 2018 establece principios para un buen gobierno, la
no corrupción y la participación de la sociedad civil con mecanismos
como el referéndum y la revocación de mandato.
“GANAMOS”
La Constitución capitalina reconoce, garantiza y hace justiciable el
derecho a la salud sexual, salud reproductiva; la creación de un sistema
de cuidados para aligerar las cargas domésticas de las mujeres;
derechos para trabajadores; la prevención, investigación y sanción de la
violencia obstétrica; y la autonomía de niñas, niños y adolescentes,
entre otros derechos.
“Ganamos”, expresa Marcela Lagarde, al señalar que en la Constituyente
se enfrentó al interés soterrado de convertir a las mujeres en objeto
con propuestas de legisladores y ciudadanos para “proteger la vida desde
la concepción” o para incluir la “alienación parental”, término
jurídico que se usa para argumentar que las mujeres que se separan de
sus parejas incitan a sus hijas e hijos a odiar a sus padres.
Estos temas fueron desechados, pese a que la intención de “proteger la
vida” generó dos debates: primero se intentó incluir en el Artículo 11 y
después en el Artículo 14, cuando en la penúltima sesión el domingo 29
de enero el presidente del Partido Acción Nacional (PAN) en la Ciudad de
México, propuso incluir el término.
“Ese debate lo esperábamos, los sabíamos, dice Lagarde. No fue
casualidad dejarlo al final, como el último debate de la Constitución.
Hicimos una enorme presencia de las feministas de la Constituyente,
aliadas, participamos juntas, en tribuna, en las mesas, en los
dictámenes, en todo y ahí se sentía”.
Al final el documento no incluyó estos conceptos. “No pasó esta
conversión de las mujeres en objeto y que nos afecta a todas aunque haya
quienes dicen que sólo 3 de cada 5 viven violencia, las vivimos todas,
de una forma u otra”, afirma.
“Ya lo sabía, lo he estudiado, ustedes me conocen, lo he vivido, pero
ahora ha sido tan revelador que en esa frase –pequeña frase– hay una
perversión para acotar a las mujeres como cosas en este mundo,
enfrentadas a algo terrible: el producto de su sexualidad”.
La académica, reconocida como una de las más influyentes feministas de
América Latina, concluye su experiencia en la Asamblea Constituyente,
recordando que el 31 de enero al finalizar el trabajo parlamentario,
mujeres de todos los partidos gritaron juntas “50-50, Ni más menos,
paridad”.
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Anayeli García Martínez
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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