11/05/2016

Una ofrenda para ti mujer…


MUJERES Y SALUD MENTAL
Por: Alejandra Buggs Lomelí*


Dolor, angustia, miedo, enojo, impotencia, indignación, rabia, desesperación, injusticia e insomnio, han sido algunas y muchas de las emociones y sensaciones que he experimentado ante el terrible tsunami de asesinatos perpetuados contra mujeres mayoritariamente jóvenes.
 
Sentimientos y sensaciones que estoy segura, más de una o uno hemos experimentado…
 
Tengo 30 años de ejercer como psicóloga y psicoterapeuta, profesión que no sólo me apasiona, sino que también disfruto mucho por las satisfacciones que conlleva y que me regala la oportunidad de seguir aprendiendo día a día, de cada persona a quien he acompañado en su proceso de llegar a ser quien realmente es.
 
Un abordaje psicoterapéutico en el que desde hace 20 años incluyo la perspectiva de género y el respeto a la orientación sexual y afectiva de cada ser humano que asiste o ha asistido a psicoterapia.
 
Un quehacer emocional en el que como dice Joel Latner** “tengo que desarrollar la capacidad para involucrarme con toda la humanidad de la o el consultante, desde toda mi humanidad como psicoterapeuta”.
 
Y es así, a lo largo de todos estos años de ejercer una psicoterapia de género, que he vibrado con cada alegría, logro, tristeza, miedo, injusticia, abandono, éxito, enojo, impotencia, desesperación, duelos y un sinfín de situaciones, que he acompañado en cada mirada y en el latir de cada corazón con deseos de construir una mejor vida, al acomodar sus historias y tener que lidiar con la violencia social que desafortunadamente va en aumento y nos afecta a todas y a todos, cotidianamente.
 
El pasado miércoles 19 de octubre, varios países de Latinoamérica, incluido México, nos unimos a la movilización y protesta #NiUnaMenos. En nuestro país el llamado fue #FeminicidioEmergenciaNacional, acciones a las que nos sumamos muchas mujeres y hombres, desde nuestros espacios de trabajo, redes sociales y/o participando en  marchas.
 
A propósito de estos días, en que en México se celebra el Día de Muertos y en los que empieza a crearse un ambiente mágico, místico y espiritual -que no necesariamente religioso y con olor a copal- siento la necesidad y sobre todo la urgencia que incluso me ha hecho despertar hoy más temprano de lo habitual, para escribir.
 
Una gran urgencia de llamar la atención de aquellas personas que espero que al leer mi columna, se den el tiempo para enviar un pensamiento amoroso y de justicia a cada una de las mujeres que han sido asesinadas y desaparecidas en nuestro país y en todo el mundo.
 
Estoy utilizando el término asesinato de mujeres, no por desconocimiento ni en oposición al término de feminicidio que acuñó hace ya varios años Marcela Lagarde, Antropóloga y feminista, mi  intención es, tocar con la palabra asesinato, a la parte más subjetiva de cada persona que lea estas líneas.
 
Feminicidio es un término político y necesario, sin embargo, me parece que para algunas personas sigue siendo un concepto con el que no están del todo familiarizadas, ya que no terminan de comprenderlo y/o quizás de conocerlo, detrás del cual se han ido triste y peligrosamente sumando uno a uno los asesinatos contra las mujeres a través de la historia.
 
Estoy consciente que tanto feminicidio como asesinatos de mujeres, son términos “fuertes”, porque nos cimbran y nos desequilibran emocionalmente, muchas veces sin darnos cuenta de sus efectos.
 
¿No ha sido y sigue siendo “fuerte”, duro, doloroso e injusto que asesinen a las mujeres, las desaparezcan, las utilicen, las violen y las torturen, por ser mujeres? Porque el asesino de cada mujer se siente no sólo avalado, sino protegido por el sistema patriarcal que le ha otorgado el derecho a cosificarnos porque somos mujeres y entonces puede “hacer” con nosotras lo que le venga en gana…#YaBasta.
 
Dimensionar el hecho en su justa medida, permite que tomemos conciencia, y por tanto, creo que nos permite hacer un alto en el camino para reflexionar y para que a manera de homenaje, de ofrenda, construyamos un verdadero compromiso, primero desde lo personal, y después desde lo social, para evitar cualquier tipo de violencia contra las mujeres.
 
Paralelamente podremos evitar que  hombres machistas y por tanto violentos, se sientan con el derecho de utilizar y acabar no sólo con la vida de las mujeres, sino con la de sus familiares y amistades, lastimándoles y violentando también a toda la sociedad.
 
Ojalá llegue pronto el día en que ya no tengamos que poner ni en un espacio físico, y tampoco  en nuestro espacio psíquico, una ofrenda para las mujeres, porque ya no existe la violencia de género.
 
Hoy existe una ofrenda para las mujeres, que no se quede sólo en el hecho de tener un pensamiento de amor para aquellas niñas, adolescentes, mujeres adultas y adultas mayores, asesinadas.
 
Que sea una ofrenda que se convierta en un compromiso, en un profundo pacto, para  seguir realizando acciones que contribuyan a disminuir las agresiones contra mujeres, hasta lograr que no se nos siga viendo y tratando como objetos a los que se nos puede desde insultar hasta asesinar,  con el permiso del sistema patriarcal.
 
Quisiera compartir que la palabra ofrenda tiene su origen en el vocablo latín offerenda, y hace referencia a aquello que se ofrecerá. **
 
Por lo que te pregunto a ti lectora y lector, ¿qué ofrecerás para que en tus diferentes espacios como el familiar, laboral y social, no permitas ningún acto de violencia hacia ninguna mujer, hacia ninguna persona? y con ello, ofrezcas tu congruencia para parar la violencia hacia las mujeres.
 
Hoy he querido con mis palabras crear una ofrenda para las mujeres del mundo, que merecen ser tratadas con respeto, igualdad, equidad y dignidad, porque merecemos vivir sin miedo y sin los efectos emocionales que el miedo genera.
 
***Definición de ofrenda - Qué es, Significado y Concepto http://definicion.de/ofrenda/#ixzz4OZkw6FGk
**Latner, Joel. “Fundamentos de la Gestalt”. Editorial Cuatro Vientos.
*Directora del Centro de Salud Mental y Género, psicóloga clínica, psicoterapeuta humanista existencial, y especialista en Estudios de Género.

CIMACFoto: César Martínez López
Cimacnoticias | Ciudad de México.-  
  

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