9/14/2018

La independencia y competencia de México con los EEUU frente a ser simplemente títere

Pedro Echeverría V.

1. En los años 70, cuando aún existían los pequeños partidos de izquierda radical o los más pequeños “grupúsculos” aún más clandestinos, discutíamos sobre la independencia, la autonomía y la soberanía de algún país. El objetivo fue siempre aclararnos si México había sido en algún momento una nación independiente; si había algún país en el universo que lo fuera o, por lo contrario, la independencia, autonomía o soberanía sólo eran el más vil engaño y demagogia. ¿Los países más atrasados eran los más dependientes de EEUU o, el mismo EEUU era más dependiente del mundo porque si no cubría sus gigantescas necesidades se desplomaría?

2. En aquellos años, apenas creado el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) en 1972, siendo rector González Casanova y presidente de la República Echeverría Álvarez, quien sólo hablaba de la llamada “apertura democrática” porque la influencia de la matanza de estudiantes en Tlatelolco en 1968 aún estaba fresca, nosotros nos enfrascábamos a analizar y discutir en reuniones y los auditorios, si México era un país independiente o títere de los EEUU. Mientras la mayoría de los radicalizados decía que éramos títeres, nuestras tesis concluían que México era un país capitalista de desarrollo medio con grados de dependencia y competencia frente al imperio.

3. Siempre vimos a la gran burguesía mexicana como poderosa; más que dependiente la veíamos en fuerte competencia con los capitales externos. Creíamos en la existencia de países “subdesarrollados” desde el punto de vista capitalista; países altamente desarrollados y de desarrollo medio. Estamos hablando de 1970, 15 años antes que De la Madrid y Salinas impongan la total privatización y entrega a los inversionistas extranjeros. Por ello estudiar bien de 1955 a 1985 es fundamental para entender la política y la economía de aquellos años que tuvimos márgenes importantes de competencia económica y resistencia política.

4. Desde los sesenta el director de Economía de la UNAM, José Luis Ceceña Gámez, con un libro que se hizo famoso: El Capital Monopolista y la economía mexicana; luego con otro: México en la órbita imperial, propagaba que el dominio de los EEUU en México era total y que la burguesía mexicana era casi inexistente por su dependencia total de los EEUU. Esta tesis fue la que manejo el PPS de Lombardo Toledano y el PCM de Arnoldo Verdugo; por tanto para ellos el enemigo principal del pueblo mexicano no era la burguesía mexicana sino el imperialismo. Por tanto nuestra lucha como izquierdistas no podía ser contra el gobierno sino contra el imperialismo.

5. Por ello los espartaquistas que me visitaron (siendo presidente del FEP) al demostrarme en 1965 que el PPS y el PCM eran partidos oportunistas que no combatían contra la burguesía mexicana y el gobierno, que en sus programas buscaban la alianza con la burguesía porque su enemigo principal era el imperialismo, fue una de las bases que me hizo romper con el PCM y hacerme militante del espartaquismo donde se debatían abiertamente aquellas posiciones. En el espartaquismo José Revueltas, González Rojo, Jaime Labastida, Eduardo Lizalde y otros, polemizaban en folletos conocidos como: Revolución y Espartaco.

6. Revueltas escribió importantes obras novelísticas, fue varias veces preso político, elaboró un libro que tituló: “El proletariado sin cabeza” demostrando que el proletariado nunca había tenido un partido, una dirección independiente y por eso sus luchas habían sido derrotadas. En aquellos años, además del deshielo stalinista, la huelga ferrocarrilera, la expulsión de connotados líderes del PCM, la Guerra de Vietnam y el debate chino-soviético, los análisis y discusiones sobre el significado de la independencia de México respecto al imperialismo yanqui, también se debatía con fuerza para trazar la estrategia política. (13/IX/18)


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