I
Las calles se inundan de dignidad al ver pasar los contingentes de
estudiantes que reclaman sus derechos, exigen el cumplimiento del pliego
petitorio bajo el grito “fuera porros de la UNAM”. La solidaridad se
extiende a lo largo de la república, en diversos estados expresiones de
apoyo se manifiestan, paros, protestas, marchas y consignas, un aire de
esperanza se percibe en algunos rostros, el despertar de los estudiantes
pudiera dirigirnos a un nuevo movimiento, uno que contenga las
enseñanzas históricas del 68 y al mismo tiempo, se guie por las
necesidades que los tiempos actuales presentan, cincuenta años después
del histórico movimiento, pudiéramos asomarnos a una nueva larga jornada
de lucha.
II
Violencia y
cinismo, siempre el cinismo, los porros invaden Ciudad Universitaria,
agreden, ríen, cobran y amenazan con volver. ¿Quién les paga y controla?
¿Qué intereses defienden? ¿Por qué hasta la fecha las autoridades
universitarias han omitido las medidas necesarias para desintegrar esos
grupos? Fotos, convivios y un poco más de cinismo, por las redes
sociales circulan imágenes que vinculan a integrantes de los grupos de
porros con las autoridades universitarias, incluidos varios rectores, y a
diferentes políticos del PRI, PAN y PRD. Los porros son usados para
desestabilizar manifestaciones y actos de protesta, violentar a los
estudiantes que exigen sus derechos, son además, usados para la
criminalización de los movimientos sociales al ser perversamente
vinculados como miembros de los grupos inconformes, cuando en realidad,
son y han sido, parte del brazo represor del Estado utilizado
históricamente para romper y violentar a las organizaciones democráticas
universitarias y estudiantiles. Los porros son grupos de choque
paramilitares, es fácil ver el claro entrenamiento y organización de
ataque que tienen, son defensores del orden establecido por el viejo
régimen que agoniza, son muestra de la desesperada situación que viven
muchos vinculados con oscuros intereses políticos y económicos, es
simple y claro: existen porque sirven a los intereses del poder . Romper
con esas organizaciones gansteriles es poner fin a este régimen y
construir una nueva lógica de organización social y política en todo el
país.
III
La educación pública
lleva décadas afrontando el embate de las políticas neoliberales, el
recorte de presupuestos, los cambios de planes y reglamentos que van
permitiendo la entrada del interés privado, la educación es amenazada,
pero también, desde décadas atrás, movimientos estudiantiles y populares
han salido a defender el derecho constitucional de todos, ahora, el
campo se agudiza, los meses venideros serán de una constante
confrontación entre quienes siguen empecinados en el viejo régimen y
quienes buscan mediante reformas, poner un poco de respiro a esta
realidad tan agobiante en todos los ámbitos de la vida en el país. La
mal llamada “reforma educativa” de Enrique Peña Nieto fue un claro golpe
al magisterio y a la educación, su esperada cancelación deja un poco de
ilusión entre los grupos magisteriales, además, de que se ha abierto un
diálogo entre los sectores y el próximo gobierno federal que encabezará
Andrés Manuel López Obrador. De manera particular las universidades han
sido amenazadas, su propia razón de ser se ha cuestionado buscando
justificar así, la entrada de los intereses privados y el cierre de los
centros generadores de pensamiento crítico. La profundidad de los
reclamos estudiantiles y magisteriales de hoy, podrían ser las bases del
nuevo cimiento de la educación, en la que las voces de sus actores se
escuchen, se fomente y sea la que despierte un movimiento nacional de
reforma estructural. Sin embargo no debemos olvidar que bajo el régimen
capitalista, la educación tiende a convertirse en un mercancía más, en
un factor de alienación y en una prebenda política disputada entre
grupos alejados del interés popular. Únicamente la participación directa
de todos los actores sociales podrá marcar un nuevo rumbo y establecer
un nuevo orden, la voz de los estudiantes es fundamental junto a la de
los maestros e investigadores comprometidos con la sociedad.
IV
“La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y
la segunda como una miserable farsa” escribió Carlos Marx en su obra El dieciocho brumario de Luis Bonaparte,
parodiando una frase de Hegel. No sabemos cuántas veces seguirá
repitiéndose lo aberrante del sistema; su violencia y su cinismo. Aún
estamos por ver cómo será el futuro inmediato de la nación. La acción
consciente de los estudiantes a favor de su realidad es el inicio de
posibles transformaciones, inscritas, en un marco histórico que refiere
como ejemplo a la gran Reforma Universitaria de 1918 que tuviera su
inicio en Córdoba, Argentina, y que repercutiría a favor de la
democracia y la autonomía en las universidades latinoamericanas,
movimiento político-pedagógico de inspiración progresista y
antiimperialista, que antecedió cincuenta años, a la revolución cultural
de 1968, que justamente precede otros cincuenta años a las
movilizaciones y reclamos estudiantiles y populares que hoy vivimos. Los
estudiantes tienen en sus manos grandes posibilidades de convertirse en
sujetos revolucionarios en el porvenir de nuestro México.
Cristóbal León Campos es integrante del Colectivo Disyuntivas
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