Monedero
Pilar,
de 15 años, de la ciudad de El Progreso, en Honduras, está buscando
asilo en Guatemala con sus padres y su hermano de 7 años tras haber
sido amenazada por la mal afamada banda B18. La familia lleva en la
Ciudad de Guatemala desde principios de abril.
En su escuela de El Progreso, una compañera de clase y un conocido
miembro de la banda insistieron a Pilar para que se uniera a la banda y
se prostituyera para generar fondos. Cuando Pilar lo rechazó, la niña
comenzó a amenazarla. “Me dijo que como yo no le caía bien y no
quería vender mi cuerpo, les pediría [a la banda] que me mataran”,
cuenta Pilar. Los miembros de la banda también comenzaron a seguirla en
su camino a casa desde la escuela.
Pilar les contó a sus padres las amenazas. Ellos tomaron la difícil
decisión de vender su casa y sus pertenencias y marcharse a Guatemala.
“Todos los días mueren adolescentes en El Progreso, y a veces las
bandas ni siquiera devuelven los cuerpos a las familias para que los
entierren en condiciones. Es común que las bandas se lleven a niñas”.
Este es alguno de los muchos testimonios que recoge el documento del
Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (UNICEF), titulado: “La
infancia en peligro. Desarraigados en Centroamérica y México. Los
niños y niñas migrantes y refugiados se enfrentan a un círculo
vicioso de adversidad y peligro”.
De acuerdo a UNICEF cada día, niños y familias de El Salvador,
Guatemala, Honduras y México, dejan sus hogares y sus comunidades para
embarcarse en una peligrosa travesía hacia el norte. La decisión de
marcharse suele ser dolorosa y estar motivada por una interacción de
factores, como la pobreza absoluta, la amenaza constante de la
violencia, una gran escasez de oportunidades educativas para la niñez y
un profundo deseo de reunirse con familiares que ya han migrado.
Para esa niñez Centroamericana o Mexicana -ya sea acompañada por un
adulto o sin compañía-, México es el país de tránsito en su ruta hacía
el Norte y como bien dice el documento: aquí enfrentan graves peligros y
adversidad, incluso cuando por fin llegan a cruce fronterizo (quienes
lo logran), enfrentan las políticas anti migratorias, racistas y
xenófobas del actual gobierno de Estados Unidos.
Eso ya permite tener una leve idea de la grave situación que viven en
sus países No es que quieran emigrar, es que no le queda más remedio.
Los expulsa un altísimo nivel de violencia, esas niñas de 12 o 15 años
saben que quedarse significa convertirse en esclavas de las bandas, que
entre otras cosas las venden o las obligan a venderse.
Y sus padres, toda la familia, vive en condiciones de pobreza muy
críticas, que también los expulsa de sus países. Se ha convertido en una
búsqueda desesperada de refugio, asilo y seguridad.
En un registro de 2016 de niños y adolescentes migrantes a los que
habían mandado de vuelta a Honduras, un 31.5 por ciento de los
encuestados citó la reunificación familiar como su causa principal para
migrar. En una encuesta de 2018 realizada a personas retornadas a El
Salvador, 28 por ciento aseguró que la reunificación familiar había
sido su motivación principal (UNICEF). Los padres de estos niños, niñas
y adolescentes ya están viviendo en Estados Unidos, o por lo menos
algún familiar ya es migrante.
En 2017 fueron aprehendidos 82 mil 769 migrantes menores de edad en
Estados Unidos, de los cuales la mitad estaba acompañado de un adulto y
el resto iba solo. Guatemala fue el país con más menores no acompañados
(14 mil 827) y unidades familiares (24 mil 657) aprehendidos en Estados
Unidos en el mismo año.
Este dato se confirma en la gráfica, Guatemala es el país con mayor
número de niñas, niños, adolescentes no acompañados y aprehendidos en la
frontera de Estados Unidos. En el caso de México es muy notorio el
descenso que muestra de 2014 a 2017; por fortuna la mayoría de esta
niñez y adolescentes son entregados más fácilmente a sus familiares a
traves del DIF. Aún así las cifras son escalofriantes.
La mayoría de las detenciones de menores no acompañados y unidades
familiares ocurrió en Rio Grande Valley (antes McAllen), con 57.2 y 66.0
por ciento del total, respectivamente. En 2017, se entregaron 42 mil
413 menores no acompañados a familiares y/o conocidos en E.U.,
principalmente en los estados de California, Texas, Florida y Nueva
York.
Entre 2013 y 2017, los eventos de repatriación de niñas, niños y
adolescentes mexicanos desde Estados Unidos descendieron de 16 mil 971 a
8 mil 907.
Sin embargo entre 2013 y 2016, los eventos de aseguramiento de niñas,
niños y adolescentes extranjeros en México se incrementaron de 9 mil
630 a 40 mil 114, para después disminuir a 18 300 eventos. Todas estas
cifras hablan de la gravedad que reviste la problemática de la migración
en el caso de niñas, niños y, adolescentes.
La respuesta de Donald Trump, presidente de Estados Unidos es:
separación y deportación de las familias, enjaular a la niñez. Y lo
más ridículo y agresivo, se ha visto a niños de 4 o 6 años en la corte,
sometidos a juicio porque tienen que responder a la acusación de haber
entrado de esa forma ilegal a ese país, cuando en realidad ellos
dependen de la voluntad de lo adultos que los llevaron o con los que se
quieren reunir.
Todas la acciones de Estados Unidos son ilegales y abusan de la niñez
y adolescencia -muchas son niñas o jovencitas-, como dice UNICEF las
ponen en un grave riesgo. Se han generado protestas internacionales,
inclusive de la ONU.
¿Cómo protegerlos? porque aquí México tiene una doble
responsabilidad: proteger y otorgar todos los Derechos Humanos a la
población migrante en tránsito, independientemente del país que
provengan y con énfasis en: niños, niñas y adolescentes así como
impulsar y defender a esta misma población contra los abusos de Estados
Unidos en todos los Foros Internacionales.
Promover y lograr acuerdos con los países Centroamericanos, no sólo
en el tema de migración, también en forma importante en la cooperación
económica y en la aplicación de políticas públicas contra la violencia
con miras a mejorar la condiciones de toda la región, son otros de los
compromisos.
De esa manera se podría logar una notable mejora en la condiciones de
vida de esa población y verdaderamente lograr la reducción de la
migración infantil y adolescente, no sólo de Centroamérica, también de
México. Como recomienda Cepal: superar las ineficiencias de la
desigualdad.
* Economista especializada en temas de género
Twitter: @ramonaponce
CIMACFoto: Carlos Abraham Macías
Por: Carmen R. Ponce Meléndez*
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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