Una
de las mujeres que participó en aquella protesta en Estados Unidos dice
que el hablar de la quema de sostenes "fue una manera de trivializar"
lo que su manifestación buscó alcanzar.
Hace 50 años, las acciones de un grupo de mujeres que protestaban
contra el concurso de belleza estadounidense “Miss América”, en Nueva
Jersey, darían origen a la icónica imagen de la “feminista quema
sostenes”.
En la manifestación, que tuvo lugar en el malecón de Atlantic City,
cerca de donde se celebraba el concurso, las mujeres arrojaron lápices
labiales y zapatos con tacones dentro de lo que llamaron el “Basurero de
la Libertad”.
Según Robin Morgan, una de las organizadoras de la protesta, la idea era deshacerse simbólicamente de lo que ellas consideraban como “objetos de opresión”.
Pero no fueron únicamente los productos de limpieza casera o de belleza los que arrojaron a la basura.
“Todas las personas en el malecón estaban bienvenidas a añadir al
Basurero de la Libertad y muchas lo hicieron”, relató Morgan a la BBC en
el marco de la nueva temporada de 100 Mujeres.
“Recuerdo a un joven que se quitó el sostén, se lo soltó con cuidado bajo su camisa y lo arrojó adentro ante gran aclamación”.
El ambiente de la protesta del 7 de septiembre de 1968 fue de
“júbilo”, señala la activista. La mayoría de las mujeres presentes
habían organizado manifestaciones por los derechos civiles o contra la
guerra de Vietnam, pero nunca se habían movilizado en favor de los
derechos de la mujer.
El impacto del basurero
“Éramos jóvenes radicales, descubriendo el feminismo porque estábamos hartas de tener que hacer el café y queríamos tener voz en las políticas”, declara.
“Ya sabíamos que los hombres de derecha no eran nuestros amigos, sin
embargo, creímos que los hombres de izquierda eran nuestros hermanos
pero descubrimos que -cuando nos referíamos a nuestros derechos- tampoco
era el caso”.
Con su experiencia de periodista, Morgan sabía que su estrategia
llamaría la atención de la prensa, pero asegura que nunca imaginó el impacto tan perdurable que tendría el “Basurero de la Libertad”.
“En aquella época, ciertamente no hubiera dicho que en 50 años todavía estaríamos hablando de esa manifestación”.
Nace el mito
“Algunas historiadoras feministas la señalan como el inicio de la
actual ola feminista. Y aunque es un elogio y es placentero escucharlo,
no es verdad, porque ya existían grupos como al Organización Nacional de
Mujeres”.
Fueron estos titulares los que también ayudaron a crear el mito de la “feminista quema sostenes”.
Pero Robin Morgan es categórica; aunque sí arrojaron paños menores,
incluyendo sostenes, al Basurero de la Libertad, nunca se le prendió
fuego a nada.
“Una periodista pensó que nos estaba apoyando y escribió este titular (en referencia a las protestas contra la guerra): ‘Los hombres queman sus tarjetas militares y, ahora. ¿qué? ¿Quemarán las mujeres sus sostenes?‘”
“Se disparó como Armagedón y es un mito que hemos tratado de sofocar durante años”.
Algunos periodistas locales de la época aseguran recordar el cubo de
basura en llamas pero que “fue un fuego pequeño que se extinguió
rápidamente”.
No obstante, Morgan insiste en que ese no es el caso, e indica que entre las muchas imágenes que se tomaron aquel día, no hay evidencia fotográfica de fuego alguno.
El hablar de la quema de brasieres “fue una manera de trivializar” lo que la protesta realmente trataba de alcanzar, alega.
El concurso de belleza “Miss América” reconocía un tipo muy específico de la belleza femenina.
Aunque el requisito de que las concursantes debían ser “saludables y
de raza blanca” se había abandonado casi dos décadas atrás, Morgan
emitió un comunicado de prensa muy puntual.
“Desde sus inicios en 1921, el concurso de belleza no ha tenido una
sola finalista negra, y no ha sido por falta de concursantes”, escribió
en 1968.
“Nunca ha habido una ganadora puertorriqueña, de Alaska, hawaiana o
mexicoestadounidense. Tampoco ha habido una verdadera ‘Miss América’:
una indígena americana”, agregó.
El racismo fue uno de diez aspectos del concurso de belleza a los que se oponían las manifestantes.
El primer concurso de “Miss América Negra” también fue realizado en
1968 en Atlantic City, en respuesta a la “propaganda negativa contra la
mujer negra”, según el sitio internet del concurso.
Al igual que Miss América, Miss América Negra es un evento anual que continúa celebrándose en la actualidad.
Se suponía que el tono general de la manifestación era “más de alegría que mezquindad”.
Si bien Morgan y sus compañeras sintieron que lograron ese objetivo,
en retrospectiva hay cosas que le habría gustado cambiar de la
estrategia.
“Le echamos demasiada culpa a las concursantes“, reconoce.
“Después de todo, la mayoría eran mujeres de clase trabajadora que iban detrás de una beca universitaria”.
La ganadora ese año fue Judith Fort (ahora Judith Nash), una chica de 18 años de Illinois.
“Sé que los concursos de belleza no son del gusto de todos”, dijo Judith al diario Northwest Quarterly, en 2014.
“Había gente que me decía que eran concursos de ganado y que me
estaban explotando. Pero la meta del concurso ‘Miss América’ es promover
a las mujeres y ofrecerles oportunidades y becas que de otra manera no
tendrían”.
El premio que ganó financió el grado en Educación Física que obtuvo Judith Nash.
“Para mí, la experiencia de ‘Miss América’ fue muy beneficiosa”, concluyó.
Los asuntos de los derechos de la mujer vuelven a tener resonancia en
la prensa de Estados Unidos, con las Marchas de las Mujeres y el
movimiento #MeToo acaparando titulares. Un número récord de mujeres están postuladas para las próximas elecciones en los 50 estados del país.
“Es tan maravilloso que faltan las palabras”, exclama Morgan.
“Muchas de estas mujeres nunca antes habían sido activistas políticas”.
“Son amas de casa y profesoras y trabajan como cajeras y empacadoras y simplemente han decidido que ‘Ya basta. Basta'”
Al basurero, hoy
50 años después de las protestas contra el concurso de belleza ‘Miss
América’ en 1968, Morgan dice que todavía piensa a diario en cosas que
podría arrojar al Basurero de la Libertad.
“Hoy en día arrojaría los símbolos representativos de todas las principales religiones porque son patriarcales”, sentencia.
“He pensado en los zapatos Jimmy Choo y Spanx -que son básicamente
corsés- y he pensado en ejemplares de pornografía violenta. Creo que
arrojaría medicamentos como oxicodona y píldoras para la dieta”.
“En el fondo, soy poeta. Entiendo el poder de los símbolos y las metáforas y el poder del Basurero de la Libertad“.
La idea es usar tus sugerencias, junto a las
que lleguen de todas partes del mundo, para llenar un “Basurero de la
Libertad”, una de las muchas actividades que la BBC ha planeado para la
próxima temporada de 100 Mujeres.
Este artículo forma parte de la temporada de 100 Mujeres #100Women que cada año organiza la BBC.
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