“El gobierno mexicano no aceptó los 20 millones de dólares, están ahí
en el fondo de la Iniciativa Mérida, pero no se aceptaron para realizar
repatriaciones”, aclaró a Apro un funcionario del
gobierno de Peña Nieto, en reacción al despacho que publicó este
semanario en su página de Internet, dando cuanta que se firmaría la
propuesta de Washington de financiar en México el costo de las
deportaciones.
Un integrante del equipo de transición del presidente electo, informó a Apro
que, desde hace unas semanas, Marcelo Ebrard Casaubón (futuro
secretario de Relaciones Exteriores), le indicó a la cancillería a cargo
de Luis Videgaray Caso, que no aceptara ningún dinero del gobierno de
Trump para sufragar los gastos de la deportación de inmigrantes
indocumentados.
“Sabíamos de las negociaciones y de la intención del gobierno del
presidente Trump de aportar fondos para la deportación de personas de
México a sus países de origen, por ello, se le pidió al gobierno de Peña
Nieto que no se aceptará ni un solo centavo”, subrayó la fuente
informativa del equipo de transición de López Obrador.
Por encima de la negativa del todavía gobierno mexicano, el
Departamento de Estado como encargado del asunto del financiamiento y
revisión de la Iniciativa Mérida, notificó recientemente al Congreso
federal estadunidense sobre la asignación de los 20 millones de dólares.
Es obligatorio el trámite de informar al Capitolio sobre el destino
de fondos para el presupuesto de asuntos internacional por parte del
Departamento de Estado, lo cual, no implica como lo aclara el gobierno
de México, que se acepten los 20 millones de dólares.
El presidente Trump pretendía convencer al gobierno de Peña Nieto
para que México se convirtiera en una especie de filtro migratorio de
Washington desde que llegó a la Casa Blanca y aplicó la política Cero
Tolerancia a la inmigración indocumentada, al aprobar la separación de
niños de sus padres al llegar como inmigrantes indocumentados a la
frontera sur de Estados Unidos y criminalizando a los mayores de edad.
En secreto, Luis Videgaray y Alfonso Navarrete Prida, secretario de
Gobernación, negociaban, como el gobierno de Trump, el acuerdo para
convertir a México en un Tercer País Seguro (TPS).
Con la tipificación del TPS, Trump pretendía que todos los
inmigrantes extranjeros no mexicanos solicitantes de asilo por cualquier
razón o motivo en los Estados Unidos, primero, lo pidieran en México
para que con ello ni siquiera pudieran acercase a la frontera sur
estadunidense.
Luis Videgaray y el embajador mexicano en Washington, Gerónimo
Gutiérrez Fernández negaron públicamente la negociación del TPS, sin
embargo, Proceso y diversos medios de comunicación de Estados Unidos, entre estos el diario The New York Times, publicaron evidencias de lo contrario.
Después en entrevista (Proceso 2180), el embajador
Gutiérrez Fernández aceptó que el caso del TPS sí fue revisado con el
gobierno de Estados Unidos, pero aseguró que ya se había desechado la
idea de concretar el acuerdo.
Con el financiamiento de 20 millones de dólares, la administración de
Trump buscaba que el gobierno mexicano aceptara una especie de cuotas
de deportación de inmigrantes indocumentados.
The New York Times, en su edición impresa de hoy, publica un despacho en el que da cuenta al igual que Proceso sobre la intención de Trump de lograr que el gobierno mexicano aceptara la repatriación de indocumentados.
El rotativo neoyorkino incluso da a conocer que los 20 millones de
dólares cubrirían los costos de la deportación de México a sus países de
origen de unos 17 mil inmigrantes indocumentados.
Los fondos migratorios en la Iniciativa Mérida se enfocaban a la
repatriación de migrantes procedentes de los continentes como el
africano y el asiático.
En México, y ante la incapacidad de infraestructura y capacitación
del personal de Instituto Nacional de Inmigración (INI), inmigrantes
detenidos de países como Bangladesh, Camerún o la India, son liberados y
las personas llegan a la frontera norte para intentar ingresar a los
Estados Unidos.
Los 20 millones de dólares del Departamento de Estado saldaría el
costo de los vuelos intercontinentales de inmigrantes indocumentados en
México, lo que a Trump le convenía para evitar el flujo migratorio en su
frontera sur, otro filtro migratorio no de la calada del TPS que
pretendía firmar con el gobierno de Peña Nieto.
En el caso de inmigrantes centroamericanos detenidos en México como
indocumentados, a los mayores de edad se les deporta por tierra (en
autobuses) y a los menores de edad por avión.
“Los 20 millones de dólares están ahí, en la Iniciativa Mérida, el
gobierno del presidente Peña Nieto ya los rechazó para los propósitos
migratorios, y le tocará al próximo presidente (López Obrador) decidir
si los toma o no”, agregó el funcionario del gobierno saliente.
The New York Times al desconocer la negativa del gobierno
mexicano de aceptar el dinero del Departamento de Estado, en su despacho
sobre el asunto, incluso, dio cuenta del rechazo de legisladores a la
idea de querer que México le hiciera el trabajo sucio a Washington.
“La intención del Congreso de aprobar este dinero (en la Iniciativa
Mérida) es apoyar a las comunidades a enfrentar el problema del crimen,
corrupción y muchos otros retos, no para ampliar la cruzada de
deportaciones de esta administración”, declaró al The New York Times el representante federal demócrata por el estado de Nueva York, Eliot Engel, integrante del Comité de Asuntos Internacionales.
El próximo 11 y 12 de octubre en Washington se celebrará la Segunda
Conferencia de Prosperidad y Seguridad en Centroamérica con la
participación de los gobiernos de esa región, el de Trump, de Peña Nieto
e integrantes del equipo de Andrés Manuel López Obrador.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario